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martes, 11 de marzo de 2014

EN RECHAZO


VIOLENCIA, GUERRAS   
Y TERRORISMO

 

- Hola, ya algún otro día hemos tocado el tema de la violencia, pero hoy quisiera que profundizáramos un poco más, porque creo que es importante:

 

Muy al principio de la historia de la Humanidad, ya existió la violencia. ¿Por qué causa? Acaso fue ¿por un motivo religioso?

 

Sí, Caín mató a Abel...  no exactamente por defender sus bienes. Cuenta la historia que Abel que era más “religioso” quiso ofrecer a Dios un sacrificio, mientras que Caín... más materialista quizá,  porque tal vez quería más poder..., mató a su hermano.

 

Después de 30.000 años la raza humana sigue haciéndose daño, actuando inhumanamente en múltiples ocasiones. ¿Por qué? La causa está  ¿en lo material?, ¿tienen un fondo espiritual?

 

Los términos guerra o terrorismo y religión parece que coinciden en muchas ocasiones... pero ¿qué relación existe entre ambas realidades?

 
Aunque, tantas veces, las guerras se han hecho en nombre de Dios, pero sin embargo, la gran mayoría de personas con algún credo religioso, compartimos la creencia de que no es justo utilizar el nombre de Dios para hacer la guerra. Es el odio quien mueve las guerras; es el odio y el afán de poder.

 

Pero sin duda que, en nombre de la religión, se han llevado a cabo tropelías, pero es injusto pensar que las guerras son por lo común “guerras de religión”.

 

En realidad, decir “guerras de religión” es una total contradicción: las guerras no son nunca de religión, sino en todo caso de falta de religión: de irreligión, de falta de relación con los demás, de carencia de amor. Ya que…, atendiendo a su etimología “religare”, sería un intento de “ligar” a todos los seres humanos entre sí y con una ligazón (re-ligar) que nos une con Dios.

 
 La Tierra necesita puentes (“re-liga-mientos”) y no muros. Y esto es lo que nos corresponde a los ciudadanos de buena voluntad, sea cual sea nuestro credo. Pues toda guerra es contra la Humanidad. Nunca tiene verdadera razón de ser.

 
Si procuramos escucharnos unos seres humanos a otros, si tratamos de comprender las razones que asisten a nuestras posiciones, comenzaremos a querernos, será posible trabajar codo con codo, colaborar en la construcción de una sociedad más justa, seremos corazones pensantes latiendo al unísono porque pensamos con libertad.


Necesitamos tolerancia y entendimiento para caminar hacia la paz: nunca habrá paz en el mundo si no hay paz entre las diferentes religiones. Seguramente que al Padre Dios hasta le puede molestar que seamos “religiosos” si eso nos lleva a no vivir amándonos “como en familia”. 

 


¿Y el terrorismo? Esa indiscriminada amenaza a la vida... ¿qué base puede tener? 

 
El terrorismo es una “guerra” muy especial. Porque nos hace estar “en estado de alerta” constantemente.  Estamos en guerra, en una guerra imposible de ganar. No se sabe ni dónde está el “campo de batalla”, ni quien da las órdenes de atacar, ni la magnitud de los desastres a causar... Por eso, le llamamos terrorismo. Es un crimen infame ante el que toda condena moral se queda corta. Se confunde y amalgama con las guerras preventivas y las “guerras frías” de políticas preventivas. Son como un “pecado estructural” con el que cargamos, por el hecho de estar vivos en este mundo.

Con el terrorismo, ahora la inseguridad no procede de la tensión entre el Este y el Oeste (Oriente y Occidente), ni siquiera de la que se está dando entre el Norte y el Sur del planeta Tierra, sino que tenemos un enemigo invisible que sabe aprovechar los resortes de la libertad de las sociedades democráticas para imponer el terror.

 
- ¿Por qué?, ¿qué puede mover a alguien a matar indiscriminadamente? (preguntó Luis).

- Pues… verás, Luis (le contestó don Adalberto): existen causas subyacentes de las diversas formas de terrorismo y actos de violencia que existen en nuestro mundo, que pueden tener su origen en la miseria, las frustraciones, injusticias y desesperanza y que impulsen a ciertas personas a sacrificar vidas humanas, incluida la propia, en un intento de efectuar cambios radicales. Vivimos en un mundo que, por sistema,  engendra violencias al potenciar que sea una minoría la que lo tiene todo, llevando a la desesperación a una gran mayoría que carece de casi todo (menos de armas, porque quien las vende se preocupa de hacerles creer que las necesitan…, pues el negocio es el negocio).

 


Pero, antes que nada, el terrorismo es siempre fruto de un fanatismo. Por eso hay que tener mucho cuidado con los apasionamientos, con los fanatismos, con los radicalismos.  Son los fanatismos, recordad que ya hablamos de esto en otra ocasión, los que llevan a la exaltación de los ánimos y a la intolerancia. Y da igual del tópico que nazcan: hay fanatismos religiosos (o también anti-religión), y políticos (con el matiz de los nacionalismos o todo lo contrario, como es el anti-nacionalismo) y hasta por el fútbol…

 

- ¿Y entonces… quiénes son los culpables, los culpables de verdad? (dijo ahora Adela).

 
- Pues un poco, toda la sociedad… siempre que vivimos egoístamente, sin pensar en quienes lo pasan mal o cuando actuamos con alguna intransigencia…

 
- Bueno pero... (volvió a intervenir Adela) aunque nadie quede del todo libre de responsabilidad,  ¿dónde están los más culpables?

 


- Pues veréis, es complicado, pero no tanto. Os voy a contar algo que espero os de luces, como me las dio a mí, en su día:

 
En un cursillo sobre “Análisis de la Realidad” en que, hace ya años, yo participé,  en un momento determinado, analizábamos la realidad del los males que aquejan a nuestro Planeta Tierra (y, lógicamente, aparecían el hambre, el terrorismo y las guerras, el desempleo...) el profesor nos decía que “hay que buscar los culpables... haciéndonos la pregunta ¿quién es quién se beneficia de esa situación?”

 
La respuesta, por mi parte está bien clara: los resortes de libertad están al servicio de las enormes y anónimas empresas multinacionales… y de todos los instrumentos financieros que han permitido y permiten las tantas guerras y las tantas acciones terroristas.

 
- ¿Y qué conclusión podemos sacar de todo esto? (cuestionó Elisa).

 
A lo que el profesor respondió:

 
- El resumen es que los seres humanos, como energúmenos, nos hemos matado en siglos pasados y nos seguimos matando, unos a otros, sin más razón que la sinrazón.

 

Actualmente, en el mundo en que vivimos, más que nunca, tenemos cantidad de instrumentos de destrucción, pero también poseemos innumerables instrumentos de reconciliación. Se impone, luchar contra la violencia y el terrorismo, ese enemigo “anónimo”, que a todos perjudica. O somos fraternales o somos fratricidas. Parte de la Historia que ahora se escribe está en vuestras manos. 

 
Propongámonos que nadie en el mundo vuelva a utilizar ni el nombre de Dios para hacer la guerra, ni tampoco el del diabólico ídolo del beneficio económico. Pues, en un momento en el que no sólo hemos comprendido que la mundialización es una realidad, sino que la globalización de la economía ya también está rompiendo las barreras de los Estados,  ¿qué sentido tiene poner nuevas divisiones?

 
Y frente a la otra gran lacra, la de la locura terrorista, serenidad. No dejarnos avasallar. Lo que los terroristas pretenden es provocar el desconcierto intelectual y moral; puesto que la propaganda que se hacen ellos, utilizando los distintos medios de comunicación a su alcance, pueden llevar a una importante parte de la ciudadanía a creer en sus razones o excusas, y que puede llegar a influir, de manera importante, en la opinión pública; de manera que quien para unos es un terrorista, para otros hasta sea visto como un luchador por la libertad. Así, en la actualidad, la propaganda se ha convertido en el eje sobre el cual gira la estrategia del nuevo terrorismo.

 
- Y nosotros ¿qué podemos hacer? (levantó la voz Ramón, lanzando la pregunta).

 
- Por nuestra parte, tenemos que rechazar  cualquier tipo de violencia e intolerancia para evitar  más conflictos. Desde nuestro entorno más cercano. La violencia sólo engendra más violencia. Cualquier tipo de violencia entra en ese espiral que no tiene fin. Por eso hemos de evitarlas todas, por sistema. Sabiendo que la violencia no tiene que ser física para ser violencia; pues también la violencia verbal genera muchas de las mismas consecuencias que la violencia física y puede convertirse  en el preludio de la violencia física.


Es fundamental, queridos todos, que aprendamos a ser tolerantes y a que sepamos huir de quienes van por la vida pensando que “lo suyo” es lo único válido o bueno. En realidad lo único que denotan estas personas es que no están capacitadas para vivir en sociedad: que son incivilizados, que no merecen el nombre de ciudadanos.

 
Es sobre la justicia, la paz, la libertad, la equidad, el reconocimiento de la dignidad de todo ser humano, dónde puede edificarse un futuro esperanzador para la Humanidad. 
 


 (Capítulo 20 de “GRANDES REGALOS”)

3 comentarios:

  1. !!Hola,Jose maria!

    Un post magnifico,por la forma de plasmarlo y por la cantidad de sentimientos que despiertas.
    Has dado en el clavo,todos piensan que lo suyo es lo mejor,de ahí las guerras y conflictos ,y todo lo que genera violencia,sea de la índole que sea.Pienso ,en mi humilde opinión,que tendríamos que resetear el mundo,ponerlo a cero,y empezar con nuevas enseñanzas y métodos.Esto es imposible,es una quimera,pero me hace feliz saber que hay personas que lo intentan cada día,que luchan por mejorar este mundo azul desordenado.

    Muchísimas gracias por tu visita y amabilidad.Muchos besitos y buen finde.

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  2. José Maria, un articulo de fondo el que nos ofreces desde una perspectiva humanista,y sí, el hombre tiene una parte en sí, que acude a la violencia par resolver lo que no se acomoda a sus intereses. Desde casa, los padres que golpean o insultan a los que conviven con ellos para deformar la conducta de los demás y lograr cambiar las cosas a su beneficio. Hay mil ejemplos. Pero... aún hay esperanza, aquella que brilla en personas como tú, con un cálido deseo de que el equilibrio que esperamos que reparta la justicia, aún sabiendo que es difícil ¡suceda!. Gracias, me uno a tus puntos de vista. Empezando por ser consciente de mis acciones y tratar de mejorar de manera coherente y tácita cada día en favor mio y de los demás. Un abrazo.

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  3. vaya textos que nos dejas un articulo tal y como va ahora la vida y la tierra...
    te deseo feliz semana.
    un abrazo
    Marina

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