domingo, 30 de septiembre de 2012

ES ABSURDO




Es absurdo gastar
la vida
en contar cómo pasa...
Dejar discurrir
la vida
renunciando
a ser quienes somos.
Vagando
por los días,
meses,
años
que tenemos...
sin hacer de ellos
una permanente aventura:
la aventura
de ser felices.

No entiendo a esa gente
que se pasa las horas
amargándose
la existencia
mientras amarga la realidad
de aquellas otras personas
que le rodean...
Ocasionando problemas
a sus familias,
a compañeras o compañeros
de trabajo...
Hipotecando la propia vida
y la salud de los demás.
Andando como energúmenos,
irresponsablemente...,
arruinando todo
cuanto encuentran a su paso.

Quizá podamos preguntarnos:
¿de qué se trata...?
¿Es egoísmo,
es locura?
Es la locura del egoísmo.
La vida es un regalo.
Pero nunca se nos da
para reservárnosla
y esconderla:
es un magnífico regalo
que nos puede llenar
de gozo constante;
pero como es
un “bien compartible”
sólo nos es grato
si la hacemos,
siempre,
permanentemente,
una realidad compartida...

Compartir, no depender;
o, en todo caso, inter-depender,
pues, de alguna manera,
toda relación humana
tiene algo de mutualidad.
Afrontando realidades,
no llorando ante las dificultades.
Porque avanzar
siempre es un reto
y tiene sus riesgos.
Pero eso mismo
le da belleza y sentido.


                                  (Del l ibro de poemas  “Ácido  Desoxirribonucleico”




miércoles, 26 de septiembre de 2012

AMOR Y PROCREACIÓN


SEXUALIDAD Y VIDA

La sexualidad es algo más amplio que el amor conyugal y la genitalidad. Pero sí, es cierto que de las relaciones entre dos personas que se tratan, surge el cariño, el deseo de disfrutar y disfrutarse mutuamente, nace y se desarrolla el amor… ¡Es ley de vida!

Cuando un hombre y una mujer quieren hacer fructificar su amor… surge el deseo de traer un hijo al mundo.

Es, seguramente, una parte de la ilusión de que quede perenne el amor que existe entre ellos; también la manera de que su “proyecto” familiar siga permaneciendo… en futuras generaciones.

Pero también hay algo más:

Si (por ejemplo) soñamos en un futuro mejor, es lógico que queramos traer al mundo personas que lo hagan posible, que luchen por hacerlo realidad.




Claro que también puede haber quienes razonen que es egoísta traerlos (si el mundo está tan mal y sólo van a venir a sufrir), por el gusto de tenerlos y presumir de ellos… Aunque, pensando un poco, pueden llegar a aceptar como válida y valiente la postura anterior: precisamente porque la realidad del mundo actual no es la ideal, habrá que aportar por que vaya siendo mejor: será una apuesta a la Esperanza.

Si bien, también, puede haber quienes se plantean traer hijos al mundo con una visión más egoísta (como sentirse acompañados, tener quienes les cuiden en la vejez o puedan seguir trabajando en el negocio familiar…); pero no es esa (así me gusta pensarlo) la ley que rige en la mayoría de las uniones conyugales.



Como principio general, yo quiero creer que la mayoría de las parejas humanas, lo que desean para sus hijas e hijos es que disfruten del don de la vida. Y también que pueden ser colaboradores en la permanente y constante Creación: constructores de un mañana mejor.



Los hijos, en muchas ocasiones forman parte del “plan de vida” proyectado por muchas parejas. Y desean ver hechos realidad sus sueños.

Claro que, desde antes de que vengan hemos de quererlos… Y también amarlos de verdad; porque van a ser ellos, no “nuestros sueños” de ellos.



Traer una hija, un hijo, unos hijos al mundo… son fruto y signo de la Esperanza; porque hay que creer en el futuro, hay que comprometerse: los hijos son, realmente, compromisos con la Historia.

Tener hijos hoy (niña o niño) es algo diferente de cómo era en tiempo de nuestras abuelas. Hoy día se puede elegir la mejor fecha y no tiene porqué haber embarazos no deseados.  Como también se puede decidir previamente el sexo (con la llamada “ciclología”).


Pues será varón si se engendró el día de la ovulación (o inmedia-tamente después), no antes... 



Claro, es fundamental que la mujer conozca el “funcionamiento” de su cuerpo, para “acertar” en la concepción (lo mismo que la anti-concepción); lo primero: saber qué día ovula y cuáles son sus días fecundos.


Pero, a veces, por problemas de diversa índole, la intención queda frustrada: el deseado embarazo ¡no llega!



¿Qué hacer?, ¿resignarse?, ¿sentirse dolidos con la vida?
¿O empeñarse, sea como sea?

Como dice la sabiduría ancestral “querer es poder”. O sea: si queremos podemos… y si podemos, debemos.



Pero ¿cómo?, ¿buscando métodos biológicos-naturales?, ¿echando mano de técnicas artificiales?, ¿adoptando los hijos naturales de quien no los quiere o no los puede atender?




AYUDAS NATURALES 
PARA CONCEBIR 

Existen “remedios” (digamos “ayudas”) naturales, si no se quieren artificiales (que también los hay, y con ello un gran “negocio” montado) como es la “fecundación in vitro”.



Y, muchas veces, los remedios más sencillos son los más eficaces.

Uno de ellos es, simplemente,  que la mujer, después de mantener una relación sexual (en los días de máxima fertilidad), se quede en la cama, boca arriba con una almohada o cojín que le mantenga el trasero elevado; manteniendo esta posición por media hora. Esto permitirá que el semen permanezca más tiempo en su útero y, por ello, existen más posibilidades de que éstos actúen como corresponda.




Un muy buen remedios naturales para ayudar a que una mujer se pueda quedar embarazada es la jalea real, ya que promueve la fertilidad. Efectos similares tiene el té de caléndula. (preparar una infusión y tomarla cada día). Además de ser muy buena para limpiar el tracto vaginal de forma natural, tiende a regularizar el ciclo menstrual.



También va bien el té de cebolla, para ayudar a ovular bien: hay que hacer una cocción de cebolla blanca, cortada en rodajas, en 2 vasos con agua (tapada ara que no se evaporen las propiedades de la cebolla); añadir miel de abeja y una copa de ron o brandy,  luego se le deja reposar y se guarda en la nevera. Cada día tomar un poco en ayunas (es mejor calentar un poco).



Otro de los mejores remedios caseros para quedar embarazada, ni más ni menos, está en la propia mente. La mujer debe relajarse, dejar de lado la ansiedad y olvidarse un poco del “problema”. Tener paciencia (que es esperanza a lo cotidiano) y, tal vez, el día menos pensado llegará lo tan buscado. Porque, muchas veces el estrés y la angustia son lo que generan la situación de bloqueo que impide conseguirlo.



Aunque la mayoría de los médicos está de acuerdo con que una alimentación sana y equilibrada es la mejor forma de recibir las vitaminas y los minerales necesarios, en muchos casos,  los médicos alopáticos no encuentran la clave para orientar bien, a tantas parejas, a solucionar el problema; pues no se trata de una verdadera disfunción física, simplemente es una circunstancia pasajera. Es por lo que, tantas veces, es más acertado buscar un buen remedio casero para lograr la fertilidad.


El uso de remedios herbarios para la infertilidad es una práctica muy antigua. Los suplementos de plantas para ayudar a la fertilidad están compuestos por raíces, hojas, cortezas, frutas y flores. Actualmente están comercializados como comprimidos, píldoras, té y en forma de gránulos.

Se sabe que los suplementos herbarios para la fertilidad tienen un efecto positivo en el sistema hormonal, los órganos reproductores y el impulso sexual.


Los suplementos herbarios para la fertilidad comunes para las mujeres incluyen:




- Trébol rojo: uno de los remedios herbarios para la fertilidad más populares; se le atribuye la función de nutrir el útero, relajar el sistema nervioso y equilibrar las hormonas. Tiene alto contenido de calcio, vitaminas y magnesio.



- Sauzgatillo: ayuda a equilibrar las hormonas al estimular la glándula pituitaria, que produce hormonas sexuales como el estrógeno, la progesterona y la testosterona.



- Cimicifuga racemosa: mejora el funcionamiento hormonal debido a sus fitoestrógenos.



- Raíz de unicornio falso: estimula la ovulación y restaurar el equilibrio hormonal.



- Hoja de frambuesa: restaura el equilibrio hormonal y nutrir el útero..



- Pie de león: ayuda en la regulación de la menstruación y el fortalecimiento de la pared uterina.



- Ortiga: se utiliza para regular las hormonas del cuerpo, la ovulación y la menstruación. Es rica en clorofila y minerales.


Los suplementos herbarios para la fertilidad comunes para los hombres incluyen:



- Ginseng asiático: es un remedio popular para la infertilidad en la medicina china, pues parece que aumenta los niveles de testosterona, el recuento de espermatozoides y la motilidad espermática.



- Astrálago: mejora el recuento y la motilidad de los espermatozoides.



- Tríbulo: regula las hormonas e incrementa la testosterona.



- Palma enana americana: se utiliza comúnmente para la salud de la próstata y también parece aumentar la fertilidad.


COMO COLOFÓN, 

UN CONSEJO MUY EFICAZ:


Para la chica: tomar, cada mañana, un chupito (tres cuchadas soperas) de pulpa de áloe vera, mejor si es la mezcla de los áloes más valiosos (en sinergia), como son áloe barbadensis miller (vera), áloe arborescens miller, áleoe férox (más rico en hierro) y áloe chinensis (más rico en calcio, magnesio y potasio). Todos ellos proporcionan gran cantidad de muco-polisacáridos, vitaminas, minerales y enzimas.


También, cada día, dos comprimidos de jalea real. En ella se encuentran unos 20 aminoácidos, entre ellos algunos de los esenciales, así como casi todas las vitaminas del complejo B, vitamina C y varios minerales (hierro, potasio, sodio y pequeñas cantidades de cromo, manganeso y níquel).

Y, ácidos grasos Omega 3, para aumentar los estrógenos: bien en la alimentación cotidiana (pescado azul, nueces, etc.) o en cápsulas (de venta normal en establecimientos de salud), 2 a 4 al día.


Para el marido: la pulpa de áloe (igual que su pareja) y la jalea real (todo el mundo sabe que rejuvenece el cuerpo y proporciona una energía extraordinaria.


Y por supuesto… ¡esperar los días fecundos de ella para demostrarle TODO SU CARIÑO!





martes, 18 de septiembre de 2012

AQUI Y AHORA


 A VECES VIVIMOS DISTRAÍDOS

A veces,
muchas veces...
¡tantas veces!
vivimos distraídos,
estresados,
agobiados...

No vemos,
no sentimos...
¡se nos escapa... el momento
presente
en
el
que
estamos!


La vida es
una realidad siempre actual:
presente
en el ahora
y eterna
en el para siempre.


Pero es necesario
dejar de estar distraídos.
Es muy necesario
pararse... y ver
y oler
y oír
y palpar
y saborear...
Es imprescindible
saber mirar la vida,
saber escuchar su armonía,
saber gustar
las realidades que tenemos delante...


Y, porque vivimos tan aprisa...
¡se nos escapa!.

Como tantas cosas
que perdemos
cuando las queremos arrebatar
egoístamente:
se nos derrama la arena o el azúcar
que apretamos en la mano,
se pierden el aroma y el color
de la flor que cortamos
para encerrarla entre papeles,
se nos escapa la vida
si no la compartimos...


La poesía está en la vida.

Quienes la escriben...
han de saber percibirla,
a cabalidad...
para luego, así, contarla
por todas partes...
¡Es tan preciso llevar,
a
todo
el mundo,
la poesía!


Hoy, aquí, ahora;
pero también mañana,
que ya casi es... y va
a sentarse a nuestra mesa,
y pasado mañana,
que enseguida
estará asomándose a la puerta
de nuestra vida cotidiana.



Venga, dejémonos ya
de estar pintándolo todo
de pasado,
miremos al hoy que está
en nuestras manos...
y, si nos atrevamos,
digamos las palabras
que el estar
presentes en la vida
nos sugiere.