martes, 30 de diciembre de 2014

GENIALIDAD Y SURREALISMO

 
SALVADOR DALÍ
Y GALA ÉLUARD

(LUCES Y SOMBRAS)

 

Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, para todos, es universalmente  conocido por sus impactantes y oníricas imágenes surrealistas como Salvador Dalí.








Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una notable tendencia al narcicismo y a la megalomanía, con el objeto de atraer la atención pública.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


Realmente, como decía Ortega y Gasset “cada quien es él y sus circunstancias”.
Salvador Dalí, tuvo, desde su nacimiento y primera infancia unas “circunstancias” que le marcarían su vida tremendamente.




Aquel niño querido para “sustituir” a su hermano muerto no podía ser “normal”. Y resultó un genio; acaso algo trastornado, tal vez un tanto maniático, quizás necesitado de “ser único” y querido por él mismo.





Todos, cuando vamos creciendo, queriendo salir de la niñez, sentimos el deseo profundo de hacernos únicos; de alguna manera, nos “reconocemos” en contra de lo que se nos ha establecido como “norma”. Y buscamos “la diferencia” entre nuestra figura paterna o materna para sentirnos “alguien” con una personalidad única, diferente a la de nuestros progenitores.





 

¿Cómo vivir esa “búsqueda de identidad” habiendo nacido nueve meses después de la muerte de su hermano mayor, llamado también Salvador?, ¿cómo no marcaría esto la vida del niño artista que, seguro tuvo que pasar por esa “crisis de personalidad”, al creer que era la copia de su hermano muerto? Idea que era reforzada por la actuación de sus progenitores; ya que con cinco años, sus padres lo llevaron a la tumba de su hermano y le dijeron que él era su reencarnación, una idea que él llegó a creer. De su hermano, Dalí dijo: “nos parecíamos como dos gotas de agua, pero dábamos reflejos diferentes...”
 


 
Dalí también tuvo una hermana, Ana María, cuatro años más joven que él.








 
Cuando Dalí tenía 16 años, su madre murió a consecuencia de un cáncer de útero. Sobre la muerte de su madre, que él adoraba, diría más tarde que fue el golpe más fuerte que he recibido en mi vida; pues no podía resignarme a la pérdida del ser con quien contaba para hacer invisibles las inevitables manchas de mi alma...
 
Años más tarde, conoció a Elena Ivanovna (Gala). A partir de ahí, algo grande cambió en su vida.
 
 
Y vivió entregado a ella, como adorándola.
 






Gala,

divertida,

comunicadora,

arrolladora,

quizás coqueta,

y soñadora de ensueños.

 

Seguramente

enamorada de la vida

y de todo lo que hacía:

Cantar, bailar, recitar

poemas que aprendió de niña

y otros que escribe ella

en sus ratos de soledad.

 


Sabe querer como pocas,

también

pretende encontrar

un amor total

en alguien que la ame

con el corazón

y el cuerpo entero.

 

Sabe que su cuerpo

es como una reliquia

que debe conservar en bien

pero no esconder a nadie,

pues todo amante

de la belleza tiene

derecho a gozar

de la visión preciosa

de su cuerpo único

y entero hermoso.

  
 


Gala ama a Salvador Dalí

como nadie supo hacerlo antes

y él…, hechizado

dedica su vida

a gratificarla,

día a día,

hora a hora,

en cada una de sus obras.

 
 
 

Mirando la figura, la personalidad y la manera de amor devoto de Salvador Dalí a Elena Ivanovna (Gala), creo que es una ocasión única para plantearse ¿qué buscamos, tantas veces, los hombres y las mujeres al escoger pareja?, ¿complementariedad?, ¿necesitamos de otra persona para vivir con ella lo que nos falta, a modo de otra “media naranja” que cubre lo que nos falta?, ¿es apoyo, es dependencia?, ¿deseamos una compañía para llevar a cabo, juntos, un proyecto de vida?

 
¿Es posible, es real, es fantástica, es una locura la manera de amar de poetas de la vida como Salvador y Elena, como Gala y Dalí?

 
Ésta, indiscutiblemente, es una historia real de amor y pasión, de compenetración armoniosa que llegó a alcanzar hasta la dependencia; algo que, muchos, no entenderán nunca. Pero que, siempre, será ¡para otra tanta gente! un símbolo de lo que es la mutua generosidad.

 


¡Gracias, Gala,

gracias Salvador Dalí!



Fotografías tomadas en el Teatro-Museo Dalí de Figueras