jueves, 28 de diciembre de 2017

ES... ASÍ.

                   
        RECETA 
            DE  FELICIDAD

Para ser feliz
hay que saber lo que se quiere
en la vida.
Para saber lo que se quiere
lograr en la vida,
hay que buscarlo.

 

Para buscarlo acertadamente,
hay que hacerlo
con decisión y entrega.
Hay que quererlo.
Con tesón.
Para ello, lo primero es tener
mucha ilusión.
Y tener la gallardía
y el coraje
necesarios
para abandonar el desencanto,
la apatía, la loca nimiedad
de renunciar...
antes de empezar.



Para ser feliz hay
que arriesgar la vida;
que es lo mismo
que amarla mucho.
  


(del libro de poemas ADN)


sábado, 16 de diciembre de 2017

OPINANDO...


JUSTO  Y  RAZONABLE

Una mentira repetida mil veces…


No son presos políticos; son gente inmoral que ha utilizado la política para beneficiarse de ella, para otras cosas muy diferentes a las que se debieran haber dedicado (enriqueciéndose unas veces, haciendo lo que les da la gana otras, buscando otros intereses que no son el bien de la sociedad a la que debieran servir). Tantas veces lejos de lo permitido por la ley.


Pero después de escuchar mil veces que son “presos políticos”, acabaremos creyéndonoslo (o por lo menos dudando de si nuestra opinión es o no la más razonable). En un estado democrático (con todos los fallos que puede tener, que no son pocos), pienso que es la ley la base de la convivencia. Esa es la “regla del juego”.  Y no podemos funcionar como si estuviésemos en un estado anárquico o dictatorial.

Si hemos elegido una Constitución (aunque se da el caso de que, por cierto, yo no la pude votar), hemos de respetarla. Fue aprobada por la mayoría de la ciudadanía, por ¡el pueblo español! Y. mientras no la cambiemos, es la que hay.


Se puede estar en contra de ciertos artículos, se puede estar en contra de todo lo establecido por las leyes y nuestra Constitución; se puede estar, incluso, en contra de los estados. Es razonable, en realidad yo también lo pienso; pues es muy cuestionable si es, acaso, lógico, distribuir el mundo en países, con fronteras casi siempre ficticias, generadas por acuerdos, después de unas guerras o unas negociaciones económicas.


Pero es absurdo, en pleno siglo XXI, querer dividir, cuando lo lógico, lo razonable sería ir a buscar unidades más grande, suprimir murallas, establecer puentes, avanzar en un mundo ¡sin fronteras!…

De todos modos, es muy admisible que cada quien piense como piensa. Lo que no se puede permitir es que la sinrazón se imponga.

Vivir en sociedad requiere unas “normas de convivencia”. Y, en nuestro estado de derecho, las cosas son como son (porque así las hemos acordado, así las hemos querido).

Ciertamente lo justo y lo razonable no siempre coinciden. Lo lógico y lo legal tampoco.


Pero…

Yendo a lo práctico:

La tentación de caer en la intransigencia, nos puede llevar a pensar (a base de “mentirnos” a nosotros mismos) que sólo unos cuantos tenemos la razón.  


Y, si bien es verdad que siempre hay que ser intransigente con los intransigentes, es peligroso creernos siempre los dueños de la absoluta verdad. Lo cual puede ser falso, no ser verdad. Porque, aunque “nuestra verdad” sea la auténtica verdad, según nuestros propios criterios, esa verdad puede no ser aceptada (ni mínimamente) por quienes tienen otros criterios para seguir sus vidas.




¿Justo y razonable? Es la cuestión…