viernes, 15 de noviembre de 2024

HOY ES HOY

 


EL AHORA: ENTRE

EL RECUERDO Y EL DESEO


Buscando entre nuestros recuerdos…, podemos llegar a sentir que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Pero…, ¿por qué nos parece mejor aquello que ya dejó de ser?, ¿por qué si nos asomamos al “baúl de recuerdos” que tenemos albergado en nuestro cerebro… siempre nos lleva a “recuperar”, a sacar “cosas buenas del pasado?

Pues lógica y simplemente porque ¡es la función de la memoria!

Mas, ¿por qué, tantas veces, percibimos el pasado… con más complacencia que nuestro momento presente?  

Hay un par de razones obvias:

Normalmente, los ayeres están llenos de ilusiones (éramos más jóvenes, veíamos el camino del por-venir con miles de posibilidades, hacíamos proyectos, sabíamos que muy posiblemente teníamos más camino a recorrer que lo ya superado…).

Pero también es que hay una razón propia de nuestra naturaleza humana: la memoria es “selectiva”, manifestación cognitiva de nuestro cerebro que da prioridad a cuanta “información” nos agrada, porque encaja con nuestras creencias o deseos… y son las que “elije” guardar (el olvido es complemento, forma parte de nuestra memoria).

Por poner un ejemplo práctico: ¿qué encontramos en nuestros álbumes de fotos? Seguramente (es lo más posible), encontraremos fotografías de vivencias felices: pasando las páginas…, veremos instantáneas en las que aparecen recuerdos de bautizos, bodas, cientos de celebraciones de aniversarios, cumpleaños; pero raramente encontraremos fotos de funerales, de días en un hospital, de discusiones en familia o broncas con el jefe o los compañeros del trabajo… 

Más de unos cuantos días de vacaciones que de meses seguidos en la escuela, el instituto, el taller o la oficina…

Y bien: si esta función del cerebro que es la memoria sabe seleccionar, lo bueno, lo mejor de cuanto hemos vivido…, ¿qué conclusión podemos sacar para vivir nuestro ahora de la manera más satisfactoria posible?    

Pues, se trata de:

Uno: renovar las ilusiones, mirar al futuro con optimismo…

Dos: programando actividades posibles…

Tres: olvidando, dejando en el pasado lo que ya es imposible que pueda volver a suceder.

Entre el recuerdo y la ilusión, ¡está, es el ahora!