sábado, 31 de diciembre de 2011

LA PESETA

El 1 de enero de 2002, muchos europeos dimos la bienvenida al euro, como moneda única. A partir de ese momento, españolas y españoles  tuvimos que despedirnos de nuestras pesetas.

Hoy, diez años después, muchas personas lo recordamos; acaso hasta con un poco de añoranza.

Yo quiero aprovechar para compartir, desde aquí, con quienes me siguen, lo que escribí en aquella fecha.


ADIÓS... PESETA


Aún sin quererlo , tengo 
que decirte adiós: peseta
de mi vida entera.
Desde que siendo niño,
desde que... sin saber aún
el valor, ni tampoco el sudor
que, por tenerte, me llevarías
a derramar, en los tantos días...

Peseta has sido
a lo largo de tantísimos años,
de las muchas cosas...
la más deseada. Y hasta
has motivado disgustos,
peleas, envidias y recelos,
rupturas de familias,
empujones y zancadillas
entre compañeros...
¡hasta crímenes!

¿Quizá habría que
pedirte perdón
porque hicimos de ti
todo lo contrario... 
de aquel servicio
para el que habías nacido: 
un medio de comunicación
y justos intercambios...?      

Ahora te vas... ¿por qué
lo haces?
Yo aún no lo tengo claro:
dicen que para abrirnos a Europa,
para estar más en sintonía
con el mundo actual
(tan globalizado él)...
No sé, quizás es
que te apetece ver
como nos ponemos un tanto
románticos... al ver
como te retiras del mundanal...
como a la clausura
de un convento... asqueada
de todo lo malo que has visto
por el secular mundo...

Quizá, con tu largo currículo,
llegaste a la conclusión
de que lo importante
no es lo que rueda y rueda,
no es lo que pasa
de mano en mano,
no es lo que sirve para
materializar 
todas las cosas, hasta
las relaciones humanas...
Que todo eso es
demasiado efímero
para seguir
dedicándote sólo a ello.
Por ello te vas... dejándonos
una invitación abierta
para que pensemos
que la vida es
algo más,
que hay que pararse a ver
también otros valores,
desde luego menos materiales:
la más limpia belleza
de una flor... no tiene,
no puede tener precio; 
la amistad verdadera...
no se compra
ni se vende;
la  paz de un hogar armonioso...
es tesoro incalculable;
el haber encontrado el sentido
a la vida
y saber mantenerlo
todos los días de la existencia...
¡no hay dineros
que puedan tasarlo!

Pero sábete que
siempre,
aunque sólo sea coloquialmente,
seguiremos hablando de ti,
y criticando a unos
por “peseteros”,
y despreciando a mil cosas
diciendo que “no valen
una peseta”; o, tal vez,...
seguiremos utilizándote
para piropear
a la rubia que pasa
“más bonita que las pesetas”...  

Adiós, peseta, adiós.
Adiós...
aunque sea por un tiempo... que
tal vez, es posible,
algún día yo también
te siga... y me retire
a ese mundo de “vivir”
unas relaciones sin dinero,
con el valor (el divino valor)
de hacer cada día
cada cosa... dándole
sólo (y todo) el valor
que ellas tengan:
como es el amor, la paz,
la comprensión, la armonía...
sin intereses,
tampoco sin devaluaciones.

Gracias, por todo, peseta.


                   José-María Fedriani

3 comentarios:

  1. Muchas gracias por tus visitas al blog, durante el año 2.011. Una nota para ti por aquí: http://siguemeporaqui.blogspot.com/2012/01/2012-fin-de-mundo.html

    ResponderEliminar
  2. hola José,
    mis padres se acuerdan del marco alemán y comentan a menudo que fue una moneda fuerte dentro de la EU. Lamentan mucho haber perdido esa fuerza monetaria. Pero ya no se puede ir marcha atrás porque no será lo mismo.

    te saludo muy cordialmente
    Felicidades en el Dia de los Reyes Magos

    ResponderEliminar
  3. Pues sí que se echa de menos a "la peseta" pero la vida sigue y por suerte vamos mejorando y creciendo como personas...
    Besotes,

    ResponderEliminar