domingo, 27 de mayo de 2012

LA MIEL: DULCE ALIMENTO



LA MIEL, 
MARAVILLOSO REGALO 
DE LA NATURALEZA.

En todos los lugares y en todas las épocas, este maravilloso regalo de la naturaleza que es la miel ha sido objeto de consumo y uso por parte de la humanidad, siendo considerada como un alimento, donde los dioses, con numerosas cualidades que podían ser transmitidas en su consumo.

Así, una de las frases más antiguas que forman parte de nuestras tradiciones es la de "luna de miel", heredadas de una costumbre romana donde la madre de la novia dejaba cada noche en la alcoba nupcial, a disposición de los recién casados, una vasija que contenía miel durante toda una luna.

Las abejas y la miel han acompañado al hombre a lo largo de la historia. Su aparición en la tierra se ha establecido como que data del periodo terciario, hace aproximadamente sesenta millones de años.

En muchas culturas ha sido considerada la miel como un vehículo hacia la inmortalidad, alimento de los dioses.


Numerosos ejemplos pueden encontrarse en las distintas culturas:
Las primeras referencias históricas sobre la miel se remontan a la prehistoria. Lo certifican las pinturas rupestres de la Cueva de la Araña, situada sobre el río Cazunta, en Bicorp (Valencia), realizadas 10.000 años antes de  Cristo, en las que se representa una escena de extracción de miel: en ella aparece una figura humana, la cual cosecha la miel de una colmena tallada en una concavidad de pared rocosa. También se observan en la misma obra de arte algunas  abejas que revolotean en torno al panal.

Los egipcios ya se beneficiaban de esta sustancia con fines terapéuticos. Son muchas las escrituras jeroglíficas sobre medicina en las que aparecen recetas con miel. En una tumba egipcia construida hace 3.000 años se encontró una vasija con miel en perfectas condiciones. Esa miel llevaba 30 siglos y aún estaba fresca y comestible. En bajorrelieves egipcios se representa un apicultor recolectando miel de las colmenas. También la utilizaban para embalsamar a los muertos, por sus cualidades antisépticas.

Se cuenta que esta técnica fue utilizada por los macedonios para preservar el cuerpo de Alejandro Magno durante dos años en la conquista de Babilonia, antes de transportarlo hasta Macedonia para ser inhumado.

Este remedio para todas las enfermedades, según palabras del propio Mahoma, aparece en el tratado Cánones de la Medicina del famoso médico árabe Avicena, en el que se incluyen decenas de recetas a base de miel.

En el Corán se aconseja: "come miel hijo mío porque no solamente es agradable y sano alimento sino que es también un remedio contra no pocas enfermedades".

Disfrutaban de ella también en la antigua Grecia, que aseguraban que el dios Zeus fue alimentado con miel por las abejas. Era un alimento muy apreciado por los atletas olímpicos griegos como fuente de energía.

Hipócrates consideraba a la miel como una magistral medicación fortificante y dadora de larga vida. Aristóteles recomendaba la miel para controlar distintas afecciones.

El filósofo Pitágoras y sus discípulos la consumían a diario como parte de su dieta junto con vegetales. Los romanos, seducidos por este apreciado néctar, lo utilizaban habitualmente tanto para elaborar sus platos como para condimentar sus vinos. También fue apreciada por otras culturas milenarias, como la china o la india.

En la América precolombina se consideraba a la miel como el alimento del fuego, otorgándole la capacidad de suministrar calor y energía para el hombre.




Pero ¿qué es  la miel?

Según la Real Academia Española, la miel es “la sustancia viscosa, amarillenta y muy dulce que producen las abejas transformando en su estómago el néctar de las flores, y devolviéndolo por la boca para llenar con él los panales y que sirva de alimento a las crías”.

Esa definición describe técnicamente qué es este alimento y su importancia en el reino apícola. Sin embargo, lo que la miel representa en la alimentación humana es mucho más que eso.

La miel es una sustancia altamente valiosa, formada, principalmente, por azúcares (fructosa y glucosa) pero es más que azúcar, pues está formada por más de 70 sustancias biológicamente activas, la mayor parte de las cuales proceden del néctar y algunas de las glándulas hipo faríngeas de la abeja, como las enzimas e inhibinas. Con todo ello, es una maravillosa fuente de minerales y vitaminas.

Si bien está compuesta principalmente por hidratos de carbono simples, es decir por azúcares, estos tienen una constitución química diferente a la del azúcar común. Por eso es que se recomienda como un sustituto seguro de la glucosa.

La miel es un producto natural formado por numerosas sustancias biológicamente activas. Por sus propiedades terapéuticas, se utiliza desde la antigüedad, como ya sabemos.

La miel es el edulcorante natural más antiguo que se conoce. Ha tratado numerosas dolencias de la humanidad desde tiempos inmemorables.
Esta sustancia de color ámbar, sabor dulce y consistencia viscosa se encuentra a medio camino entre el mundo animal y el vegetal, es un producto natural muy energético y con propiedades medicinales.  
Porque es elaborada por las abejas melíferas a partir del néctar de las flores y de otras secreciones azucaradas que recogen de las plantas, puede decirse que la miel se encuentra a mitad de camino entre los alimentos vegetales y animales.

Este complejo producto natural está formado por muchas sustancias biológicamente activas, la mayoría procedentes del néctar y de las glándulas hipofaríngeas de la abeja, como las enzimas e inhibidinas.

La composición de la miel es la siguiente:

- Hidratos de carbono: Del 80% al 82%, formados por una mezcla de glucosa o dextrosa ( 31%), fructosa o levulosa ( 38%), sacarosa ( 2%) y otros. Tanto la glucosa como la fructosa son azúcares simples (monosacáridos) que no precisan ser digeridos.

La glucosa, al llegar al intestino delgado, pasa a la sangre directamente. Desde ella se distribuyen por todas las células del organismo, donde se oxida o quema produciendo gran cantidad de energía que se almacena. La glucosa precisa de la hormona de la insulina para entrar en las células y ser quemada.

La fructosa tiene una absorción es más lenta que la glucosa. Cuando se toma en grandes cantidades, la fructosa de la miel puede producir malestar abdominal y diarrea en algunas personas, debido a la mala absorción.

- Agua : Normalmente es inferior al 20%. La consistencia ideal se obtiene cuando el agua esta entre el 17% y el 18%, que depende del tipo de flores utilizadas por las abejas.

- Proteínas: En muy pequeña cantidad, del 0.3% al 1%.

- Minerales: Todos ellos en pequeñas cantidades, como el hierro, fósforo, magnesio, calcio, potasio. Contienen también oligoelementos como el cinc, cobre, y manganeso.

- Vitaminas: Pequeñas cantidades del grupo B ( excepto la B12) y de vitamina C.

- Ácidos orgánicos: Principalmente fórmico, málico, acético, succínico. Proceden del néctar que sirve de materia prima y entre todos alcanzan el 0.3%.

- Enzimas: La más importante es la invertasa que convierte la sacarosa en glucosa y fructosa.

- Inhibinas: Son sustancias termolábiles y fotolábiles (que se destruyen con el calor y con la luz) que otorgan a la miel capacidad bactericida.

- Otros componentes: Sustancias aromáticas, un principio similar a la acetilcolina, diversas proteínas y aminoácidos, granos de polen y otras muchas aún no bien estudiadas.




PROPIEDADES Y BENEFICIOS DE LA MIEL

Teniendo en cuenta la composición de la miel, podemos deducir que:

- Las numerosas sustancias nutritivas y biológicamente activas que contiene la miel, además de los azúcares, que deben actuar de alguna forma en el organismo.

- El hecho de que esas sustancias se encuentren en cantidades pequeñas no es motivo para ignorarlas. Cada vez se están descubriendo nuevos e inesperados efectos beneficiosos de sustancias que se encuentran en muy pequeñas cantidades en los alimentos, como elemento fotoquímicos de las plantas.

Con todo esto…

La miel posee numerosas propiedades curativas, tanto terapéuticas como nutricionales. Es mucho lo que se puede decir de las bondades de este producto tan natural, sano, nutritivo y del resto de los productos de la colmena (polen, propóleos, jalea real), maravilloso resultado del mundo de las abejas.

La miel es mucho más que un edulcorante natural. Sus numerosas propiedades saludables que tiene, tanto ingerida como en aplicación externa, hacen de la miel una dulce medicina.

La miel es un producto que cuenta con importante atributos naturales, que no necesita de tratamientos para ser mejorada y que es, sin lugar a dudas, uno de los alimentos más completos del cual la sociedad actual cuenta para enriquecer la dieta diaria.



Indicaciones:

- La miel  es de fácil asimilación debido a posee hidratos de carbono de cadenas cortas.
- Posee una importante actividad bactericida contra organismos enteropatógenos causante de infecciones del tracto intestinal. Beneficiosa en úlceras, gastritis, etc.
- Facilita la digestión y asimilación de otros alimentos: en el caso de los niños facilita la asimilación de calcio y magnesio.
- Posee mayor poder edulcorante que el azúcar.
- Es antioxidante: posee una importante actividad antioxidante, permitiendo la mejor conservación de distintos tipos de alimentos.
- Para el estreñimiento: Por su suave acción suavemente laxante  (regulariza el funcionamiento intestinal) posiblemente debido a una absorción insuficiente de la fructosa.
- Contribuye a cortar las diarreas infecciosas.  El consumo de 3 o 4 cucharadas de miel al día, disueltas en agua, contribuye a cortar las gastroenteritis causadas por salmonelas. Por su acción antibacteriana, también es efectiva en las colitis infecciosas.
- Posee propiedades sedantes (favorece la absorción de tripofano que es precursor de la serotonina).
- Sirve para combatir el insomnio y facilita el sueño reparador: dos cucharadas de miel potencian la acción de cualquier infusión sedante. Evita los calambres musculares y facilita un sueño reparador.
- En las afecciones respiratorias, ayuda a aliviar la tos y protege las vías respiratorias en el catarro común, facilita la expectoración y calma las irritaciones de garganta, faringitis y laringitis. Esto es porque ejerce una suave acción expectorante y antitusígena.
- Tomada con regularidad, puede evitar en algunos casos los ataques de asma. Esto atribuido al efecto desensibilizador de los granos del polen que contiene, actuaría como una especie de vacuna.
- Remedia la insuficiencia hepática debida a la hepatitis, alcoholismo u otras causas. La fructosa de la miel favorece la producción de glucógeno en las células hepáticas, sustancia similar al almidón que actúa como deposito de energía.
- Muy útil para el tratamiento de faringitis, laringitis, rinitis y gripes.
- En gárgaras alivia la irritación de garganta, las amigdalitis y las faringitis.
- Es antihemorrágica, antiséptica, antitóxica, emoliente y febrífuga.
- Para el tratamiento de personas que padecen astenia o estados de cansancio tanto de índole física como psíquica, nerviosismo y agotamiento. La glucosa es el principal nutriente para las neuronas. Además, proporciona energía a las células musculares.
La ingesta de miel se recomienda para tratar el agotamiento (físico o psíquico) y el nerviosismo, ya que la glucosa es el principal nutriente para las neuronas. Además, proporciona energía a las células musculares y calma los calambres musculares, atenuando la rigidez muscular y las contracturas de origen nervioso.
- Mejora el rendimiento físico, especialmente, en los deportistas.
- Estimula el vigor sexual.
- Mejora los estados depresivos menores.
- Ayuda en estados de delgadez.
- Estimula la formación de glóbulos rojos.
- Estimula la formación de anticuerpos, debido al ácido ascórbico, magnesio, cobre y zinc.
- Beneficiosa en casos de necesaria desintoxicación etílica.
- Aplicada directamente sobre la piel,  favorece la curación de heridas, úlceras superficiales y quemaduras menores, ya que evita infecciones, calma el dolor e impide la formación de ampollas, facilitando la rápida recuperación de la piel.
 Puede utilizarse como ungüento, sin problema, porque no es irritable, no es tóxico, es estéril, bactericida, nutritivo, fácilmente aplicable.

Contraindicaciones:
La miel es un alimento de alto valor energético. A pesar de sus múltiples beneficios, no se debe administrar a bebés menores de un año, ya que puede producir alergias o causar botulismo. También debe usarse con prudencia en casos de diabetes.
Y si lo que se quiere es perder peso hay tener cuidado con la ingesta de este alimento tan energético, ya que 100 gramos de miel contienen 325 kilocalorías (claro que siempre menos que el azúcar común).



Producción y procesado de la miel

La producción de la miel la realizan las abejas
obreras en tres fases.

1. Recolección: Las abejas liban el néctar, sustancia azucarada que exudan las flores y otras partes aéreas de las plantas. En menor proporción, las abejas también liban la mielada, líquido dulce que exudan ciertos insectos que se alimentan de la savia de las plantas.

El néctar de las plantas esta formado por un 10% a 50% de sacarosa y pequeñas cantidades de vitaminas y sales minerales.

2. Predigestión: Las abejas almacenan el néctar en un ensanchamiento de su esófago llamado saco de la miel o buche. Allí se mezcla con las enzimas segregadas por las glándulas hipo faríngeas, principalmente la invertasa, que transforma la sacarosa en glucosa y fructosa.

Al llegar a la colmena, las abejas regurgitan el contenido de su buche y lo pasan a otras abejas en cuyo buche continua la predigestión . Después de tres o cuatro transferencias, el néctar predigerido es colocado en celdas.

3. Concentración: El néctar predigerido, recién colocado en las celdas, contiene un 50% de agua. Gracias al calor y a la ventilación de la colmena, el agua el agua se evapora hasta formarse la miel, cuya proporción de agua es del 17% al 20%. Entonces las abejas sellan la celda con cera, para que la miel se conserve.


Una vez producida la miel por las abejas, ésta es sometida a los procesos de:

- Extracción de la miel que se encuentra en el panal
.
- Filtrado para eliminar los restos de cera.
- Choque térmico, en algunos casos la miel procesada industrialmente se calienta a 80 grados para hacerla más fluida y que no cristalice, con lo que se pierden parte de sus propiedades.





TIPOS DE MIEL

Existen muchísimos tipos de miel de acuerdo a la flora de la cual proviene; es decir según en que tipo de flores hayan libado las abejas lo cual también determinará las propiedades de esa miel.

La diversidad de mieles es inmensa; dependiendo de las flores de las que proceden, con diferentes sabores y cuyos colores van del ámbar claro al castaño oscuro.

Por eso, se puede hablar de que hay muchísimos tipos o variedades de miel, como el sinfín de especies vegetales que existen; con notables diferencias, características y propiedades y por ello encontramos mieles diferentes, que pueden ser multiflorales o monoflorales según su procedencia, cada una de ellas con sus diferentes peculiaridades.

La miel  debe su color, su limpidez y su sabor a las flores que visitan las abejas que producen miel. Generalmente las mieles que tienen un color más claro son más suaves de sabor, mientras que las mieles de color más oscuro tienen un sabor más fuerte.

Su característico color dorado la hace apetitosa a la vista, y se puede disfrutar de muchas maneras ya sea tomándola directamente del panal, en forma líquida y miel batida, o incorporándola a las recetas de nuestra cocina.

Existen  tantos tipos de miel como plantas melíferas, aunque las más apreciadas son muy pocas. En su mayoría son benéficas, algunas son suaves y delicadas, otras son tan fuertes que apenas pueden probarse pues son picantes como la miel de arica o como la miel que proviene de los desiertos mejicanos.

Así, también, cada miel posee características distintivas que la diferencia unas de otras: pueden ser claras u oscuras; líquidas o sólidas. Todas son beneficiosas para el organismo, ya que poseen propiedades curativas; si bien, cada una, tiene sus peculiaridades.
Aunque cualquier planta con flor puede de ser visitada por las abejas en su labor de cosechar el néctar, también es cierto que éstas tienen sus preferencias: el romero, los tomillos, ajedreas, girasol, diente de león, salvias, mentas, brezo, boj, violeta, el naranjo, manzano, peral, albaricoquero; el abeto, robles, nogales, haya, alisos, espino albar, rosal silvestre, sauces, álamos, pinos, acacias y serpoles, entre otros, y es por eso que los dueños de apiarios procuran poner sus panales cerca de bosques que tengan estas variedades de flores ya se de forma natural o cultivadas con el fin de lograr una miel de las más apreciadas.


Entre las variedades más habituales están las siguientes tipos:

Miel de Azahar (o de Naranjo): La flor del naranjo produce un néctar con el cual las abejas logran una de las mieles más limpias, claras, y suaves, equilibrada en lo que se refiere a azúcar y sabor; se conserva bien y tarda en cristalizar. De color amarillo claro, casi incolora y muy perfumada. Es suave al paladar.
Se utiliza como antiespasmódico, calmante, regulador estomacal y en casos de insomnio. Sus efectos sedantes y tranquilizantes, ayudan a conciliar el sueño a niños y ancianos. Muy efectiva para tratar el insomnio. Es también antiespasmódica. Es una de las preferidas de los cultivadores.

Miel de Acacia: De color ambarino suave, con aroma y sabor delicados, que recuerdan un poco al azahar. Cristaliza difícilmente, es adecuada para los niños pequeños y está recomendada contra la diabetes y el estreñimiento por su buen efecto laxante.

Miel de Ajedrea: De sus flores se produce una miel densa y pesada que cristaliza con facilidad, de color casi blanco y calidad superior. Considerada un excelente tónico estomacal, estimula las funciones de regeneración celular y cicatrización.

Miel de Algodonero: Es una miel casi incolora cuando está líquida y prácticamente blanca si está cristalizada. Su aroma y sabor son muy poco pronunciados.

Miel de brezo: Es la elaborada sobre todo con flores de brezo.
De color caoba oscuro y sabor poco dulce con toques ligeramente amargos. Muy recomendada en problemas cardíacos: insuficiencia coronaria, arritmias, cardiopatías, angina de pecho e infarto. Ideal para prevenir la formación de cálculos y las inflamaciones en la vejiga, riñón y uretra. Ejerce una acción desinfectante y antiinflamatoria de las vías urinarias. Se usa en caso de cistitis y cálculos urinarios y enfermedades de la próstata.
Es antirreumática. Por su contenido en minerales está indicada en estados de inapetencia, fatiga y anemia.

Miel de Cantueso (lavanda, etc.): De color y aroma característicos. Es analgésica, bactericida y antiséptica. Está indicada para combatir cólicos, indigestiones o flato. En uso externo (tópico) se recomienda para lavar heridas por sus propiedades antisépticas.


Miel de castaño: Es la elaborada sobre todo con flores del castaño. Es muy rica en hierro, aunque su sabor es algo fuerte.
La miel de esta flor es buena para facilitar la circulación sanguínea. Es ideal para estados anémicos: Estimulante y reguladora de la función intestinal.

Miel de Col: Está recomendada para aliviar las afecciones bronquiales.

Miel de Colza: De color amarillento o rojizo, con aroma y sabor bastante débiles. Está recomendada en la salud del corazón.


Miel de encina: Es la elaborada sobre todo con flores de la encina.  De textura densa, color oscuro y sabor dulce. Es rica en sales minerales. Muy indicada para combatir la anemia por su alto contenido en hierro. Está indicada para aliviar afecciones respiratorias y pulmonares, bronquiales y como antiasmática. También en uso tópico (aplicación directa) para la cicatrización de heridas.

Miel de espliego: Es la elaborada sobre todo con flores del espliego. Con color prácticamente de ámbar y de consistencia fluida, con sabor y aroma característicos a lavanda. De sabor característico a lavanda.
Antiséptica, expectorante y sedante; por lo que se recomienda en caso de bronquitis, catarros de vías respiratorias altas y tos espasmódica de tipo nervioso. Buen antidiarreico.
Es una miel muy rica en hierro y se utiliza como tónico cardiaco y contra las úlceras de estómago.
Por su poder bactericida y antiséptico es la más indicada en uso externo (tópico) para picaduras de insectos, quemaduras y heridas.

Miel de Espino blanco: Es buena como calmante y también como tónico para el corazón.

Miel de eucalipto: Es la elaborada sobre todo con flores de eucalipto. Eficaz contra la tos y las enfermedades respiratorias.
De fuerte sabor característico a madera y color dorado  y transparente.

Es antiséptico de aplicación para sanar las afecciones de las vías urinarias, la garganta y los pulmones. Es antitusígena y por su efecto balsámico, alivia las afecciones de las vías respiratorias. Esta indicada para los catarros, bronquitis y afecciones del árbol respiratorio.
La más indicada también para los diabéticos.


Miel de Girasol:
De color amarillo brillante y sabor intenso.
Tiene efectos diuréticos y es estimulante, por lo que reconforta en estados febriles.
Las abejas logran con esta flor una miel de color dorado, clara y transparente, muy económica pues se produce en cantidad.
Catalogada en los mercados como miel corriente, es muy energética.

Miel de Limón: De sabor y aroma característicos, cercanos al azahar. Se aconseja como remineralizante de huesos y uñas, y como sedante ligero.

Miel de Mil flores (o multiflores):
Se recomienda como edulcorante. Activa las funciones intestinales y es energizante.
Son mieles de distintos tonos y colores, siendo las de montaña más oscuras que las provenientes de los valles. Procedente de varias floraciones simultáneas presenta un color y sabor muy variables, generalmente de un ámbar oscuro y sabor intenso.
Por sus propiedades edulcorantes, sirve para sustituir al azúcar.
Con buenas propiedades antisépticas, son ideales para tratar los catarros. La sabiduría popular dice que "La miel de mil flores tiene propiedades antisépticas que protegen contra los catarros." También es antiinflamatoria, digestiva y cicatrizante.


Miel de Pino o abeto (también llamada Miel de Bosque): Su origen no es floral, sino del mielato que exudan pinos, abetos, robles, encinas, etc. De color oscuro y poco dulzor, con sabor que recuerda la malta. Tiene un alto contenido en sales minerales y combate la anemia, disentería y diarreas. Está muy recomendada también para la expectoración pulmonar. En uso tópico (aplicada directamente) está indicada contra hemorroides y fisuras anales.

Miel de Pipirigallo y trébol blanco: De consistencia fina y color casi blanco, de aroma delicado y sabor casi neutro. Es útil en la preparación de tisanas, como calmante y como tónico del corazón.

Miel de pino y abeto:
Es la elaborada sobre todo con flores de los pinos y abetos. Suele ser oscura. Se recomienda en caso de enfermedades respiratorias.

Miel de romero:
Es la elaborada sobre todo con flores de romero.
De color cercano al ámbar de color claro, transparente recién extraída. De color  casi blanco cuando está cristalizada. Muy densa. Aroma y sabor dulce muy característicos.
Tonificante en caso de estrés o agotamiento. Favorece el funcionamiento del hígado. Está recomendada para insuficiencias hepáticas, acidez de estómago y úlceras del aparato digestivo, irritación de garganta y contra el asma y el agotamiento físico.
Ideal para las personas que fuman tabaco pues mejora la voz y suaviza la garganta, también esta indicada para el asma y la fatiga. Es una de las mieles más apreciadas, y considerada de las de mayor calidad.
Está también recomendada para casos de amenorrea.
Tiene efectos tonificantes, por lo que no está recomendada para hipertensos.




Miel de Tilo: De color verdoso oscuro, consistencia viscosa y sabor y aroma balsámicos.
Una miel muy apreciada desde antiguo; es suave y transparente, con las mismas propiedades que al árbol del que procede, es decir,  tranquilizante e inductor del sueño y favorecedora del descanso nocturno.
Está recomendada contra la arteriosclerosis, las menstruaciones problemáticas. Tiene propiedades diuréticas y calma los espasmos y dolores gástricos.


Miel de tomillo: Es la elaborada sobre todo con flores del tomillo.
De color dorado y tono rojizo y sabor agradable. Antiséptica, indicada para las afecciones respiratorias de tipo inflamatorio, afecciones de la garganta, tos convulsiva y asma. Digestiva; por lo que resulta apropiada en casos de gastroenteritis.
Además es reguladora de la tensión arterial. Muy indicada como tonificante ante la fatiga y la astenia.



CONCLUYENDO, A MODO DE REFLEXION FINAL:

Podemos afirmar que "somos lo que comemos". Cada ser humano es responsable de lo que ingiere. Tomar conciencia de ello nos da el derecho y el deber de conocer las cualidades y exigir la calidad de los productos que utilizamos en nuestra alimentación diaria.

El consumo de miel de abeja es altamente beneficioso para nuestro cuerpo y salud, ya que se ha comprobado que la miel es una gran fuente de energía, estimula la formación de glóbulos rojos porque posee ácido fólico, ayudando también a incrementar la producción de anticuerpos.

Es antiséptico, antibiótico, preservador y endulzador natural. Si consumimos regularmente miel de abeja estaremos enriqueciendo nuestra alimentación, y ello nos dará más calidad de vida.

Y…, junto a este valioso alimento, recordemos que las abejas, en su panal, no solo producen miel, sino también los llamados productos de colmena, como el polen, la jalea real y el propóleo, también con efectos antimicrobianos en el organismo.

REGALOS DE LA NATURALEZA, que no debemos despreciar.






jueves, 24 de mayo de 2012

PARA LA TOS


Jarabe de rábanos: 
un buen remedio para la tos.


Aún estando en primavera, en éstas últimas semanas, me he encontrado con mucha gente con tos.

Por eso es que creo oportuno recordar este remedio casero: 



Se cogen los rábanos y se lavan bien o se pelan, 

se cortan a rodajas, se ponen en un vaso; 




luego se añade azúcar hasta cubrirlos; 




se espera un tiempo (como mínimo una hora…) 

hasta que se haga el jarabe: 




puede observarse como va licuándose el azúcar...



a la vez que los trozos del rábano 

van quedando como escléticos.




Tomar una cucharada varias veces al día. 

Es muy efectivo.