LA MIEL,
MARAVILLOSO REGALO
DE LA
NATURALEZA.
En todos los
lugares y en todas las épocas, este maravilloso regalo de la naturaleza que es
la miel ha sido objeto de consumo y uso por parte de la humanidad, siendo
considerada como un alimento, donde los dioses, con numerosas cualidades que
podían ser transmitidas en su consumo.
Así, una de
las frases más antiguas que forman parte de nuestras tradiciones es la de
"luna de miel", heredadas de una costumbre romana donde la madre de
la novia dejaba cada noche en la alcoba nupcial, a disposición de los recién
casados, una vasija que contenía miel durante toda una luna.
Las abejas y
la miel han acompañado al hombre a lo largo de la historia. Su aparición en la
tierra se ha establecido como que data del periodo terciario, hace
aproximadamente sesenta millones de años.
En muchas
culturas ha sido considerada la miel como un vehículo hacia la inmortalidad,
alimento de los dioses.
Numerosos ejemplos pueden encontrarse en las distintas culturas:
Las primeras referencias históricas sobre la miel se remontan a la
prehistoria. Lo certifican las pinturas rupestres de la Cueva de la Araña, situada sobre el río Cazunta, en Bicorp
(Valencia), realizadas 10.000 años antes de Cristo, en las que se representa una escena de
extracción de miel: en ella aparece una figura humana, la cual cosecha la miel
de una colmena tallada en una concavidad de pared rocosa. También se observan
en la misma obra de arte algunas abejas que revolotean en torno al panal.
Los egipcios ya se beneficiaban de esta sustancia con fines
terapéuticos. Son muchas las escrituras jeroglíficas sobre medicina en las que
aparecen recetas con miel. En una tumba egipcia
construida hace 3.000 años se encontró una vasija con miel en perfectas
condiciones. Esa miel llevaba 30 siglos y aún estaba fresca y comestible. En
bajorrelieves egipcios se representa un apicultor recolectando miel de las
colmenas. También la
utilizaban para embalsamar a los muertos, por sus cualidades antisépticas.
Se cuenta que esta técnica fue utilizada por los macedonios para
preservar el cuerpo de Alejandro Magno durante dos años en la conquista de Babilonia,
antes de transportarlo hasta Macedonia para ser inhumado.
Este remedio para todas las enfermedades, según palabras del propio Mahoma,
aparece en el tratado Cánones de la Medicina del famoso
médico árabe Avicena, en el que se incluyen decenas de recetas a base de miel.
En el Corán se
aconseja: "come miel hijo mío porque no solamente es agradable y sano
alimento sino que es también un remedio contra no pocas enfermedades".
Disfrutaban de ella también en la antigua Grecia, que aseguraban que el
dios Zeus fue alimentado con miel por las abejas. Era un
alimento muy apreciado por los atletas olímpicos griegos como fuente de
energía.
Hipócrates
consideraba a la miel como una magistral medicación fortificante y dadora de
larga vida. Aristóteles recomendaba la miel para controlar distintas
afecciones.
El filósofo Pitágoras y sus discípulos la consumían a diario como parte
de su dieta junto con vegetales. Los romanos, seducidos por este apreciado
néctar, lo utilizaban habitualmente tanto para elaborar sus platos como para
condimentar sus vinos. También fue apreciada por otras culturas milenarias,
como la china o la india.
En la América precolombina
se consideraba a la miel como el alimento del fuego, otorgándole la capacidad
de suministrar calor y energía para el hombre.
Pero ¿qué es la miel?
Según la Real Academia Española, la
miel es “la sustancia viscosa, amarillenta y muy dulce que
producen las abejas transformando en su estómago el néctar de las flores, y
devolviéndolo por la boca para llenar con él los panales y que sirva de
alimento a las crías”.
Esa definición
describe técnicamente qué es este alimento y su
importancia en el reino apícola. Sin embargo, lo que la miel representa en la
alimentación humana es mucho más que eso.
La miel es una
sustancia altamente valiosa, formada, principalmente, por azúcares (fructosa y
glucosa) pero es
más que azúcar, pues está formada por más de 70 sustancias biológicamente
activas, la mayor parte de las cuales proceden del néctar y algunas de las
glándulas hipo faríngeas de la abeja, como las enzimas e inhibinas. Con todo
ello, es una maravillosa fuente de
minerales y vitaminas.
Si bien está compuesta principalmente por hidratos de
carbono simples, es decir por azúcares, estos tienen una constitución química
diferente a la del azúcar común. Por eso
es que se recomienda como un sustituto seguro
de la glucosa.
La miel es un
producto natural formado por numerosas sustancias biológicamente activas. Por
sus propiedades terapéuticas, se utiliza desde la antigüedad, como ya sabemos.
La miel es el edulcorante natural más antiguo que se conoce. Ha tratado numerosas dolencias de la humanidad desde tiempos inmemorables.
Esta sustancia
de color ámbar, sabor dulce y consistencia viscosa se encuentra a medio camino
entre el mundo animal y el vegetal, es un producto natural muy energético y con propiedades medicinales.
Porque es elaborada
por las abejas melíferas a partir del
néctar de las flores y de otras secreciones azucaradas que recogen de las
plantas, puede decirse que la miel se encuentra a mitad de camino entre los alimentos vegetales y
animales.
Este complejo producto natural está formado por muchas sustancias
biológicamente activas, la mayoría procedentes del néctar y de las glándulas
hipofaríngeas de la abeja, como las enzimas e inhibidinas.
La composición de la miel es la siguiente:
- Hidratos de carbono: Del 80% al 82%, formados por una mezcla de glucosa o dextrosa ( 31%), fructosa o levulosa ( 38%), sacarosa ( 2%) y otros. Tanto la glucosa como la fructosa son azúcares simples (monosacáridos) que no precisan ser digeridos.
La glucosa, al llegar al intestino delgado, pasa a la sangre directamente. Desde ella se distribuyen por todas las células del organismo, donde se oxida o quema produciendo gran cantidad de energía que se almacena. La glucosa precisa de la hormona de la insulina para entrar en las células y ser quemada.
La fructosa tiene una absorción es más lenta que la glucosa. Cuando se toma en grandes cantidades, la fructosa de la miel puede producir malestar abdominal y diarrea en algunas personas, debido a la mala absorción.
- Agua : Normalmente es inferior al 20%. La consistencia
ideal se obtiene cuando el agua esta entre el 17% y el 18%, que
depende del tipo de flores utilizadas por las abejas.
- Proteínas: En muy pequeña cantidad, del 0.3% al 1%.
- Minerales: Todos ellos en pequeñas cantidades, como el hierro, fósforo, magnesio, calcio, potasio. Contienen también oligoelementos como el cinc, cobre, y manganeso.
- Vitaminas: Pequeñas cantidades del grupo B ( excepto la B12) y de vitamina C.
- Ácidos orgánicos: Principalmente fórmico, málico, acético, succínico. Proceden del néctar que sirve de materia prima y entre todos alcanzan el 0.3%.
- Enzimas: La más importante es la invertasa que convierte la sacarosa en glucosa y fructosa.
- Inhibinas: Son sustancias termolábiles y fotolábiles (que se destruyen con el calor y con la luz) que otorgan a la miel capacidad bactericida.
- Otros componentes: Sustancias aromáticas, un principio similar a la
acetilcolina, diversas proteínas y aminoácidos, granos de polen y otras muchas
aún no bien estudiadas.
PROPIEDADES Y
BENEFICIOS DE LA MIEL
Teniendo en cuenta la composición de la miel, podemos deducir que:
- Las numerosas sustancias nutritivas y biológicamente activas que contiene la miel, además de los azúcares, que deben actuar de alguna forma en el organismo.
- El hecho de que esas sustancias se encuentren en cantidades pequeñas no es motivo para ignorarlas. Cada vez se están descubriendo nuevos e inesperados efectos beneficiosos de sustancias que se encuentran en muy pequeñas cantidades en los alimentos, como elemento fotoquímicos de las plantas.
Con todo esto…
La miel posee
numerosas propiedades curativas, tanto terapéuticas como nutricionales. Es
mucho lo que se puede decir de las bondades de este producto tan natural, sano,
nutritivo y del resto de los productos de la colmena (polen, propóleos, jalea
real), maravilloso resultado del mundo de las abejas.
La miel es mucho más que un edulcorante natural. Sus numerosas propiedades saludables
que tiene,
tanto ingerida como en aplicación externa, hacen de la miel una dulce medicina.
La miel es un
producto que cuenta con importante atributos naturales, que no necesita de
tratamientos para ser mejorada y que es, sin lugar a dudas, uno de los
alimentos más completos del cual la sociedad actual cuenta para enriquecer la
dieta diaria.
Indicaciones:
- La miel es de fácil asimilación debido a posee
hidratos de carbono de cadenas cortas.
- Posee una
importante actividad bactericida contra organismos enteropatógenos causante de
infecciones del tracto intestinal. Beneficiosa en úlceras, gastritis, etc.
- Facilita la
digestión y asimilación de otros alimentos: en el caso de los niños facilita la
asimilación de calcio y magnesio.
- Posee mayor poder edulcorante que el azúcar.
- Es antioxidante: posee una importante actividad antioxidante, permitiendo la mejor conservación de distintos tipos de alimentos.
- Posee mayor poder edulcorante que el azúcar.
- Es antioxidante: posee una importante actividad antioxidante, permitiendo la mejor conservación de distintos tipos de alimentos.
- Para el estreñimiento: Por su suave acción suavemente laxante (regulariza el
funcionamiento intestinal) posiblemente debido a una absorción insuficiente de la fructosa.
- Contribuye a cortar las diarreas
infecciosas. El consumo de 3 o 4
cucharadas de miel al día, disueltas en agua, contribuye a cortar las
gastroenteritis causadas por salmonelas. Por su acción antibacteriana, también
es efectiva en las colitis infecciosas.
- Posee
propiedades sedantes (favorece la absorción de tripofano que es precursor de la
serotonina).
- Sirve para
combatir el insomnio y facilita el sueño reparador: dos cucharadas de
miel potencian la acción de cualquier infusión sedante. Evita los calambres musculares y facilita un sueño
reparador.
- En las afecciones respiratorias, ayuda a aliviar la tos y protege las vías
respiratorias en el catarro común, facilita la expectoración y calma las
irritaciones de garganta, faringitis y laringitis. Esto es porque ejerce una suave acción expectorante y
antitusígena.
- Tomada con regularidad, puede evitar en algunos
casos los ataques de asma. Esto atribuido al efecto desensibilizador de los
granos del polen que contiene, actuaría como una especie de vacuna.
- Remedia la insuficiencia hepática debida a la hepatitis,
alcoholismo u otras causas. La fructosa de la miel favorece la producción de
glucógeno en las células hepáticas, sustancia similar al almidón que actúa como
deposito de energía.
- Muy útil
para el tratamiento de faringitis, laringitis, rinitis y gripes.
- En gárgaras alivia la irritación de garganta, las
amigdalitis y las faringitis.
- Es
antihemorrágica, antiséptica, antitóxica, emoliente y febrífuga.
- Para el
tratamiento de personas que padecen astenia o estados de cansancio tanto de índole física como psíquica, nerviosismo y
agotamiento. La glucosa es el principal nutriente para las neuronas. Además,
proporciona energía a las células musculares.
La ingesta de
miel se recomienda para tratar el agotamiento (físico o psíquico) y el
nerviosismo, ya que la glucosa es el principal nutriente para las neuronas.
Además, proporciona energía a las células musculares y calma los calambres
musculares, atenuando la rigidez muscular y las contracturas de origen
nervioso.
- Mejora el
rendimiento físico, especialmente, en los deportistas.
- Estimula el vigor sexual.
- Estimula el vigor sexual.
- Mejora los
estados depresivos menores.
- Ayuda en
estados de delgadez.
- Estimula la
formación de glóbulos rojos.
- Estimula la
formación de anticuerpos, debido al ácido ascórbico, magnesio, cobre y zinc.
- Beneficiosa en
casos de necesaria desintoxicación etílica.
- Aplicada directamente sobre la piel, favorece la
curación de heridas, úlceras superficiales y quemaduras menores,
ya que evita infecciones, calma el dolor e impide la formación de ampollas,
facilitando la rápida recuperación de la piel.
Puede utilizarse como ungüento, sin problema, porque
no es irritable, no es tóxico, es estéril, bactericida, nutritivo, fácilmente
aplicable.
Contraindicaciones:
La miel es un alimento de alto valor energético. A pesar de sus
múltiples beneficios, no se debe administrar a bebés menores de un año, ya que
puede producir alergias o causar botulismo. También debe usarse con prudencia
en casos de diabetes.
Y si lo que se quiere es perder peso hay tener cuidado con la ingesta de
este alimento tan energético, ya que 100 gramos de miel contienen 325
kilocalorías (claro que siempre menos que el azúcar común).
Producción y
procesado de
la miel
La producción de la miel la realizan las abejas obreras en tres fases.
1. Recolección: Las abejas liban el néctar, sustancia azucarada que exudan las flores y otras partes aéreas de las plantas. En menor proporción, las abejas también liban la mielada, líquido dulce que exudan ciertos insectos que se alimentan de la savia de las plantas.
El néctar de las plantas esta formado por un 10% a 50% de sacarosa y pequeñas cantidades de vitaminas y sales minerales.
2. Predigestión: Las abejas almacenan el néctar en un ensanchamiento de su esófago llamado saco de la miel o buche. Allí se mezcla con las enzimas segregadas por las glándulas hipo faríngeas, principalmente la invertasa, que transforma la sacarosa en glucosa y fructosa.
Al llegar a la colmena, las abejas regurgitan el contenido de su buche y lo pasan a otras abejas en cuyo buche continua la predigestión . Después de tres o cuatro transferencias, el néctar predigerido es colocado en celdas.
3. Concentración: El néctar predigerido, recién colocado en las celdas, contiene un 50% de agua. Gracias al calor y a la ventilación de la colmena, el agua el agua se evapora hasta formarse la miel, cuya proporción de agua es del 17% al 20%. Entonces las abejas sellan la celda con cera, para que la miel se conserve.
Una vez producida la miel por las abejas, ésta es
sometida a los procesos de:
- Extracción de la miel que se encuentra en el panal.
- Filtrado para eliminar
los restos de cera.
- Choque térmico, en algunos casos la miel procesada industrialmente se calienta a 80
grados para hacerla más fluida y que no cristalice, con lo que se pierden parte
de sus propiedades.
TIPOS DE MIEL
Existen
muchísimos tipos de miel de acuerdo a la flora de la cual proviene; es decir
según en que tipo de flores hayan libado las abejas lo cual también determinará
las propiedades de esa miel.
La diversidad de mieles es inmensa; dependiendo de las flores de las que
proceden, con diferentes sabores y cuyos colores van del ámbar claro al castaño
oscuro.
Por eso, se
puede hablar de que hay muchísimos tipos o variedades de miel, como el sinfín de especies vegetales que existen; con
notables diferencias, características y propiedades y por ello encontramos
mieles diferentes, que pueden ser multiflorales o monoflorales según su
procedencia, cada una de ellas con sus diferentes peculiaridades.
La miel debe su color, su limpidez y su sabor a las flores que
visitan las abejas que producen miel. Generalmente las mieles que tienen un
color más claro son más suaves de sabor, mientras que las mieles de color más
oscuro tienen un sabor más fuerte.
Su característico color dorado la hace apetitosa a la vista, y se puede
disfrutar de muchas maneras ya sea tomándola directamente del panal, en forma
líquida y miel batida, o incorporándola a las recetas de nuestra cocina.
Existen tantos tipos de miel como plantas melíferas, aunque las
más apreciadas son muy pocas. En su mayoría son benéficas, algunas son suaves y
delicadas, otras son tan fuertes que apenas pueden probarse pues son picantes
como la miel de arica o como la miel que proviene de los desiertos mejicanos.
Así, también,
cada miel posee características distintivas que la diferencia unas de otras:
pueden ser claras u oscuras; líquidas o sólidas. Todas son beneficiosas para el organismo, ya que
poseen propiedades curativas; si bien, cada una, tiene sus peculiaridades.
Aunque cualquier planta con flor puede de ser visitada por las abejas en
su labor de cosechar el néctar, también es cierto que éstas tienen sus
preferencias: el romero, los tomillos, ajedreas, girasol, diente de león,
salvias, mentas, brezo, boj, violeta, el naranjo, manzano, peral,
albaricoquero; el abeto, robles, nogales, haya, alisos, espino albar, rosal
silvestre, sauces, álamos, pinos, acacias y serpoles, entre otros, y es por eso
que los dueños de apiarios procuran poner sus panales cerca de bosques que
tengan estas variedades de flores ya se de forma natural o cultivadas con el
fin de lograr una miel de las más apreciadas.
Entre las variedades más habituales
están las siguientes tipos:
Miel de Azahar (o de Naranjo):
La flor del naranjo produce un néctar con el cual las abejas logran una de las
mieles más limpias, claras, y suaves, equilibrada en lo que se refiere a azúcar
y sabor; se conserva bien y tarda en cristalizar. De color amarillo claro, casi
incolora y muy perfumada. Es suave al paladar.
Se
utiliza como antiespasmódico, calmante, regulador estomacal y en casos de
insomnio. Sus efectos
sedantes y tranquilizantes, ayudan a conciliar el sueño a niños y ancianos. Muy
efectiva para tratar el insomnio. Es también antiespasmódica. Es una de las preferidas de los
cultivadores.
Miel de Acacia: De color ambarino suave, con aroma y sabor delicados, que recuerdan un poco al azahar. Cristaliza difícilmente, es adecuada para los niños pequeños y está recomendada contra la diabetes y el estreñimiento por su buen efecto laxante.
Miel de Ajedrea: De sus flores se produce una miel densa y pesada
que cristaliza con facilidad, de color casi blanco y calidad superior.
Considerada un excelente tónico estomacal, estimula las funciones de
regeneración celular y cicatrización.
Miel de Algodonero: Es una miel casi incolora cuando está líquida y prácticamente blanca si está cristalizada. Su aroma y sabor son muy poco pronunciados.
Miel de brezo: Es la elaborada sobre todo con flores de brezo.
De color caoba oscuro y sabor poco dulce con toques ligeramente amargos.
Muy recomendada en problemas cardíacos: insuficiencia coronaria, arritmias,
cardiopatías, angina de pecho e infarto. Ideal para prevenir la formación de
cálculos y las inflamaciones en la vejiga, riñón y uretra. Ejerce una acción desinfectante y antiinflamatoria de las vías
urinarias. Se usa en caso de cistitis y cálculos urinarios y enfermedades de la
próstata.
Es antirreumática. Por su contenido en minerales está indicada en
estados de inapetencia, fatiga y anemia.
Miel de
Cantueso (lavanda, etc.): De color y aroma
característicos. Es analgésica, bactericida y antiséptica. Está indicada para
combatir cólicos, indigestiones o flato. En uso externo (tópico) se recomienda
para lavar heridas por sus propiedades antisépticas.
Miel de castaño: Es la elaborada sobre todo con flores del castaño. Es muy rica en hierro, aunque su sabor es algo fuerte.
La miel
de esta flor es buena para facilitar la circulación sanguínea. Es ideal
para estados anémicos: Estimulante
y reguladora de la función intestinal.
Miel de Col: Está recomendada para aliviar las afecciones bronquiales.
Miel de Colza: De color amarillento o rojizo, con aroma y sabor bastante débiles. Está recomendada en la salud del corazón.
Miel de encina: Es la elaborada sobre todo con flores de la encina. De textura densa, color oscuro y sabor dulce. Es rica en sales minerales. Muy indicada para combatir la anemia por su alto contenido en hierro. Está indicada para aliviar afecciones respiratorias y pulmonares, bronquiales y como antiasmática. También en uso tópico (aplicación directa) para la cicatrización de heridas.
Miel de espliego: Es la elaborada sobre todo con flores del espliego. Con color prácticamente de ámbar y de consistencia fluida, con sabor y aroma característicos a lavanda. De sabor característico a lavanda.
Antiséptica, expectorante y sedante; por lo que se recomienda
en caso de bronquitis, catarros de vías respiratorias altas y tos espasmódica
de tipo nervioso.
Buen antidiarreico.
Es una
miel muy rica en hierro y se utiliza como tónico cardiaco y contra las úlceras
de estómago.
Por su poder bactericida y antiséptico es la más indicada en uso externo
(tópico) para picaduras de insectos, quemaduras y heridas.
Miel de
Espino blanco: Es buena como calmante y también como tónico
para el corazón.
Miel de eucalipto: Es la elaborada sobre todo
con flores de eucalipto. Eficaz contra la tos y las enfermedades respiratorias.
De
fuerte sabor característico a madera y color dorado y
transparente.
Es antiséptico
de aplicación para sanar las afecciones de las vías urinarias, la garganta y
los pulmones. Es antitusígena y por su efecto balsámico, alivia las afecciones
de las vías respiratorias. Esta indicada para los catarros, bronquitis y afecciones del árbol
respiratorio.
La más indicada también para los diabéticos.
Miel de Girasol: De color amarillo brillante y sabor intenso.
Tiene
efectos diuréticos y es estimulante, por lo que reconforta en estados febriles.
Las abejas logran con esta flor una miel de color dorado, clara y
transparente, muy económica pues se produce en cantidad.
Catalogada en los mercados como miel corriente, es muy energética.
Miel de Limón: De sabor y aroma característicos, cercanos al azahar. Se aconseja como remineralizante de huesos y uñas, y como sedante ligero.
Miel de Mil flores (o multiflores): Se recomienda como edulcorante. Activa las funciones intestinales y es energizante.
Son mieles de distintos tonos y colores, siendo las de montaña más
oscuras que las provenientes de los valles. Procedente de varias floraciones
simultáneas presenta un color y sabor muy variables, generalmente de un ámbar
oscuro y sabor intenso.
Por sus
propiedades edulcorantes, sirve para sustituir al azúcar.
Con buenas propiedades antisépticas, son ideales para tratar los
catarros. La sabiduría popular dice que "La miel de mil
flores tiene propiedades antisépticas que protegen contra los catarros."
También es antiinflamatoria,
digestiva y cicatrizante.
Miel de Pino o abeto (también llamada Miel de Bosque): Su origen no es floral, sino del mielato que exudan pinos, abetos, robles, encinas, etc. De color oscuro y poco dulzor, con sabor que recuerda la malta. Tiene un alto contenido en sales minerales y combate la anemia, disentería y diarreas. Está muy recomendada también para la expectoración pulmonar. En uso tópico (aplicada directamente) está indicada contra hemorroides y fisuras anales.
Miel de Pipirigallo y trébol blanco: De consistencia fina y color casi blanco, de aroma delicado y sabor casi neutro. Es útil en la preparación de tisanas, como calmante y como tónico del corazón.
Miel de pino y abeto: Es la elaborada sobre todo con flores de los pinos y abetos. Suele ser oscura. Se recomienda en caso de enfermedades respiratorias.
Miel de romero: Es la elaborada sobre todo con flores de romero.
De color
cercano al ámbar de
color claro, transparente recién extraída. De color casi blanco cuando está cristalizada. Muy
densa. Aroma y
sabor dulce muy característicos.
Tonificante en caso de estrés o agotamiento.
Favorece el funcionamiento del hígado. Está recomendada para
insuficiencias hepáticas, acidez de estómago y úlceras del aparato digestivo,
irritación de garganta y contra el asma y el agotamiento físico.
Ideal para las personas que fuman tabaco pues mejora la voz y suaviza la
garganta, también esta indicada para el asma y la fatiga. Es una de las mieles
más apreciadas, y considerada de las de mayor calidad.
Está
también recomendada para casos de amenorrea.
Tiene
efectos tonificantes, por lo que no está recomendada para hipertensos.
Miel de Tilo: De color verdoso oscuro, consistencia viscosa y sabor y aroma balsámicos.
Una miel muy apreciada desde antiguo; es suave y transparente, con las
mismas propiedades que al árbol del que procede, es decir, tranquilizante
e inductor del sueño y favorecedora del descanso nocturno.
Está
recomendada contra la arteriosclerosis, las menstruaciones problemáticas. Tiene
propiedades diuréticas y calma los espasmos y dolores gástricos.
Miel de tomillo: Es la elaborada sobre todo con flores del tomillo.
De color dorado y tono rojizo y sabor agradable. Antiséptica, indicada para las afecciones respiratorias de tipo inflamatorio, afecciones de la garganta, tos convulsiva y asma. Digestiva; por lo que resulta apropiada en casos de gastroenteritis.
Además es reguladora de la tensión arterial. Muy indicada como tonificante ante la fatiga y la astenia.
CONCLUYENDO, A
MODO DE REFLEXION FINAL:
Podemos
afirmar que "somos lo que comemos". Cada ser humano es responsable de
lo que ingiere. Tomar conciencia de ello nos da el derecho y el deber de
conocer las cualidades y exigir la calidad de los productos que utilizamos en
nuestra alimentación diaria.
El consumo de
miel de abeja es altamente beneficioso para nuestro cuerpo y salud, ya que se
ha comprobado que la miel es una gran fuente de energía, estimula la formación
de glóbulos rojos porque posee ácido fólico, ayudando también a incrementar la
producción de anticuerpos.
Es
antiséptico, antibiótico, preservador y endulzador natural. Si consumimos
regularmente miel de abeja estaremos enriqueciendo nuestra alimentación, y ello
nos dará más calidad de vida.
Y…, junto a este valioso alimento, recordemos que las abejas, en su
panal, no solo producen miel, sino también los llamados productos de colmena,
como el polen, la jalea real y el propóleo, también con efectos antimicrobianos
en el organismo.
REGALOS DE LA
NATURALEZA, que no debemos despreciar.