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sábado, 30 de noviembre de 2013

DARSE


Arriésgate

en  la  vida


 
 

La vida es

para hacerla realidad,

cada día, en cada paso que damos,

arriesgada pero conscientemente,

cabalmente.

 
 
 
 
Cuanto más la valoramos,


a veces, nos pasa

que menos la disfrutamos.

Cuanto más miedo tenemos a perderla,

menos la desarrollamos,

menos vivimos.


 
Arriesgarse es avanzar:

no se puede crecer,

no se puede avanzar...

sin arriesgar.

 

Quién guarda algo,

lo olvida ¡hasta lo pierde!

 

Quien busca conservar

lo que posee,

y lo guarda todo

(a bien recaudo,

por no perderlo),

deja de disfrutarlo (pues es

como que no lo tiene)...


 

Conservar... ¿para qué

tener las cosas,

sin darle utilidad?


 

Quien se entrega

a causas nobles, dando

todo lo que tiene;

quien piensa más

en quien más necesita...
 

 

Quien se da a los demás,

se encuentra

a sí misma, a sí mismo, enteramente;

quien da, incluso, la vida

por la gente, por las personas que ama,

vive más enteramente.


 

Por no arriesgarla, nos arriesgamos

a perderla, a no tenerla de verdad.

Quien da la vida, la recibe.
 
 

Quien se entrega, se encuentra.
Quien se da,

hasta el final, generosamente,

se encuentra, y se abre

a lo infinito, se hace eternidad.


 

Si por miedo nunca te lanzas al mar,

no llegarás a gozar

el placer del abrazo de las olas;

si por miedo no te montas en globo,

no podrás disfrutar

de sentirte como volando entre las nubes.

 

Si temes decir la verdad,

por una u otra razón,

nadie sabrá lo que piensas;

si temes demostrar tus sentimientos

y los callas, quizá nadie sepa

responderte a ellos;

si temes comprometerte

con las causas por las que crees

merece la pena luchar,

nuca verás resultados halagadores.


 
Si por miedo no abres

los ojos a la vida, nunca verás

su grandeza y maravilla.


 
Por no arriesgarla, nos arriesgamos

a perderla, a no tenerla de verdad.

Quien da la vida, la recibe.

Quien se entrega, se encuentra.

Quien se da,

hasta el final, generosamente,

se encuentra, y se abre

a lo infinito, se hace eternidad.

 
Quien no arriesga su vida,

es seguro que la perderá

mucho antes

que quien la arriesga dándola...

 

¿Para qué la vida...

sin vivirla de verdad?

 
 (Ácido desoxirribonucleico)
 

 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

RÁBANOS

 
 
PROPIEDADES SALUDABLES
DE LOS RÁBANOS.

Esa planta herbácea de flores blancas que tienen una raíz ensanchada en un bulbo de forma esférica y tallo ramificado… esa raíz acumula en sí todas las sustancias nutritivas de la planta. Su pulpa es ligeramente picante… Muchas veces la comemos acompañando ensaladas o pescado frito…
 

La incluimos, coloquialmente, en nuestro vocabulario (decimos “me importa un rábano”) para expresar nuestra rotunda indiferencia por alguna cosa a la que, quizás, consideramos de muy poco interés.

 

Bien. Pues es posible que tras leer todo lo que viene a continuación,  más de una persona se plantee dejar de utilizar dicha expresión. Y, aunque si bien el rábano es una hortaliza muy económica y con valores moderados en cuanto a su aporte nutricional,  también hoy se sabe que este miembro de la familia de las Brasicáceas (o Crucíferas) tiene un importantísimo valor terapéutico y se le reconocen propiedades medicinales que no tienen otros alimentos “mejor considerados”.

 


 
CARACTERÍSTICAS DE LOS RÁBANOS:

 
El rábano (Rhapanus sativus) pertenece a la familia de hortalizas llamadas Crucíferas, a la que pertenecen plantas tan importantes en la  alimentación como las coles (Brassica oleracea L) y otras hierbas  muy comunes, como la rabaniza blanca (Dipotaxalis erucoides).             

 
Está ampliamente cultivado, existiendo numerosas variedades de esta verdura, pero sus propiedades son semejantes y sabor es siempre ligeramente picante. Están los blancos, los rojos o los negros,  siendo estos dos últimos los que parecen presentar más propiedades para el organismo.

 
Se cree que procede del sur de Asia y fue muy utilizado en la antigüedad, tal como se sabe por las continuas referencias que de él tenemos tanto en la cultura egipcia como en la romana. 



 
Los egipcios, desde hace 4.000 años, la utilizaban abundantemente en su alimentación y era dieta obligada en los constructores de las pirámides, junto a otros alimentos como  el ajo, la cebolla o los pepinos, porque les daba fuerza y impedía que cayeran enfermos.

 
Se sabe que ha sido cultivado, desde hace cientos de años, en China, Japón, Grecia y Roma, quizás porque el gran secreto de este alimento reside en que contiene compuestos de azufre considerados como potentes antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento y bastantes enfermedades.

 
Los romanos lo introdujeron en España y lo expandieron por toda Europa. Una de las primeras  referencias escritas al empleo medicinal del rábano la encontramos en el Libro de las Medicinas Simples (escrito en el siglo XII de nuestra era) del médico italiano Matthaeus Platearius en el que se puede leer que “cuando se come rábano negro cocido es eficaz contra la tos provocada por  grandes humores”. Ya a mediados del siglo pasado Pío Font Quer (botánico, farmacéutico y químico español) dejaba escrito que “el rábano, y sobre todo el rábano negro, se tiene por un buen diurético y se utiliza contra  las afecciones catarrales por las vías digestivas así como contra las enfermedades biliares”.
 

Desde entonces los conocimientos acerca de las propiedades nutricionales y  medicinales de este alimento no han hecho sino confirmar lo acertado del conocimiento de nuestros antepasados.

  


EL RÁBANO:
UN ALIMENTO CON MUCHAS PROPIEDADES

 

Junto a otras raíces muy nutritivas, como la zanahoria y la remolacha,  el rábano ocupa un lugar predominante entre los alimentos considerados terapéuticos por su reconocida capacidad  para favorecer el drenaje del hígado y la vesícula biliar, estimular la  producción de bilis, eliminar del organismo desechos y toxinas, regular las funciones del colon o tratar trastornos digestivos además de fiebre, infecciones intestinales, úlceras, resfriados, reumatismos o gota, por  mencionar sólo algunas dolencias.

 

Además varios de sus principios activos (que comparte con otros miembros de la familia de las Brasicáceas o Crucíferas) le confieren importantes propiedades antimicrobianas,  antioxidantes, expectorantes (*), diuréticas, inmuno-estimulantes, depurativas y anti-cancerígenas. Sin duda, una más que sugerente carta de presentación.

 
 

Es de aclarar que las Brasicáceas (familia botánica que comprende más de 380 géneros y unas 3.000 especies vegetales) alcanzan los primeros puestos de la lista de verduras anti-cancerígenas. Ya que los glucosinolatos, isotiocianatos (entre ellos el sulforafano), indoles y otros fitoquímicos además de las vitaminas,  minerales y fibra contenidos en el brécol, las coles, las coles de bruselas, el repollo, la lombarda, la coliflor, el nabo y el rábano los convierten en alimentos imprescindibles para mantener la salud dadas sus propiedades anticancerígenas, antimicrobianas, antioxidantes, diuréticas, depurativas,  antiinflamatorias, hepatoprotectoras, inmuno-estimulantes, coleréticas, colagogas, digestivas y expectorantes.

 


PROPIEDADES ALIMENTICIAS DE LOS RÁBANOS:

El principal componente del rábano son la fibra e hidratos de carbono. Un alimento con bajo aporte calórico ya que contiene mucha agua. En su contenido vitamínico destaca la vitamina C, la cual tiene acción antioxidante, interviene en la formación de colágeno, dientes y huesos, en la producción de glóbulos rojos y blancos, favorece además una buena absorción del hierro y calcio. La vitamina C es además preventiva y ayuda a eliminar todas las enfermedades infecciosas ya que fortalece el sistema inmunológico.

 

El rábano contiene abundantes minerales en su composición como el potasio y el yodo, que aparece en gran cantidad. Contiene también calcio y fósforo, y magnesio en menor proporción. El potasio es un mineral indispensable para la transmisión y generación de impulsos nerviosos, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de humedad dentro y fuera de la célula. El yodo es un mineral indispensable para el correcto funcionamiento de la glándula tiroides, la cual regula el metabolismo e interviene en los procesos de crecimiento.


El magnesio tiene que ver con el buen funcionamiento del intestino ya que posee un suave y natural efecto laxante, está presente en los nervios y los músculos, y forma parte del sistema óseo. Los aceites en las raíces del rábano picante producen un penetrante efecto que promueve la solvencia de mucosidades o flemas.

 


Los rábanos contienen una considerable cantidad de azufre, el cual es un mineral de acción antioxidante.
 
El rábano es de esos productos estacionales de los que, afortunadamente,  podemos disponer todo el año. Y aunque lo común es que sólo se aproveche la raíz también hay personas que utilizan sus hojas como  si fueran espinacas o para hacer infusiones. Por lo demás, lo habitual es consumirlo crudo (por parte de quienes aprecian los sabores       picantes) formando parte de ensaladas pero también se puede hervir, freír,  licuar junto a otras hortalizas, usar para hacer salsas, etc. Si se quiere       eliminar su sabor picante,  bastará con pelar el rábano pues es su piel la que contiene la mayor parte de las sustancias que le confieren esa cualidad.
 

Consumir rábanos en ensaladas o en jugos es muy sano; aunque tampoco debe abusarse de este alimento o que se trate de consumir con alguna otra verdura, pues para algunas personas tiene efecto irritante.

 
A parte de esto, no se conocen efectos tóxicos derivados de su consumo excesivo, pero sí se sabe que no se debe ingerir crudo si se padece gastritis o úlcera gastroduodenal.  Además puede provocar flatulencia por  su contenido en fibra y compuestos de azufre, especialmente entre quienes tienen problemas para digerir las verduras. En tales casos se deberá consumir con moderación y preferentemente hervido.

 

 
 

PROPIEDADES CURATIVAS - TERAPÉUTICAS
DE LOS RÁBANOS

 
Por su contenido en sustancias antioxidantes, al rábano se le considera un  alimento inmuno-stimulador que actúa frente a la potencial nocividad de  los radicales libres. Además sus isotiocianatos ayudan a las enzimas de  detoxificación del cuerpo -primera línea de defensa del organismo frente a  las enfermedades- a neutralizar las sustancias dañinas que entran en él a  través de diferentes vías (dieta, contaminación del ambiente, etc.). Por  eso se considera que contribuye a prevenir el desarrollo de numerosas dolencias degenerativas al evitar el daño celular. También se le considera un potente antimicrobiano (gracias a su contenido en una sustancia  denominada peróxido difenil glioxal) y se sabe que sus principios activos neutralizan patógenos –especialmente bacterias, virus y hongos- que se  albergan en la mucosa de los riñones, la vejiga, las vías urinarias, el estómago y las vías respiratorias. De ahí que (especialmente en otoño e invierno) nuestras abuelas recomendaban tomar zumo de rábano para prevenir o aliviar los síntomas de dolencias respiratorias como resfriados, gripes, bronquitis, etc.

          



Se dice que los rábanos constituyen el mayor remedio antiescorbútico, la razón se encuentra en la gran cantidad de  vitamina C, que , como sabemos, constituye un antioxidante fundamental, encargado de eliminar los residuos que se acumulan en el organismo por ingestión de preparados envasados comercialmente,  ricos en conservantes y colorantes que producen nitrosaminas muy perjudiciales para la salud.
 

Necesaria también para la formación del colágeno, que es la base  para los huesos, nervios o tendones, o la absorción del hierro y cuya deficiencia provoca problemas de cicatrización, mal estado de  los dientes o falta de energía en general.
 

Asimismo, sus glucosinolatos e isotiocianatos son reconocidos como potentes antioxidantes de acción fundamental frente a los radicales libres  lo que también contribuye a reducir el riesgo cardiovascular  y cerebrovascular. Por todo ello se considera al rábano un alimento con actividad cardioprotectora.
 

Junto con las cebollas y los ajos los rábanos parecen tener una importancia muy grande en la curación del cáncer o en la inhibición  de las células cancerosas. Se ha comprobado que la ingestión de este  tipo de alimentos ayuda a prevenir algunos tipos de cánceres, como el cáncer de colon. La razón se encuentra en la presencia en todos ellos de componentes azufrados volátiles, que en el caso de los rábanos se denomina metanetiol.
 

El uso de estos alimentos de una manera habitual en las comidas puede ayudar a evitar esta enfermedad. Se ha utilizado las semillas de esta planta para la elaboración de una tisana con propiedades anti-cancerígenas. Igualmente la pulpa de rábano machacada y aplicada sobre ulceraciones cancerosas parece ayudar en el tratamiento de esta enfermedad.
 

El rábano es considerado uno de los alimentos más útiles para el hígado y también, sin duda, es considerado muy beneficioso para el aparato digestivo: además de abrir  el apetito, estimular la producción de jugos gástricos, facilitar la digestión o aumentar los movimientos naturales del intestino el rábano regula las funciones del colon.
            

Esta planta, pues, constituye una bendición para el aparato digestivo. Por su capacidad para aumentar la flora intestinal resulta muy adecuado para aquellas personas con un intestino poco " trabajador " de  manera que su ingestión favorecerá la digestión de alimentos incrementando aquellas bacterias que son necesarias en el tracto digestivo. Igualmente es capaz de neutralizar el resto de bacterias  perjudiciales para la salud y cuya presencia en los intestinos es responsable de gases, podredumbres y pesadez intestinal en general.
 

Resultará igualmente un excelente remedio para las personas que presenten estreñimiento crónico como en otras con síntomas totalmente contrarios, como colitis o diarrea. Por otra parte, además de las propiedades antibacterianas, hay que destacar su importancia como estimulante biliar por lo que ayudan a realizar la digestión y refuerzan el hígado. A todo ello hay que añadir su riqueza en fibras  que arrastra residuos intestinales, previniendo infecciones y  evitando el estreñimiento.
   

Los rábanos, como la mayoría de los miembros de la familia de las crucíferas (coles, coles de Bruselas, repollos, coliflores, etc.) poseen isotiocianatos, unos componentes que ayudan a disminuir la  producción de hormonas por parte de la tiroides, lo que puede utilizarse como un recurso natural para controlar el hipertiroidismo.
 

Pero, además, el rábano es rico en folatos por lo que se le considera adecuado para las mujeres  embarazadas ya que una deficiencia de estas vitaminas durante las primeras  semanas de gestación puede provocar anencefalia o defectos como la espina bífida en el bebé.
 

Para la gripe, las infecciones, las inflamaciones o una limpieza general de tu organismo, consiste en beber, por las mañanas y en ayunas (varios días seguidos o alternativamente), el jugo de 2 limones con el jugo de 2 rábanos. Puede licuarse y agregársele un poco de miel.
 


Además, por su riqueza en fibras y su nivel bajo de calorías, unido todo ello a su riqueza en potasio, resulta muy interesante como diurético, ayudando a eliminar líquidos del cuerpo al aumentar la micción.
 

Y, el mayor volumen de orina que se expulsa al consumir esta hortaliza, ayuda  a rebajar la tensión arterial y a aumentar la diuresis eliminando del cuerpo sustancias que podrían dar lugar a complicaciones cardio-vasculares.
 

Además la fibra que contiene disminuye la absorción intestinal de colesterol. Por otra parte, el potasio y otras de las sustancias que contiene son indispensables para una buena circulación sanguínea.
 
 
También hay que decir que al no contener grasas se le considera un buen colaborador para mantenerse delgados o para  integrarlo en una dieta de adelgazamiento. En general, les será muy interesante comer esta hortaliza a las personas obesas,  artríticas o hipertensas o a los que necesiten eliminar piedras o arenilla de los riñones o de la vesícula. Un remedio fácil de  realizar consiste en triturar un par de rábanos con la licuadora y beberlos directamente. Si nos bebemos un par de tazas de este líquido al día nos ayudarán a aumentar la orina y a deshacer las piedrecitas.
 

 
Favorece la expectoración en caso de dolencia respiratoria. Aliviando mucho la tos (más información en: http://jose-maria-naturalmente.blogspot.com.es/2012/05/para-la-tos.html).


Por su riqueza en vitaminas y minerales ayuda en caso de anemia.

Tiene propiedades relajantes y facilita el sueño.
 

Por ser antibacteriano y favorecer la depuración de la sangre ayuda a mejorar dolencias como el acné.
 

Por su capacidad antiséptica y antimicrobiana ayuda a mejorar el estado de la piel en los casos de eczemas, heridas, laceraciones, quemaduras,  etc. El jugo del rábano exprimido utilizado externamente (lavando con su jugo las lesiones o usándolo en forma de cataplasma) ayuda a curar las heridas de la  piel y favorece la cicatrización en casos de quemaduras o congelaciones; ayuda a cicatrizar las heridas y elimina el dolor. Este mismo líquido, en forma de loción, es muy válido para combatir la ciática o los cólicos de riñón.
 

En fin, los rábanos son una excelente alternativa natural para mantener la salud y ayudar al organismo a prevenir numerosas dolencias.

 

                  

(Informaciones recopiladas de varias fuentes, como son los libros “Alimentos Curativos” de Adolfo Pérez, “Vitaminas, Minerales y Plantas Medicinales” de Readers´s Digest, “El pequeño doctor” de A. Vogel,  la Revista “Discóvery Dsalud” y el blog “Salud Natural”).