PROPIEDADES SALUDABLES
DE LOS RÁBANOS.
Esa planta herbácea de flores blancas que tienen una
raíz ensanchada en un bulbo de forma esférica y tallo ramificado… esa raíz
acumula en sí todas las sustancias nutritivas de la planta. Su pulpa es
ligeramente picante… Muchas veces la comemos acompañando ensaladas o pescado
frito…
La incluimos, coloquialmente,
en nuestro vocabulario (decimos “me importa un rábano”) para expresar nuestra
rotunda indiferencia por alguna cosa a la que, quizás, consideramos de muy poco
interés.
Bien.
Pues es posible que tras leer todo lo que viene a continuación, más de una persona se plantee dejar de
utilizar dicha expresión. Y, aunque si bien el rábano es una hortaliza muy
económica y con valores moderados en cuanto a su aporte nutricional, también hoy se sabe que este miembro de la
familia de las Brasicáceas (o Crucíferas) tiene un importantísimo valor
terapéutico y se le reconocen propiedades medicinales que no tienen otros
alimentos “mejor considerados”.
CARACTERÍSTICAS DE LOS RÁBANOS:
El rábano (Rhapanus sativus) pertenece a la familia de hortalizas llamadas
Crucíferas, a la que pertenecen
plantas tan importantes en la alimentación como las coles (Brassica oleracea
L) y otras hierbas muy comunes, como la
rabaniza blanca (Dipotaxalis erucoides).
Está ampliamente cultivado, existiendo numerosas
variedades de esta verdura,
pero sus propiedades son semejantes y sabor es siempre ligeramente picante.
Están los blancos, los rojos
o los negros, siendo estos dos últimos
los que parecen presentar más propiedades para el organismo.
Se cree que procede del sur de Asia y fue muy
utilizado en la antigüedad, tal
como se sabe por las continuas referencias que de él tenemos tanto en la
cultura egipcia como en la romana.
Los egipcios, desde hace 4.000 años, la utilizaban
abundantemente en su alimentación y era dieta obligada en los constructores de
las pirámides, junto a otros alimentos como el ajo, la cebolla o los pepinos, porque les
daba fuerza y impedía que cayeran enfermos.
Se sabe que ha
sido cultivado, desde hace cientos de años, en China, Japón, Grecia y Roma,
quizás porque el gran secreto de este alimento reside en que contiene
compuestos de azufre considerados como potentes antioxidantes que ayudan a
prevenir el envejecimiento y bastantes enfermedades.
Los
romanos lo introdujeron en España y lo expandieron por toda Europa. Una de las
primeras referencias escritas al empleo
medicinal del rábano la encontramos en el Libro de las Medicinas Simples (escrito
en el siglo XII de nuestra era) del médico italiano Matthaeus Platearius en el
que se puede leer que “cuando se come rábano negro cocido es eficaz contra la
tos provocada por grandes humores”. Ya a
mediados del siglo pasado Pío Font Quer (botánico, farmacéutico y químico
español) dejaba escrito que “el rábano, y sobre todo el rábano negro, se tiene
por un buen diurético y se utiliza contra las afecciones catarrales por las vías
digestivas así como contra las enfermedades biliares”.
Desde
entonces los conocimientos acerca de las propiedades nutricionales y medicinales de este alimento no han hecho sino
confirmar lo acertado del conocimiento de nuestros antepasados.
EL RÁBANO:
UN ALIMENTO CON MUCHAS PROPIEDADES
Junto
a otras raíces muy nutritivas, como la zanahoria y la remolacha, el rábano ocupa un lugar predominante
entre los alimentos considerados terapéuticos por su reconocida capacidad para favorecer el drenaje del hígado y la
vesícula biliar, estimular la producción
de bilis, eliminar del organismo desechos y toxinas, regular las funciones del
colon o tratar trastornos digestivos además de fiebre, infecciones
intestinales, úlceras, resfriados, reumatismos o gota, por mencionar sólo algunas dolencias.
Además
varios de sus principios activos (que comparte con otros miembros de la familia
de las Brasicáceas o Crucíferas) le confieren importantes propiedades
antimicrobianas, antioxidantes,
expectorantes (*), diuréticas, inmuno-estimulantes, depurativas y anti-cancerígenas.
Sin duda, una más que sugerente carta de presentación.
Es de
aclarar que las Brasicáceas (familia botánica que comprende más de 380 géneros
y unas 3.000 especies vegetales) alcanzan los primeros puestos de la lista de
verduras anti-cancerígenas. Ya que los glucosinolatos, isotiocianatos (entre
ellos el sulforafano), indoles y otros fitoquímicos además de las
vitaminas, minerales y fibra contenidos
en el brécol, las coles, las coles de bruselas, el repollo, la lombarda, la
coliflor, el nabo y el rábano los convierten en alimentos imprescindibles para
mantener la salud dadas sus propiedades anticancerígenas, antimicrobianas,
antioxidantes, diuréticas, depurativas,
antiinflamatorias, hepatoprotectoras, inmuno-estimulantes, coleréticas,
colagogas, digestivas y expectorantes.
PROPIEDADES ALIMENTICIAS DE LOS RÁBANOS:
El principal
componente del rábano son la fibra e hidratos de carbono. Un alimento con
bajo aporte calórico ya que contiene mucha agua. En su contenido vitamínico
destaca la vitamina C, la cual tiene acción antioxidante, interviene en la
formación de colágeno, dientes y huesos, en la producción de glóbulos rojos y
blancos, favorece además una buena absorción del hierro y calcio. La vitamina C
es además preventiva y ayuda a eliminar todas las enfermedades infecciosas ya
que fortalece el sistema inmunológico.
El rábano
contiene abundantes minerales en su composición como el potasio y el yodo, que
aparece en gran cantidad. Contiene también calcio y fósforo, y magnesio en
menor proporción. El potasio es un mineral indispensable para la transmisión y
generación de impulsos nerviosos, para la actividad muscular normal e
interviene en el equilibrio de humedad dentro y fuera de la célula. El yodo es
un mineral indispensable para el correcto funcionamiento de la glándula
tiroides, la cual regula el metabolismo e interviene en los procesos de
crecimiento.
El magnesio tiene que ver con el buen funcionamiento del intestino ya que posee
un suave y natural efecto laxante, está presente en los nervios y los músculos,
y forma parte del sistema óseo. Los aceites en las raíces del rábano picante
producen un penetrante efecto que promueve la solvencia de mucosidades o
flemas.
Los rábanos
contienen una considerable cantidad de azufre, el cual es un mineral de acción antioxidante.
El
rábano es de esos productos estacionales de los que, afortunadamente, podemos disponer todo el año. Y aunque lo
común es que sólo se aproveche la raíz también hay personas que utilizan sus
hojas como si fueran espinacas o para
hacer infusiones. Por lo demás, lo habitual es consumirlo crudo (por parte de
quienes aprecian los sabores picantes) formando parte de ensaladas
pero también se puede hervir, freír, licuar
junto a otras hortalizas, usar para hacer salsas, etc. Si se quiere eliminar su sabor picante, bastará con pelar el rábano pues es su piel la
que contiene la mayor parte de las sustancias que le confieren esa cualidad.
Consumir rábanos en ensaladas o en jugos
es muy sano; aunque tampoco debe abusarse de este alimento o que se trate de
consumir con alguna otra verdura, pues para algunas personas tiene efecto
irritante.
A
parte de esto, no se conocen efectos tóxicos derivados de su consumo excesivo,
pero sí se sabe que no se debe ingerir crudo si se padece gastritis o úlcera
gastroduodenal. Además puede provocar
flatulencia por su contenido en fibra y
compuestos de azufre, especialmente entre quienes tienen problemas para digerir
las verduras. En tales casos se deberá consumir con moderación y
preferentemente hervido.
PROPIEDADES
CURATIVAS - TERAPÉUTICAS
DE LOS RÁBANOS
Por
su contenido en sustancias antioxidantes, al rábano se le considera un alimento inmuno-stimulador que actúa frente a
la potencial nocividad de los radicales
libres. Además sus isotiocianatos ayudan a las enzimas de detoxificación del cuerpo -primera línea
de defensa del organismo frente a las
enfermedades- a neutralizar las sustancias dañinas que entran en él a través de diferentes vías (dieta,
contaminación del ambiente, etc.). Por eso
se considera que contribuye a prevenir el desarrollo de numerosas dolencias
degenerativas al evitar el daño celular. También se le considera un potente
antimicrobiano (gracias a su contenido en una sustancia denominada peróxido difenil glioxal) y se
sabe que sus principios activos neutralizan patógenos –especialmente bacterias,
virus y hongos- que se albergan en la
mucosa de los riñones, la vejiga, las vías urinarias, el estómago y las vías
respiratorias. De ahí que (especialmente en otoño e invierno) nuestras abuelas recomendaban tomar zumo de
rábano para prevenir o aliviar los síntomas de dolencias respiratorias como
resfriados, gripes, bronquitis, etc.
Se dice que los rábanos constituyen el mayor remedio antiescorbútico,
la razón se encuentra en la gran cantidad de vitamina C, que , como sabemos, constituye un
antioxidante fundamental, encargado de eliminar los residuos que se acumulan en
el organismo por ingestión de preparados envasados comercialmente, ricos en conservantes y colorantes que
producen nitrosaminas muy perjudiciales para la salud.
Necesaria también para la formación del colágeno, que
es la base para los huesos, nervios o
tendones, o la absorción del hierro y cuya deficiencia provoca problemas de
cicatrización, mal estado de los dientes
o falta de energía en general.
Asimismo,
sus glucosinolatos e isotiocianatos son reconocidos como potentes antioxidantes
de acción fundamental frente a los radicales libres lo que también contribuye a reducir el riesgo
cardiovascular y cerebrovascular. Por
todo ello se considera al rábano un alimento con actividad cardioprotectora.
Junto con las cebollas y los ajos los rábanos parecen
tener una importancia muy
grande en la curación del cáncer o en la inhibición de las células cancerosas. Se ha comprobado
que la ingestión de este tipo de
alimentos ayuda a prevenir algunos tipos de cánceres, como el cáncer de colon.
La razón se encuentra en la presencia en todos ellos de componentes azufrados
volátiles, que en el caso de los rábanos se denomina metanetiol.
El uso de estos alimentos de una manera habitual en
las comidas puede ayudar a evitar esta enfermedad. Se ha utilizado las semillas
de esta planta para la elaboración de una tisana con propiedades anti-cancerígenas.
Igualmente la pulpa de rábano machacada y aplicada sobre ulceraciones
cancerosas parece ayudar en el tratamiento de esta enfermedad.
El
rábano es considerado uno de los alimentos más útiles para el hígado y también,
sin duda, es considerado muy beneficioso para el aparato digestivo: además de
abrir el apetito, estimular la
producción de jugos gástricos, facilitar la digestión o aumentar los
movimientos naturales del intestino el rábano regula las funciones del colon.
Esta planta, pues, constituye una bendición para el
aparato digestivo. Por su capacidad para aumentar la flora intestinal resulta
muy adecuado para aquellas personas con un intestino poco " trabajador
" de manera que su ingestión
favorecerá la digestión de alimentos incrementando aquellas bacterias que son
necesarias en el tracto digestivo. Igualmente es capaz de neutralizar el resto
de bacterias perjudiciales para la salud
y cuya presencia en los intestinos es responsable de gases, podredumbres y
pesadez intestinal en general.
Resultará igualmente un excelente remedio para las
personas que presenten estreñimiento crónico como en otras con síntomas
totalmente contrarios, como colitis o diarrea. Por otra parte, además de las propiedades
antibacterianas, hay que destacar su importancia como estimulante biliar por lo
que ayudan a realizar la digestión y refuerzan el hígado. A todo ello hay que
añadir su riqueza en fibras que arrastra
residuos intestinales, previniendo infecciones y evitando el estreñimiento.
Los rábanos, como la mayoría de los miembros de la
familia de las crucíferas (coles, coles de Bruselas, repollos, coliflores, etc.)
poseen isotiocianatos, unos componentes que ayudan a disminuir la producción de hormonas por parte de la
tiroides, lo que puede utilizarse como un recurso natural para controlar el hipertiroidismo.
Pero,
además, el rábano es rico en folatos por lo que se le considera adecuado para
las mujeres embarazadas ya que una
deficiencia de estas vitaminas durante las primeras semanas de gestación puede provocar
anencefalia o defectos como la espina bífida en el bebé.
Para la gripe,
las infecciones, las inflamaciones o una limpieza general de tu organismo, consiste
en beber, por las mañanas y en ayunas (varios días seguidos o
alternativamente), el jugo de 2 limones con el jugo de 2 rábanos. Puede licuarse
y agregársele un poco de miel.
Además, por su riqueza en fibras y su nivel bajo de
calorías, unido todo ello a su riqueza en potasio, resulta muy interesante como
diurético, ayudando a eliminar líquidos del cuerpo al aumentar la micción.
Y, el
mayor volumen de orina que se expulsa al consumir esta hortaliza, ayuda a rebajar la tensión arterial y a aumentar la
diuresis eliminando del cuerpo sustancias que podrían dar lugar a
complicaciones cardio-vasculares.
Además la fibra que contiene disminuye la
absorción intestinal de colesterol. Por otra parte, el potasio y otras de las
sustancias que contiene son indispensables para una buena circulación
sanguínea.
También
hay que decir que al no contener grasas se le considera un buen colaborador
para mantenerse delgados o para integrarlo en una dieta de adelgazamiento. En
general, les será muy
interesante comer esta hortaliza a las personas obesas, artríticas o hipertensas o a los que necesiten
eliminar piedras o arenilla de los riñones o de la vesícula. Un remedio fácil
de realizar consiste en triturar un par
de rábanos con la licuadora y beberlos directamente. Si nos bebemos un par de
tazas de este líquido al día nos ayudarán a aumentar la orina y a deshacer las piedrecitas.
Favorece la expectoración en caso de dolencia respiratoria. Aliviando mucho la tos (más información en: http://jose-maria-naturalmente.blogspot.com.es/2012/05/para-la-tos.html).
Por
su riqueza en vitaminas y minerales ayuda en caso de anemia.
Tiene
propiedades relajantes y facilita el sueño.
Por
ser antibacteriano y favorecer la depuración de la sangre ayuda a mejorar
dolencias como el acné.
Por
su capacidad antiséptica y antimicrobiana ayuda a mejorar el estado de la piel
en los casos de eczemas, heridas, laceraciones, quemaduras, etc. El jugo del rábano exprimido utilizado externamente (lavando con su jugo las lesiones o usándolo en forma de
cataplasma) ayuda a curar las
heridas de la piel y favorece la
cicatrización en casos de quemaduras o congelaciones; ayuda a cicatrizar las
heridas y elimina el dolor. Este mismo líquido, en forma de loción, es muy
válido para combatir la ciática o los cólicos de riñón.
En fin,
los rábanos son una excelente alternativa natural para mantener la salud y
ayudar al organismo a prevenir numerosas dolencias.
(Informaciones
recopiladas de varias fuentes, como son los libros “Alimentos Curativos” de
Adolfo Pérez, “Vitaminas, Minerales y Plantas Medicinales” de Readers´s Digest,
“El pequeño doctor” de A. Vogel, la Revista
“Discóvery Dsalud” y el blog “Salud Natural”).