jueves, 1 de noviembre de 2012

MIRANDO AL CIELO...



Cielos de noviembre


Ya era otoño, y de noche. Estábamos junto al mar. Una amiga, nos hizo caer en la cuenta: mirad el cielo… ¡como los de noviembre, no hay ninguno! Y desde entonces (yo aún no había cumplido ni la mitad de los años que, ahora, llevo vividos…), no he dejado de fijarme. Hacedlo vosotros, que merece la pena (cuando salgáis de la ciudad, cuando subáis a la azotea…): en esas (tantas…) noches limpias, sin nubes, que tenemos en nuestra tierra andaluza.


De verdad que merece la pena dedicar un rato a mirar a lo alto. Aunque sea noviembre, aunque las “buenas costumbres” de nuestra “cultura” social-religiosa nos invite a mirar al suelo, a lo más terrenal de nuestra existencia. No está de más pensar, algunas veces en ello. Pero no por ello dejemos de abrir nuestros ojos y mirar… toda la belleza que tenemos ahí, arriba (muy arriba).





5 comentarios:

  1. Tienes toda la razón, tenemos que fijarnos mucho más en el cielo, en la naturaleza, en tantas cosas hermosas que nos rodean. Esta noche en especial va por tu entrada y te aseguro que eso haré.

    Un saludo

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  2. Buen día amigo.
    Sigo compartiendo tus palabras, yo siempre miro el cielo, esté donde esté, puesto que...... crees que hay cielos diferentes?
    El cielo es uno solo, allá en tu lugar o aqui en Argentina o en París, es el mismo cielo, no crees?
    Pero, cuántos mensajes nos da, el cielo y toda la Naturaleza, si la sabemos mirar.
    Mirar con esos ojos de El Principito, novela famosa, donde me quedó grabada esa frase:
    "Lo esencial es invisible a los ojos".
    Desde nuestro interior al cielo y desde alli a nuestro interior, todo está alli, tal vez.
    Son formas de "mirar".
    Gracias por tu post, me agrada leerte
    un saludo muy cordial.
    Diana Teran.

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    1. Gracias, Rosa. Gracias Diana. Mirando al cielo... ¡seguro se encontrarán nuestras miradas!

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  3. Bellas imágenes. El cielo es un marco incomparable de sueños y baúl de preguntas.
    Un saludo.

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  4. Es verdad José María, mirar a lo alto nos llena de alegría, y nos propone reencontrarnos con el reino que vive en nosotros, Gracias, un abrazo!

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