domingo, 30 de diciembre de 2012

EVIDENTEMENTE


     EFECTIVAMENTE

Efectivamente, amiga:
sí, la obra de la creación
es tan perfecta que a veces
nos consterna el pensarlo,
pero... que hasta los niños
pueden verlo y comprender
que Perfecto ha de ser
Quien quiso y pudo hacerlo.
Y a ti y a mí, nos quiso
así: tal como somos.

Como quiso que sean, como son,
las tantas cosas, maravillas,
que están siendo
observadas..., o acaso no,
por algún otro ser vivo.

Observando, contemplando,
tal vez que podamos
descubrir
los tantos pequeños milagros,
acaso escondidos, de la vida
que nace, crece y se transmite...

Efectivamente podemos
escuchar el canto de las aves...,
sentir el calor del sol...
Pero quizá no toda la vida
que está, ahí, tan cerca...
podamos ni notarla:
La gota del rocío,
entre los pétalos de la flor,
es un ejemplo. 

Y así...
Tanta otra mucha belleza
que pasa desapercibida
para muchos de nosotros,
los humanos.

Dime...:
¿Viste tú, tal vez,
las profundidades del mar
y los océanos?
¿Oíste tú, quizá,
el cantar de los pájaros en la selva?
¿Pudiste, siquiera, oler
el néctar del papango amazónico
o la dulzura del edelweiss
que crece en la cumbres de los Alpes?
¿Percibimos la fiereza
de la ola arrolladora que nos arrastra
hasta perdernos en la alta-mar?
¿Acaso hemos sentido,
alguna vez, en nuestra piel,
el calor de la llama al arder...
hasta consumirnos?

Lo que no podemos... nos es
inalcanzable.
Y, efectivamente,
¡cuántas sensaciones,
hipotéticamente posibles,
no sentimos!

Mas, aunque, cada día,
hay mil posibles lindas vivencias
que, sin quererlo, se nos escapan...,
como el puñado de fina arena
que, sin poder mantenerlo
entre las manos,
todos cogimos alguna vez,
¡todo es un regalo
a percibir
por los sentidos de nuestros cuerpos!,
¡todo es gratuito,
aún siendo tan valioso!

La creación de la Vida
es pura perfección. Es la armónica
belleza de los colores,
de las texturas, de los sonidos,
de las fragancias, de los sabores...
Cada brote o indicio de vida
tiene
un sentido.

Sí... mi amiga:
Cada vida, cada ser
lleno de vida,
tiene
al menos una misión.

Podemos estar seguros
de que somos parte
de esa Obra perfecta;
y felices hemos de estar
de haber sido invitados a la vida...
tal cual somos.

Ojalá que sepamos
llevar a nuestros días
el agradecido sentimiento
de tener la vida entera
para gozarla...

Dime: ¿lo guardaremos silenciado,
por temor a que, acaso,
pueda alguien no comprender
que estamos felices
de estar... a favor,
siempre ¡de parte de la Vida!?

Espero y confío en que sepamos
vivir nuestra existencia
con el sentido de ser
exactamente, quienes somos;
porque es así como tú,
como yo, seremos
fieles a la Vida.


                             JMF (ADN)




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