PERDIDO SIN MI MÓVIL
Estoy
perdido. Ahora mismo no sé ni dónde estoy ni que fecha es. He amanecido dormido
en el tren... pero no encuentro mi móvil, donde llevo mi agenda, donde tengo
mis contactos. Me duele la cabeza y recuerdo algo de que ayer estuve en una
fiesta, era una despedida de soltero... pero ahora mismo no sé de quien
era...¡vaya fastidio!, ¡maldita sea! Además me he quedado sin todas las fotos
que hice, ni puedo jugar a mi preferido, mientras me aclaro un poco la mente...
Sin mi “movirola”... ¡es que no sé vivir!
Bueno, tengo que actuar. Me
iré disponiendo a salir ¿pero dónde estoy? Esta ciudad no la conozco yo. ¿Qué
hago yo aquí? Y, ¡hay Dios mío!, ¿a quien llamo y le pregunto, si no tengo el
teléfono de nadie?
Vamos a ver: en primer lugar intentaré
enterarme a dónde me ha traído este tren...
-
Oiga,
señora, me puede decir...
-
Me
puede hacer el favor de decirme dónde estoy?
-
No,
es que... ¡ah, ya veo, joder, si estoy en Barcelona! Pero ¿y qué hago yo aquí?
Bueno, memorizaré: ayer
estuve en una fiesta, había chicas y mucha bebida, era la despedida de...
¡Tomás!, eso es, ¿Tomás casarse?, no puede ser, si Tomás está ya casado... Sí
era Tomás... ¿o no? ¡jó, qué pea tengo! Claro pero no era una despedida de
soltero sino de casado... porque cantamos el “yo no me caso porque soltero se
está mejor”. Y vaya como bebimos, yo creo que debí quedarme dormido... ¿cómo
llegué al tren? Ni idea, como no sea que esta gente me quisiera gastar una
broma ¡vaya broma! y me hayan hecho lo del “viajero dormido a destino
sorpresa”, metiéndome en este “WAGONLITS” o “tren hotel”...
Sí,
seguro que eso fue... Pero ¿y qué hago yo ahora?, ¿cómo me voy para Cádiz... si
no tengo ni dinero?
Me
rebuscaré bien los bolsillos... Bueno, tengo aquí 20 euros y el billete del
tren... ¡vaya, es de ida y vuelta, y
tiene la reserva... para esta tarde!. Por lo menos estos cabritos han pensado
un poco en mí. Después de todo...
Me
tomaré un café cargado y ya iré viendo cómo me organizo. No sé a dónde ir ni a
quien dirigirme, esto de estar sin mi móvil... ¡es un desastre!
Ah,
ahora que digo... ella siempre me decía: “¡es que no puedes pasar sin el
móvil!”. Cierto, ella es la que... ¡No!, yo soy es que... ¡Ahora me acuerdo!
¡Yo soy el que me he quedado soltero, pues es... que mi mujer me ha dejado
porque no aguantaba que yo anduviese siempre con el teléfono a cuesta, cuando
comíamos, en la ducha, en la cama!, ¿pero y qué iba a hacer yo... ¡si me es
imprescindible para vivir!?
Si es verdad que el pasado mes de agosto me pasé en
el gasto como tres pueblos... pero ¿y qué iba a hacer yo en la playa sino
entrar en internet...?
Es que estas mujeres no se dan cuenta de que hay
necesidades y necesidades, y el móvil es algo de lo que, realmente, no puedo
prescindir...
¿Sí?,
¿o no me es imprescindible? Porque... ¡ahora estoy vivo y no tengo ni móvil, ni
agenda ni casi dinero! Claro que... ¿soy libre? Pues no... sigo necesitando de
mi “movirola”... ¿hasta cuando?
DUDAS DE UN
INTERNAUTA
A Juan Luis le costaba definir sus metas. Siempre le
pasó. Un día alguien le dijo que tenía cara de curita y, creyendo que era el
designio de Dios, se planteó hacerse sacerdote. De modo que se fue al
seminario.
Pasados tres años estudiando teología, en unas
vacaciones, conoció a Susana, una precisa maestra de Educación Infantil, que le
hizo poner en crisis su vocación.
Después de pensarlo y no poder pensárselo bien (pues cuando el corazón duele,
la mente no razona), dejó el seminario.
Fue a un orientador y acabó por decidir hacer un curso de
técnicas de venta. Y se puso a vender: primero pilas alcalinas; luego,
productos de nutrición y salud. Ganó bien y antes de los dos años, Juanlu y
Susana se casaron. Tenían lo que muchas parejas desean: un pisito cómodo y
acogedor, sus trabajos bien remunerados, juventud y tiempo libre para disfrutar
de la vida...
Pero todo eso no le satisfacía lo más mínimo a Juan Luis.
Él necesitaba algo más. Un día vio un
cartel: “En SOLIDARIDAD, MUCHO depende de ti”.
Se sintió invitado o llamado... Se lo planteó a Susana y aunque ella le
dijo: Es verdad que hay mucho que hacer por un mundo mejor, y que tiene que
haber quienes se vayan al llamado tercer mundo..., pero ¿y por qué nosotros?.
Pero, al final, Susana, que tenía el corazón muy grande,
y además estaba muy enamorada y tenía tantos deseos de que Juanlu encontrara su
felicidad, le dijo que sí.
Y en menos de un año, se fueron a Bolivia, con una
organización de voluntariado misionero, a llevar a cabo una tarea de desarrollo
integral en unas comunidades campesinas: clases de Educación general básica,
talleres de nutrición e higiene, puesta en marcha de cooperativas...
En este tiempo fueron muy felices: Juan Luis se sentía
completamente satisfecho y realizado con
el trabajo que hacían y Susana estaba feliz de que él estuviera feliz; además,
como pareja, se sentían realmente muy compenetrados, unidos en los ideales y en
la vida íntima de pareja. Así, tuvieron dos hijos en tres años.
Susana fue estando más y más ocupada en la crianza;
mientras Juanlu estaba cada vez más metido en los compromisos con la gente y
las comunidades, en los proyectos de las cooperativas, con los campesinos...
Ella también se sentía desarrollada, pero un poco
abandonada por parte de su pareja.
Las cosas estuvieron así por dos años. Hasta que el pequeño David enfermó de
granulomatosa crónica; situación que les fue imposible mantener y se vieron
obligados a regresar a España. El niño, después de tratamientos adecuados y
constantes fue mejorando bastante; pero no podían abandonar su cuidado.
Juan Luis tenía que ponerse a trabajar, pero ya no le
motivaba nada lo de volver a las ventas. Empezó a buscar posibles trabajos en
Internet, mientras Susana comenzó a dar clases de apoyo que, sin tener que
ocupar toda la jornada, le permitía conseguir una ayuda económica.
Con el arma de Internet, Juanlu se hizo un experto
buscador y aprendiz de todo. La red de
Internet puede enganchar y a este hombre le enganchó bien fuerte: de buscar
trabajo pasó a buscar informaciones varias, y luego otra cosa y luego otra...
Al tiempo consiguió un empleo, a media jornada, qué algo
es algo. Pero la vida de Juanlu estaba en crisis, andaba como perdido, sin
rumbo... y el ordenador se convirtió en su más fiel aliado para ocupar su
tiempo; cada día navega en Internet visitando páginas web, comenzó a participar en foros, a interactuar con otras personas, a compartir
archivos...
Paralelamente,
la relación de la pareja entró en
crisis.
Y
se rompió la comunicación y..., una vez más, la red le sirvió para ocupar este
espacio vacío... y se enamoró virtualmente. Y le dio fuerte, tanto que ni
dormía pensando en lo que le iba a decir a su nuevo amor, Patricia. Aún siendo
consciente de que aquella persona por la que ni dormía podía no ser quien decía
ser, pero ya estaba tan materialmente enganchado que... ¡tenía que seguir!. Le
escribía cosas en el trabajo, por la calle, en toda ocasión. A veces no podía
ni esperar a llegar a casa, sino que entraba en un ciber para mandarle un
email... También buscaba en Internet poesías, y flores y bonitas puestas de sol
para mandárselas. Vivía para ella, olvidándose de la realidad de su casa, de su
mujer, de su hija y de su hijo aún delicado de salud. Pero aún más, se había
olvidado de el mismo.
Su actitud dubitativa y el convertirse en internauta
perenne, le llevó a tomar demasiadas decisiones impulsivamente, sin apenas
reflexionar las consecuencias de sus acciones. Su progresiva obesidad, la falta
de circulación, la relación de pareja poco gratificante, las malas noches, la
economía tan ajustada, la carga de
preocupaciones ante las que no sabía o no quería hacer frente
responsablemente... le llevaron a un infarto agudo de miocardio.
Tuvo que ser intervenido quirúrgicamente, de urgencia. Al
final salió bien de la operación. Por cierto que, curiosamente, la doctora que
le hizo el bypass se llamaba Patricia.
Podemos vivir sin movil y sin ordenador...y tambien vivir con ello,siempre y cuando no olvidemos que el mundo virtual no puede no debe desplazar al real...
ResponderEliminarporque los abrazos y los besos reales te calientan el alma...los virtuales son solo eso...virtuales...
¿Acaso una foto de una flor hermosa transmite la mas mínima fragancia?...
un abrazo
Tienes toda la razón. Otro abrazo (aunque sólo virtual) para tí
EliminarPor suerte nunca tendré los problemas del que está perdido sin su móvil: no tengo y dentro de lo posible no tendré.
ResponderEliminarAsí dispongo de más tiempo porque no debo controlar permanentemente quién me dejó mensajes y responderlos en el acto... como si fuera de vida o muerte.
Por Internet, desde que tengo el blog, estoy más conectada, pero midiendo lo más que puedo el tiempo.
Estos adminículos nos sirven y ayudan, mientras no nos roben las horas.
Un saludo desde Buenos Aires.
Me has hecho reír con tus despistes y dependencias ya ves...sigues vivo y es que nos mal acostumbramos !jaja!
ResponderEliminarun abrazo
Sor.Cecilia
No, a mi no me pasó... ¡es sólo un relato!
EliminarNecesitamos información: Internet nos la facilita. Pero también nos
ResponderEliminarroba el tiempo y nos damos cuenta cuando salimos de nuestra abstracción !Vaya cuántas horas idas¡Lo peor de estas adicciones es que aparcamos nuestras relaciones: familia, amigos, etc. por todo lo virtual, eso es muy triste.
Todo debe tener su justa medida. Qué hermosa una sonrisa, un beso o un
abrazo real.
Un abrazo para ti.
Es la pura realidad: con la vida "virtual" podemos perdernos lo mejor...: ¡la vida real!
EliminarEl del primer relato está perdido sin móvil, con móvil mucho más.
ResponderEliminarSaludos José María
Creo que tal es la obsesión a veces de la gente por los móviles que se acuerdan de eso y no de que tienen una vida si apartan la pantalla y despegan los dedos de sus teclas. Un besazo.
ResponderEliminarEs lo malo de los aparatitos. Hemos depositado excesiva confianza en ellos. Sin móviles y sin internet, nos volvemos torpes.
ResponderEliminarSaludos.
José, muito obrigado pela visita, fiquei muito feliz.
ResponderEliminarAqui é tudo muito bonito e já estou lhe seguindo.
Beijo em seu coração.
Internet, nos ha facilitado mucho las cosas y, prueba de ello, son los blogs o el hecho de extraer una ruta sencilla para ir a un lugar que no conoces.
ResponderEliminarSin embargo, el uso excesivo (no por necesidad) del móvil, por parte de personas que ignoran conversaciones con sus seres cercanos para centrarse en el "aparatito", me parece ridículo.
En mi caso, móvil de empresa, nada más. Este mismo móvil, se lo doy también a los más cercanos para emergencias. Y ahí, se cierra el tema celular.
Saludos Jose María.
Me gustó la entrada.
Obrigado, amigo, pela visita e por seguir meu blog. Volte sempre, será, sempre, muito bem vindo.
ResponderEliminarTambém fico te seguindo. Voltarei com mais tempo para comentar suas postagens.
Abraços do amigo Bicho do Mato
Até breve.
Lo primero gracias por pasarte por mi blog y sobre los problemillas de la tecnologia estoy de acuerdo con los anteriores comentarios. El movil se utiliza para todo menos para llamar. Un saludo
ResponderEliminarutttt que estres en un momento. Me imagine la pelicula y pensaba qu tremendo lo que un movil y un ordenador ùeden crear una dependencia, y es verdad.
ResponderEliminarYo te puedo decir para mi hoy por mis circunstacias el ordenador es mi amigo, mi refugio, y nunca lo pense, pero piensa, trabajaba era muy activa siempre tenia muchas cosasque hacer, y de pronto mi enfermedad lo cambia todo, gracias al ordenador tengo mucha conunicacion, muy agrable y mi enfermedad latengo muy en segundo o tercer plano si hablo de ella como en este caso obsevaras de que manera.
un abrazo uyyy 2.48 tendre que dormir
Bueno, me nos mal que me dices que es un relato, porque me hiciste reír.
ResponderEliminarGracias
Un abrazo.
Sor.Cecilia
¡Excelente! Me encantaron. Saludos cordiales.
ResponderEliminarGracias. Ya me paso por ahí... ¡a visitaros!
ResponderEliminarHa sido muy interesante y muy de acuerdo con muchas realidades que se viven.
ResponderEliminarMe ha encantado leerte.
Un saludo.
Hola
ResponderEliminarLos dos relatos son bien interesantes, amalgama un poco una posible realidad actual. A veces nos perdemos sin el movil y sin internet, pero se puede vivir sin ellos...
Saludos cordiales.
ME GUSTÓ MUCHO TE RELATO lgras atraparnos , es la vida misma lo que has contado, un saludo cariñoso desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias. Mi saludo (imaginando ese brillo del mar...)
EliminarMuy real y algo que le ha sucedido a más de dos. Sanamente envidio a los que tenéis esa sencillez nada fácil a la hora de escribir una historia.
ResponderEliminarCon tu permiso me quedo por aquí.