LA VIDA ESTÁ SIEMPRE DESPIERTA

AHORA  ETERNO

 

En ocasiones

la vida nos sorprende

con alguna ventura

que no esperábamos;

o que, acaso, no éramos conscientes

de estar haciéndolo (de hasta,

tal vez, haberlo ansiado...);

porque no siempre sabemos

cuanto deseamos.

 

 

Nos llega refrescante,

como lluvia de junio...

Es el acontecimiento de la vida

que nunca está dormida,

que no cesa.
 

Porque la vida es vitalista, porque

nada ni nadie puede hacerla callar

cuando ilumina el espacio con sus trinos.

 

Está en la calle,

en un bar de barrio,

en la estación de autobuses

o en unas caricias enamoradas junto al mar.

Te carga de su aliento

mientras estás comiendo

plácidamente, echada en la tierra,

en la montaña...

o paseando entre los árboles

de un campo sin nombre,

o por la vereda del gran río...

 

Puedes intentar escapar

de su magia inagotable;

pero es que, si decides vivir,

has de tener

las manos llenas de energía para dar

y el corazón abierto a la escucha,

para aceptar lo que te llega...

 

Así, estarás sintiendo

que es que la Vida vibra

por todos los poros de tu cuerpo

y también por tu mente.

 

No sé si te elegí

o me elegiste.

El caso es que AHORA estás

aquí en mi vida.

 

Y nada de lo que soy

o cuanto tengo

lo puedo separar de este

misterio nuestro que es

presente y eterno;

 

como un abrazo largo..., repleto

de recuerdos añorables,

y con mucha carga potencial

para imaginar, inagotablemente,

futuros nuevos,

sin fecha exacta

pero sí felizmente certera.   

                                   (en “Ácido desoxirribonucleico”)