¿MIRAR
PARA ADELANTE?
Mi madre decía que, “cuando nos
llega un motivo de sufrimiento, lo mejor es mirar para atrás; no para adelante.”
Dicho de otro modo: pararnos a
observar que hay personas que lo están pasando peor que lo que, en nuestro
caso, estamos sufriendo. Seguro que, siempre, habrá alguien en peor situación.
No
mirar a quienes lo pasan mejor, sino peor; y eso nos hará ¡hasta optimistas!
(no tiene por qué ser “consuelo de tontos”).
Si miramos siempre a los que están
muy bien acomodados, puede que se nos despierte el sentimiento de la envidia. Y
eso no es bueno, pues sólo puede llevar a amargarnos o al resentimiento (acaso
el peor de todos los sentimientos que puede albergar el corazón humano).
Lo cual no quiere decir que esa
sea nuestra norma de vida. Nunca hemos de renunciar a mirar al porvenir con ilusión.
La mejor arma contra el pesimismo es el optimismo. Y eso quiere decir que la
clave está en avanzar. Porque, sobre todo (es algo que nunca debemos olvidar): rendirse
¡nunca!
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