lunes, 24 de septiembre de 2018

EN EL DÍA DE LA VIRGEN DE LA MERCED


 R U E G O

María, Madre, Hermana, Amiga,
ruega por nosotros.

Ilumínanos. Necesitamos tanto de ti…

Hemos pensado, mil veces, que teníamos que decirte
muchas cosas;
que debíamos alagarte y alabarte, con plegarias y cánticos
que dijeran tus bellezas, tus virtudes, tus favores…


Pero hemos olvidado escucharte, oír cuanto decías,
aprender de ti las enseñanzas que nos dabas;  
con tu forma de vida, con tu modo de afrontar el por-venir
en el que Dios te requería…

Perdónanos, María, Mujer de las Mercedes;
perdónanos porque hemos sido hasta crueles contigo;
porque hemos acallado tus palabras
antes de que llegasen a nuestros oídos;
porque no hemos querido oír tu grito –tu canto profético–,
y nos pusimos a decirte
“llena de gracias” y “misericordiosa”
y “dulce de corazón” y “purísima”
y “esperanza nuestra” y… tú sabes cuantas gentilezas
que, acaso, ni entendíamos; todo ello, para no oírte:




por no reconocerte, además de Madre, Maestra,
mujer valiente, compañero de todos los humanos
que quisiéramos vivir nuestra fe…
comprometiéndonos con el mundo en sus circunstancias,
con la historia del amor de cada día.



Enséñanos a sufrir, a saber aguantar y a esperar
y a no retirarnos nunca del dolor que encontremos
en nosotros o en los otros, de la cruz
que se nos ponga tan cerda… que
o la aceptemos o la neguemos;
como tantos hicieron los días de la cruz de Cristo…

Recuérdanos, a menudo, que buscar el Reino
es instaurar fraternidad,
y deshacer estructuras injustas de poder, de riqueza,
de inteligencia, de raza o color,
de edad, de sexo o e cultura…



No nos dejes olvidar las tantas desigualdades
que tenemos tan cerca;
por las que pasamos, sobre las que andamos,
cada día, a cada rato.


Ayúdanos, Madre nuestra.
Intercede por nosotros, para que nunca nos acostumbremos
a ver el mal y pasar de largo, como si fuera
un árbol seco del que no es posible esperar frutos.
Acúcianos, para que siempre estemos vivos de verdad:
vibrantes de vida y de ganas de hacerla crecer…


Ruega a Dios por nosotros,
Mujer de las Mercedes,
Madre, Hermana, Amiga, María.
  




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