martes, 1 de febrero de 2011

COMPARTIENDO VIVENCIAS


CUANDO EL CONVIVIR ES TAN DÍFICIL

Hay parejas que funcionan... unas funcionan bien, otras mal, otras tan mal como que no funcionan...  Hay veces que la convivencia se hace imposible.  Casi siempre no es más que el resultado de cómo se llevó la  andadura "a dos" anteriormente.

Hay parejas que se plantean vivir su relación plenamente: compartiendo la vida en plenitud, haciendo  de cada acto, de cada gesto, de cada momento del convivir algo que es "a dos"... Es lo que se llama el "modelo COMUNIÓN". Un... ¿ideal?. Bueno, para quien lo quiere así, sí.  Luego, la vida va marcando, no todo es como se quisiera, ni la otra persona responde cuando y cómo se esperaba de ella... Y, así...,  aparecen las rupturas,  el quebrantamiento de la "relación". ¿Las causas?. Pueden ser tantas... Casi siempre faltó el diálogo, la comunicación, las ganas de ir aclarando las cosas  cuando aparecen... Y puede mantenerse la relación así... años... (aguantando, sobrellevando, sufriendo en silencio...) ¡Hasta que  (una gota y...) el vaso rebosa! . Es lo que se le llama  "modelo QUEBRADO"... Porque la cosa es diferente cuando, desde un principio (o acaso desde "un momento concreto" en que se habla y se llega a dicho "acuerdo") la pareja decide "vivir independientemente", cada uno a su modo, "sin meterse ninguno en la vida del otro", en un "modelo LIBERAL": cada quien, ambos, saben que no tienen "ningún compromiso" con  "la otra parte" de la "pareja"... Así, pueden vivir "sin disimular nada", pues ninguna de las dos partes puede echar en cara nada a la otra... Cada persona es un individuo libre... para hacer siempre lo que quiera, sin tener que contarle nada al otro...  Sólo si quiere o se le apetece.

Cuando la "crisis" llega a una pareja de jóvenes, la cosa es más fácil; sobre todo, claro, si no hay hijos. Ambos pueden replantearse la vida, incluso a llegar a "curar" las heridas... y hacer que pueda aparecer una amistad que antes no fue posible...

Pero cuando el problema es en personas mayores (20, 30, 40... años casados), la cosa es realmente difícil. ¿Cómo aclarar lo que no se supo hacer en tanto tiempo?, ¿cómo curar heridas tan profundas?. El divorcio, no tiene sentido (¿a dónde van a ir...?); pero es que, a veces se llegó al límite... no  se pude, ni se  quiere continuar "así"... La relación es  ¡imposible!. ¿Por qué no hubo amor?. Acaso tampoco es eso. Más veces será porque no hubo comunicación.  La relación  estuvo fría, y fría... y se llegó a tener miedo a afrontar la realidad (a reconocer los errores de la propia historia personal y de pareja.... El amor, que puede ser que hubiera, se rompió porque se dejó de comunicar...

Ya sabes, el amor tiene tres facetas: Lo primero es el atractivo físico; por el que llegamos normalmente, por el que nos acercamos a la otra persona, por el que se pone en movimiento...: que nos hace despertar lo más vivo de nosotros, desde las entrañas mismas... de la vida (somos seres sexuados y necesitamos de darnos y de sentirnos acogidos).

Pero el "atractivo físico" no es ni perenne ni definitivo. Y como las hojas de los árboles, caen... (sobre todo si no se "riega" permanente y adecuadamente el ambiente, la tierra dónde están). Claro que también hay plantas, como el áloe, que necesitan más del calor que del agua, más de la riqueza de la tierra dónde están sus raíces que de las caricias del medio exterior... Y surgen "novedades" que gustan, que atraen, que vuelven a despertar... "elementos"  ya dormidos... y nos hacen sentir, de nuevo el estar "vivos"... (que sentimientos más gozoso, más grato y... ¡qué peligro!).

 Luego están los sentimientos (que crecen y se desarrolla, si se les cuidan) o se deterioran si se les abandona... Tienen mucha relación con todo lo demás que se vive en la pareja: es algo "planteable", que puede llevarse con determinación, pero la razón aquí tiene pocas fuerzas...: los sentimientos surgen... libremente: a lo que "arde" en el corazón, no hay cómo pararlo... Como diría el poeta (creo que Campoamor),  "es el amor  un bicho/ que cuando pica/ no se le encuentra remedio/ ni en la botica,/ porque sus males,/ si el cura no los cura,/ son incurables". Que quiere decir que... ¡pues eso! (sic). 


Y también los ideales (que hay que ir trabajando y compartiendo, día a día) que hacen sentir al otro "compañero de camino". Y esto no sólo son los hijos, que pueden ser una importante "misión" o razón de ser  (pero que acaba después de unos años, y aparece el "nido vacío": y si... se acabó "la única tarea  común que había, ¿para qué seguir unidos?). Si no que es necesario un planteamiento más definitivo, más utópico: un IDEAL  que  pueda durar toda la vida.

Si algo hay que trabajar más es esta importante faceta. Y siempre (siempre, siempre) hay que DIALOGAR  a tope. Sin miedo... que "el gusano que se queda dentro... pudre" (esto lo diría Casona).



Seguiremos reflexionando sobre el tema.


                                                         José – María Fedriani

1 comentario:

  1. esta asturiana te da las gracias por deleitarnos con tan bellisima reflexión y te manda un besin muy grande.

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