Pero ¿es que la vida tiene leyes...? Y, si es así,
¿cuál rige nuestra vida?
Como yo digo en el
prólogo – introducción de mi último libro “GRANDES REGALOS”, en diversas ocasiones, a lo largo de mi vida,
he trabajado en la docencia (unas como profesor remunerado, otras haciendo
tareas de voluntariado en diversas circunstancias y hemisferios), y, siempre,
me ha gustado trabajar, sobre todo, con la juventud pues es en los jóvenes
(chicas y chicos) en quienes mejor he encontrado esa actitud de escuchar, de
abrir la mente y el corazón a saber más y a arriesgar otros intereses por,
decididamente, lograr ese “algo más” que deseaban.
Pues bien, hoy quiero
traer aquí una experiencia vivida, ya hace años (pero que puede tener mucha
actualidad), con un grupo juvenil con inquietudes y preocupación respecto de
los Derechos Humanos, que me invitaron a acompañarles y trabajar, durante unas
cuantas horas, en una jornada de estudio sobre la realidad que habían planteado.
Pues bien: mirando a
nuestra realidad, a modo de “lluvia de ideas”, fueron saliendo “cosas” que no
les gustaban. Y, a partir de ahí, se plantearon
distintas “opciones” o alternativas posibles para dar solución al problema de
nuestra desestructurada sociedad.
Éstas eran: el progreso de las empresas o de la economía (si el desarrollo del
mercado es adecuado, puede haber trabajo para todos y todo el mundo podría
vivir más dignamente), la política
(si el poder de gobernar está en manos de gente honesta y preparada, todo puede
funcionar adecuadamente), la cultura
(mejorando la educación y formación de las personas, el nivel de la sociedad
mejorará efectivamente) y el amor y la solidaridad
(la preocupación por las demás personas, la implicación en la cuestión social como camino de fraternización
de las personas).
Pues bien, todas las
opiniones de los jóvenes se centraron frente a las dos únicas opciones del
desarrollo cultural del pueblo y del amor solidario.
La política, de la
que tanto se habla como responsable del bienestar de nuestras sociedades; así
como el asunto del desarrollo económico, que parece que es lo que, hoy por hoy,
centra la atención de la mayor parte de la gente, se quedaron casi sin
partidarios.
Parece increíble,
pero es real: la juventud (por lo menos este grupo en cuestión) vio la solución
a los problemas del mundo en el progreso cultural de los pueblos y, sobre todo,
en el establecimiento de la praxis del Amor.
¿Nos parece algo
curioso? Puede ser que no. Yo, sinceramente, también pienso que la gente, el
hombre de la calle o de la empresa, la mujer de la casa o la oficina, quienes
trabajan en el comercio, y también la gente más sencilla y hasta todas esas
personas que pasan necesidad con un trabajo precario o con una mala vivienda en
el más abandonado suburbio… ¡esperan de la Solidaridad, del Amor a fin de
cuentas, más que de otras cosas! Y si es que no esperan del Amor… es que ya no
esperan nada: es que han dejado de esperar alguna solución, han dejado de soñar
y esperar algo en la vida.
La gente, aun los más
jóvenes, sabe que toda búsqueda de soluciones para “salvar” los problemas que
aquejan al mundo de hoy, todas son utópicas; pero que si alguna puede ser
válida, habrá de ser el Amor: ¿de qué sirven el progreso técnico, económico, político-social
y hasta cultural de las personas, si no viven inmersas en el amor?, ¿es que, en
algún lugar de la tierra, ha vivido, alguna vez, alguien que haya logrado ser
feliz sin haber encontrado el amor?, ¿pero es que nos merece la pena vivir sin
aprender a amar y sin nunca haber sentido que alguien nos haya amado alguna vez…?
En todo caso, a lo que se llegaría sería a “vegetar” lujosamente, pero no más;
como la flor que crece en una maceta de porcelana o una golondrina que viviese
enjaulada entre elegantes barrotillos de plata…
No es ninguna tontería. Porque la vida
está hecha para ser entregada, como los granos de trigo, como tantas madres.
Sí. Lo han dicho mucha
gente, a través de los miles de años de
la existencia de la humanidad sobre el globo terráqueo y (de una u otra manera,
con unas u otras palabras) en las más diversas civilizaciones… Pero no parece
sino que, aun estando tanta gente de acuerdo en ello, a tan sólo unos locos se
les ocurrió vivir según la ley del Amor.
Pero sí. Aunque nos
parezca algo utópico e inalcanzable, es la solución. Porque, en el fondo, el
único y fundamental problema que el mundo tiene es: la falta de Amor.
La clave es única: si
hubiese más Amor, la fraternidad universal sería una realidad, las enfermedades
psicológicas y psíquicas (que son la causa de una gran mayoría de dolencias y
quizás sea lo más grave que está en el fondo de toda enfermedad) no existirían.
El mundo sería mejor.
Los hombres y mujeres se respetarían, se ayudarían, se amarían. No habría
graves problemas de ninguna índole. El mundo sería como “un paraíso terrenal”.
Si queremos ser
sinceros, profundamente, hemos de reconocer que sólo en el Amor creemos. Es en
el amor en lo que esperamos. Sólo la fuerza del Amor, tiene la suficiente
energía como para salvar al mundo.
Aunque, sin embargo…, en lo cotidiano de nuestras
vidas, en lo que llamamos nuestro vivir de cada día… ¿qué nos pasa?, ¿por quién
optamos?, ¿damos, de verdad, nuestro voto de confianza al Amor?
Bueno, hoy puede ser
el primer día del resto de nuestra vida ¿o no?
Ánimo. Vivir es
transmitir vida: vamos a ser felices si nos atrevemos a compartir motivos de
gozo, a soñar, confiadamente, junto a los
demás, con un Mundo Mejor.
¿Nos atrevemos a
sacar nuestro corazón del cascarón que lo aprisiona y no lo deja expandirse a
cabalidad?
Preciosa esta entrada, tus palabras son muy inspiradoras y concuerdo totalmente con estos jóvenes!!. Un post para reflexionar...Un fuerte abrazo y feliz fin de semana!
ResponderEliminarHola José-María, me gusto mucho esta publicación. Debiese ser leída y reflexionada por millones de personas y estoy segura de que algo cambiaría en el mundo. Te deseo un feliz fin de semana! Besos.
ResponderEliminarGracias, e igualmente a las dos: felicidades sin término.
ResponderEliminarLa juventud es el ímpetu, es la pasión y es dejarse cautivar por el amor como baluarte de esperanza y motor benefactor de todo, Por desgracia el paso de los años nos hace más vagos en ideas y cómodos en sentimientos. Pero aún así, mensajes como el tuyo no dejan de removernos por dentro y pudiera darse el contagio, pues en el fondo, los que no estamos totalmente corrompidos, estamos deseando sentir esperanza y ser parte activa de un cambio a mejor.
ResponderEliminarSaludos
Marinela
Me encanta la actitud de poder expresar lo que no gusta, y al mismo tiempo tener alternativas , pensar opciones, ideas diferntes.
ResponderEliminarEn general, abunda mucho lo primero y escasea lo segundo.
Miraré más atentamente tus comentarios para saber de tus libros, y como acceder a ellos.
Puedes mirar en:
Eliminarhttp://nuestroaquiyahora.blogspot.com.es/
Felicidades! un abrazo
ResponderEliminarEl amor. No sólo eso. La inteligencia, la empatia , la polaridad...
ResponderEliminarDe acuerdo con mel, amor es la solidaridad, la empatía, la ayuda, el compartir, el poder confiar...etc
ResponderEliminarVoy a ver "nuestroaquiyahora", gracias.
José María, me gustan tus reflexiones y las comparto, aun sabiendo que el mundo que defiendes es una utopía.Es cierto que necesitamos amor, sentirnos amados y amar, pero también esto está condicionado por convencionalismos político-sociales que crean exclusión de algunas capas de la sociedad y se las señala como no dignas de ser amadas.Se proclama el egoísmo, el "sálvese quien pueda" aunque se tenga que pasar por encima de los demás.
ResponderEliminarPor tanto, creo que la política y sus modelos económicos, son un muy importante objetivo a cuestionar; de la política depende el nivel de educación de la sociedad y de convivencia.
Amar a los semejantes es una caridad emocional que puede paliar los graves problemas de la sociedad, pero no solucionarlos. No obstante, siempre es mejor sufrir sintiendo el amor de alguien, que estando solos.
Te repito que tu blog es muy original y me gusta leer tus reflexiones.
Un abrazo.
Fanny
Gracias, Fanny por tu solidaria comprensión. Sí, siempre es mejor sentir amor... Pero ¿y por qué no soñar con que, algún día, ciertos convencionalismos vayan cayendo...?
EliminarOs jovens entendem quase intuitivamente o que está mal na sociedade, e geralmente querem modificá-la. Com a idade , muitas pessoas acomodam-se às situações, a uma vida que não é vida, à conquista de bens materiais, sinónimo se sucesso... com excepções, é claro, alguns artistas, os considerados ingénuos e tolos, e os "loucos".
ResponderEliminarA economia do mundo é uma fonte de injustiça, porque o mercado de trabalho que deveria absorver, exclui, e sem trabalho não há dignidade nem futuro. A política, em vez de defender a res publica e o bem estar comum, defende maioritariamente esses grupos económicos que os levam ao poder, e tudo minam à sua volta.
A cultura é interessa de poucos, e nunca das cúpulas do poder, não se pode saber muito para não colocar em causa o sistema.
Restará, como dizes a solidariedade para com todos os excluídos, e o Amor como fonte e razão de vida.
A questão é que sem pão, o Amor é difícil, de boas intenções está o inferno cheio, embora só o Amor possa salvar a nossa vida. Teremos de trabalhar a Esperança, mas ter também diferentes atitudes na hora das eleições.
Gostei muito. Fez-me reflectir.
xx
Precioso y si, estoy totalmente de acuerdo...el AMOR mueve todo
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