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domingo, 25 de noviembre de 2012

VIOLENCIA DE GENERO


MALTRATADAS

Lo peor del “machismo” es el maltrato que, justificado por la supuesta superioridad del varón (del macho) pueda practicarse sobre el supuesto “sexo débil” (la mujer);  pero también es muy grave (hasta tan grave como  el maltrato físico) el creérselo... : el llegar a aceptar como que es “ley de la naturaleza” el que el varón es “ser racional”, frente a la mujer que es “emocional”, “intuitiva”, “fecunda”, “productora” de quehaceres domésticos y de placeres...



Aunque también habría que no generalizar... Pues no siempre es el varón quien maltrata: física y psíquicamente, también lo hacen muchas mujeres. Y lo hacen incluso “en contra” de otras mujeres, y practican su violencia incluso “maltratando” a sus propios hijos e hijas.  Lo cual es, por lo menos  TAN GRAVE como la violencia que se practica (tantas veces, es verdad) contra  ellas.



Ya va siendo hora (y no olvidemos que estamos en el siglo XXI), de que dejemos de buscar diferencias... Y nos pongamos a  pensar, como decía la canción (de J.M. Cano) que “sólo soy una persona”.  Y que eso lo hagamos todos (y todas): ni hombres varones, ni mujeres... ¡Seamos raza humana! Por favor, SERES RACIONALES. 





OTROS  MALTRATOS

Nos maltratamos
queriéndonos así,
de esta manera:

Porque
no hay maltrato
sin complicidad.
Complicidad
por no gritar,
por resistir, aguantar,
esperar pacientemente
un imposible...

Yo, hombre,
soy un maltratador
desde que
te quiero mía.

Tú, mujer,
asumes tu rol
de maltratable
desde que te sientes mía.

Y eres maltratadora
desde el momento
en que piensas
que yo he de vivir
sólo pendiente de ti,
como si fuese
tu esclavo.

Yo me convierto
en objeto
y sujeto de sus caprichos
siempre que me creo
propiedad
de quien me quiere
y requiere.

Y si me siento propietario
de otra persona...
la hago cosa,
la maltrato
desde mi pensamiento.


Si tú te conviertes
en “mi mujer”;
si lo dices, si lo piensas...
¿no estás
asumiendo
que yo soy tu dueño,
que puedo hacer
contigo
lo que sea...
que a mí me venga
en ganas?
Me autorizas,
sutilmente,
que yo sea tu maltratador.

¿Por qué
lo haces, mujer,
si yo te quiero amar
sin maltratarte?

Amar no es una derrota,
no un rendirse
ante otra persona.
Amar es darse
cada instante,
en presente.
No es la respuesta
obligada
a un pacto acordado.
No es posesión,
es entrega.

Por eso te digo, compañera:
no  me pidas
que te quiera, decídete
a que aprendamos
a amarnos,
sencillamente.   




jueves, 22 de noviembre de 2012

CON AMOR



    RECETA DE FELICIDAD   


Para ser feliz
hay que saber lo que se quiere
en la vida.



Para saber lo que se quiere
lograr en la vida,
hay que buscarlo.



Para buscarlo acertadamente,
hay que hacerlo
con decisión y entrega.


Hay que quererlo.
Con tesón.



Para ello, lo primero es tener
mucha ilusión.


Y tener la gallardía
y el coraje
necesarios
para abandonar el desencanto,
la apatía, la loca nimiedad
de renunciar...
antes de empezar.


Para ser feliz hay
que arriesgar la vida;
que es lo mismo
que amarla mucho.




                                JMF -  en “Ácido  desoxirribonucleico”                     



viernes, 16 de noviembre de 2012

PREVENCIÓN DE RESFRIADOS



JENGIBRE

El jengibre o kion (Zingiber officinale) es una planta de la familia de las zingiberáceas, cuyo tallo subterráneo es un rizoma horizontal muy apreciado por su aroma y sabor picante. La planta llega a tener casi un metro de altura, con largas hojas de unos 20 centímetros.

USOS DEL JENGIBRE

El jengibre tiene un cálido aroma con una nota fresca a madera y un fondo dulce, con sabor picante y ligeramente amargo.

Su sabor es bastante fuerte. Puede utilizarse fresca, seca o confitada.

La parte que útil del jengibre es la raíz (el rizoma), pelada y sin corcho.

El jengibre se utiliza para preparar frutas escarchadas, principalmente calabaza y pepino, también en sopas, salsas, platos de volatería, caza y arroz.

Es un medio excelente para estimular el apetito y activar los procesos digestivos.

Muy utilizada en la gastronomía de la India, China, Japón, Indonesia e islas caribeñas.

China y los países asiáticos emplean frecuentemente el jengibre fresco muchas veces mezclado con ajo, y combina tanto con platos dulces como salados.

En la cocina occidental puede emplearse en guisos de carne y aves, sopas de verdura y platos de pescado, el jugo que se extrae cuando se le raya realza el sabor del marisco. Muchas veces siendo uno de los ingredientes del polvo de curry.

En tartas, panes, bizcochos y galletas se utiliza igualmente jengibre.

La raíz de jengibre se utiliza en infusión para dolencias de la garganta y alivio de las cuerdas vocales.


Propiedades medicinales reconocidas

Respecto del Sistema digestivo, es antiespasmódico y carminativo.

Útil para el sistema respiratorio, por ser antitusígeno.

Respecto del Sistema nervioso, es antiemético (mareo por movimiento). 

Es un analgésico que no tiene efectos secundarios.

Y lo más interesante es que podemos tenerlo plantado en una maceta en el patio de nuestra casa o el jardín.

Durante siglos, el jengibre se ha utilizado en Asia para tratar el dolor las articulaciones, los resfriados y hasta indigestión.

Crudo o cocido puede ser un analgésico efectivo, incluso para enfermedades inflamatorias como la artrosis. Esto se debe a que la inflamación es la causa raíz de todo tipo de problemas como la artritis, dolor de espalda, dolores musculares, etc.; pues contiene  diferentes compuestos que combaten la inflamación,  disminuyendo los receptores del dolor y actuando sobre las terminaciones nerviosas.

Tan eficaz como tantos medicamentos anti-inflamatorios, tales como el ibuprofeno y la aspirina, pero sin los efectos secundarios.


En estos días en los cuales los resfriados y gripes ya están llegando a muchos hogares,  es recomendable tener siempre a mano una buena receta casera para frenarlo.

Uno de los mejores remedios son los zumos combinados de limón y jengibre.

El jengibre es tan saludable como el ajo. Para aprovechar sus virtudes medicinales, lo mejor que puedes hacer es incluirlo en tus recetas y combinarlo también con salsas de soja en aliños, y añadirlo a la masa de los bizcochos.

Esta saludable bebida tiene múltiples beneficios porque ayuda a bajar la fiebre, da un impulso a las defensas y por si fuera poco, también calma la tos. Por lo tanto tomar nota de la receta que es muy sencilla.


Una receta fácil de preparar:

Cortar un limón por la mitad y exprímelo para obtener su jugo. Agregar  agua (1 vaso), las ralladuras o picaduras de jengibre (una cuchara sopera) y endulzar con miel (de romero o de tomillo preferentemente).

Procedimiento:

Hervir el agua con fuego alto. A medida que comience a hervir agregar el jengibre rallado o bien troceado, dejar a fuego lento, tapar la olla para que los vapores no salgan y mantener la ebullición durante unos 15 minutos. Colarlo y añadir la miel y el limón (o naranja).

Tomar esta bebida a pequeños sorbos.





 

domingo, 4 de noviembre de 2012

ARITMÉTICA DE LA VIDA



VIVIR Y MORIR,
      EN MÁS Y EN MENOS

La vida es menos vivida
cuando se escapa de las manos
sin tener amigos
con quienes compartirla toda.


La vida es menos vida
cuando ella se consume
sin una inquietud constante
por transformar, a mejor, el mundo.


La vida es menos vivida
andándola  atemorizadamente,
sin el corazón cargado de esperanzas
en la gente y en sus afanes.


La vida es menos vida
si está vacía de razones para el gozo;
cuando, sin apostar por ella,
se la vive corta en alegrías de vivir.


Se muere más
cuando se muere
sin haber conocido, siquiera una vez,
lo que es el auténtico amor...


Se muere más
cuando se llega a morir
sin dejar, al menos un hijo,
para el mundo que sigue...


Se muere más
cuando se muere
sin mil obras hechas, grandes o pequeñas,
aportadas a la historia humana...


Se muere más
cuando se llega a morir
sin confianza y comprensión de cada otro humano
y en los sus motivos de vivir o de morir.



                   JMF -  en “Ácido  desoxirribonucleico”



jueves, 1 de noviembre de 2012

MIRANDO AL CIELO...



Cielos de noviembre


Ya era otoño, y de noche. Estábamos junto al mar. Una amiga, nos hizo caer en la cuenta: mirad el cielo… ¡como los de noviembre, no hay ninguno! Y desde entonces (yo aún no había cumplido ni la mitad de los años que, ahora, llevo vividos…), no he dejado de fijarme. Hacedlo vosotros, que merece la pena (cuando salgáis de la ciudad, cuando subáis a la azotea…): en esas (tantas…) noches limpias, sin nubes, que tenemos en nuestra tierra andaluza.


De verdad que merece la pena dedicar un rato a mirar a lo alto. Aunque sea noviembre, aunque las “buenas costumbres” de nuestra “cultura” social-religiosa nos invite a mirar al suelo, a lo más terrenal de nuestra existencia. No está de más pensar, algunas veces en ello. Pero no por ello dejemos de abrir nuestros ojos y mirar… toda la belleza que tenemos ahí, arriba (muy arriba).