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jueves, 29 de marzo de 2012

¿ES NATURAL?


¿ES ALGO NATURAL 
EL CAMBIO DE HORARIO 
EN VERANO?

Todos los años, con la llegada de la primavera, se nos dicen un montón de falacias. Pero es que todo lo que es mentira, puede no verse clara; pues una mentira muy repetida suena a verdad y, claro, siempre hay quienes se creen muchas de las mentiras muy repetidas.

Este es el caso del cambio horario.  Una y otra vez se nos repite (por televisión y otros medios más de manipulación que de información) que, con el adelanto de una segunda hora más, se ahorra energía.


Y digo una hora más porque en España, tenemos siempre una hora de adelanto “atada y bien atada”… desde tiempos de la dictadura.

En verano se ahorra, claro, porque hay más horas de sol, no porque nuestros gobiernos nos hagan trafulcar nuestros relojes.
Entonces ¿para qué se adelanta la hora?

Yo creo que hay que mirar un poco algunas cosas (incluso a la historia).

No, no es nuevo lo de “jugar” con el sol. Ya desde la antigüedad, muchas culturas, alargaban las horas diurnas en verano. Civilizaciones como la egipcia, la romana y la mesopotámica, ajustaban los horarios al sol, dividiendo el tiempo de luz en doce horas de igual duración (horas temporarias), por lo que las horas de luz eran más largas durante el verano. 

Se cuenta que, el constructor inglés William Willett concibió el horario de verano durante un paseo a caballo previo al desayuno, cuando se sorprendió al pensar cuántos londinenses dormían durante la mejor parte de un día de verano. 



El horario de verano moderno fue propuesto, en 1907, como algo “interesante” para alargar la jornada de trabajo de los obreros una hora más y algo que se empleó ampliamente para ahorrar carbón, durante la primera Guerra Mundial.

Cuando el general Queipo de Llano propuso en España el “cambio de la hora” daba otros motivos: El fundamento de su idea para establecer la era es de “aplacar los ánimos del pueblo, bajo el lema “pueblo dormido, calma lograda”. Y como toda “acción política” es más fácil con un pueblo que no protesta por nada, el horario del general se impuso… Quizás por ello fue que se le concedió la laureada de San Fernando.



Así, creo que queda bastante claro, la “idea” de adelantar la hora (actualmente durante más de siete meses al año), ha tenido desde su inicio muchos intereses políticos involucrados.

El horario de verano ha causado desacuerdos desde que se aplicó por primera vez. Pero, a pesar de las controversias, muchos países lo vienen empleando desde entonces.

La propuesta hecha por Willett aseguraba que el horario de verano incrementaba las oportunidades de practicar actividades de ocio al aire libre durante las horas de luz vespertinas. Pero, obviamente, esto no cambia la longitud del día: los días son más largos próximos al  solsticio de verano, haya adelanto o no de horario.



Lo cual, desde luego, es bueno para unas cosas, a la vez que perjudicial para otras. Y beneficia a unos, mientras perjudica a otros, con un coste económico muy directo.

En primer lugar (dicen los analistas franceses) que son las Compañías de electricidad (curiosamente) las más interesadas en estas iniciativas.  

Al retrasar el horario nominal al amanecer y en el crepúsculo, se incrementa el empleo de luz artificial por la mañana y se reduce por la tarde. El caso es que, para muchos consumidores de energía eléctrica para la iluminación, mientras no avance el verano, por las mañanas, todos tenemos que encender las luces artificiales de casa.

Hay también, ciertamente, muchos puntos de iluminación que se enciende entre la puesta y la salida del sol, como las farolas que iluminan calles o carreteras, que en verano están menos tiempo encendidas; pero este ahorro no es debido precisamente al cambio de hora, sino a que durante el verano hay más horas de luz natural.

Y también vemos que la mayoría de la gente se retrasa a la hora de salir a la calle, de ir a los comercios, etc. Con lo cual al final se benefician las grandes superficies que tienen un horario más largo (y que, desde luego, tienen la luz encendida durante toda la jornada).

En otros casos, como en la industria y los demás sectores laborales, que es donde se encuentra gran parte la población por la mañana, podría ser una ocasión para ahorrar electricidad, pero hay que tener en cuenta que lo más corriente es que, en el mundo empresarial la iluminación permanente y con independencia de la luz exterior.


Así es que: no existen evidencias claras de que se ahorre electricidad a causa de la extensión del horario de verano; aunque lo que sí parece estar claro es que el empleo del horario de verano incrementa el consumo de gasolina

Con el hecho de que es más amplio el tiempo de luz diurna y las tardes más largas, se benefician el comercio, la práctica deportiva y otras actividades a las que favorece la presencia de luz después de acabar la jornada laboral;  pero, por otra parte, el horario de verano puede perjudicar a los agricultores y otras actividades que dependen del tiempo de exposición a la luz solar.

El incremento vespertino de luz seguramente ayuda a disminuir los accidentes de tráfico,  pero sus efectos sobre la salud y la incidencia de crímenes están menos claros.


Se dice, reiterativamente, que mediante el horario de verano se ahorra energía eléctrica al reducirse la necesidad de iluminación artificial,  pero las evidencias que lo apoyan son débiles,  dado que el horario de verano puede estimular la aparición de "picos de demanda", lo que incrementa los costes.

Por otra parte (y opino que también ha de ser valorado), los cambios de horario dificultan la percepción del tiempo y pueden causar problemas de sueño a las personas, así como trastocar reuniones, viajes, facturación de equipaje, el mantenimiento de registros, dispositivos médicos y el uso de maquinaria pesada.  Muchos sistemas dirigidos por ordenador son capaces de ajustar sus relojes automáticamente, pero se llegan a producir errores, sobre todo cuando las reglas del horario de verano cambian.

Creo que, mirando a ventajas e inconvenientes… casi hay más desventajas que resultados positivos.

Pero se nos insiste que es importante adelantar los relojes… para “ahorrar energía”, algo que cada vez convence a meno gente. Mucho menos si, luego hay veces (como pasó el año pasado) que los “informativos” se equivocaron y dijeron, a la hora de retrasar los relojes en otoño, que también se hacía para ahorrar energía.

Claro, esto (como tantas cosas) tienes sus luces y sombras: los fabricantes de equipamiento deportivo, por ejemplo (como algunos otros negocios basados en la ocupación del tiempo libre en espacios abiertos) se benefician del incremento de luz por las tardes, pues favorece el que sus clientes vayan de compras y practiquen deportes al aire libre; mientras perjudica a los teatros, cines, y espectáculos que se llevan a cabo en locales cerrados.

Otra cosa que está más que comprobada es que el horario de verano ejerce varios efectos sobre la salud: en primer lugar, los cambios de horario reducen la duración y la eficiencia del sueño, y ello acarrea diversos problemas de salud.

La luz solar se sabe que también influye fuertemente sobre la  depresión. Aunque hay quienes declaran que, el horario de verano puede ayudar en casos, al llevar a que las personas se levanten más temprano,  justamente, otros opinan y testifican lo contrario. De hecho es una importante causa de muchas bajas laborales en nuestro país (la conocida como “depresión del cambio de luz”).

Paralelamente, en los lugares donde se mantienen fijos los horarios de trabajo, la gente cuenta con más luz vespertina para ejercitarse al aire libre. Eso altera la exposición al sol; lo cual es beneficioso en el sentido de que la luz solar dispara la síntesis de vitamina D en la piel, pero también puede llevar a la sobreexposición, lo que puede provocar cáncer de piel.


El empleo del horario de verano está más extendido
en países situados a mayor latitud en ambos hemisferios.
     Se emplea
     Ya no se emplea
     Nunca se empleó

Pero, bueno, entonces…

¿Quién se beneficia? Porque a alguien le tiene que interesar todo este esfuerzo… ¿o no? Porque, como tantas otras personas, yo soy de los que creo que “ciertas cosas” propias de dictaduras, es hora de que ya vayan quedando atrás.

Dejo la cuestión abierta, invitándoos a reflexionar sobre el tema. Quizá que (si “descubrimos” quienes son los que “sacan tajada” de esto), podamos deducir que ellos son los responsables-culpables de estos “cambios” que no son tan sanos ni naturales…

¿Quién tiene algo más que opinar?

Para mí (y con esto acabo) es algo absurdo totalmente, tan absurdo como querer corregirle la plana a la sabia Madre Naturaleza.




martes, 27 de marzo de 2012

HOY Y MAÑANA...



                      Yo creo.
                      Creo en mi hoy.
                      Y espero el mañana…
                      Creo
                      sobre todo
                      en el por-venir…

                      ¡Sí! Creo
                      en mi esperanza.
                      Hoy es el día
                      más feliz
                      de mi vida;
                      porque hoy
                      es el día
                      que está más cerca
                      del mañana.

                      Y yo creo,
                      quiero creer,
                      más que nada
                      en lo que va a ser,
                      en todo lo por-venir:
                      ¡en mañana!...

                                                   José -María Fedriani



lunes, 19 de marzo de 2012

MI NOMBRE PROPIO


JOSE - MARIA

Me gusta mi nombre. A estas alturas de la vida, creo que debo decir que me agrada bastante, que me siento a gusto con él. Aunque es uno de los nombres menos originales, por frecuente en España, fue el nombre que mi abuelo José María me dejó en herencia.

Nuestro nombre, pienso, no nos obliga a tener “devoción” al correspondiente santo patrón; aunque yo tengo que decir que tanto José de Nazaret como María de Nazaret me parecen unos personajes ejemplares.

José debió ser generoso y bueno como el pan; alguien siempre disponible y dispuesto a escuchar, paciente, sencillo, trabajador creativo, amable… tanto que Jesús de Nazareth eligió la manera de llamarlo (“abba”, “papá”) para llamar así también al Padre-Dios; como que le parecía que “ese modo” de relación era perfecta.

Y María, su madre, seguramente le enseño a orar, a confiar, a creer sin medidas y a ser valiente para decir las cosas que hay que decir. Hay que ser mucha mujer para alentar a los pobres a la lucha esperanzada,  para llamar a los soberbios y a los potentados desgraciados…

Pero mi nombre no sólo es importante para mí por quienes lo portaron antes que yo.  Yo lo actualizo portándolo. Esa palabra (o conjunto de palabras) con que todo el mundo me conoce y yo me reconozco, irremediablemente tiene que ser importante para mí.

Porque viene conmigo en la andadura de mis pasos… Y también por lo que significa. Es como un “sacramento” para mi persona.

Yo lo acepto como un programa de vida:

JOSÉ significa CRECER, crecer como persona, ser mejor día a día.

MARÍA tiene el significado de CONTUMAZ, tenar y rebelde. Y también AMADA DE DIOS, es saber que Dios me ama.

¿Qué más puedo pedirle a ese “atributo” que me fue transmitido voluntariamente por mis padres, que he de conservar durante toda mi vida y me representará a lo largo de mi existencia y de todas las obras que yo deje realizadas para la posteridad?
                         

     

Soy  José-María

miércoles, 14 de marzo de 2012

OLOR A PRIMAVERA


YA  HUELE  A  PRIMAVERA

Día a día van asomando
al borde de veredas y rincones...


...las tan fieles florecillas amarillas
que anuncian que ya llega
el tiempo de la vida renacida.


Luego, enseguida, también
las blancas flores
de los almendros y cerezos…


El campo se abre al parto
del color y el olor fresco...


que nos avisan, certeros,
que ya es la primavera.


Todo esto, me hace pensar
que no es mentira...


...que,  después de la noche,
siempre llega la aurora;


que pasando el invierno…
vienen jornadas floridas y fogosas;


que es verdad que la vida,
perenne, está presente.



   

jueves, 8 de marzo de 2012

MI LADO FEMENINO



MI  ETERNO  LADO FEMENINO




Nacemos de mujer; y de mujer tenemos, al menos… lo más que somos.

Porque no sólo salimos de un óvulo fecundado (por un pinchazo masculino), sino que esa vida incipiente se desarrolla dentro de una mujer. Y, de nuestras madres, recibimos el primer oxígeno y la primera sangre. Y también las primeras sensaciones y emociones. Y, seguramente, hasta los primeros sueños (desde el útero) sean comunes con los de nuestras progenitoras ¿¡siempre mujeres!).

Luego salimos a la luz. Y si, por ventura venimos al mundo con testículos y pene, nos toca ejercer el rol de varones; para muchos considerada una gran suerte; pues tres cuartas partes de la humanidad viene a parar a unas sociedades “machistas”.

Y como, ciertamente, es como andar con ventajas, los hombres (los varones) enseguida “asumimos” nuestro “papel” y ni nos planteamos como ven las cosas, y la realidad de las cosas, las mujeres; esa otra parte de la humanidad tan importante como nosotros (por lo menos).

Pero yo quiero confesar hoy algo. Creo que os lo tengo que confesar: no me gustan los hombres. Sinceramente, pienso que yo lo pasaría muy mal de mujer.

Quizá soy un “eterno femenino”. Valoro mucho a las mujeres (en general). Me parecen más adultas, más sabias que la mayoría de los varones. Muchas veces miro a mis congéneres “machos” y los veo excesivamente infantiles o demasiados brutos y obtusos, si no creídos y prepotentes sin tener motivos para ello.

Mi lado femenino está vestido de rebeldía:

En mi mundo me dicen como tengo que ser, y eso no es lo que yo quiero. Yo no quiero, me molesta (desde mi primera juventud) ser como dice la gente que tengo que ser, como me dicen que tengo que pensar, como me dicen que tengo que divertirme, como me dicen que me tengo que divertir… Me creo rebelde con causa, porque he nacido (lo creo, lo quiero, lo busco) para ser libre.

Cuando yo, en “El Hemisferio Olvidado” digo que “… es importante aprender a pensar más con el hemisferio cerebral derecho”, y que “la vida, si la pensamos sólo en función de la eficacia, de la efectividad, de la lógica matemática... es sólo media vida”, y que, así “se nos escapa el medio mundo de la creatividad, de la poesía, de la fantasía y la capacidad de asombro...”, lo que, en realidad, estoy reconociendo es que me parece una suerte (no es la mía) haber nacido mujer. Y que, siendo hombre, estoy encantado de conocer a tantas mujeres y poder tenerla (a algunas por lo menos) como amigas de verdad.

Porque la armonía, indiscutiblemente, no la hallaremos nunca si no es contando con la mujer.