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miércoles, 22 de febrero de 2012

AHORA ES EL MOMENTO


Muchas veces, a mucha gente, se le pasa la vida deseando tener aquello que la vida no le ha dado… y, acaso resignadamente, renuncia a soñar con ello… ¡porque no es algo que le ha tocado disfrutar en esta perra vida!

Pero también sucede (y muy a menudo) que, a tantas perdonas, les falta la motivación: una razón para buscar… aquello que sí quieren.

¿Y cuán es la razón?

Pues que, en la mayoría de los casos (si no en todos), toda esta gente ¡ni se ha planteado lo que quiere lograr en la vida!

Cada día nos encontramos con montañas de personas, de todas las edades y condición que no saben qué es lo que necesitan para ser felices, qué quisieran tener para sentirse bien, de qué otras personas les gustaría verse rodeadas o rodeados, qué circunstancias necesitarían cambiar para avanzar y crecer positivamente en su andadura, para sentirse realizadas como personas.

Hay quienes dicen: “yo sé lo que no quiero”. Algo es, pero no es suficiente. Porque evitando lo que no queremos (sufrimientos, soledades, penalidades…), puede que estemos dejando a un lado muchas posibilidades de lograr lo que sí nos haría felices. Si apartamos de nuestra vida todo lo que nos molesta, quizá que estemos cerrando puertas que necesitamos tener abiertas para recibir otras oportunidades… La vida no es una colección de peligros evitados, sino un cúmulo de experiencias (que todas nos aportan algo y nos ayudan a llegar a ser quienes somos).

Cúmulo de experiencias, no arcones llenos de cosas, ni, siquiera, agendas llenas de nombres.

Tener riquezas, estar rodeado de personas,  tener una pareja ideal, vivir en medio de las mejores circunstancias, …no son garantía de nada.

Porque la felicidad no se descubre al encontrar algo o alguien…, sino en llegar a ser quien verdaderamente se es. La felicidad no está en encontrar…,  sino en aprender a encontrarnos, cada día.  Y, lógicamente,  es importante que  dejemos de buscar la felicidad en las cosas, personas  o circunstancias que nos  rodean y comencemos a modificar ciertas “actitudes” que nos pueden estar afectando.

Pero, para ello, en primer lugar es importante: que sepamos, que seamos conscientes de que ESTAMOS EN LA VIDA PARA SER FELICES. Y que la felicidad la vamos a lograr cuando SEPAMOS PARA QUE VIVIMOS Y LO BUSQUEMOS CON TESÓN.

Por eso, es fundamental SABER, con certeza, QUE ES LO QUE QUEREMOS.  

Necesario, para ello, concretar cuales son nuestros mejores sueños y cuales sí podemos llegar a hacer realidad.

Y, eso, depende, sobre todo de quienes hemos alcanzado llegar a ser (profundamente, no en las apariencias, no en el cascarón).

Los humanos, como los árboles, crecemos, fundamentalmente, gracias a lo que no se ve exteriormente… y no por mucho decirlo, vamos a lograr crecer antes. Es algo que ¡nos sucede mientras vivimos!

Triunfar en la vida no depende sólo de nuestros conocimientos, formación, habilidades… También de nuestra determinación para aprovechar las oportunidades que se nos presentan. Sin miedo.

Luego, quizá, también tengamos que saber establecer relaciones positivas y saludables; a la vez que hagamos por evitar a aquellas otras que nos perjudican, que nos quitan energía y vitalidad (¿vampiros energéticos?)…

Porque la positividad es imprescindible. Tenemos que creérnoslo: somos héroes. Y, cada día, al despertar, tener conciencia de que estamos preparados para la lucha. Y, por ello, podemos tener la certeza de que vamos a ganar la batalla.



¿POR QUÉ NO SER, DESDE YA, MÁS FELIZ?


AHORA ES EL MOMENTO.


martes, 14 de febrero de 2012

¿QUÉ ES EL AMOR...?





Lo decía una coplilla de mi juventud 
(los años del nacionalcatolicismo):

"Es el amor un bicho
que cuando pica
no se le encuentra remedio
ni en la botica;
porque sus males
si el cura no los cura
son incurables."  


El poeta (Campoamor) añadía:

"Todo el amor es triste;
mas triste y todo…,
es lo mejor que existe."

Y yo añadí:

"El amor es como la flor
que quiere hacerse fruta."


Aunque luego escuche lo que decía Saint Exupéry
y pensé que tenía mucha razón:

"El amor no consiste en mirarse el uno al otro,
sino mirar los dos en la misma dirección."


Pero, de todos modos…, pienso que ninguna de estas frases deja a todos conformes. Porque el amor está en la raíz de la vida y cada ser humano tendrá unas experiencias diferentes y, así, un concepto único.

Tú me dirás...
                        ¿Qué es el amor?



domingo, 12 de febrero de 2012

DERECHO A LA SALUD


Salud, dinero, amor... (se dice, se canta). Cosas valoradas, importantes, en nuestras vidas. 

En realidad lo que estamos pensando, sintiendo, o las dos cosas es que para tener una vida digna necesitamos alimentarnos bien (o sea,  saludablemente) que necesitamos tener medios para cubrir todas las necesidades básicas y que las otras necesidades, las afectivas, las de sentirnos aceptados tal cual somos…, también están resueltas.


Tres temas claves para siempre que, cada año, traemos a la palestra en el mes de febrero. Ya el sol brilla más, ya nacen los primeros brotes en árboles y plantas, ya se despiertan nuestros sentidos… Y se celebran fiestas de carnaval y enamorados, y se nos invita a dejar las “apreturas” de la “cuesta de enero”, y Manos Unidas, nos pide que escuchemos aquello que tantos “oídos sordos” no están en disposición de atender a lo largo del año.


Este año, Manos Unidas reclama la salud como un derecho de todos los humanos. Y denuncia que mil millones de personas padecen enfermedades no consideradas prioridad de la salud mundial.


Pero ¿por qué? ¿cuál es la causa de esta locura?

Muchas veces es el egoísmo de unos pocos, que no les importa lo que suceda a los demás; pero también, otras, es la propia inconsciencia de quienes caen en sus redes… Así, nuestra especie está suicidándose, día a día, mientras provoca un deterioro irreparable en la biosfera de la que dependemos. Utilizando energías sucias, contaminamos el medio ambiente, ensuciamos ríos y mares, desertizamos muchos espacios verdes… Nos vamos quedando sin agua pura, sin aire limpio, sin tierras aptas para producir alimentos sanos y suficientemente nutritivos.


Lógicamente los más pobres, quienes tienen andan con sus economías más precarias, lo notarán mucho más.


Pero, ¡todos estamos en el mismo barco, en la misma nave! Si nos despreocupamos del resto del planeta tierra… ¡nos estamos condenando! No habrá futuro para la humanidad si no pensamos globalmente.