Vistas de página en total

sábado, 25 de mayo de 2013

VIENDO FUTUROS

EN EL TREN DE LA VIDA




En la vida nos pasan
muchas cosas diferentes.
Las unas son buenas,
las otras acaso peores.
A veces hay que estar
muy atentos para ver
lo que viene, lo que llega...
a veces desde muy lejos.

Mirar no es distracción,
mirar es atender
los signos  más certeros
de cuanto va a pasar.

Y es algo a agradecer 
saber ver y entender
algún signo anunciándonos
lo que nos va a llegar
como un tren... que, ya mismo,
se ha de hacer presente
en nuestra realidad.


Así como en el campo
son las flores amarillas
las que nos avisan tempranas
la llegada del buen tiempo.
Y los nubarrones, en el cielo,
nos anuncian, nos avisan
del agua que va a caer...

La felicidad siempre nos llega
cuando menos la esperamos
en un tren fugaz y rápido
que nos pasa por delante.


Si es que estamos preparados...
lo cogeremos a tiempo; pero
si nos coge distraídos... puede
que se nos pase de largo 
y, para siempre... ¡pedido!

No quiero ser yo de esos
que ve la vida pasar y deja
que se le escapen
las mejores ocasiones
y oportunidades sin fin.
Yo quiero ser bien feliz
haciendo nuevo el futuro,
aprovechando cada una
de las oportunidades
que aún tenga para avanzar. 



Soy consciente que he de ser
responsable con la historia
que me toca a mí vivir.
Y para ello he de estar
con los ojos bien abiertos
para ver llegar el tren
que próximo he de tomar.  

¿Qué me puedo yo suponer
que me trae el tren este
que, ahora mismo, veo llegar?,
¿qué nueva oferta?, ¿qué destino?.
¡Qué se yo!. Mas... ¿qué más da?
Quizá no sé a dónde va,
tal vez que mi porvenir
sea, ahora, una vez más,
una incógnita total
para mi corto entender.
Pero... si es ese mi tren,
no lo puedo yo eludir;
no debo jamás pensar
que tal vez, que acaso... ya habrá 
otros trenes, otros destinos...


En mi historia personal
han pasado ya mil trenes.
Todos traían ofertas
de progreso, libertad,
de amistad y amor,
de éxito y de alegría...
Otras veces
me invitaban, insistentes,
a un compromiso serio
con la Historia que comparto
con toda la humanidad;
para hacer, con otros,
caminos de la Justicia,
de la armonía y la paz,
de cabal y plena solidaridad. 

Pero no es sólo uno el tren
que pasa por mi delante;
ni tampoco, soy consciente,
que sea el de ayer el último.
La vida está siempre abierta
a seguir viendo futuros
y caminos por andar.
Que no se me escape un tren
que me lleve al porvenir
por el que yo haya de ir. Y...
¡ojalá que mis destinos
estén siempre sirviéndome
para avanzar y crecer
en gozo y felicidad
que yo sepa compartir!



       (Del libro de poemas
       "Ácido desoxirribonucleico")

viernes, 17 de mayo de 2013

UNA SUPERFRUTA DE COLOR ROJO



LAS GUINDAS

Como muchas otras frutas que ofrece la sabia naturaleza, las guindas o cerezas son una fruta que nos aportan unos excelentes aportes nutricionales y, con ello, numerosos beneficios para la salud. Puede ser considerada una "súper fruta".

La cereza es el fruto del cerezo, esférico y carnoso, de piel roja más o menos oscura y cuya pulpa es dulce o ácida, según la variedad.
Las cerezas se comen desde la prehistoria, en asentamientos de hace 8.000 años, se han encontrado huesos de cerezas, se cree que ya entonces, se majaban para obtener su líquido, que se dejaba fermentar y se convertía en alcohol.

Se cree que la guinda o cereza es una fruta originaria de Mesopotamia. Fue tenida ya en alta estima por los médicos de la Antigua Grecia por sus propiedades limpiadoras, llevadas a Roma por Lúculo después de las campañas contra Miltrídates.

El rojo intenso de las cerezas les confiere un aspecto atractivo y además es responsable de algunos de sus muchos efectos saludables.

Así las guindas o cerezas, Su colorida intensidad roja se debe a que están llenas de antioxidantes llamados antocianinas, unos flavonoides de alto poder antioxidante, que en ellas se encuentra en más concentración que en ninguna otra fruta y que ayudan en la reducción de enfermedades cardíacas y cáncer.


Son una de las pocas fuentes alimenticias que contienen melatonina, un potente antioxidante que ayuda a regular el ritmo cardíaco, la temperatura corporal y los ciclos del sueño. Así, puede resultar una importante ayuda para retrasar eficazmente el envejecimiento.

Consumir cerezas puede ser una manera agradable de obtener una dosis extra de melatonina.

También son una excelente fuente de beta-caroteno (provitamina A); conteniendo 19 veces más beta-caroteno que los arándanos y las fresas.

Son ricas en vitaminas C, E, potasio, magnesio, hierro, ácido fólico y fibra. Su hierro las hace efectivas para las personas con anemia.


Es considerada una buena fuente de bioflavonoides, lo que la convierte ya de por sí en un excelente protector contra el cáncer es su contenido de ácido elágico, una sustancia que inhibe la reproducción de células cancerígenas.

En algunos ámbitos, se las conocen como "alimento del cerebro", pues ayudan en la salud del cerebro y en la prevención de la pérdida de memoria.

Debido a que contienen antocianinas, pueden reducir la inflamación y los síntomas de la artritis y la gota.

De hecho, las personas que más pueden beneficiarse de las cerezas son los que sufren un exceso de ácido úrico que inflama y deforma las articulaciones.

Está comprobado que las cerezas previenen y alivian los síntomas de la artritis y los reumatismos en general,  al  disminuir los niveles de ácido úrico en la sangre.

Los enfermos de arteriosclerosis, así mismo, se benefician de sus acciones antioxidantes y depurativas. También reducen el riesgo de diabetes.

Y, debido a sus poderosos beneficios anti-inflamatorios, las cerezas pueden actuar en reducir el dolor; son muy aconsejadas para el dolor de tendones y músculos que sufren por sobrecarga los corredores y atletas después de los entrenamientos.


Consumir la pulpa o el zumo del pequeño fruto perteneciente a la familia de los melocotones puede resultar de gran beneficio para la salud de las personas afectadas por la artritis.

Además son una buena fuente de fibra y el potasio, algo muy importante para favorecer la circulación intestinal y la eliminación de líquidos, lo que asegura el drenaje del sistema urinario y digestivo; algo muy positivo y para el mantenimiento de peso (pues aporta muy pocas calorías). 

También, por la misma razón previenen la formación de cálculos renales y biliares.

Sus virtudes laxantes son magníficas para ayudar a las personas con estreñimiento.

Se recomienda también su consumo en caso de hipertensión y en los enfermos cardiacos y renales. Para los cólicos de riñón pueden prepararse tisanas con los rabos de cereza que se toman antes de cada comida.

Las variedades más dulces son ideales para tomarlas al natural, como fruta de sobremesa.


En la cocina es muy útil y decorativa. Por su jugosidad y llamativo color, las cerezas son excelentes para todo tipo de preparados, porque aportan frescura y alegría a cualquier plato en el que estén presentes y son, además, un recurso decorativo y útil en la cocina; tanto que siempre se dice al querer acabar bien un pastel eso de “poner la guinda” como lo último para que quede perfecto.