DISFRUTAR LA EXISTENCIA
Para gozar
la vida “en estado puro” es importante el atreverse
a soñar, dejando atrás miedos y temores.
Partiendo,
en primer lugar, de nuestro autoconocimiento,
aprendiendo a compartir lo que somos; pues así, al ir compartiendo vivencias, es como llegamos a realizarnos más plenamente
como personas.
Y echándole
valor al porvenir, arrostrando la
aventura de vivir. No se trata de “vegetar”, sino de vivir. No estar en el
mundo dejándonos llevar por esas “circunstancias” que, tantas veces, no han sido elegidas por
nosotros (ataduras, dependencias o creencias, acaso también excusas), pero que
marcan el rumbo de nuestra existencia.
Desde la
infancia, al “educarnos” nos fueron enseñando y haciendo creer muchas cosas que
ahora, tal vez, nos estorban…; como que es siempre mejor lo conocido, o que
soñar con lo difícil es una necedad.
Y todo eso
nos ha hecho, muchas, demasiadas veces, quedarnos donde estamos… cargando con
ciertas “ataduras” que nos impiden avanzar. Las podemos llamar “compromisos”,
“limitaciones”, “problemas”, etc. Pero no dejan de ser “excusas” que nos
ponemos, por miedo a no saber lograr lo que soñamos.
Para ser
libres, hemos de romper con nuestra
“zona de confort”: el círculo de
nuestra vida en la que encontramos una serie de “seguridades” que nos hacen
encontrarnos bien, con una cierta “estabilidad” (cómoda). Es esa realidad en la
que nos encontramos y que, aunque no nos satisface, pero es la que ya conocemos
y no queremos arriesgarnos a perder “eso” con lo que contamos.
Para
conseguir mejorar, alcanzar Metas, ¡es importante (hasta imprescindible) soñar!
Soñar con aquello que deseamos y queremos. Poniendo fechas de realización y
trabajando duro por el logro de esos nuestros sueños.
Partiendo
siempre de la realidad personal: desde quienes somos. Contando con todos esos
que son nuestros propios recursos (nuestras aptitudes, capacidades,
conocimientos, experiencias).
Poniendo
confianza en los objetivos que nos marcamos. Creérnoslo es muy importante.
Trabajar por
lograrlo, con constancia, siendo perseverantes.
Teniendo,
siempre, una actitud positiva, esperanzada.
Y también arriesgarnos,
hasta intrépidamente. Con miedo no se llega a (casi) ninguna parte.
Lo cual
significa, lógicamente, muchas veces, tener que abandonar ese entorno en el que
estamos y dominamos; que puede ser que nos aburra, pero que nos resulta cómodo
(lleno de rutinas y pocos sobresaltos). Salir de esa “zona de confort”,
ciertamente, es arriesgar mucho; abriéndonos a aprender, a experimentar cosas
nuevas… Pero también a entrar en una zona de no experiencia, de total novedad,
de no saber…; lo cual, frecuentemente, es ir teniendo que superar nuevos miedos
ante eso aún desconocido.
Claro que
para quienes tienen el valor de mirar cara a cara al porvenir, con coraje y
gallardía, es toda una experiencia grata de trabajar en nuevas oportunidades,
de entrar en un nuevo espacio donde pueden ocurrir cosas maravillosas…
¿Qué le
pedimos a la vida?
No nos
quedemos en “lo vamos a intentar”. Se trata de creer que ¡lo vamos a
conseguir!
Hay edades en que lograr los sueños parecen que ya no se puede pero tratamos de seguir adelante buscando paz y porque no, la felicidad.
ResponderEliminarEste no es mi caso, yo me apunto a un bombadeo...
ResponderEliminarLa vida es una aventura y si te instalas en la comodidad y la rutina te pierdes muchas experiencias de vida, los limites estan en la mente no en los sueños.
B E S O S
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarPues FELICIDADES... ¡para todos los días de tu vida!
Eliminar¡Cuánta falta me hacía leer algo así!
ResponderEliminarMe alegro. Y te invito a leer mi historia "Afú, el delfín soñador". Gracias, Amanda por tu reconocimiento.
Eliminar¡Muy interesante tu blg José Mª, gracias por compartir.
ResponderEliminarHe pasado un rato muy instructivo y agradable.
Besos.