LOS TATUAJES
Y OTROS DESPROPÓSITOS
Y OTROS DESPROPÓSITOS
Hay una realidad evidente. A lo largo de la historia, los humanos han buscado cómo decorar sus cuerpos. Seguramente como una manera de “significarse” delante de sus clanes, tribus, grupos.
En los pueblos más primitivos era también utilizados. Podemos, pues, decir que se trata de un ancestral modo de expresión cultural o cultual.
Luego la evolución de las culturas los llevará a ir “aceptando”
el propio cuerpo y considerar que lo importante no es la apariencia sino la
realidad del ser.
Incluso buscando en el vestir lo práctico, antes que la
exageración en el ropaje. Los varones renunciarán a las pelucas empolvadas, a
las chaquetas largas, las puñetas, las camisas almidonadas, etc., etc. Y las
mujeres fueron dejando olvidados sus corsés, sus túnicas, etc. Y, cada vez más,
casi todas ellas, hasta irán dejando las faldas y tacones sólo para ocasiones
especiales.
Haciendo un poco de historia:
La evidencia más antigua de tatuajes en
momias se encontró en una perteneciente a la Cultura Chinchorroen en la costa de Chile, datados en el año 2000 a. C.
Inclusive, en la misma zona se ha encontrado evidencia arqueológica que datan
de hasta 6.000 años de antigüedad que podrían representar herramientas para el
tatuaje.
En un glaciar de los Alpes de Ötztal, también se encontró una momia (es conocida
como el "Hombre de Hielo") con gran
cantidad de tatuajes en su cuerpo, al que se le han calculado unos 5.200 años
de antigüedad.
A través de la historia, desde épocas
remotas, las distintas culturas que utilizaron el tatuaje lo hicieron de
distintas maneras; tanto como arte, en el sentido de creación de significados rituales o
simbólicos (tal como en el Antiguo Egipto), para marcar o
señalar a los criminales (así era en las antiguas Grecia y Roma) e incluso se
cree que con un fin terapéutico, semejante a la acupuntura.
También parece ser que se utilizaba en
algunas tribus, de diferentes culturas ancestrales, para diferenciarse los unos
con los otros. Sea el caso de tribus de la Polineasia que utilizaban el tatuaje
como una ornamentación corporal, manteniendo su fuerte sentido comunal.
Y, a veces, se cree que algunos tatuajes
conferían jerarquía, propiciando el respeto comunal a quien los llevaba en su
piel.
En Egipto eran sobre todo las mujeres
quienes se tatuaban; conferían al tatuaje funciones protectoras y mágicas: un carácter
sobrenatural del tatuaje al que se le otorgaba un poder de protección divina.
En América del Norte, los indígenas
utilizaban los tatuajes como parte del ritual de paso: de la pubertad a la adultez, con el fin de proteger su alma.
En América Central, las tribus utilizaban
los tatuajes a modo de conmemoración de los caídos en batalla y como forma de
adoración de los dioses.
En Japón existía la costumbre de
destinar el tatuaje para marcar a los delincuentes en sus brazos con líneas
gruesas en par u otro tipo de formas, tatuando en ambos brazos entre el codo y
la muñeca en todo su alrededor. La marca tenía el objetivo de hacer de las
personas que desobedecían la ley individuos repudiables para toda su vida y en
todos lados: al llevar “la marca de la vergüenza” consigo. Debido a esto, los
delincuentes marcados por tatuajes vergonzosos, comenzaron a tapárselos con
otros tipos de diseños más mitológicos, en ocasiones llegando a cubrir casi
toda la totalidad del cuerpo.
Más modernamente, durante la Alemania Nazi (hecho muy
conocido) se utilizó el tatuaje para marcar a los prisioneros de los campos de
concentración.
Desde finales del siglo XX, el tatuaje
ha sido popularizado e incorporado progresivamente a la sociedad y hoy día éste
cumple funciones sobre todo estéticas: una “expresión artística” que no
distingue entre sectores sociales, aunque en ciertos ámbitos sigue teniendo
connotaciones negativas o se considera como una extravagancia y, en algunos
ámbitos sociales, hasta está prohibido o limitado a zonas no visibles.
Con todo esto, podemos llagar claramente
a la conclusión de que los
tatuajes no se puedan considerar una moda, pues llevan siglos haciéndose; aunque
seguro que habrá personas que los llevan “por moda”, pero es su problema si
después “su moda” pasa..., quedarán “pasados de moda”.
Hoy en día, ciertamente, los
tatuajes son algo más que ''marcas'' (aunque etimológicamente la palabra “tatuaje” posiblemente
proviene del vocablo samoano «tátau», que significa “marcar”)
que antiguamente sólo lo llevan gente como presidiarios, marineros y
artísticamente eran muy pobres, hoy en día tenemos auténticas obras de arte
sobre la piel.
Podríamos decir que los
tatuajes son ya un auténtico fenómeno social y estético. Desde que pasaron de
los ambientes carcelarios a las pasarelas de moda y a todo tipo de grupos
demográficos en la mayoría de países occidentales, se han normalizado tanto que
ya no resultan algo extraño, tal y como sucedía hace pocas décadas. Aunque
todavía hay bastantes personas que miran dos veces cuando
ven a alguien con un tatuaje.
Bueno ¿por qué la gente se tatúa? Yo personalmente, no entiendo a la gente que juega con su
cuerpo (¡el gran tesoro de la Madre Naturaleza!), sin pensar cabalmente en sus
consecuencias. Además de que pareciera que no acepta “el regalo” recibido, que
no goza con él, me parece muy absurdo hacer algo para que los demás digan…
El caso es que, mientras nuestras sociedades van entrando en la
actual “crisis de valores”, una mayoría de gente llega a andar perdida, con
consecuentes “crisis de identidades” … Y vuelven las “necesidades” de
significarse. Así, quien más carencias afectivas tiene, quien más problemas
encuentra al definir su sexualidad o hasta la razón por la que vivir… ¡más
necesitará de “destacar” ante su tribu! Sintiendo la obligación de aparentar
ser quien no se es; siguiendo la moda de alguien que goza de fama: futbolista,
cantante…
También surge (puede que debido a un debilitamiento de otros
valores culturales e intelectuales) el “culto al cuerpo”, la pija devoción por
la ropa de última moda… y deseo de aparentar como “modelos de moda” cada día
(cayendo en las redes del consumismo).
Y aquí entra de lleno “la moda tattoo” en nuestra vida cotidiana.
¿Es algo razonable, es despropósito?
Hacerse uno o varios tatuajes no es exactamente como cortarse el
cabello de una forma, pintarlo, usar una ropa específica. El plantearse hacerse
un tatuaje es algo bastante más serio porque es algo que se va a quedar marcado
de por vida y si solo se hace por moda, puede convertirse en una experiencia
desagradable más adelante. El “porque lo lleva todo el mundo” o “porque está de
moda” no parece que deban ser motivaciones muy adecuadas.
En principio, se supone que un tatuaje representa una
manifestación que hace la persona para dar a conocer un gusto, una idea, una
creencia. Y tal vez, se pueda considerar un derecho, pues todos somos libres de
expresarnos como queramos sin dañar a nadie.
Aunque, seguramente, y sin criticar nada, pero quienes que se
hacen tatuajes con un determinado significado, no deberían hacerlos sólo porque
estén de moda…; porque, caso, con el paso del tiempo, se puedan sentir
arrepentidos.
¿No es arriesgado tatuar algo en el propio cuerpo… para toda la
vida?
Quizás por ello, no todo el mundo tiene la disposición
necesaria para “escribir” algo en su cuerpo. Ya sea una expresión cultural de pertenencia, una devoción, un amor que se promete eterno, acaso por rebeldía... Pero ¿cómo garantizar que eso, sea lo que sea, va a ser para toda la vida?
En general (dicen quienes han estudiado el fenómeno actual) se
ha llegado a la conclusión de que quienes se hacen tatuajes, responden a una
tipología determinada de personalidad:
- Personas extravertidas, que dependen mucho de los estímulos
externos en el entorno inmediato. Tantas veces se convierte en una necesidad
para quienes van por la vida con una tan baja autoestima, necesitadas de
recibir la atención de
quienes le rodean: el hecho de recurrir a esta clase de recursos
estéticos y simbólicos puede ser visto como un intento por construirse una
identidad frente a los demás; tener la oportunidad de poder contar algo a
través de historias trazadas por la tinta que decora el cuerpo.
- Suelen ser personas que tienen una significativa tendencia a
recibir con alegría las nuevas experiencias; todo lo relacionado con la
aventura y con la posibilidad de asumir un cierto grado de riesgo
(¿novelería?). No importa lo que se, cualquier ocasión es buena para “salir de
la rutina”.
- Gente a la que le gusta destacar, que con ello experimentan un
cierto placer. La motivación que manifiestan tener para hacerse tatuajes es simplemente
que les gustan o porque tienen un significado que ellas conocen más que nadie;
pero en general, quienes deciden tatuarse la piel muestran una
significativa motivación por destacar entre el resto.
- Y quienes se dejan guiar (o manipular)
por la moda: se lleva, está de moda, “toca” hacerlo. Tampoco me convence el
razonamiento. Según la opinión de Tihamér Tóth (a quien yo leía siendo joven)
que “seguir las modas” porque sí, denotan poca personalidad.
Yo soy de ese grupo de personas que nunca
ha estado de acuerdo con esa “opinión” tan común de “yo soy dueña (o dueño) de
mi cuerpo” que utilizan, a menudo, quienes hacen barbaridades con él. Porque
(yo así lo creo) todas y todos somos “patrimonio de la humanidad”: somos un
bien social universal y lo que hacemos o dejamos de hacer repercute en los
demás; empezando por quienes nos rodean, pero sin poner fronteras a nadie.
Pero quizás sea que yo no tengo una motivación fuerte para "marcar" mi cuerpo.
Y ¿cuáles pueden ser esas razones?
Y ¿cuáles pueden ser esas razones?
Es de suponer que quienes se tatúan habrán de hacerlo por algo
¿o no?
Según apuntan quienes han investigado sobre el tema, las razones
más populares por las cuales a la gente les merece la pena pasar por la aguja y
es que esos diseños pueden representar momentos importantes vividos (recordar
un cambio importante en la vida), querer estar “a la moda”, ayudar
a superar malas experiencias, a buscar cómo recordar algo para siempre (marcar
un logro alcanzado), o como motivación para seguir luchando por un sueño. Acaso
también es un modo de pensar que algunos tatuajes pueden funcionar como
amuletos, buscando tener suerte o bienestar en la vida. Y todavía hay quienes lo hacen por pura coquetería, buscando algún motivo bonito para lucir en la piel.
Como también hay quienes encuentran razones para nunca hacerse un tatuaje: lo que para muchas personas es un arte, para otras es un peligro que, después de gastar un dinero, puede causar problemas de salud si no se tienen los cuidados necesarios o si aparece algún tipo de alergia.
Como también hay quienes encuentran razones para nunca hacerse un tatuaje: lo que para muchas personas es un arte, para otras es un peligro que, después de gastar un dinero, puede causar problemas de salud si no se tienen los cuidados necesarios o si aparece algún tipo de alergia.
A parte de ello, puede traer
complicaciones en algunos trabajos (pues hay empleos en los que no es permitido
tener tatuajes, ya que no son bien vistos).
Pero bien: vivimos en una sociedad que posibilita que cada quien
se exprese y viva según le apetece, siempre que no perjudique a los demás.
Aunque la libertad hay que considerar que tiene una doble vertiente: quien
actúa haciendo su voluntad tiene que admitir que los otros también lo hagan, no
vale imponer criterios propios sobre el resto de la gente.
Y también, yo pregunto y me pregunto: ante estas expresiones tan
anómalas, pero tan abundantes, ¿habrá alguna razón más honda que las motive?,
¿es sólo una moda o no será que en esta generación se está viviendo una
profunda crisis de identidad?
Aunque, ciertamente, es realidad que hay que aceptar. Sabiendo
que tanto si hablamos de creencias como de arte, lo que hagamos puede ser
aplaudido o no, alabado o criticado.
No me gustan nada los tatuajes. Reconozco que algunos son muy bonitos y, como dices, son verdaderas obras de arte, pero la gran mayoría de los que se ven por ahí lo único que hacen es desfavorecer. No veo ninguna estética en ellos y me parecen hasta de mal gusto. Pero cada uno es libre de hacer lo que quiera.
ResponderEliminarPuede que esta crisis de valores que estamos sufriendo nos esté llevando a ello porque nunca he visto esta proliferación, sobre todo en gente joven. ¿qué pasará cuando deje de ser una moda?
Bueno, es mi humilde opinión.
Un abrazo
Estoy de acuerdo contigo, bien está actuar libremente..., pero mejor estaría ser consecuentes con lo que hacemos. Gracias.
EliminarSé que hay quienes se los hacen por estética, o hasta para disimular una mancha fea de la piel. No, no es mi caso. Para mí, los tatuajes son algo testimoniales.
EliminarYo escribo en mi cuerpo momentos de mi vida. Los tatuajes, para mí, son recuerdos… que nunca quisiera olvidar. Quiero que mi cuerpo sea como un libro en el que escribo… las que van siendo experiencias importantes para mí.
Yo me hice el tatuaje que luzco siendo muy jovencita. Lo vi, me gustó y no lo pensé mucho. Ahora, después de unos cuantos años, estoy arrepentida de habérmelo hecho, pero ya no puedo quitármelo…
ResponderEliminarEs algo que nos pasa siempre que nos lanzamos a hacer algo sin pensar en las consecuencias futuras. Siendo jóvenes nos creemos que tenemos la razón en todo y no escuchamos los consejos de quienes tienen experiencia. Claro que así es la vida, siempre fue y siempre será así.
ResponderEliminarMe parece correcto.
ResponderEliminarMal asunto cuando una persona no se acepta a así misma tal como es y empieza ha hacerse arreglitos en el cuerpo. Si no se sabe amar ¿cómo va a amar a los demás tan distintos y diferentes? Miedo me da la gente que se hace muchos tatuajes.
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