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martes, 12 de agosto de 2025

SOBRE EL FICUS DE SAN JACINTO

 

¿A FAVOR DE 

LA VIDA?

 

Hoy, ayer… nos ha sorprendido la manifestación de un grupo de gente que protesta (hasta con llantos desconsolados) delante de un viejo árbol (el ficus centenario situado delante del templo de San Jacinto) que ha estado siendo un peligro constante desde hace años…

 

En el 2021, la Parroquia solicita el apeo del árbol argumentando la peligrosidad del mismo (pues ya en varias ocasiones cayeron ramas que ocasionaron diversos daños materiales y personales); también presentando un  informe sobre el daño que el ejemplar está ocasionando al conjunto arquitectónico que constituye el templo de San Jacinto. 


Recordemos que existió un razonable acuerdo de todas las asociaciones y grupos de Triana de llegar al apeo del mismo.

Acuerdo casi unánime, a excepción sólo de alguna gente (¿resentida por algo?, ¿de extrema izquierda?,) que, acaso, ve una oportunidad de atacar a la Iglesia…

            
En 2022 la Gerencia de Urbanismo aprueba dicho apeo, pero en el momento de la tala (17 de Agosto de 2022), surgen manifestaciones que denuncian la tala del singular ejemplar de ficus; por lo que se ordena la suspensión cautelar del apeo en el momento en el que se ha eliminado toda la gran copa del ejemplar, quedando en pie el tronco principal, esperando que pueda reverdecer, cosa que no ha sucedido después de tres años, aun habiéndole inyectado importantes dosis de vitaminas y haber atendido a todo tipo de atenciones por parte de Parques y Jardines.

               

Después de este tiempo más que razonable, el Ayuntamiento, tras comprobar que es imposible revitalizarlo, decide la tala del tocón que quedaba, si bien dejará en el lugar una placa que recuerde su historia y la lucha por mantenerlo.

                   

En estos días, frente al tronco seco de lo que fue un hermoso árbol (reconocido como faro de Triana)…, hay quienes se manifiestan, con mucho pesar y en desacuerdo con la decisión del gobierno municipal que, por fin, está ejecutando la tala definitiva del árbol de los tantos problemas.  

 

Todo lo que les huele a creer en el Dios de la Vida les parece mal. Seguramente valoran más la vida de un animal o un árbol que la de una persona. Pues son los mismos que están a favor del aborto y la eutanasia.

 

Ahora lloran por un árbol que está muerto hace años. Lo que sea por ir en contra de la Vida de verdad, del mensaje de amor fraterno que proclama, cada día, la Iglesia.

                 

Lo siento, pero no estoy por darles la razón. Porque, si de verdad valoran la mayor riqueza arbórea de Sevilla, ¿no sería más positivo dedicar dinero a sembrar más árboles (nuevos, con posibilidades de futuro) que intentar resucitar a un muerto (que ya poco puede aportar a mejorar nuestro medio ambiente)…?

  

                                                 J. M. F.

 

 

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