Y VOLVER A LA NORMALIDAD
Nos llega. Septiembre, puntual, viene repleto de ¡tantas cosas!. Es la puerta a un nuevo curso... para lo bueno y lo menos grato...
En general, creo que es gratificante.
Aunque,
a veces, protestamos de las “rutinas”, pero... en el fondo..., agradecemos (por
lo menos un poco) el volver... a lo cotidiano.
¿A que sí?
Porque,
queramos o no reconocerlo, todos somos un poco amigos de las costumbres, de lo
habitual, de encontrarnos metidos “en nuestro ambiente”. Las vacaciones están
muy bien, precisamente, por eso... por ser vacaciones. Pero ¿qué sería de
nuestras vidas si siempre estuviésemos sin nada que hacer?
Es
verdad que, la vuelta a la normalidad, a veces, nos trae aquello que alguien
llamó el “síndrome post-vacacional”.
¿Por qué? Yo hasta me atrevería a decir que es más por culpa de lo que queda detrás que por los retos que tenemos por delante...
Es más, por culpa de ver que esas “vacaciones maravillosas” que nos
estuvimos imaginando, luego, a la hora de la verdad... no han sido tan
maravillosas: han sido, sólo, simplemente, lo que han podido ser. Por esas mil
circunstancias... ajenas a toda voluntad.
Y el calendario, corrió. Y nos quedamos sin espacio para seguir imaginándonos otras maravillosas vacaciones ¡hasta dentro de 10 u 11 meses!.
Pero...
¡bueno!. ¿Y por qué no aprendemos a DISFRUTAR de ¡cada momento presente!?.
También de este curso que ahora nos sorprende, nuevo, cargado de posibilidades
para ser aún más felices... también haciendo felices a quienes nos rodean. Y de
camino... vamos aprendiendo a vivir con ese “estilo” (manera de ver las cosas)
que nos ayudará a que las vacaciones del año que viene... sean MEJORES que las
ya pasadas.
Hay que agradecer que podemos reanudar la rutina y que al empezar una nueva etapa de actividades nos revitalizaremos
ResponderEliminarLo importante es que seguimos aquí otro curso más para seguir adelante compartiendo con la familia, amigos y sonreír a la vida dándole gracias a Dios
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