CAMBIÁNDONOS
(CAMISETAS, PANCARTAS Y BICICLETAS)
(para representación tipo teatro corto de símbolos)
La calle está
oscura. Las farolas apagadas. Hay vehículos aparcados, son oscuros, tienen las
luces apagadas... Hay unos bancos, ocupados con bultos, bolsas negras de
basura...
De fondo se
oye un ruido chirriante, como de máquinas desengrasadas...
Empiezan a
aparecer personas vestidas de oscuro (como góticos...), que llevan camisetas
negras con dibujos de calaveras, con signos de violencia y muerte, con frases
de negación (como “el futuro no existe”, “la agonía de la desesperación”, “esta
vida es una mierda”, “que paren el mundo que me quiero bajar”, “ya me cansa
vivir”, “no tengo valor ni creo en nada”...). Llevan las caras ocultas, con
velos y máscaras. Caminan con dificultad, cargan cadenas.
Desde el
conjunto de personas, sin dar la cara, se manifiestan gritando; se les escucha
que van diciendo frases (unas se montan sobre otras) tales como:
- La sociedad está muy mal, esto no tiene arreglo.
- Todo es mentira.
- Aunque queramos ser libres, no podemos.
- El futuro no existe, y si existe es chungo.
- El poder insolente nos domina y machaca.
- La violencia y los maltratos van a más.
- Las guerras son negocio, las enfermedades son negocio, la prostitución
es negocio, la mierda es negocio.
- Olvídate de tener un hijo, la cosa no está para traer más gente al
mundo.
- La miseria nos contagia.
- Estamos cansadas de que nos toquen en culo.
- Estoy en el mundo porque no tengo más remedio, mis padres me pusieron
aquí y yo ahora me tengo que aguantar.
- Todo se mueve por egoísmos, envidias, resentimientos.
- La clase política está llena de pancistas y tramposos.
- No estamos cansados, estamos agotados.
- Las empresas, el mercado, no hace más que acumular más y más
riqueza, desposeyendo a las gentes de su dignidad.
- Somos números. Nadie piensa en la clase trabajadora…
- No es posible mirar el futuro con optimismo… Somos un pueblo sin
futuro.
- Estoy harto de fraudes y engaños.
- Los bancos hipotecan nuestras vidas. Los dueños del dinero nos
obligan a trabajar para ellos.
Luego, entran
en escena gente que porta pancartas, también con mensajes negativos: “abajo los
jefes“, “fuera extranjeros“, “¡qué
caigan todos los imperios!”, “ya llega
el fin”, “el mundo se acaba”, “¡hace falta una guerra!, etc.
Se nota frío en el ambiente.
De pronto, un estruendo. Retumba la sala. Es como
el trueno que anuncia una gran tormenta.
Luego, se hace silencio, se apaga el ruido de
fondo.
Y, después de una pausa, cambia a una suave
melodía, con sonidos de naturaleza en paz.
Parece que se oye agua correr, pájaros cantando, acaso sonido de olas
del mar orilleando...
Las farolas se
encienden, poco a poco...
Entra en
escena un personaje luminoso, es como un ángel que, recitando melodiosamente,
proclama:
Aquí, ahora
vamos a hacer
un esfuerzo
por creer
que otro mundo
es posible:
un espacio
de paz,
de justicia,
de amor
y libertad.
Decididamente
juntemos
nuestras manos,
aunemos los
corazones
y soñemos,
con fe,
esperanzadamente,
que lo vamos
a hacer
realidad...
¡porque es
posible!
A continuación
(mientras el personaje angelical se retira), entra en escena una joven mujer
embarazada, vestida de verde. Ella, con voz potente y clara, declara:
Aquí y ahora
podemos ser
quienes
queremos
llegar a ser.
En este ahora
y este lugar
todos tenemos
ya que actuar.
No más demoras
ni
indecisiones,
que ya nos
llegan
mil ilusiones.
El mundo es
grande,
el mundo es
bello
mas no es
posible
verlo perfecto
si no soñamos
con sí
quererlo,
si no es
peleando
por ya así
hacerlo.
Nada nos llega
sin nuestro
esfuerzo.
Tan sólo pasan
los elementos.
Todas las
cosas
se van
rompiendo,
no así este
anhelo
que va
creciendo.
Quedó el
pasado
con sus
aciertos,
pero no acaba
nuestro hoy
abierto.
Todo es posible,
si lo
queremos;
si, sin
demora,
ya ¡nos
ponemos!
Si en todas
partes
nos esforzamos
en vivir
juntos
tal como
hermanos,
serán posibles
la Paz y el
orden
en nuestra
tierra
y en todo el
Orbe.
Si todos
juntos
nos empeñamos
en que sea
cierto
¡cuanto soñamos!
Aquí y ahora
podemos ser
esas personas
que hemos de
ser.
Enseguida, de
uno y otro lado, aparecen en escena cuatro seres, vestidos de blanco, que
reparten camisetas amarillas, rosas, blancas, y azules y rojas y verdes y
anaranjadas. Todas llevan escrita palabras y frases positivas. Palabras como:
PAZ, JUSTICIA, SOLIDARIDAD, COMPRENSIÓN, AMOR, AMISTAD, ESPERANZA... Frases
tales como: “¡ELEGIMOS LA VIDA!”, “¡SUEÑA EN GRANDE, VOLARÁS ALTO!”, “¡LA
FELICIDAD ESTA EN EL CAMINO, NO ES NECESARIO LLEGAR MUY LEJOS!”, “LA JUSTICIA
ES LA VERDAD HECHA REALIDAD”, “DONDE HAY UN SUEÑO, HAY UN CAMINO POR ANDAR”,
“PERDONA Y ENCONTRÁS LA PAZ”, “LA VIDA
ES UN GOZO PERMANENTE”, etc.
Las van
repartiendo y todos se las ponen: unos se despojan de las viejas, otros se las
colocan encima...
Al mismo
tiempo, van deshaciéndose de máscaras y velos.
Los mismos
personajes que repartieron las camisetas, recogen la ropa vieja, las bolsas de
basura, etc. y se retiran de la escena.
Ahora más, se
va llenando el escenario de luz.
Llegan jóvenes
montando en bicicleta, con carteles que anuncian un “Nuevo Orden”, llevan
cestos con flores...
En los cestos,
van escritas las frases siguientes:
No más menos
cariño,
libertad,
capacidad de
ser.
No más menos
palabras,
claridad,
dignidad
laboral.
No más menos
entusiasmo,
esperanza,
gozo alegre.
No más menos
confianza,
amistad,
alegría de
vivir.
Sí más mejor
esperanza
activa
y amor
solidario.
Sí más mejor
comprensión
mutua
e inter -
comunicación.
Sí más mejor
decisión
para hacer
realidad
lo que es posible.
Se escucha,
hasta llenar todo el espacio, música alegre, como de flautas y ocarinas...
De nuevo aparecen los cuatro seres vestidos de
blanco que anteriormente habían traído las camisetas de colores.
Los ciclistas se apartan a un lado y les dejan el
centro de la escena.
Entonces, uno a uno, toman la palabra y dicen:
Personaje A: - Porque queremos podemos. Y si
podemos, debemos.
Personaje B:
- Generar ilusiones: la vida merece la pena... ¡toda vida!
Personaje C:
- Producir bienestar..., crear riqueza...
Personaje D:
- Que sea siempre la razón la que pueda llevarnos a hacer...
A: -
Porque queremos podemos. Y si podemos, debemos.
B: - Si yo te hago bien,
si tú me haces bien,
nos hacemos cómplices
de nuestro bienestar...
C: - Crear
riqueza, con imaginación, sin dinero...
D: - No
más hacer lo que nos impone el poder sin razones.
Entonces quienes andaban errantes, gritan (a
coro):
- ¡¿Cómo?!
Luego salen tres a primera fila de la escena y,
dirigiéndose a los personajes de blanco, les preguntan:
Persona 1: ¿Cómo generar ilusión?
Persona 2: ¿Cómo crear riqueza?
Persona 3: ¿Cómo producir bienestar?
En silencio, se adelantan los personajes A y B.
La persona 1, vuelve a repetir su pregunta: ¿Cómo
generar ilusión?
A dice: -
Despertando el gozo de existir.
B dice: - Abriendo bien los ojos, descubriendo la
belleza, cambiar distraimiento por contemplación...
A añade: - ¡Hasta maravillarnos!
Y se retiran del primer plano de la escena,
mientras que se adelantan los personajes C y D.
Entonces, la persona 2, también vuelve a repetir su pregunta: Y...
¿Cómo crear riqueza?
C dice: - Si lo que tú sabes hacer, lo haces
voluntariamente, sin que nadie te tenga que pagar, a cambio, unos dineros ¡tú
estás creando riqueza. gratuitamente!
D añade: -
Si tú aportas, porque quieres, lo que tienes... ¡estarás creando... un mundo
mejor, desde la nada!
C apuntilla: - ¡amar es crear desde la nada!
D: Por ejemplo: Si eres capaz de llegar a
acuerdos, con otra gente, con más y más personas, de que se pueden intercambiar
servicios... ¡estarás creando bancos de necesidades y servicios compartibles!
La persona 2, replica: ¿cómo sería?
C dice: - Alguien aporta eso que sabe hacer,
mientras hay quien requiere ese servicio...
D: - Y todas y todos entregamos nuestra riqueza
humana para recibir lo que otras y otros fueron dando...
C: - Como por ejemplo: yo entrego mi habilidad de
hacer cerámica, y te regalo ese plato que tú quieres...; mientras tú me aportas
el corte de pelo que preciso... ¿Para qué el dinero..., si ya todo es gratis
entre nosotros?
D: - O tal vez tú necesitas pintar tu habitación,
y yo quiero que alguien me introduzca en el conocimiento de las plantas
medicinales... ¿para qué el dinero de los bancos ¡si es algo que podemos
mutuamente regalarnos!?
C: - ¿Para qué esperar a tener dinero..., si no
lo necesitamos para lograr lo que deseamos?
D: - Acaso es que el dinero... hasta nos sobra:
no nos es necesario ¡para nada!
C: - La riqueza es algo diferente a lo que tienen
los bancos encerrada en cajones o en bolsas precintadas!
Se apartan un poco de la escena los personajes C
y D, mientran se acercan A y B.
En ese instantes, se adelanta la persona 3, que ahora vuelve a repetir la pregunta que
hizo antes: Bueno yo quisiera que nos digáis ¿Cómo producir bienestar?
A: - No hace falta ni un papel para crear un
poema...
B: - No necesitas de nada para regalar sonrisas.
C: - Nada te impide ¡saltar de gozo, por tener la
vida!
D: - El bienestar también es riqueza, se genera
del mismo modo. Así, por ejemplo: Tú necesitas que alguien te escuche, te haría
bien pasear con alguien cogidos de la mano; acaso agradecerías unas caricias,
quizá algún abrazo... Mientras que yo necesito escucharte y que me oigas; yo
necesito compañía, igualmente. Me hace falta darme incondicionalmente y sentir
que alguien me tiene en cuenta, me quiere, se preocupa por mí...
Persona 3: - Entonces...
A – Es la fuerza del corazón.
B - La fuerza de la fe.
C - La fuerza de la esperanza.
D - La fuerza de la Vida.
Toda la gente se coge de la mano y hace un
círculo grande, abierto a ambos lados... Invitando, con gestos, a todos quienes
están fuera del escenario, a subir... hasta trasladar la cadena de manos
entrelazadas hasta todo el público que está en la sala...
Mientras,
suena la alegre música de la 9ª sinfonía de Beethoven (conocido como Himno de
la Alegría).
Desde fuera
(desde la calle), entran jóvenes repartiendo cuartillas, para que todo el mundo
pueda seguirla, con la letra del himno
final:
Atended todos:
mujeres, hombres, niños:
el mundo se
está, al fin, ya renovando
y, ahora,
llega el gran momento
de vivir
felices y de otro modo
más digno y en
total armonía.
Si es que no
siempre ves
la luz en tu
andadura,
no creas que
ya no hay nada
hacia donde
poder avanzar.
Busca, sin
miedo, tu nuevo horizonte
en lo que,
desde lo hondo,
ahí, te reclama el corazón.
El destino de
los hombres
no está en
atesorar cosas
sino en lograr
que, entre todos,
hagamos un
Mundo Mejor.
Si creemos que
esta Tierra
en verdad
puede cambiar,
¡nuestro
mundo, seguro, cambiará!
Teniendo
confianza,
contando, con
certeza,
que, en un día
cercano,
el Mundo será
Nuevo
y la Tierra
estará llena
de gentes que
se aman.
Vayamos, ¡todo
juntos!
Las manos
apretadas,
marchando,
codo a codo,
queriendo
hacer futuro
y avanzando,
así, la Historia
a alcanzar ser
Fraternidad.
Texto de José-María Fedriani
Dibujos de Alicia Martínez
http://nuestroaquiyahora.blogspot.com.es/2012/05/novedad-editorial.html
A MODO DE JUSTIFICACIÓN:
DANDO RAZONES
PARA SER POSITIVOS
Aún sin quererlo, cada día, todos los
días, estamos oyendo noticias poco agradables: que si la violencia se lleva por
delante a más vidas humanas, que si sube
el desempleo (que es otro modo de atentar contra los más indefensos), que si...
El problema es cuando la gente pierde la esperanza.
Sin esperanza (y eso significa estar atentos, dispuestos, ávidos de lo nuevo
por venir), todo muere. Hasta la comunicación entre las personas. Y si no hay
comunicación, también se rompe la vida compartida... Y si no nos
inter-relacionamos ¿qué somos?
Porque (quizá al no esperar nada, nada hacemos)
puede llegar el momento en que ni nos atrevemos a hablar, a decir qué es lo que
queremos, lo que esperamos, lo que necesitamos... ¿Para qué si estamos “en
crisis”?
Pero nada veremos con los ojos cerrados;
o no percibiremos, lo que tenemos delante, si estamos tan distraídos que, ni lo
más evidente será objetivo cierto de nuestras retinas.
Por eso es imprescindible, más cuando
estamos rodeados de ocultamientos y oscuridades, estar muy despiertos, teniendo
la mirada atenta, poniendo cuidado en que ninguna apariencia pueda engañarnos.
Hay quienes pensamos que toda “crisis”
es algo natural y hasta necesaria.
Algunas personas creen y afirman que sin
crisis no se crece... O, también, que las crisis son necesarias en cualquier
proceso de sanación.
Por eso, yo creo que si miramos la
crisis en la que ahora nos encontramos, más que temer el caos, lo que hemos de hacer es analizar sus causas
y prever las consecuencias; mirando, siempre, qué de bueno podemos sacar de
ella...
Bien: ¿por qué hay crisis?
Pues lo primero es que porque tiene que haberla. Todo
ser vivo, también la sociedad, al crecer, al desarrollarse, evoluciona, cambia.
Y el cambio lleva a la “crisis” (unas veces con granos en la cara, otras con
dolor de cabeza o insomnio, otras con ganas de gritar...; unas con cierres de
fábricas y aumento de paro, otras con cambio de roles en la vida social o
familiar...). Y tal como el invento de la imprenta llevó al mundo al siglo de
la ilustración, o el invento de las máquinas, llevó a la gran revolución
industrial, así los avances en los mass media o el desarrollo de la informática
y de Internet, han hecho que la ocupación de unas personas haya llevado a otras
muchas personas a tener que cambiar radicalmente de actividad.
Como consecuencia de todo esto, el
mercado cambia, el trabajo cambia, la necesidad de personal auxiliar o
administrativo cambia... ¡todo cambia! Y las empresas no quieren cambiar sus
modelos (cuando habría que reducir el horario laboral, lo que hacen es reducir
sus plantillas de personal), y el paro crece y crece como una hiedra en una
casa soleada...
En tercer lugar, la “crisis” que ahora
“padecemos” es el fruto de lo que hemos estado sembrado durante las últimas
décadas: como dice el viejo refrán, “La avaricia rompe el saco”. Hemos estado
queriendo tener una “Sociedad del bienestar” a costa de mantener tres cuartas
partes de la Humanidad en “malestar”, hemos globalizado la economía para que
unos pocos siguieran haciéndose ricos y más ricos, mientras los demás iban a la
más desastrosa pobreza (sustituyendo toda
justicia y todo buen criterio político por las leyes del mercado)... y, lógico, esto tenía ¡que reventar!
No podemos negar el problema, ni tampoco
rendirnos; sino buscar soluciones. Hemos de empezar por aceptar la realidad tal
cual es para, desde ahí, trabajar por superar los problemas, con decisión y
esperanza. Sin perder el control de nuestras vidas (lo que acaso le interesa a
algunos).
En realidad lo que ahora está sucediendo
en el mundo es una ley lógica: frente al total despilfarro de las últimas
décadas, ahora tocan unos años de recesión. ¡Bienvenidos sean! Con ello, es
hora de un verdadero cambio.
Es la hora de darnos la oportunidad de
cuidar lo que tenemos, de despertar nuestras conciencias y aprender a hacer más
con menos. Si queremos un mundo solidario, no podemos estar consumiendo entre
dos o tres lo que es de veinte; eso es lo que hemos estado haciendo en esta
sociedad capitalista-consumista... Sin pensar en las tres cuartas partes de la
humanidad. Lo que era insostenible, está dando muestras de que ya va siendo
hora de poner remedio, porque ESTO TIENE QUE CAMBIAR.
Ahora nos toca sanar, superar el cambio
para mejorar. Mejorar como personas y como sociedad: aprender a vivir más
austeramente, nos tocará gastar menos,
no despilfarrar, deshacernos de las deudas y, si nos es posible, ahorrar algo.
Es hora de aprender a vivir de otra manera, con más justicia y también más
justeza: sin desperdiciar ni comida, ni energía eléctrica, ni agua, ni papel...
Y es también la hora de reprogramar nuestras mentes para aprender a VIVIR
DIGNAMENTE sin darle tanto valor al dinero. Vamos a decidirnos a echarle más
cuenta a otros valores más reales, como son: el COMPARTIR, el TRABAJO EN
EQUIPO, la AMISTAD y la SOLIDARIDAD.
Pero ¡atención!, y esto merece la pena
recalcarlo: no todo lo que pasa en el mundo es malo e ingrato. Miremos con ojos
limpios. Abramos nuestras manos y el corazón.
Las razones para nuestra Esperanza
tienen que estar afianzadas en experiencias vividas que nos hagan creer en esas
personas o cosas en las que tenemos fe.
Claro que la Esperanza nos tiene que
llevar más lejos, hasta soñar con lo que hoy parece utópico, inalcanzable. Pero
eso es lo que nos hace, seguir, resistir, proseguir, insistir.
Porque, como dice Eduardo Galeano:
“La utopía
está en el horizonte.
Camino dos
pasos,
ella se
aleja dos pasos,
camino diez
pasos y el horizonte
se aleja
diez pasos más allá.
¿Entonces
para que sirve la utopía?
Para eso,
sirve para caminar.”
Es hora de despertar a la realidad.
Ahora es el momento adecuado de ir CAMBIÁNDONOS.
Sea esta invitación, a teatralizar la
realidad, como “una pista” de cómo hay que andar la vida, para “vivenciándola”,
sentirla (porque es sintiendo las cosas como nos iremos implicando) y, así,
alegrar toda la perspectiva que podamos tener al mirar al mundo: con confianza,
esperanzadamente. ¿Qué otra cosa mejor podemos hacer en nuestro cotidiano
avanzar (tantas veces pintado de gris-crisis)?
Sólo quienes creen que otro mundo es
posible (y porque lo creen, lo buscan) pelean por él, se entregan con ilusión y
alegría, con coraje y amor. La mejor oportunidad para VIVIR de verdad.
José-María Fedriani
Interesante y esperanzadora me gusta que podamos encontrar el lado positivo en esta época tan oscura que nos ha tocado vivir
ResponderEliminarUn saludo
¡¡¡ASOMBROSO!!! Si se pudiera hacer todo eso sería fantástico y daríamos una buena lección a los políticos y banqueros que nos tienen acobardados. ¿Sabes? A veces pienso que las crisis también tienen su lado positivo porque nos hacen reflexionar sobre lo que es verdaderamente importante en la vida. Nos hemos vuelto muy materialista...pero también hay mucha gente necesitada y sufriendo y es difícil pensar en positivo cuando has perdido tu trabajo o tu casa, y tienes que vivir en la calle.
ResponderEliminar¡Ojalá esto se solucione pronto!
Un abrazo
Josè...." Mirando la crisis en positivo "
ResponderEliminarTodo el empeño que has puesto aquì para ser positivos, se puede pasar a la realidad para comunicarlo con pancartas, pasacalles,llendo en bicicletas etc....como dices aquì....pero es difìcil encontrar un grupo de personas que piensen en positivo, siempre ha de estar el contra y es como remar contra la corriente, como se dice o que pone un palo en la rueda, para que el paìs no avance, por conveniencia de unos pocos.
¡¡¡¡ importantìsimo mensaje !!!
un beso desde Argentina
Hemos de creerlo. Creerlo de verdad. Así lo contagiaremos... EL MUNDO TIENE QUE PASAR A MEJOR. Yo lo creo... ¡y hago lo que puedo!
EliminarHe dado con el blog de casualidad. Enhorabuena y ánimo. Nosotros también tenemos uno, precisamente, http://www.crisisenpositivo.es
ResponderEliminarMe gustaría dejar una frase:
“El pensamiento se convierte en palabra; la palabra en acto; el acto en hábito; el hábito en carácter; y el carácter en destino.”
Entre tod@s, podemos, es evidente. Buen post.Un saludo y gracias.
Esta muy bien esta entrada, necesitamos esperanza y positividad por un mundo mejor y con un futuro para vivir no para sobrevivir malamente.
ResponderEliminarBesos.
Hola Jose Maria, estoy de acuerdo en que es hora de hacer algo, pero lo que importa es que lo hagamos de la mano, todos juntos podemos y debemos afrontar este gran problema. La crisis es necesaria para afrontar nuevos retos y formas de bienestar. A por el. Un abrazo, nos vemos en el camino
ResponderEliminarNo está ni de lejos 'el horno para bollos'.
ResponderEliminarAsí las cosas, preferible para cuerpos y almas será desenvolver y dar cancha al lado positivo. Y sacar virtud del emponzoñamiento.
¿A que todos saldremos ganando?
Un abrazo, José María
¡Que no se nos olvide que AÚN TENEMOS UN HORNO!
EliminarYa veo la obra representándose en mi cole (con tu permiso, claro, ja, ja). La verdad es que está muy bien y necesitamos seguir creyendo en lo bueno de la vida (que hay mucho).
ResponderEliminarUn saludo.
Ana
Espero ver... esa representación. Será un honor para mí. Gracias, Ana.
Eliminar