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lunes, 22 de noviembre de 2010

LA HISTORIA DE LA VACA


Una historia que explica por que muchas personas nunca alcanzan el éxito por su conformismo y mediocridad, pero una vez se logra eliminarlo.

Aunque se desconoce el autor de la historia, el escritor, Camilo Cruz escribió un libro sobre esta, donde afirma que: “el verdadero enemigo del éxito no es fracaso, como muchos piensan, sino el conformismo y la mediocridad.

Dice que la historia de la vaca simboliza todo aquello que nos mantiene atados a una vida de mediocridad. Representa toda excusa, habito, creencia o justificación que nos invita al conformismo y nos impide utilizar nuestro potencial al máximo”.

La Vaca:

Un viejo maestro deseaba enseñar a uno de sus discípulos la razón por la cual muchas personas viven atadas a una vida de conformismo y mediocridad y no logran superar los obstáculos que les impiden triunfar.

Para el maestro la lección más importante que podía aprender el joven discípulo era observar lo que sucede cuando finalmente nos liberamos de aquellas ataduras y comenzamos a utilizar nuestro verdadero potencial para alcanzar el éxito.

Para impartir su lección, el maestro decidió que aquella tarde visitaran juntos algunos de los lugares más pobres de la provincia. Después de caminar un largo rato encontraron el vecindario más triste y desolador de la provincia y se dispusieron a buscar la más humilde de todas las viviendas.

Encontraron una casucha a medio derrumbarse, que se encontraba en la parte más alejada del caserío sin duda era, la más pobre de todas. Sus paredes se sostenían en pie de milagro aunque amenazaban con venirse abajo en cualquier momento; el improvisado techo dejaba filtrar el agua, y la basura y los desperdicios se acumulaban a su alrededor dándole un aspecto decrépito y repulsivo.

Sin embargo, lo más sorprendente de todo era que en aquella casucha de apenas seis metros cuadrados vivían ocho personas. El padre, la madre, cuatro hijos y dos abuelos se las arreglaban para acomodarse de cualquier manera en aquel reducido espacio.

Sus ropas viejas, remendadas, la suciedad y el mal olor que envolvía sus cuerpos, eran la mejor prueba de la profunda miseria que ahí reinaba. Sus miradas tristes y sus cabezas bajas no dejaban duda de que la pobreza y la inopia no sólo se habían apoderado de sus cuerpos sino que también había encontrado albergue en su interior.

Curiosamente, en medio de este estado de hambre y pobreza total la familia contaba con una sola posesión extraordinaria, una vaca. Una flacuchenta vaca cuya escasa leche le proveía a la familia un poco de alimento para sobrevivir e intercambiar por algunos escasos alimentos a las personas pobres en la zona. La vaca era la única posesión material con la que contaban y lo único que los separaba de la miseria total.

Allí, en medio de la basura y el desorden, pasaron la noche el maestro y su novato discípulo. Al día siguiente, muy temprano y sin despertar a nadie, los dos viajeros se dispusieron a continuar su camino. Salieron de la morada y antes de emprender la marcha, el anciano maestro le dijo a su discípulo: “Es hora de que aprendas la lección que has venido a aprender”.

Sin que el joven pudiese hacer nada para evitarlo, el anciano sacó una daga que llevaba en su bolsa y degolló la pobre vaca que se encontraba atada a la puerta de la vivienda, ante los incrédulos ojos del joven.

Maestro, dijo el joven: “¿Qué has hecho? ¿Qué lección es ésta, que va a dejar a esta familia en la ruina total? ¿Cómo has podido matar esta pobre vaca, que representaba lo único que poseía esta familia?”

Haciendo caso omiso a los interrogantes del joven, el anciano se dispuso a continuar la marcha, y maestro y discípulo partieron sin poder saber que suerte correría aquella familia ante la pérdida de su única posesión.

Durante los siguientes días, una y otra vez, el joven era confrontado por la nefasta idea de que, sin la vaca, aquella familia seguramente moriría de hambre.

Un año más tarde, los dos hombres decidieron regresar nuevamente por aquellos senderos a ver que suerte había corrido aquella familia. Buscaron la humilde posada nuevamente, pero en su lugar encontraron una casa grande. Era obvio que la muerte de la vaca había sido un golpe demasiado fuerte para aquella familia, quienes seguramente habían tenido que abandonar aquel lugar. Entonces ahora, una nueva familia, con mayores posesiones, se había adueñado de aquel lugar y había construido una mejor vivienda.

¿Adónde habrían ido a parar aquel hombre y sus hijos? ¿Qué habría sucedido con ellos? Todo esto pasaba por la mente del joven discípulo mientras que, vacilante, se debatía entre tocar a la puerta y averiguar por la suerte de los antiguos moradores o continuar el viaje y evitar confirmar sus peores sospechas.

Cual sería su sorpresa cuando del interior de aquella casa salió el hombre que un año atrás le diera morada en su vivienda. ¿Cómo es posible? preguntó el joven. Hace un año en nuestro breve paso por aquí, fuimos testigos de la profunda pobreza en que ustedes se encontraban. ¿Qué ocurrió durante este año para que todo esto cambiara?

Ignorante del hecho de que el discípulo y su maestro habían sido los causantes de la muerte de su vaca, el hombre relató como, coincidencialmente, el mismo día de su partida, algún maleante, envidioso de su vaca, había degollado salvajemente al animal.

El hombre continuó relatándole a los dos viajeros cómo su primera reacción ante la muerte de la vaca había sido de desesperación y angustia. Por mucho tiempo, la vaca había sido su única fuente de sustento. El poseer esta vaca le había ganado el respeto de sus menos afortunados vecinos, quienes envidiaban no contar con tan preciado bien.

Sin embargo, continuó el hombre, poco después de aquel trágico día, decidimos que a menos que hiciéramos algo, muy probablemente, nuestra propia supervivencia estaría en peligro. Así que decidimos limpiar algo del terreno de la parte de atrás de la casucha, conseguimos algunas semillas y decidimos sembrar vegetales y legumbres con los que pudiésemos alimentarnos.

Después de algún tiempo comenzamos a vender algunos de los vegetales que sobraban y con este dinero compramos más semilla y comenzamos a vender nuestros vegetales en el puesto del mercado. Así pudimos tener dinero suficiente para comprar mejores vestimentas y arreglar nuestra casa. De esta manera, poco a poco, este año nos ha traído una vida nueva.

El maestro, quien había permanecido en silencio, prestando atención al fascinante relato del hombre, llamó al joven a un lado y en voz baja le preguntó:

¿Tú crees que si esta familia aún tuviese su vaca, estaría hoy donde ahora se encuentra?

Seguramente no, respondió el joven.

¿Si ves? Su vaca, fuera de ser su única posesión, era también la cadena que los mantenía atados a una vida de mediocridad y miseria.

Al no contar más con la falsa seguridad que les proveía el sentirse poseedores de algo, así no fuese más que una flacuchenta vaca, debieron tomar la decisión de buscar algo más.

En otras palabras, la misma vaca que para sus vecinos era una bendición, les había dado la sensación de poseer algo de valor y no estar en la miseria total, cuando en realidad estaban viviendo en medio de la miseria.

Así es cuando tienes poco. Lo poco que tienes se convierte en un castigo, ya que no te permite buscar más. No eres feliz con ello, pero no eres totalmente miserable. Estás frustrado con la vida que llevas, más no lo suficiente como para querer cambiarla.

¿Ves lo trágico de esta situación?

Cuando tienes un trabajo que odias, que no suple tus necesidades económicas mínimas y no te trae absolutamente ninguna satisfacción, es fácil tomar la decisión de dejarlo y buscar uno mejor. No obstante, cuando tienes un trabajo del cual no gustas, que suple tus necesidades básicas pero no te ofrece la oportunidad de progresar; que te ofrece cierta comodidad pero no la calidad de vida que verdaderamente deseas para ti y tu familia, es fácil conformarte con lo poco que tienes.

Muchos de nosotros también tenemos vacas en nuestra vida. Ideas, excusas y justificaciones que nos mantienen atados a la mediocridad, dándonos un falso sentido de estar bien cuando frente a nosotros se encuentra un mundo de oportunidades por descubrir. Oportunidades que sólo podremos apreciar una vez hayamos matado nuestras vacas.



Comentario:

Las vacas, como dice la historia son: Ideas, excusas y justificaciones que nos mantienen atados a la mediocridad, dándonos un falso sentido de estar bien cuando frente a nosotros se encuentra un mundo de oportunidades por descubrir.

Es muy claro que muchas personas prefieren vivir toda su vida, en la
pobreza. En vez de tomar las oportunidades que nos da el universo y la vida para tener éxito y abundancia. Lo que hacen estas personas es Siempre darse excusas y justificaciones las cuales, le dicen, por que deben SEGUIR HACIENDO lo que HASTA AHORA HAN HECHO.

¿La solución?

Esta en la historia: Sólo podremos apreciar las oportunidades de la vida cuando hayamos matado nuestras vacas. Espero que tú logres hacerlo. Ya que así tendrás una vida prospera, plena, logras cumplir tus metas, deseos y te convertirás en una persona TRIUNFADORA.


HISTORIA DE NURIA (LA VENTA EN RED)


HISTORIA DE NURIA,
LA CAMPESINA QUE HACÍA GALLETAS


Nuria era una mujer campesina que enviudó bastante joven.


Quedó con la propiedad de una finquita, en la que tenía algunos árboles frutales, unas cabritas, algunas gallinas, un sembrado de maíz y poco más. Y, desde luego, muy pocos ahorros.


Tenía, así mismo, tres hijos pequeños a los que alimentar y cuidar.


Nuria era una mujer de su casa, de esas hábiles mujeres que sacan un pantalón de una cortina vieja y una blusa de un retal. También era buena como cocinera y excelente repostera. Alguna vez su marido ya le decía: “con estas galletas que tú haces, si algún día yo te faltara, te podías ganar la vida...”


Pero la vida, a veces juega sus “malas pasadas” y así se las hizo a Nuria. Un día José, su marido, tuvo un accidente y perdió la vida.


Pero Nuria no se hundió. Además tenía tres fuertes razones para luchar: Luis, Alba y Pablo.


Y pensando y pensando... creyó en su marido... ¡y se puso a hacer galletas!


Su idea era llevarlas al pueblo y venderlas... y así sacar unos dineros que le vendrían muy bien...


Como no hay impedimentos para quienes no los quiere, Nuria invirtió los pocos ahorros que le quedaban en comprar harina, azúcar, vainilla, y polvo de hornear. Los huevos los tenía y la mantequilla podía hacerla con la leche que le daban las cabras, que para eso era tan apañada.


Se planteó que, cada mañana, después de dejar a sus hijos en el colegio, se iba a dedicar unas horas a ofrecer sus galletas a los comerciantes de las poblaciones cercanas...


Inicialmente, comenzó tímidamente, ofreciéndolas a las personas que conocía de algo, o a quienes alguien les indicaba, por referencia. Así, comenzó con cinco personas.


Los comienzos no fueron fáciles; pero en unos pocos días, las sorpresas fueron siempre gratas: en cuanto empezó a venderlas y la gente fue conociendo el producto, las magníficas galletas caseras de Nuria. Y, claro, la demanda subía y subía...


Al ver el éxito que tuvo, se puso a hacer más galletas y a ofrecerlas a más comerciantes de otras localidades.


Pero la demanda aumentaba sin cesar. Las galletas de Nuria estaban en pleno auge: ¡eran todo un éxito!


Pero, paralelamente, el trabajo era terrible: Nuria que siempre había sido muy responsable y cumplidora, estaba que ya casi no daba abasto... Su tiempo era limitado...

Un día, que su hijo Luis le daba la lección de historia (mientras ella amasaba las galletas, con la ayuda de la pequeña Alba), la frase de Julio César “Divide et vinces”, le hizo pensar: ¡eso es! (dijo): “Divide y vencerás”...


Aquella noche, casi ni durmió, haciendo cálculos mentales e
ideando razonamientos que dar a sus clientes, esas personas a quienes ella abastecía con sus galletas.


Lo tenía todo bien claro: sabía lo que quería y cómo lo iba a hacer. Así, lo que hizo fue dirigirse a las primeras personas que habían creído en ella y habían acogido sus galletas entre los artículos que expedían, y una a una les dijo:


- Quiero hacerle una propuesta que pienso le puede interesar: si quiere, le ofrezco que se convierta en colaboradora mía para esta localidad, con lo cual podría ganar un dinero extra...
- ¿Cómo? Verás, yo lo haría gustosa, pero es que no tengo tiempo...
- Pues... de lo que se trata es de que yo le traería las cajas con galletas para todas las personas de por aquí, las más cercanas...
- ¿Y cómo se las haría yo llegar?
-  No, estas personas yo les diría que podían venir acá a recogerlas, a cambio de que usted le pondría un mejor
precio...
- A ver, a ver ¿y cómo podría yo hacer eso?
- Sí, mire: yo le traigo las galletas a mitad de precio...
- ¿A mitad de precio?
- Sí, a partir de hoy, mis galletas se las doy con un 50% de
descuento. Con ello, puede ofrecerle, por ejemplo, un 25% de descuento a quienes vengan aquí a recogerlas...
- Ya, ya, entiendo... Yo haré lo propio: quienes quieran recogerlas aquí y encargarse de llevarla a las de su zona, yo
les pongo un precio mejor ¡les haré un 25% de descuento!
- Exactamente. Así, usted ganaría más por las que venda, y
además un extra del 25% de esas otras que venden los otros...
- Oye, ¡eso está muy bien!
- Pues si le parece ¡trato hecho! 
Luego, se dirigió a las otras y los otros clientes y les fue diciendo:
- A partir de hoy, ya no traeré yo más las galletas... sino que os la servirá Paola, o Marta, o Javier... (según el caso); que
además os la podrá servir con un mejor coste...
Y así, y así... fue creando redes, que le ayudaban a desarrollar esa parte de su quehacer diario que tanto tiempo le ocupaba cada día.


Nuria, así, tenía más tiempo para hacer más galletas y ganar más dinero; tenía más tiempo para estar con sus hijos y disfrutar de ellos; tenía más tiempo para dedicarse a otras cosas que le gustaban y sentirse más feliz cada día. Ahora, apenas ocupaba tiempo en tener que repartir sus pedidos.
Paralelamente, Paula y Marta y Javier y Luisa... habían organizado perfectamente la distribución de las cajas de galletas: ofrecían muy buenos descuentos a quienes se ofrecían a distribuir las galletas a otros comercios, a otros pueblos; para que a su vez, pudiesen ofrecer un 20, un 15, un 10 por ciento de descuento..., según el nivel que ocupaban en esa “cadena de distribución” que habían planeado...


En sólo unos meses, Nuria tuvo que buscarse a otras mujeres que le ayudaran en la elaboración de las galletas, con lo cual ella se convirtió en toda una maestra y empresaria, dispuesta a enseñar a otras personas a mejorar sus vidas ofreciendo a todo el mundo ¡las mejores galletas caseras que nunca han existido!

                              José- María Fedriani
                                    (en "Claves de Vida")

sábado, 20 de noviembre de 2010

José-María Fedriani

          
Andaluz, habitante del mundo, enamorado de la Vida; desobediente y rebelde; buscador de nobleza y dignidades.

Estudió en Jerez,  en Sevilla y en la universidad de la calle. Profesor Mercantil;  Experto en Técnicas de Comunicación y Habilidades Sociales para el Trabajo en Grupos,  Autoestima y Crecimiento Personal;  Aloe-terapia y Salud Natural, etc.

Está casado y disfruta de de lo cotidiano en familia; comparte vivencias con otras personas, valorando la Solidaridad como la mejor alternativa para un Mundo justo. Muy amigo de sus amigas y amigos; impertérrito en sus compromisos personales.

Sueña con SER FELIZ haciendo felices a los demás; buscando aunar fuerzas con otras persona que quieran avanzar en mejorar y hacer, desde la Armonía y la Amistad, un Mundo Mejor, dónde todo ser humano pueda ser feliz.

Profesa su fe en el Dios de la Vida. Ve especial belleza en la armonía de lo natural.

Cree que la realidad de nuestra vida está en el Aquí y el Ahora de cada persona. Y porque somos cuerpo y espíritu, no podemos renunciar a nada de cuanto somos: Nada nos falta, nada nos sobra;  la salud es una manera de sentir y de vivir.

Tiene previsto escaparse a “otra realidad existencial” (si antes no surje un imprevisto) para el otoño de 2058; pero, antes, quiere dejarnos algunas cosas para leer y contar...

Ya publicó sus libros “HORAS” (1974), “OCÉANO ÍNTIMO” (1978), “GRITO DEL INDIO” (1992) Y “CLAVES DE VIDA” (1977). Habiendo también colaborado, generosamente, con diferentes revistas, periódicos y emisoras de radio.


Ahora nos invita a leer su DESDE EL ALFÉIZAR.

LA MI VIDA

                  L A   M I   V I D A



La vida es el regalo más grande que yo he recibido: don para mí y para quienes se encuentran conmigo, a lo largo de sus vidas. Igual que yo también siento el gozo de encontrarme con quienes disfrutan de su existencia.

lunes, 15 de noviembre de 2010

FRASES PARA PENSAR

              
               La amistad danza
               alrededor del mundo
               pidiéndonos a todos
               que nos despertemos
               para dar las gracias.
                                       (Epicuro)


                          Si no se espera,
                          no se dará
                          con lo inesperado.

                                                (Heráclito)



                      La vida se contrae
                                       o se expande
                      en proporción
                                       al propio coraje.

                                                          (Anaís Nin)




                      Albert Schweitzer



Frases y pensamientos de Albert Schweitzer:

El dolor es para la humanidad un tirano más terrible que la misma muerte.

Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma.

Debemos luchar contra el espíritu inconsciente de crueldad con que tratamos a los animales. Los animales sufren tanto como nosotros. La verdadera humanidad no nos permite imponer tal sufrimiento en ellos. Es nuestro deber hacer que el mundo entero lo reconozca. Hasta que extendamos nuestro círculo de compasión a todos los seres vivos, la humanidad no hallará la paz.

Mientras el círculo de su compasión no abarque a todos los seres vivos, el hombre no hallará la paz por sí mismo.

Teniendo respeto y reverencia por la vida, entramos en una relación espiritual con el mundo.

Ninguna religión o filosofía que no se base en el respeto por la vida no es una religión o una filosofía verdadera.

La conciencia tranquila es un invento del diablo.

El miedo reina sobre la vida.

Desde una ingenua simplicidad se llega a la más profunda sencillez.

La bondad puede hacer mucho. Como el sol que derrite el hielo, la bondad evapora los malos entendidos, la desconfianza y la hostilidad.

La ética no es otra cosa que la reverencia por la vida.

Cualquiera que ha sido acostumbrado a cuidar de la vida de cualquier criatura viviente tiene una chance insignificante de arribar a la idea de que la vida humana es despreciable.

Soy solamente un médico vulgar y silvestre. Todo lo que quise fue fundar un pequeño hospital. Pero los pacientes comenzaron a llegar interminablemente y hubo quienes donaron tierras y otros que quisieron ayudar, de modo que creamos una gran familia.

Vivimos en una época peligrosa. El ser humano ha aprendido a dominar la naturaleza mucho antes de haber aprendido a dominarse a sí mismo.

Ejemplo es liderazgo.

Todo lo profundo es también sencillo y se puede reproducir simplemente, siempre y cuando su referencia a toda la verdad se mantenga. Lo que importa no es que sea ingenioso sino que sea cierto.

Siempre he celebrado con firmeza la idea de que cada uno de nosotros puede hacer algo para disminuir la miseria.

El hombre es un animal inteligente que se comporta como un imbécil.

Los ideales se parecen a las estrellas en el sentido de que nunca los alcanzamos, pero como los navegantes, con ellos dirigimos el rumbo de nuestras vidas.

El conocimiento de que somos todos seres humanos se pierde en la política y en las guerras.

El gran secreto del éxito es pasar por la vida como si nunca se hubiera conseguido nada.

El hombre debe poner fin a atribuir sus problemas al entorno, y aprender de nuevo a ejercer su voluntad, su responsabilidad personal en el ámbito de la fe y la moral.

El éxito no es la clave para la felicidad. La felicidad es la clave del éxito. Si le gusta lo que está haciendo, usted será un éxito.

La única cosa importante en la vida son las huellas de amor que dejamos atrás cuando tenemos que dejar las cosas sin preguntar y decir adiós.

La tragedia de la vida es lo que muere dentro de un hombre mientras vive.

El verdadero valor de un hombre no se encuentra en el hombre mismo, sino en los colores y texturas que cobran vida en otros.

Hay dos medios para refugiarse de la miseria de la vida: la música y los gatos.

No hay mayor religión que la ayuda humanitaria. Trabajar por el bien común es el mayor credo.

Afirmar la vida es para mí profundizar y exaltar la voluntad de vivir.

Según vamos adquiriendo conocimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más misteriosas.

Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado; con cuarenta el rostro que les ha dado la vida y con sesenta el que se merecen.


Como un ciego no puede
negar la existencia de los colores... ,
como el sordo no puede decir
que la música no existe,
por no comprender la belleza
de una melodía...
Así, el incrédulo no puede negar
la existencia de Dios;
sólo puede decir que él no lo ha visto.

VINCULOS SUGERENTES

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viernes, 12 de noviembre de 2010

ESCUCHAMOS...

Despistes

Las cosas que uno olvida suelen ser
las que valdría la pena recordar,
digamos los ojos de mirar la lluvia
o la casa sin nadie al regresar de un viaje
o el poema perdido en no sé qué obras completas
o la esquina de exilio en que ella estuvo
o el abrazo amigo que ya no estará
por más que se anoten en retina o pañuelos.
Uno queda vacío de ciertos estupores
de insomnios visitados por la muerte benigna
de piernas de mujer que iluminan la calle
o la virtual resaca del arrepentimiento
o el aliento del perro que nos sigue
así y todo hay etapas que no se borran, 
aunque soplen agüeros y tempestades
y derrotas sacrílegas nos apabullen
y el pulso saque cuentas de las urgencias
y sobrevivan huesos y pulpas de la patria
y por qué no la madre y su teta alimenticia.
No se borra el cansancio del olvido
ni la frontera en que el rencor acecha
ni el menosprecio que nos rozó la nuca,
esos y otros escombros se refugian
en el currículo del alma vieja.
(Mario Benedetti, Inventario tres, Poesía 1995-2002)



JAVIER MELLONI RIBAS:
 
“Me apasiona todo aquello que contenga Verdad, Belleza y bondad, venga de donde venga y vaya hacia donde vaya, porque todo proviene de la misma Fuente.”

Nací en Barcelona en 1962 como cuarto hijo de cinco hermanos, de padre italiano y madre catalana. Entré en la Compañía de Jesús a los dieciocho años y desde entonces la semilla que se plantó en este terreno fértil ha ido creciendo. No hubiera crecido tanto en otro lugar y por ello amo la tierra que me nutre. Es abierta, le toca el sol y hay una simpática diversidad de especies que convivimos con mutuo respeto.

ENTREVISTA:

-  ¿Cuándo supiste que Dios era tu camino?
 
- Se manifestó a los catorce años en forma de un Amor incandescente.Irrumpía a ráfagas en mí y me llamaba a entregarme del todo a ese Fuego. Amor pedía amor para dar combustible a esas llamas.

- ¿Cómo ha ido evolucionando tu fe a lo largo de estos años?
 
- De un modo paulatino e irreversible. Estudié primero antropología y ello me sacó de mi eurocentrismo y y también de mi cristianocentrismo. Empecé a vislumbrar sabidurías que complementaban a la nuestra sin oponerse entre ellas. Tenía la impresión de que comenzaban donde en Occidente habíamos acabado. Pero la experiencia definitiva fue la estancia de nueve meses que pasé en la India hace ahora doce años. Nueve meses: el tiempo de una nueva gestación y la ocasión de un nuevo nacimiento. La India supuso encontrarme con una civilización milenaria cuyas alturas espirituales llegan a los Himalayas. Yo conocía los Pirineos y los Alpes, pero no había sospechado que pudiera haber nieves tan puras y valles tan profundos. Pobreza y riqueza significan allí cosas muy diferentes que en Occidente, sin negar que tienen que resolver problemas sociales muy serios.
 
- El diálogo interreligioso, ¿permite priorizar a Dios en lugar del dogma, la tradición, la cultura?
 
- Lo que permite el diálogo interreligioso es dos cosas: descubrir que la propia tradición religiosa es sólo un acceso posible al Misterio y a la vez permite abrirse a la riqueza espiritual de la humanidad, que hoy percibimos como un patrimonio común y necesario para dar respuesta a los grandes retos que tenemos como personas y como especie.
 
- ¿Qué hizo despertar en ti el interés por otras religiones y filosofías como el hinduismo, budismo, zen, …?
 
- La búsqueda de la interioridad y el modo de acceder al corazón de la Realidad. El Dios personal bíblico es de una gran belleza pero con frecuencia es demasiado antropomórfico. Por otro lado, la teología cristiana del S. XX estaba marcada por la muerte de Dios preconizada por Nietzsche y por Auswichzt. Sin negar el escán-dalo del mal, yo percibía su presencia, su discreta presencia en todo y nuestra teología y filosofía sobre la ausencia de Dios no me satisfacía. Era demasiado mental. Buscaba un silenciamento capaz de revelar su presencia en todo. Y esto es lo que aportan sobre todo los caminos de oriente: la sabiduría del silenciamien-to para que entonces la Presencia hable.
 
- ¿En qué se han equivocado las religiones para causar cierto rechazo cuando la búsqueda de sentido de vida es inherente al ser humano?
 
- Las religiones se han equivocado en su pretensión de totalidad, que les ha hecho secuestrar el Misterio. Cada una ha pensado que agotaba los caminos  hacia el Absoluto absolutizando su propio camino, en lugar de aceptar y de  alegrarse de que puedan haber otros múltiples accesos para llegar a esa misma Plenitud.
 
- La Espiritualidad y el crecimiento personal están tomando gran relevancia en nuestra sociedad ¿Qué crees que está motivando esta vuelta a lo trascendente?
 
- Creo que hay dos razones: por un lado vemos que el ritmo frenético que nos
hemos impuesto para lograr más bienestar material nos produce un vacío
espiritual porque no cuidamos esa profundidad que nos constituye como seres
humanos. Por otro lado, *estamos descubriendo que no es necesaria la rigidez
de una determinada religión para ir en busca de la trascendencia. Vamos entendiendo que la verdadera experiencia espiritual no encierra sino que abre.

- Espiritualidad, creencia y religión son diferentes. ¿Qué tienen en común?
 
- Podríamos decir que las religiones son las copas; la espiritualidad, el vino; las creencias, las denominaciones de origen de cada vino, y la mística es beber de ese vino hasta embriagarse. Cuando se confunde la copa con el vino y el vino con la experiencia de beberlo es cuando surgen los conflictos. ¿Son necesarias las copas para beber el vino? Unos considerarán que sí, y serán practicantes de una determinada tradición. Otros preferirán beber el vino directamente de la bota, con el riesgo de que se les escape entre las manos o no sepan ponerle límite. Lo característico de nuestro tiempo es que cada cual es libre y responsable de sus propias decisiones, sin amenazas que nos infantilicen.
 
- Los ejercicios espirituales que propones en la Cova de Sant Ignasi  http://www.covamanresa.cat/ combinan oración, respiración, meditación. ¿Qué
se consigue?
 
- Hace quinientos años, Ignacio de Loyola se retiró durante un año en una cueva a la entrada de Manresa a hacer de ermitaño. Antes había pasado por Montserrat donde aprendió algunos métodos de oración. Durante meses en la cueva fue traspasando capas de su ser atravesando infiernos y culpabilidades hasta llegar a un lugar de pura luz. Todo ello lo fue anotando en un cuaderno que luego se convertirían en los Ejercicios Espirituales, una de las pocas prácticas iniciáticas que existen en Occidente. Actualmente existe una casa de espiritualidad cons- truida sobre esta cueva donde tratamos de actualizar la propuesta de San Ignacio con elementos de Oriente, como el Yoga, Chi Kung, dieta vegetariana, etc.

- Es bueno y necesario retirarse de vez en cuando para hacer una revisión de vida. Puede ser revelador,  pero lo ideal es poder estar en paz y armonía en el día a día: en el atasco yendo a trabajar, en la cola del súper, etc. ¿Cómo se consigue?
 
- Poniendo conciencia a cada acto que hacemos. Al tomar conciencia, se abre  un espacio entre nosotros y la situación y este espacio se llena de autopresencia y de Presencia. Además de esto, me parece indispensable que al comenzar y al acabar el día uno disponga de un tiempo –su duración depende de cada cual en el que disponerse a ofrecer a lo que ese día viviré y al acabar el día, recogerse para agradecerlo y ofrendarse de nuevo.
 
- Escucharnos y escuchar ¿Por qué nos cuesta tanto?

- Porque vivimos extrovertidos. Pensamos que todo vendrá de fuera y corremos
y corremos tras ello sin darnos tiempo de recibir lo que estamos buscando y
que ya está ahí pero no lo percibimos.
 
- El valor del silencio…
 
- El silencio no es la ausencia de ruido sino de ego. El ruido del ego es el  murmu-llo continuo de lo que hay que conseguir o que defender. El silencio,  en cambio, es el acallamiento de ese murmullo, un estado de apertura y de  agradecimiento ante una Presencia que está permanentemente en todo y a la que se llega por medio de la autopresencia.
 
- ¿Qué nos recomendarías para acallar el ruido mental que tantas veces nos acompaña?
 
- Lo más básico y sencillo es tomar conciencia de la respiración y entrar en ella. La respiración contiene el ritmo fundamental de la vida: acoger y entregar, recibir y ofrecer. Además de los espacios más largos que deberíamos cuidar al comenzar y acabar el día a los que me he referido anteriormente, durante la jornada también es muy bueno detenerse por unos momentos y escuchar este ritmo de la respiración para percibir que la vida se nos está dando continuamente como don, mucho antes de que pretendamos conseguir algo. Lo más importante se es ofrecido continuamente y no nos enteramos. Conectar con la respiración es el modo más sencillo, más cercano, más inmediato de sumergirse en el don continuo en el que somos, nos movemos y existimos.
 
- ¿Qué es para ti el AMOR?
 
- Plenitud compartida. Cuanto más se comparte, más plenitud genera.

- El valor de la gratitud…
 
- Es el retorno a la inocencia y una de las actitudes más nobles del ser humano. En cambio, la exigencia y la sospecha engendran monstruos.
 
- La madurez en la oración…
 
- Está en no pedir nada sino abrirse a la Presencia que está siempre en todo. Orar es abrirse y recibirse desde la profundidad que late en todo.
 
- ¿Dónde reside la paz?
 
- En aceptarlo todo y aceptarse del todo. Entonces, dejamos que se manifieste esa Presencia que está en la transparencia del ahora recibido sin condiciones ni expectativas.
 
- Las Enfermeras cuidamos de las personas en su globalidad y complejidad. La dimensión espiritual, que no tiene porque ser religiosa,  toma especial relevancia en situaciones de enfermedad o final de vida. ¿Qué opinas de este aspecto del cuidado?
 
- Las enfermeras estáis presentes en un momento límite de las personas, como
es la enfermedad, el dolor o la cercanía de la muerte, el último viaje. Es un momento propicio para que caigan los mecanismos de defensa y se entreabra esa dimensión que puede estar olvidada, relegada, o negada. Escuchar el  momento de cada paciente para dejar que se abra en él esos poros de su piel  es una tarea sagrada. Cuanto más se trabaja y escucha uno interiormente, más
capacidad hay para escuchar lo que late en la otra persona y encontrar las palabras, gestos y silencios adecuados para conectarle con esa dimensión que
le pertenece.

- ¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?

- Tengo proyectos en los tres ámbitos en los que me muevo: la docencia, el
acompañamiento espiritual y la escritura. En la docencia, ir profundizando en la mística comparada entre las tradiciones espirituales. En las propuestas de acompañamiento espiritual, ir creciendo en el camino de la no-dualidad. En el campo de la escritura, tengo varios libros comenzados. Trabajo como un pintor o un escultor en su taller, que tiene varias piezas  comenzadas a la vez, en función de encargos o de impulsos personales. Pero,  en verdad, el proyecto más importante de todos es llegar a no tener proyectos y dejarme configurar desde el fondo de mi ser por la Presencia que en todo momento nos engendra.

- ¿Qué te apasiona?

- Todo aquello que contenga verdad, belleza y bondad, venga de donde venga y
vaya hacia donde vaya, porque proviene de la misma Fuente.

- ¿Qué nos recomiendas para cuidar nuestra salud espiritual?
 
- Saber lo que nos nutre y darnos tiempo para ello. *Las cosas esenciales son de orden diario: el comer, el dormir, la higiene. También ha de ser diario el tiempo de nutrirse interiormente si queremos tener salud espiritual.
 
- ¿Quieres compartir algo más con nosotros?
 
- Todo. Nada nos pertenece. Así que lo desearía compartir todo.
 
- ¿Nos regalas una oración?
 
- ¡Oh Profundidad infinita que asomas por doquier!,
   danos la obertura de la mente y del corazón
   para que podamos reconocerte en todo.
   Que cada instante sea el camino por el que volvamos a ti
   del mismo modo que tú vienes a nosotros en cada situación.
   Que todo momento sea la oportunidad y la celebración
  de este encuentro que se hace transparente a tu Presencia.