A Lole, con mi
recuerdo cariñoso:
LA NIÑA DEL
CUBITO
Guardando arenas voy
de todas las playas
en las que,
por alguna causa,
alguna vez,
aunque sólo sea
un rato,
yo estoy.
guardadas mil
ciento seis tarritos,
dónde fui poniendo,
con cariño
y con esmero,
rotulando ese sitio
en que
alguna vez
estuve,
las más
o menos
diferentes arenas...
de los más o menos
diferentes océanos
y mares
de donde las cogí...
Arenas... ¡tantas!
he llevado en mi cubito, cada vez...
Puedo decirte
que
las hay más finas,
más gruesas,
más claras,
más obscuras,
doradas, plateadas,
rojizas
o acarameladas...
Son arenas, todas
pero no son
todas la misma arena,
ni siquiera tienen
la misma antigüedad,
pues las hay
con mucha historia y también
con muy pocas horas de,
por las aguas, danzar.
viene con su historia,
desconocida casi siempre,
pero no por ello menos real:
unas salieron
de las más inmensas rocas
que, rotas en pedazos
más y más pequeños,
se deshicieron en el mar;
otras vivieron
con las olas
desde el otro extremo del planeta,
quizá fueron hijas
de un meteorito que calló al agua
hace miles de años...
De igual modo, están
ellas...
compuestas
de tan diferentes minerales
como tan diferentes fueron
sus procedencias...
Unas tienen hierro, otras grafito,
o con pirita o malaquita,
las hay con cobre o plata,
con mica y con topacio,
con mica y con turquesa,
también con oro o diamante...
Una importante cosa
aprendí yo de ellas:
Siendo tan múltiples y diferentes,
saben, siempre,
hacerse montoncillo,
conjunto o grupo, comunidad.
Sin contar con las otras
no son nada,
se pierden, se extravían,
dejan de ser lo que son.
Así como ellas, como las arenas,
he sabido que la vida
es saber estar juntos;
pues sólo junto a los demás,
llegaremos... a cada playa del mundo,
o acaso,
a lo profundo del mar.
Por eso, cuando las guardo,
cuando las cojo
de las playas a las que voy
yo estoy haciendo
un tesoro
para incluir
a mi baúl de recuerdos;
pero también,
lo sé,
voy consiguiendo entender
que la vida es entregarse
y convertirse en plural.
Precioso, yo vengo de otros mares y hago mio tu poema:
ResponderEliminar"Ciertamente, cada arena
viene con su historia,
desconocida casi siempre,
pero no por ello menos real"
Un abrazo
Gracias José María por este hermoso mensaje que llega al entendimiento y al corazón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si, siento que los recuerdos son un tesoro; como mil gotas de invierno perfumadas de primavera
ResponderEliminarFelicitaciones
Un placer leerte, y recorrer esos mares. Un beso.
ResponderEliminarSea o no real lo que cuentas, relata una iniciativa encantadora, esa de guardar tarritos con arena, es precioso. Las pinturas de Sorolla ayudan a embellecer esta entrada.
ResponderEliminarAbrazos
Hermoso mensaje en tu poema , bello recorrer esos mares. Un beso
ResponderEliminarQué sorpresa y cuánta luz en tus publicaciones, me recuerdan bastante a la obra de Edward Hopper.
ResponderEliminarGracias por seguirme, estamos en contacto.
Diana Delgadillo.