Una
ola viene.
Otra
ola cae.
Una
ola sube.
Otra
ola
se
deshace.
Y
otra olas más viene.
Y
otra.
Y
otra.
Y
otra ola cae.
Y
otra. Y otra más.
Y
otras suben.
Y
otras
como
que revientan.
Así
es el mar.
Una
ola
busca
a otra ola.
Y
nunca hay
una
ola sola...
porque
ser ola
significa
ser parte
de
un mar de olas.
Encuentro
de olas.
Búsqueda
de olas.
Abrazos
que aúnan,
uniones
eternas.
Volar
entre azules,
saltar
como el agua
que
avanza a ser
infinito
racimo de olas...
que
siendo tan múltiple
es
uno tan sólo.
Así
yo quisiera vivir junto a ti,
mi
alma gemela.
Que
siendo distintos,
fuésemos
siempre encuentro:
unión
tan completa
que
nadie pudiera
decir
que no somos
sino
un mismo mar.
(En
“Ácido desoxirribonucleico”)
EXCELSO DIOS DEL MAR
(ORACIÓN FRENTE AL
MAR)
La playa
está tranquila. Es muy
temprano.
Hace fresco. La brisa
cala
la ropa… y su caricia
es como de manos muy
frías.
He tenido que bajar
muchos escalones. El
pinar
está allá; bastante
alto.
El panorama es
hermoso.
Merece la pena, Señor.
Se te nota vibrar en
la placidez
del mar,
en el brillo del sol,
que, despacio,
se eleva por encima
de lo más alto
de las rocas,
de los cactos, de los
eucaliptos,
de los pinos…
El mar parece que
habla.
¿Qué me quiere decir?
Me parece que,
realmente,
repite: «Dios existe,
existe, existe…
Dios es amor, es amor,
Amor… Amor, Amor…
Dios es bondadoso,
bondadoso, dadoso…
El es misericordioso,
misericordioso…
Es justo, es justo, es
justo…
Dios tiene todo el
poder.
El merece la gloria.
El es el rey de la
creación.
Es nuestro dueño.
Nosotros, mares del
mundo,
Gozamos
Porque El nos ha
creado;
porque nos ha hecho
según su voluntad
y nos ha dejado su
grandeza.
Somos felices. Dios es
maravilloso.
Todo es excelso en El.
Nosotros estamos
alegres
de que nos hiciera. Y
gozamos
dándole gracias y
repitiendo su nombre
y publicando
su gloria y grandeza».
Sí, Dios mío. Tu mar
es grandioso.
¡Cuán Glorioso Tú que
lo hiciste…!
Sin temor
hoy te prometo
que te buscaré más y
más,
un poco más cada día,
hasta encontrarte
dentro de mí.
(Del libro de poemas “HORAS”)
Cruzando
un mar, sin luz.
Soplando
el viento,
ferozmente,
sobre
mi vieja barca,
sobre
mi cuerpo,
sobre
mi rostro...
A
oscuras, navegando
por
este océano profundo
que
es la vida
voy.
A
lo lejos - muy tenuemente -,
se
divisa el aleteo
de
una luz.
No
veo casi nada.
El
viento cierra mis ojos.
La
barca es duramente
zarandeada
por las olas
y
el vendaval.
La
tempestad parece
imposible
de aplacar.
La
luna, apenas ilumina
en
medio de la oscura
y
lúgubre noche.
Es
difícil navegar.
Pero
me resisto al huracán,
a
la tormenta
y
a la oscuridad.
Prosigo.
Continúo
hacia adelante.
No
veo, apenas, dónde está
el
puerto de destino,
pero
sigo avanzando;
guiándome
por mí mismo,
conduciéndome
por
mi innato impulso.
Yo
continúo.
Cada
vez, a cada golpe de ola,
me
siento más perdido.
Pero
sigo avanzando.
Llegará
un momento
en
que, acaso, ya no sepa
si
avanzo o retrocedo
en
mi violento navegar.
¿Qué
será de mí
si
no llega la luz?
¿Qué
será de mi barca
si
no cesan ya el viento
y
la tempestad?
Es
difícil cruzar el océano.
Sin
luz, con un rudo viento
que
ataca de frente,
haciéndome
cara,
empujándome
hacia atrás;
impidiéndome
avanzar
con
más rapidez
o
menos esfuerzo.
Más
fácil sería regresar.
Volver
al atrás.
Hasta
el puerto que
fue
mi latitud de origen.
Mi
travesía no es fácil.
Pero
yo he de llegar.
Y
aunque sea sin luz,
y
en contra del huracán.
Yo
habré de llegar al final.
Yo
voy a navegar entre olas
y
espuma,
entre
vientos y nubes;
y
aunque sea a costa
de
muchos esfuerzos...,
un
día llegaré
hasta
el puerto añorado
que
es mi destino.
(De “Océano íntimo”)
VEN, VAMOS
Ven.
Desnúdate
y
ven:
el
mar
nos
espera...,
el
sol
nos
espera...,
el
agua
y
la espuma,
la
arena
y
la brisa.
Ven
conmigo,
desnuda,
a
la
playa.
Nos
esperan
todo
lo
natural:
sol,
aire,
agua,
arena...
¡Son
todos
los
elementos!
Todo
y
tú
y
yo.
¡Somos
la
creación
entera!
Ven...
¡Vamos!
Faltamos
en
esta obra
grande
del
Dios-creador.
Desnúdate
ya...
¡Y
vente
conmigo
al
mar!
(En
“El Hemisferio Olvidado”)
LA AVENTURA DE IR A LA PLAYA
Ir a playa
es siempre una aventura
y siempre es positiva;
aunque sea largo el camino
o nos entre arena en los
zapatos.
Porque es abrirse al sol
y al contacto real
con el aire, el agua
y la brisa del mar.
Y también es, desde luego,
aceptar ser
lo que se es:
aprehender a amar
el propio cuerpo
y hasta reconocer
que hay belleza
en cuanto no está acorde
con los cánones ya clásicos
de la estética o el arte.
Mirando al mar, enseguida
vemos que, sorprendentemente,
no hay dos olas iguales;
ni tampoco, siquiera,
el rítmico movimiento de las
olas
llega, nunca, a ser rutina,
ni el mecánico sonido
de unos golpes provocados.
Es, quizás, como el latido,
ritmo vital de un corazón;
nunca la respuesta
tecnocrática
a una programada fórmula
matemática
que alguien pensó
e impuso sin más.
Mirando al nuestro propio
y a los otros cuerpos,
es hermoso descubrir
que lo más hermoso está
en lo plural
de todo lo que es tan
natural.
¡Tanto coleto diferente!
en todo, y todos hermosos:
senos exuberantes y carnosos,
pechos pequeños, tetas
diminutas;
unos vientres planos y otros
obesos;
sexos peludos o pubis
depilados
que hacen imaginar
locas pasiones no frenadas,
entregas totales para carnal
placer
y también tiernos deseos
amorosos
y afectos delicadamente
íntimos,
regalados sin más prisa
que ser grata complacencia...
Hermosos miembros viriles
que le elevan la autoestima
a quienes los portan
y penes pequeños que hacen
dudar
de su eficacia.
Variedad plural, así mismo,
en las espaldas y las nalgas:
hombros robustos
que inspiran segura fortaleza
y también redondos y suaves
que trasladan mi mente
a un baño de sensual masaje
o a un sutil abrazo
acompañando el ritmo armónico
de una dulce melodía...
E
igualmente bellos aparecen
esos culos hermosos
que evocan las costas del
Caribe
o aquellos otros que se notan
trabajados, labrados hasta
domados
de educación física y
deporte.
La playa...
¡qué conjunto tan completo
de placeres
en relación con todos
los que son nuestros sentidos
despiertos a colores, olores,
sabores, caricias, rumores y
sonidos.
Es tremenda la ofrenda
que nos hace, cada vez
que elegimos vivir una
jornada
o, acaso, dedicar un rato...
para, descalzando nuestros
pies
y quitándonos el ropaje
de andar por las urbanas
calles
que nos llevan a los tantos
quehaceres cotidianos,
meternos en ese espacio único
de arena y sol,
de agua y brisa...
que es ¡la playa!
Preciosos. ¿De quién son?, ¿todos tuyos?
ResponderEliminarGracias . Y sí, tanto los poemas como los dibujos son míos.
EliminarTe felicito por esta selección de poemas que has compartido José María. Me han gustado mucho Mar de olas y Ven, vamos! Un gusto pasar a saludarte. Buena semana para ti!
ResponderEliminarGracias, chilena. Mis saludos en la distancia.
EliminarQue bom ler coisas que lembram o mar, que lembram o Verão! Quanta ironia; estou sentindo muito frio - estamos no Inverno! As poesias podem aquecer! Boa semana Jose Maria!
ResponderEliminarMagnífico ramillete de poemas dedicados a ese mar que muchos llevamos tan adentro. Gracias por ofrecernos tus bellas palabras.
ResponderEliminarAbrazos
Donde esté el Sol, la Playa que se quite todo lo demás. Y cuando se ha criado una a la vera de las Playas del caribe... pues eso. Me gustan todos y cada uno de tus versos. Son muy refrescantes
ResponderEliminarFeliz verano
Gracias, muchas gracias, Vitornani, Julia, Katy. Seguimos compartiendo vivencias.
ResponderEliminarTal ves todos venimos del mar y volver a el (o "la") puede traernos miles de maravillosas respuestas. Me has hecho añorar su húmeda grandeza, sentirla y sentirme como en casa.
ResponderEliminarSaludos desde mi habitación solitaria con vista a la ciudad ´:)
Seguro que venimos de la Vida. Y el mar está lleno de mucha vida...
Eliminar!Hola,Jose maria!
ResponderEliminarDisculpa mi falta de cortesia por no haber venido antes a devolverte la visita que me hiciste,ultimamente ando demasiado dispersa.
Muchisimas gracias por tu amabilidad ,Muchos besitos y buen domingo.
Además de darte las gracias por seguir mi blog y darte la bienvenida, he disfrutado mucho leyendo estos poemas. Un saludo.
ResponderEliminarOooh que buena selección!
ResponderEliminarUn besote, bueno mejor muchos para pagar ausencias!
¡Gracias!
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