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jueves, 2 de abril de 2015

¿AHORRAR?


¿A quienes beneficia…
lo que a tantos perjudica?


Según los datos que se desprenden de los estudios realizados sobre el ahorro real de energía, la modificación de la hora oficial en primavera y otoño, reduce la factura energética un máximo del 0,5%; lo que sería un ahorro, como media, de seis euros en cada hogar español. Eso en los hogares, porque para la gran mayoría de las empresas industriales representa un ahorro cero, pues lo que se ahorra por la mañana se gasta por la tarde, o viceversa.

Entonces ¿para qué hemos cambiado, otro año más la hora..?, ¿para ahorrar energía? Lo dicen los gobiernos de muchos países, dando unos datos muy escasos y poco precisos; seguramente porque no existen.

 
En el caso de España, se manejan estimaciones de ahorro en el consumo que apuntan a una reducción mínima en el consumo: entre el 0% y el 0,5%.

Considerando esto, el cambio de hora, algo que fue consolidado en la década de los setenta, con la crisis del petróleo, hoy cada día genera más polémica.

Pues nadie puede discutir que provoca molestias, aunque leves, y no está claro cuánto supone de ahorro en la factura energética; ya que la respuesta se mueve entre "nada" y un "mínimo pellizco".

 
Y, si lo que se ahorra es mínimo y el asunto económicamente es irrelevante; mientras, en cambio, muchas son las molestias que cuestiona.

En realidad, esto de jugar con el reloj para “ahorrar energía” es ya una estrategia antigua. En España se adelantó el reloj una hora, según la ocurrencia del General Queipo de Llano,  para tener la misma que los países del centro de Europa.

Desde entonces, con el argumento energético, cada año, aún sabiendo y hasta reconociendo que el ahorro es "relativamente modesto" se sigue llevando a cabo el absurdo cambio horario, aunque decimos que hace décadas que dejamos de tener gobiernos dictatoriales.

 
Es de reconocer, que en nuestro país, con la prolongación de la luz estival hay un gran beneficiario: es el sector de ocio y turismo, al que el recorte invernal no perjudica tanto al ser temporada baja. Porque hay otros sectores, entre ellos el comercio (con venta de productos no imprescindibles), que quedan bastante perjudicados. Y en lo que se refiere a la producción también es castigada (al hacer que la gente duerma menos y peor, ya que las altas temperaturas hacen que se retrase la hora de ir a la cama, mientras los despertadores avisan que hay que levantarse muy pronto), pues la clave estaría no en ahorrar algo sino en producir más. Con lo cual el efecto no es beneficioso sobre la economía en general, sino más bien perjudicial.

Otro problema adjunto es el posible efecto del cambio horario sobre la salud (o, mejor dicho, sobre el bienestar temporal) que está en los llamados ciclos circadianos: en la naturaleza, la luz actúa como gran regulador de los procesos cíclicos, desde la vigilia y el sueño a los alimenticios, hormonales o incluso los defecativos. Por eso, cuando se cambia la hora se produce un pequeño desajuste, que notan más quienes tienen un horario más estricto; siendo frecuente trastornos del sueño para muchas personas y sobre todo es problema a la hora de comer o dormir para los más pequeños y las personas mayores.



¿Por qué, pues, esta práctica tan poco “práctica”, establecida en más de ochenta países?

¿No habría que pensar que se buscan otros beneficios que no son confesables o que, acaso, sólo se trata de marear un poco la perdiz… para que “un pueblo dormido es un pueblo bien gobernado”… que ya dijo, en su día, el viejo general?

 

3 comentarios:

  1. Para mi esos ahorros son una patochada, y pienso que lo correcto es ir con nuestro meridiano. Para ahorrar domesticamente, las TV tendrían que acabar antes la programación.

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  2. Una magnifica entrada y cuanta razón hay en ella

    Esto como siempre beneficia a los poderosos y perjudica como siempre a nosotr@s..

    Con cariño Victoria

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  3. Totalmente de acuerdo Jose María. Un pueblo dormido es un pueblo gobernado. Y pienso que esa es la única razón del cambio de hora, el trastorno que supone al menos durante una semana al que se unen los cambios estacionales. Si hay tantas personas en desacuerdo ¿Porqué no lo suprimen? Habrá que ir viendo...
    Un abrazo.

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