¿SEMANA SANTA?
No sé hasta qué punto está bien llamada “Semana Santa” a
estos días de manifestaciones profano-religioso-folklóricas en las que mucha
gente ve un motivo para pasárselo bien y, en algunos casos, hasta para ganar
dinero.
Manifestaciones de “religiosidad” en las que, por cierto, se
pidió desde las jerarquías eclesiásticas, hace décadas ya, un cierto respeto;
como para otras tantas “piedades populares”.
Tras los años, todos podemos observar cómo el respeto se
transformó en fomento y ya hay tanto de estas prácticas que no es suficiente la
semana de 7 días para ser procesionada…
Pero todo ello sin fondo: las escenas de la pasión y muerte
de Jesucristo van acompañadas, además de tambores y trompetas, de cirios y costosos
adornos de plata y de oro, pero el "mensaje catequético" queda tan oculto que... es casi imposible verlo.
Más que una profesión de fe, es una profesión-procesión de
ateísmo, pues todo este derroche de gastos sin medida en lujos superfluos, no
es sino una afrenta al Mensaje manifiesto en los Evangelios: “Bienaventurados
los pobres, pues de ellos es el Reino de los Cielos”.
Quizás (si hubiésemos quienes nos parásemos a observar estas imágenes como lo
son: expresiones de dolor, de sufrimiento y hasta de desesperación) podrían
servirnos de “despertador” para levantarnos frente a los poderes establecidos
que siguen haciendo sufrir, injustamente, a más de media humanidad y
desencadenar lo que pudiera ser todo un movimiento de solidaridad para las
tantas víctimas que siguen, hoy como ayer, siendo crucificadas a lo largo y
ancho de este nuestro mundo que (un poco
entre todos) hemos llevado a estar tan herido y desgarrado.
Pero si lo que buscarnos es olvidar nuestras
irresponsabilidades, frente a este monstruo que hemos construido y aprovechamos
para mirar hacia otro lado…
Si queremos aprovechar esta época del año, en la que la gente
tiene ganas de pasárselo bien ¿no sería mejor establecer una “semana del
turismo” o “del descanso y la diversión”?
Porque esta “semana” no es (no debiera ser, por lo menos para
que, quienes se consideran seguidores de Cristo) para que pasemos de ver la realidad a
mirar sólo “los pasos” que ofrecen espléndidas imágenes llenas de arte y
colorido, para ser disfrutadas por todos, creyentes y ateos, de igual modo. Verdaderos
lujosos tronos, llevados por hombres que (en muchos casos, sin querer
generalizar) se las dan de machitos y se sienten orgullosos de “cargar” con esa
Virgen (aunque ni creen en la virginidad de María ni han leído nunca su
“Magníficat”) o con un Cristo (que tal vez tampoco reconocen como Jesús, su
redentor, el Hijo de Dios hecho hombre) que, al final, lo que les motiva es
acabar con su “estación” para meterse de pechos a espalda su “merecido” whisky;
con lo cual difícilmente caerán en la tentación de aprehender a amar al prójimo
“como Dios manda” hacer cada día, de por vida, estando o no en semana santa…
Y en este conglomerado de manifestaciones al estilo
“cristiandad” (tan propias del “nacional catolicismo” que, supuestamente, acabó
con la muerte del dictador) que siguen estando vigentes en nuestras calles,
¿qué diferencia vemos entre seguidores de Jesús de Nazaret y agnósticos e
incrédulos?
Yo no lo noto, ni en el modo de vestir ni el de aprovechar la
calle para pasárselo lo mejor posible…
Tampoco en la mella que pueda llegar a hacer en nuestras
vidas la reflexión profunda, durante estos días, para (después de estos días)
ser más consecuentes con lo que decimos creer. Ciertamente es más difícil y hay
que tener más coraje para seguir el Mensaje de Jesús que estas hermosas figuras
de madera y barro que, pasean, delante nuestra…, sin ni siquiera pensar, acaso,
que se trata de la representación de el hombre que amó hasta el extremo a todo
el género humano y, por ello, no le importó dar, en entrega cabal, su vida en
una cruz.
Lo fácil es llevar una medalla en el pecho o la solapa,
escuchar una música que nos traslada a aquellos años de infancia y juventud, o
emocionarnos por las tantas expresiones de belleza artística que se luce en la
calle…, mientras estamos pensando ¿en qué?
Aún recuerdo las conversaciones que, hace unos años, tuve con
aquel funcionario que disfrutaba sólo con pensar que se acercaba la Semana
Santa (¡ya huele!) pues, en estos días tendré la oportunidad de “achuchar”
(hasta ponerle “un rabo”) a algunas mujeres del prójimo, incluidas y sobre todo
a las extranjeras (que vienen a experimentarlo todo) en esos empujones
inevitables en ciertos “momentos claves” de los trayectos de las distintas
hermandades de Semana Santa (que para eso ya está más que pensado y mil veces
fotocopiado el “itinerario erótico de la Semana Santa”).
¿Semana Santa?,
¿por qué llamar santa a una gran juerga, que cuenta con influyentes mecenas con
títulos nobiliarios y está muy bien montada por gentes con pocos escrúpulos que
negocian buscando unos rendimientos económicos (con la cera y con las sillas y
con todo lo pueda producir dinero fácil) a base de remover sensuales
sensaciones para la ¡tanta gente! que deja “aparcada” la razón, por al menos
siete días, o de turistas que nos miran (a lo largo de toda la semana)
absortos, sin comprender, acaso, qué es lo que pasa, cada año, en esta
dignamente llamada “tierra de María Santísima”.
Para mí sólo es
una demostración más de lo que todo el mundo puede ver estos días, en muchas
ciudades y pueblos de nuestra geografía: la gente quiere pasárselo bien y le da
igual el motivo (que lo mismo son los carnavales que la “semana santa”), pues
si Jesús murió por nuestros pecados, pregunto irónicamente: ¿por qué no pecar
un poco más… aunque sea en estos días en que conmemoramos su entrega total, su
cruenta pasión e injusta muerte?
Bien. A esto le llamo yo hablar claro, sin pelos en la lengua. Feliz santa Semana Santa y feliz Pascua Florida.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Que el Señor nos perdone.
ResponderEliminarMuy de acuerdo contigo. un saludo y gracias por pasar por mi blog
ResponderEliminarBuenos días José María, nunca me han gustado esas procesiones de la Semana Santa, estos días deberían ser de recogimiento y no de fiesta .Tener el suficiente silencio interior para ir a su encuentro y poner la vida interior en orden. Yo vivo con un Dios vivo todos los días de mi vida, pensar que murió por mí, no me hace amarle más.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Sor Cecilia por tus palabras testimoniales.
EliminarHola José Mª está claro que hemos "adulterado" como en otras ocasiones un mensaje y a su Mensajero. Hemos disfrazado con riquezas y falsos símbolos, la esencia de la fe. Nos quedamos en las apariencias y la escenificación teatral y nos apartamos del verdadero sentido que para un cristiano debería representar estas fechas. Sé que la gente abandona el templo (los oficios en decadencia) y la multitud se concentra en la calle, pero no me atrevo a juzgar los sentimientos que en el interior de cada ser, despierta una obra de arte de esta envergadura. Sólo espero y deseo que haga reflexionar y despertar el verdadero hombre nuevo y Resucitado que todos llevamos dentro. ¡Esa es mi esperanza!.
ResponderEliminarUn abrazo amigo
RESPETANDO EL CREDO QUE TENGAS, DESDE EL MÍO TE DESEO FELICES PASCUAS!! Y MUY BUENA SEMANA!!
ResponderEliminarFeliz tiempo pascual, también. Pero.. ¿y no puede ser y vivir la Pascua todo el año?
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