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jueves, 2 de diciembre de 2010

UNOS POEMAS CON MENSAJE

ES  ABSURDO

Es absurdo gastar

la vida
en contar cómo pasa...
Dejar discurrir
la vida
renunciando
a ser quienes somos.
Vagando
por los días,
meses,
años
que tenemos...
sin hacer de ellos
una permanente aventura:
la aventura
de ser felices.

No entiendo a esa gente
que se pasa las horas
amargándose
la existencia
mientras amarga la realidad
de aquellas otras personas
que le rodean...


Ocasionando problemas
a sus familias,
a compañeras o compañeros
de trabajo...

Hipotecando la propia vida
y la salud de los demás.
Andando como energúmenos,
irresponsablemente...,
arruinando todo
cuanto encuentran a su paso.

Quizá podamos preguntarnos:
¿de qué se trata...?
¿Es egoísmo,
es locura?

Es la locura del egoísmo.

La vida es un regalo.
Pero nunca se nos da
para reservárnosla
y esconderla: 
es un magnífico regalo
que nos puede llenar
de gozo constante;
pero como es
un “bien compartible”
sólo nos es grato
si la hacemos,
siempre,
permanentemente,
una realidad compartida...

Compartir, no depender;
o, en todo caso, inter-depender,
pues, de alguna manera,
toda relación humana
tiene algo de mutualidad. 
Afrontando realidades,
no llorando ante las dificultades.
Porque avanzar
siempre es un reto
y tiene sus riesgos.
Pero eso mismo
le da belleza y sentido.

              
    
T e s ó n

Cruzando un mar, sin luz.
Soplando el viento,
ferozmente,
sobre mi vieja barca,
sobre mi cuerpo,
sobre mi rostro...

A oscuras, navegando
por este océano profundo
que es la vida
voy.
A lo lejos - muy tenuemente -,
se divisa el aleteo
de una luz.
No veo casi nada.
El viento cierra mis ojos.
La barca es duramente
zarandeada por las olas
y el vendaval.
La tempestad parece
imposible de aplacar.
La luna, apenas ilumina
en medio de la oscura
y lúgubre noche.

Es difícil navegar.
Pero me resisto al huracán,
a la tormenta
y a la oscuridad.
Prosigo.
Continúo hacia adelante.

No veo, apenas, dónde está
el puerto de destino,
pero sigo avanzando;
guiándome por mí mismo,
conduciéndome
por mi innato impulso.
Yo continúo.
Cada vez, a cada golpe de ola,
me siento más perdido.
Pero sigo avanzando.
Llegará un momento
en que, acaso, ya no sepa
si avanzo o retrocedo
en mi violento navegar.

¿Qué será de mí
si no llega la luz?
¿Qué será de mi barca
si no cesan ya el viento
y la tempestad?

Es difícil cruzar el océano.
Sin luz, con un rudo viento
que ataca de frente,
haciéndome cara,
empujándome hacia atrás;
impidiéndome avanzar
con más rapidez
o menos esfuerzo.
Más fácil sería regresar.
Volver al atrás.
Hasta el puerto que
fue mi latitud de origen.


Mi travesía no es fácil.
Pero yo he de llegar.
Y aunque sea sin luz,
y en contra del huracán.
Yo habré de llegar al final.

Yo voy a navegar entre olas
y espuma,
entre vientos y nubes;
y aunque sea a costa
de muchos esfuerzos...,
un día llegaré
hasta el puerto añorado
que es mi destino.

                       (en Océano  íntimo)



DECISIONES


Ganar o perder,
perder o ganar.
Lograr o renunciar,
dejar pasar o luchar
por conseguir lo que buscamos.
Acertar con cada opción,
o errar
una y otra vez,
en las sendas que tomamos
en la vida.

Atesorar conocimientos y riquezas
o derrochar, dilapidar, perder oportunidades,
dones y posesiones.
Pelear cada día, cada jornada...,
sabiendo que es lo que queremos
o permitir, pasivamente, doblegadamente,
que, quien quiera,
decida sobre el nuestro presente
o el por venir.

Actuar asertiva positivamente
ante cada acontecimiento
o escondernos, temerosos,
ante el reto
cotidiano
de la historia viva
que nos pide decisiones y respuestas.

Estar vivos
es la constante aceptación
del permanente reto
de decidir quienes somos,
y buscar verdaderamente
como serlo.
Y orientarlo todo
hacia ese horizonte que,
acaso ya vemos,
o tal vez
aún sólo vislumbramos.

                 José-María Fedriani

ojalá

En la calle   
los coches corren.  
En la tele 
las chicas lucen  
sus ricas prendas.

Y en China 
las niñas mueren 
abandonadas 
tiradas al suelo
como papeles
rotos  
en medio de las calles 
¡la vida deshecha 
como una flor
cortada 
que nadie pone, 
siquiera, 
en un vaso de agua 
para que no se mustie 
en unas horas...

En la esquina 
un desolado inmigrante,   
bajo el peso del sol 
ofrece pañuelos 
y prensa diferente...

Los recursos del planeta
abundan, hasta hay
excedentes ¡de todo!
Pero la gente  
se muere 
¡a chorros! (¡muere
medio mundo!)
¡de hambre!

¿En nombre 
de que dios?
¡me cago en el demonio!
Y en las leyes   
malditas... que permiten
y promueven
y aplauden  
la muerte de inocentes.

¿Un barril de petróleo 
es, acaso, 
más valioso que la vida
de cualquier ser humano?

Yo me niego a aceptar
que una vida,
aún la del más olvidado
de los seres humanos,
aún la vida de algún indeseable
que se seca entre rejas...
valga menos
que un trocito de papel,
¡aunque sea un billete de quinientos!
  
La abuela del kiosco,  
vende y mastica  
chicles USA.
Y el buzón  
del vecino del quinto 
está que desborda  
publicidad...

Una indigente 
pide y suplica 
algunos céntimos  
en la puerta de una iglesia... 
mientras su hija, a un lado,
mal-vestida,
a cambio de nada,
ofrece una sonrisa
que enternece a quien la mira.

Las drogas, las armas,
la “trata” de inocentes víctimas 
para el porno-cine 
y los prostíbulos,...
y la venta engañosa 
por telefonía 
de trozos de Edén 
que incluyen una ración
de la rica tarta 
que hace Eva... de
las más dulces manzanas 
del paraíso...

La justicia y la paz
han de estar
por encima
de los “negocios” de los violentos.
Por encima de los ladrones
con chaqueta y corbata,
pero sin escrúpulos.
Por encima de las medallas
de los criminales vencedores...
digo, héroes de las guerras.  
La vida digna 
de todos los seres humanos  
ha de estar por encima.
La alimentación básica
para todos y cada uno
de estos seres humanos
tiene que estar
por encima. Por encima de todo.

La vida   
no es la misma...
¿o sí es la misma?
¿Para los ricos
que para los pobres?, 
¿para los varones que
para  las chicas?,  
¿para los turistas de Holanda,
de Suiza, de Alemania...
que para unos refugiados de algún país  
en guerra?, 
¿que los “sin papeles” que vienen
de cualquier país del Sur?.
Yo no lo entiendo. Me niego
a comprender lo incomprensible.
Así nomás. 

Yo hoy  suplico  
con este amargo dolor
sin lágrimas  
que tantos seres humanos
sin voz
ni nombre
tienen como único sabor en sus bocas
sedientas de justicia...
Yo suplico (repito)
por un Orden Nuevo
para el Mundo.
Un Mundo más humano
¡para toda criatura,
sin distinción
de raza, de credo,
de sexo o estatura!

Pero ¿por qué no?
¡¿Es que tanto nos duele ser personas?!

Las guerras... ¡siempre
son derrotas!.
Crueles son...  en Angola,
en Armenia, en Chechenia,
en Colombia, en Etiopía,
en Ruanda, en Zimbabwe...
Incluso en Irak.

¿Por qué a una guerra
se le llama preventiva?
¿Puede ser una guerra preventiva?
¡El aborto es preventivo  
de la vida!  
¡Es agresión   
a la vida! 
¿Quién castiga a esos
crímenes anónimos, escondidos
detrás de unas banderas?
¿quién justifica la sinrazón
de esta locura?

Empresarios-políticos que venden
sus almas y sus programas
al diablo,
por unos votos...
¡Oh, el poder!...!!!
¿Qué es el poder?
Poder... ¡hace cosas!.
Llegar a acuerdos y hacer
realidades
de los proyectos que son posibles...
¡Eso sí es política!
Poder impedir... que otros
hagan las cosas... Es
más que “oposición”...
¡eso es derrotismo,
eso es tiranía,
eso es, quizá,
“sucio negocio” sin escrúpulos.

La carrera de armamentos
¡el gran negocio!.
Esa si
que es una plaga... intolerable.
Es, acaso, la única;
desde luego, la más profunda
razón...  para las guerras.

Y parece que no hay remedio:
el anhelo más profundo,
el clamor más universal
queda acallado
por el egoísmo productivo
de unos pocos.  


Me da hasta miedo
decirlo.
Me da hasta pena pensarlo...
Este Mundo, nuestro mundo
que avanza ya...
por el Tercer Milenio
de la Historia de esta Era cristiana...,
en vez de estar
llena de convivencia ética
y armónica   
hasta los confines de la tierra...
está sembrada
de esclavos.
¿Es que no ha encontrado aún
la alegría de compartir
la vida entera,
en justicia,
en libertad,
en paz?

Mientras tanto, yo
repito:
“Bienaventurados
los que construyen la paz”.
Malditos
quienes la ahogan.

Ojalá
que detrás de esta noche,
que mañana
en la mañana... salga el sol
por el Este... e ilumine
con luz nueva 
a todos los Hijos de la Tierra.
Que este mundo que tenemos
es Patrimonio
y Herencia
de todos los humanos.
También de los cientos de críos
que, este rato, están muriendo...
sin el “pan nuestro”
que no tuvieron 
este día.

Ojalá que mañana
amanezca de verdad.
Y haya Paz  
y Justicia 
y Alegría...  
¡en todas partes!. 

Ojalá.




COLORES


Dame la mano. Vámonos ya.
El mar es azul, la espuma blanca.
El cielo es azul, las nubes blancas.
Toma mi mano. Ven conmigo.
La arena es dorada, las piedrecillas negras.
Los caracoles plateados, las conchas multicolor.
Azul, rojo, verde y amarillo. Marrón,
blanco, naranja y gris de cielo.
Nuestro amor sabe a mar, a fuego, a hierba
Y a poleo. Sabe a tierra, a aire,
a fruta y a canción de ave que canta.
Yo no sé si tú sientes lo que yo,
pero esto, mi amor, es tan hermoso...
Mis sueños se vuelven color naranja.
Pienso en tí todo el día, hasta la noche.
y cuando llega el sueño, aún sigo contigo.
                                         (en “OCÉANO ÍNTIMO”)


DIME...

Dime.
Quiero saber.
Necesito saber...
¡muchas cosas de ti!

Porque mi vida

está girando en torno a ti.
Porque ya no se
que pensar
ni que cosa decidir
sin saber qué es
lo que tu sientes,
quieres,
deseas, piensas,
necesitas,
temes, dudas,
esperas...

Dime.
Dímelo, por favor.
Lo necesito.
Necesito
que
me
digas
¡todo de ti!
Dime...


TÚ, MI ALMA GEMELA


Tú,
mi alma gemela
¿me estás esperando?.
A veces, me parece oírte,
percibir tu llamada
que, a través de la distancia,
a través de todo cuanto aún nos separa,
me estás diciendo
“¡tenemos que encontrarnos, ya!”.
Yo necesito y deseo
el contacto de tu alma
del mismo modo que tú
lo estás anhelando.

Porque tú y yo
somos fragmentos
del mismo ser (nuestra
realidad plural
compartida).

Déjame
tomarte de la mano.
Por favor, deja
que coja tu mano
y que vaya
junto
a ti...

Te necesito
para hacer el camino
de la mi vida.
Me doy cuenta de que no puedo
seguir haciendo
esta mi vida
en soledad...,
sin ti.


José-María Fedriani (en “ADN”)


  

EN  LIBERTAD


Ser libre
es una totalidad.
No se puede ser libre
sin saber
quien se es;
sin aceptar
la propia realidad
presente
y también antecedente.

Para andar por la vida
en libertad,
hay que saberse
un ser humano
amado de sí mismo,
y muy enamorado
del propio quehacer.

No se puede ser libre
sin ser capaz de dar amor,
ilimitadamente,
sin decidirse frontalmente
a aceptar
a todos los otros seres vivos.

Capaz
de tener un corazón universal;
para compartir
la propia realidad e identidad
con cada ser humano...,
con aquellos
dignos de ello,
que encontremos en la vida.

Aceptarse, plenamente:
queriendo ser quien se es,
en toda circunstancia
y situación real.

Y aceptar la vida entera
que está presente y plena,
queriendo compartirse,
en toda y cada gota
de Amor fructificado.





COMPLICIDAD


Me gustaría ser
tu cómplice.
No siempre puede
hacerse el camino de la vida
sin nadie
que te acompañe.
Seguro que, alguna vez,
habrás notado
la soledad,
habrás sentido la necesidad
de tener alguien
a tu lado...
que te de la mano,
que te diga
una palabra cariñosa,
que te ayude
a llevar una carga
demasiado pesada,
quizá;
que te anime a seguir. 

Sí... puedes
contar
conmigo,
siempre conmigo.
Sábete
que siempre
estaré...,
para lo que necesites. 
Impertérrido. 

Pero es que,
además...
tengo
algo que decirte.
Algo que, para mí,
es importante:
yo también
cuento contigo...:

Quiero
que seas
mi cómplice.


                  José-María Fedriani




CANTO AL BARRO


Sois tierra.
Sois agua.
Sois fuego.
Y aire.
O, barro,
¿qué más
queréis ser,
si
lo sois todo?

Decidme
barro:
os llaman lodo,
os dicen
polvo;
hasta por
principio
de las cosas
os nombran.

¿Qué más queréis,
barro,
ser, si lo
sois todo?

Yo oigo
hablar de vos,
como
de cosa sublime:
la cual
tomó Dios
e hizo
al hombre...

Oigo
decir que
fuisteis nada

y que Dios
os crió
para, tomándoos,
poder
hacer todas
las otras cosas.

Yo no sé
por qué, barro,
no os sentís
satisfecho...

¡Quién
pudiera ser
barro
algunas veces!

 (del libro de poemas “HORAS”)




LA  OLA


Yo sé
que esa ola
viene contra mí.
Viene
a romper
sobre mi cuerpo.
Viene
a tirarme
y arrastrarme...
Lo sé
y no puedo hacer nada
para evitarlo.

La veo venir.
No me cogerá desprevenido.
Pero... nada
puedo hacer.
Resistir.
Tan sólo eso...
Resistiré.
Quizás si aguanto    
que la ola no me acabe,
que me empuje,
que me tire,
pero
que no
acabe
conmigo... 
El momento que me viene
es difícil...
Tal vez,
pero también es
la mejor
aventura
de mi vida,
la que tengo
aquí,
ahora,
ya,
que arrostrar...:
la ola viene...
Tengo
que aceptar
la realidad,
mi realidad:
no puedo escapar.
Y es...
ya.
¿Huir?
¿luchar?
¿arriesgarme?
¿Y qué es la vida
si no,
sino arriesgarse y luchar?
¿Y qué es la vida
sino un vivir la aventura
del momento presente...
sin saber si habrá
un después,
un luego, un...
tal vez, puede ser...?

La ola,
feroz,
llega ya...
La noto
presente...
Y...
¡A por ella voy!
A contra corriente,
la buscaré
de frente.
Si es preciso
me meteré
dentro de ella 
y, con ella,
iré
hasta las rocas...
o quizás 
volveré a la mar.
Volveré...
Lo sé,
volveré.
Resistiré.
Nadaré. No me hundiré.
¿Por qué he
de renunciar a vivir
si la vida
es lo que más deseo
en el mundo?.
La ola
ya me llegó.
Aquí estoy.
Vivo.
La ola está.
Yo estoy.
Somos ola...
y  ¡resisto! 

               José-María Fedriani



CONTIGO... LA AMISTAD


Voy a hacer una fiesta en mi corazón:
la fiesta de la Amistad.
Porque verte me da alegría, porque
saber que existes me entusiasma, porque
escuchar tu voz y las cosas que me dices...
me ilusiona y llena de gozo todo mi ser.

Porque saber que estás... me hace sentir
que la Vida tiene sentido, que
todo tiene una razón de ser...

Yo contigo... me he encontrado.
Tú, conmigo... te has encontrado.
Nos hemos encontrado... en la vida.

Tu amistad me es necesaria para poder
avanzar en la esta aventura de vivir.
Yo te ofrezco mi mundo... personal.  

Invítame, por favor,
a la experiencia de tu amistad.

Ven. Vamos a construirla: aquí, ahora. ...
Vamos a hacer vividera la vida...
¡hasta la Eternidad!.

Vivir es convivir. No hay nada
como tener experiencias comunes
con alguien que te quiera y te comprenda.
Ven conmigo... ¡Vamos
a compartir el destino de la Vida!. 

No quiero más ser yo,
solamente yo, en el mi caminar, a solas...
Yo necesito ser más: alguien más:
ser plural, ser... “coexistencia”.


Yo, contigo, siempre disponible... para andar
cada uno y todos los caminos.
Contigo, por que sé que, contigo, sabré siempre
a dónde ir y porqué hacerlo...

Yendo por el camino de la vida, paso a paso,
hemos ido fundiendo nuestras almas...
y cómo que ya no somos tan diferentes.
Somos dos, no somos la misma persona,
pero somos iguales..., como “almas gemelas”.

Ahora ya sé que eres lo más importante
de la vida: lo mejor que me ha podido ocurrir.
Conocerte ha sido
saber que estabas... para quererte.

Mi corazón está dispuesto, está
abierto... “de par en par”.
No me importa hacer de mi vivir una entrega,
sabiendo que estás tú para acogerme.

Estamos siendo “regalo” permanente:
yo para ti, tú para mí...
Desinteresadamente... Aunque tú eres
lo que más me interesa de la Vida.  Y, quizá
yo lo sea para ti... 

Cada vez más, quiero “ser contigo”. Ser dos...
“siempre incondicionales”.  
Ni ser tú, ni ser yo: ser “tú y yo”, en reciprocidad.
Y estar cada día, y cada hora,
y cada minuto, y cada segundo...
“a tu entera disposición”. Creciendo
en la comunión de sentimientos y afectos.

Te necesito para decirte mis confidencias.
Quisiera escuchar tu voz y tu palabra,
sentir tu aliento y también oler
el perfume de tu piel.

Porque te conozco, porque
me conoces, tenemos ¡confianza!

Cada día que pasa te necesito más: eres
como el alimento que nutre mis células...

Vamos... ¡a compartir la vida!.
Sin distinguir entre lo que está a la vista
de todo el mundo y lo que es la intimidad.
Yo quiero tener “cosas en común” contigo.
Te necesito para llorar, para reír,
para esperar y para soñar... Para seguir creciendo,
para olvidar pasados tristes, para proyectar
futuros nuevos; para entusiasmarme
cada día, al ver salir el sol, para contar contigo
mientras observo un hermoso atardecer...

Cada paso que damos, lo damos
en capacidad para crecer... en el gozo
de nuestra Amistad.

Por eso conviene que celebremos,
cada día, una fiesta:
¡la fiesta de la Amistad!.

En esa mutua seguridad... de poder
contar siempre contigo: de vivir sabiendo
que cuento contigo, y de que tú
cuentas conmigo...  Eso es Amistad.

                (Vivencias felices – Desde el Alféizar)






 

NOS NECESITAMOS


El mundo
tiene que cambiar.
No podemos seguir
odiándonos,
matándonos,
sufriéndonos.
Tenemos necesidad:
todas y todos necesitamos
ser felices.
Para alegrarnos,
para hacernos felices,
hemos nacido.
No podemos continuar así;
de este modo
el vivir es sufrir,
el pensar es temer,
el sentir es dolor,
el amar es sólo soñar.
Nos falta la esperanza.
Y la confianza.
Y la fe.
Y la amistad en los otros.
Necesitamos
cambiar este mundo.
Necesitamos
aprender a amar.
Es que todos necesitamos
unos de otros.
Hemos sido creados
para amar y ser felices.
Para amar
y no para odiar.
Para acariciar
y no para empujar.
Para abrazarnos
y no para pelear.
Para dialogar
y no para callar.
Para sonreír
y no para llorar.
Para agradar
y no para disgustarnos.
Para confiar
y no para temer.
Para nacer
y no para morir.
Para avanzar
y no para retroceder.
Necesito yo te ti.
Necesitas tú de mí.
Necesita él de nosotros.
Necesita ella de nosotros.
Necesitamos de ellas y de ellos.
Todos nos necesitamos. 
Hoy necesitamos aunarnos,
darnos
un abrazo
cósmico:
abrazo cósmico
que nos haga comprender
que, todos, nos necesitamos
eternamente;
para, eternamente,
ser felices.
¿Cuándo llegará ese día
en que todos
(todos los seres humanos)
sepamos abrazarnos?

  
        José-María Fedriani (La Fórmula)

CONFESIONES


                  YO  SUEÑO...

SER FELIZ haciendo felices a los demás; mientras construimos un Mundo Mejor.


BUSCO: Trato de saber estar en el mundo para ser feliz en la Vida. Cada día, trato de ayudar a cada persona que quiera avanzar en mejorar y hacer, desde la Armonía y la Amistad, un Mundo Mejor, dónde todo ser humano pueda ser feliz.


CREO que nuestra vida está en el Aquí y el Ahora. La realidad está en nosotros. Somos cuerpo y espíritu. No podemos renunciar a nada de cuanto somos. Nada nos falta, nada nos sobra. El amor empieza por aceptar lo que se me ha dado. La salud es una manera de sentir y de vivir.

CAPACITACIÓN: Experto en Técnicas de Comunicación y Habilidades Sociales para el Trabajo en Grupos, Autoestima y Crecimiento Personal; Aloe-terapia y Salud Natural, etc.

DISPOSICIÓN EN EL COMPARTIR: Disfruto dando acompañamiento a otras personas en su proceso de Desarrollo personal (autoestima y asertividad, crecimiento de su personalidad, ayudarles a descubrir y vivir el sentido de su existencia.... Creo que puedo orientar (ofreciendo amistad), sirviendo así a las personas que buscan, que quieren crecer...: a quienes lo merecen.

 

                                         Siempre, José-María Fedriani







DOCUMENTOS QUE ME GUSTA COMPARTIR

La dimensión política de la fe desde la opción por los pobres.
 

Mons. Oscar Arnulfo ROMERO




Experiencia y reflexión que, de acuerdo con la amable sugerencia de la Universidad, tengo el honor de situar en el ciclo de conferencias que aquí se desarrolla sobre el sugestivo tema de la dimensión política de la fe cristiana. Desde luego, no pretendo decir, ni Vds, pueden esperar de mi, la palabra de un técnico en materia de política, ni tampoco la especulación con que un experto en teología relacionaría teóricamente la fe y la política.
Sencillamente voy a hablarles más bien como pastor, que, juntamente con su pueblo, ha ido aprendiendo la hermosa y dura verdad de que la fe cristiana no nos separa del mundo, sino que nos sumerge en él, de que la Iglesia no es un reducto separado de la ciudad, sino seguidora de aquel Jesús que vivió, trabajó, luchó y murió en medio de la ciudad, en la "polis".

En este sentido quisiera hablar sobre la dimensión política de la fe cristiana; en el sentido preciso de las repercusiones de la fe para el mundo y también de las repercusiones que la inserción en el mundo tiene para la fe.

Una Iglesia al servicio del mundo

Debemos estar claros desde el principio de que la fe cristiana y la actuación de la Iglesia siempre han tenido repercusiones socio-políticas. Por acción o por omisión, por la connivencia con uno u otro grupo social los cristianos siempre han influido en la configuración socio-política del mundo en que viven. El problema es cómo debe ser el influjo en el mundo socio-político para que ese influjo sea verdaderamente según la fe.

Como primera idea, aunque todavía muy general, quiero avanzar la intuición del Concilio Vaticano II que está a la base de todo el movimiento eclesial en la actualidad. La esencia de la Iglesia está en su misión de servicio al mundo, en su misión de salvarlo en totalidad, y de salvarlo en la historia, aquí y ahora. La Iglesia está para solidarizarse con las esperanzas y gozos, con las angustias y tristezas de los hombres. La Iglesia es, como Jesús. para "evangelizar a los pobres y levantar a los oprimidos, para buscar y salvar lo que estaba perdido" (LG 8).

El mundo de los pobres

Todos Vds. conocen estas palabras del Concilio. Varios de sus obispos y teólogos ayudaron mucho en los años sesenta para presentar de esta forma la esencia y misión de la Iglesia. Mi aporte consistirá en poner carne concreta a esas hermosas declaraciones desde la propia situación de un pequeño país latinoamericano, típico de lo que hoy se llama el Tercer Mundo. Y para decirlo de una vez y en una palabra que resume y concretiza todo, el mundo al que debe servir la Iglesia es para nosotros el mundo de los pobres.

Nuestro mundo salvadoreño no es una abstracción, no es un caso más de lo que se entiende por "mundo" en países desarrollados como el de Vds. Es un mundo que en su inmensa mayoría esta formado por hombres y mujeres pobres y oprimidos. Y de ese mundo de los pobres decimos que es la clave para comprender la fe cristiana, la actuación de la Iglesia y la dimensión política de esa fe y de esa actuación eclesial. Los pobres son los que nos dicen qué es el mundo y cuál es el servicio eclesial al mundo. Los pobres son los que nos dicen qué es la "polis", la ciudad y qué significa para la Iglesia vivir realmente en el mundo.

Permítanme que desde los pobres de mi pueblo, a quienes represento, explique entonces brevemente la situación y actuación de nuestra Iglesia en el mundo en que vivimos, y reflexionar después desde la teología, sobre la importancia que ese mundo real, cultural y sociopolítico, tiene para la propia fe de la Iglesia.
 
1. Actuación de la Iglesia de la arquidiócesis de San Salvador

En los últimos años nuestra Arquidiócesis ha ido tomando una dirección en su actuación pastoral que sólo se puede describir y comprender como una vuelta al mundo de los pobres y a su mundo real y concreto.

a) Encarnación en el mundo de los pobres

Como en otros lugares de América Latina después de muchos años y quizás siglos han resonado entre nosotros las palabras del Exodo: "He oído el clamor de mi pueblo, he visto la opresión con que le oprimen" (Ex 3,9). Estas palabras de la Escritura nos han dado nuevos ojos para ver lo que siempre ha estado entre nosotros, pero tantas veces oculto, aun para la mirada de la misma Iglesia. Hemos aprendido a ver cuál es el hecho primordial de nuestro mundo y lo hemos juzgado como pastores en Medellín y Puebla. "Esa miseria, como hecho colectivo, es una injusticia que clama al cielo " (Medellín, Justicia, n. 1). Y en Puebla declaramos "como el más devastador y humillante flagelo, la situación de inhumana pobreza en que viven millones de latinoamericanos expresada por ejemplo en salarios de hambre, el desempleo y subempleo, desnutrición, mortalidad infantil, falta de vivienda adecuada, problemas de salud, inestabilidad laboral" (n. 29).

El constatar estas realidades y dejarnos impactar por ellas, lejos de apartarnos de nuestra fe, nos ha remitido al mundo de los pobres como a nuestro verdadero lugar, nos ha movido como primer paso fundamental a encarnarnos en el mundo de los pobres. En él hemos encontrado los rostros concretos de los pobres de que nos habla Puebla. (cfr. 31 -39). Ahí hemos encontrado a los campesinos sin tierra y sin trabajo estable, sin agua ni luz en sus pobres viviendas, sin asistencia médica cuando las madres dan a luz y sin escuelas cuando los niños empiezan a crecer. Ahí nos hemos encontrado con los obreros sin derechos laborales, despedidos de las fábricas cuando los reclaman y a merced de los fríos cálculos de la economía. Ahí nos hemos encontrado con madres y esposas de desaparecidos y presos políticos Ahí nos hemos encontrado con los habitantes de tugurios, cuya miseria supera toda imaginación y viviendo el insulto permanente de las mansiones cercanas.

En ese mundo sin rostro humano, sacramento actual del Siervo Sufriente de Yahvé, ha procurado encarnarse la Iglesia de mi Arquidiócesis. No digo esto con espíritu triunfalista, pues bien conozco lo mucho que todavía nos falta que avanzar en esa encarnación. Pero lo digo con inmenso gozo, pues hemos hecho el esfuerzo de no pasar de largo, de no dar un rodeo ante el herido en el camino sino de acercarnos a él como el buen samaritano.

Este acercamiento al mundo de los pobres es lo que entendemos a la vez como encarnación y como conversión. Los necesarios cambios al interior de la Iglesia, en la pastoral, en la educación, en la vida religiosa y sacerdotal, en los movimientos laicales, que no habíamos logrado al mirar sólo el interior de la Iglesia, lo estamos consiguiendo ahora al volvernos al mundo de los pobres.

b) El anuncio de la Buena Nueva a los pobres

Este encuentro con los pobres nos ha hecho nos ha hecho recobrar la verdad central del evangelio con que la palabra de Dios nos urge a conversión.

La Iglesia tiene una buena nueva que anunciar a los pobres. Aquellos que secularmente han escuchado malas noticias y han vivido peores realidades, están escuchando ahora a través de la Iglesia la palabra de Jesús: "El reino de Dios se acerca", "dichosos ustedes los pobres porque de ustedes es el reino de Dios". Y desde allí tiene también una Buena Nueva que anunciar a los ricos, que se conviertan al pobre para compartir con él los Bienes del Reino. Para quien conozca nuestro continente latinoamericano será muy claro que no hay ingenuidad en estas palabras ni menos aún opio adormecedor. Lo que hay en estas palabras es la coincidencia del anhelo de liberación de nuestro continente y la oferta del amor de Dios a los pobres. Es la esperanza que ofrece la Iglesia y que coincide con la esperanza a veces adormecida y tantas veces manipulada y frustrada, de los pobres del continente.

Es una verdad en nuestro pueblo que los pobres vean hoy en la Iglesia una fuente de esperanza y un apoyo a su noble lucha de liberación. La esperanza que fomenta la Iglesia no es ingenua ni pasiva. Es más bien un llamado desde la palabra de Dios a la propia responsabilidad de las mayorías pobres, a su concientización, a su organización en un país en que, unas veces con más intensidad que otras, está legal o prácticamente prohibida. Y es un respaldo, a veces también crítico, a sus justas causas y reivindicaciones.

La esperanza que predicamos a los pobres es para devolverles su dignidad y para animarles a que ellos mismos sean autores do su propio destino. En una palabra, la Iglesia no sólo se ha vuelto hacia el pobre sino que hace de él el destinatario privilegiado de su misión porque como dice Puebla "Dios toma su defensa y los ama (n. 1142).
 
c) Compromiso en la defensa de los pobres

La Iglesia no sólo se ha encarnado en el mundo de los pobres y les da una esperanza, sino que se ha comprometido firmemente en su defensa. Las mayorías pobres de nuestra país son oprimidas y reprimidas cotidianamente por las estructuras económicas y políticas de nuestro país. Entre nosotros siguen siendo verdad las terribles palabras de los profetas de Israel. Existen entre nosotros los que venden el justo por dinero y al pobre por un par de sandalias; los que amontonan violencia y despojo en sus palacios; los que aplastan a los pobres; los que hacen que se acerque un reino de violencia, acostados en camas de marfil; los que juntan casa con casa y anexionan campo a campo hasta ocupar todo el sitio y quedarse solos en el país.
Estos textos de los profetas Amós e Isaías no son voces lejanas de hace muchos siglos, no son sólo textos que leemos reverentemente en la liturgia. Son realidades cotidianas, cuya crueldad e intensidad vivimos a diario. La vivimos cuando llegan a nosotros madres y esposas de capturados y desaparecidos, cuando aparecen cadáveres desfigurados en cementerios clandestinos, cuando son asesinados aquellos que luchan por la justicia y por la paz. En nuestra Arquidiócesis vivimos a diario lo que denunció vigorosamente Puebla: "Angustias por la represión sistemática o selectiva, acompañada de delación, violación de la privacidad, apremios desproporcionados, torturas, exilios. Angustias de tantas familias por la desaparición de sus seres queridos de quienes no pueden tener noticia alguna. Inseguridad total por detenciones sin órdenes judiciales. Angustias ante un ejercicio de la justicia sometida o atada"(n. 42).

En esta situación conflictiva y antagónica, en que unos pocos controlan el poder económico y político la Iglesia se ha puesto del lado de los pobres y ha asumido su defensa. No puede ser de otra manera, pues recuerda a aquel Jesús que se compadecía de las muchedumbres. Por defender al pobre ha entrado en grave conflicto con los poderosos de las oligarquías económicas y los poderes políticos y militares del estado.
 
d) Perseguida por servir a los pobres

Esta defensa de los pobres en un mundo seriamente conflictivo ha ocasionado algo nuevo en la historia reciente de nuestra Iglesia: la persecución. Vds. conocerán los datos más importantes. En menos de tres años más de cincuenta sacerdotes han sido atacados, amenazados y calumniados. Seis de ellos son mártires, muriendo asesinados; varios han sido torturados y otros expulsados. También las religiosas han sido objeto de persecución. La emisora del Arzobispado, instituciones educativas católicas y de inspiración cristiana ha sido constantemente atacadas, amenazadas intimidadas con bombas. Varios conventos parroquiales han sido cateados.

Si esto se ha hecho con los representantes más visibles de la Iglesia comprenderán ustedes lo que ha ocurrido al pueblo sencillo cristiano, a los campesinos, sus catequistas delegados de la palabra, a las comunidades eclesiales de base. Ahí los amenazados, capturados, torturados y asesinados se cuentan por centenares y miles. Como siempre también en la persecución ha sido el pueblo pobre cristiano el más perseguido.

Es, pues, un hecho claro que nuestra Iglesia ha sido perseguida en los tres últimos años. Pero lo más importante es observar por qué ha sido perseguida. No se ha perseguido cualquier sacerdote ni atacado a cualquier institución. Se ha perseguido y atacado aquella parte de la Iglesia que se ha puesto de lado del pueblo pobre y ha salido en su defensa. Y de nuevo encontramos aquí la clave para comprender la persecución a la Iglesia: los pobres. De nuevo son los pobres lo que nos hacen comprender lo que realmente ha ocurrido. Y por ello la Iglesia ha entendido la persecución desde los pobres. La persecución ha sido ocasionada por la defensa de los pobres y no es otra cosa que cargar con el destino de los pobres.

La verdadera persecución se ha dirigido al pueblo pobre, que es hoy el cuerpo de Cristo en la historia. Ellos son el pueblo crucificado, como Jesús, el pueblo perseguido como el Siervo de Yahvé. Ellos son los que completan en su cuerpo lo que falta a la pasión de Cristo. Y por esa razón, cuando la Iglesia se ha organizado y unificado recogiendo las esperanzas y las angustias de los pobres, ha corrido la misma suerte de Jesús y de los pobres: la persecución.
 
e) Esta es la dimensión política de la fe

Esta es en breves rasgos la situación y actuación de la Iglesia en El Salvador. La dimensión política de la fe no es otra cosa que la respuesta de la Iglesia a las exigencias del mundo real socio-político en que vive la Iglesia. Lo que hemos redescubierto es que esa exigencia es primaria para la fe y que la Iglesia no puede desentenderse de ella. No se trate de que la Iglesia se considere a sí misma como institución política que entra en competencia con otras instancias políticas, ni que posea unos mecanismos políticos propios; ni mucho menos se trata de que nuestra Iglesia desee un liderazgo político. Se trata de algo más profundo y evangélico; se trata de la verdadera opción por los pobres, de encarnarse en su mundo, de anunciarles una buena noticia, de darles una esperanza, de animarles a una praxis liberadora, de defender su causa y de participar en su destino. Esta opción de la Iglesia por los pobres es la que explica la dimensión política de su fe en sus raíces y rasgos más fundamentales. Porque ha optado por los pobres reales y no ficticios, porque ha optado por los realmente oprimidos y reprimidos, la Iglesia vive en el mundo de lo político y se realiza como Iglesia también a través de lo político. No puede ser de otra manera si es que, como Jesús, se dirige a los pobres...

2. Historización de la fe desde el mundo de los pobres

La actuación descrita de la Arquidiócesis ha partido claramente de la convicción de fe. La trascendencia del evangelio nos ha guiado en nuestro juicio y actuación. Desde la fe hemos juzgado de las situaciones sociales y políticas. Pero por otra parte es también verdad que precisamente en ese proceso de tomar postura ante la realidad socio-política tal cual es, la misma fe se ha ido profundizando, el mismo evangelio ha ido mostrando su riqueza. Sólo quisiera hacer ahora unas breves reflexiones sobre algunos puntos fundamentales de la fe que se han visto enriquecidos por esta encarnación real en el mundo socio-político.
 
a) Conciencia más clara del pecado

En primer lugar ahora sabemos mejor lo que es el pecado. Sabemos que la ofensa a Dios es la muerte del hombre. Sabemos que el pecado es verdaderamente mortal; pero no sólo por la muerte interna de quien lo comete, sino por la muerte real y objetiva que produce. Recordamos de esa forma el dato profundo de nuestra fe cristiana. Pecado es aquello que dio muerte al Hijo de Dios, y pecado sigue siendo aquello que da muerte a los hijos de Dios.

Esa fundamental verdad de la fe cristiana la vemos a diario en las situaciones de nuestro país. No se puede ofender a Dios sin ofender al hermano. Y la peor ofensa a Dios, el peor de los secularismos es, como ha dicho uno de nuestros teólogos: " el convertir a los hijos de Dios, a los templos del Espíritu Santo, al Cuerpo histórico de Cristo en víctimas de la opresión y de la injusticia, en esclavos de apetencias económicas, en piltrafas de la represión política; el peor de los secularismos es la negación de la gracia por el pecado, es la objetivización de este mundo como presencia operante de los poderes del mal, como presencia visible de la negación de Dios". (P. Ellacuría, Eca n. 353, p. 123).

No es por ello pura rutina que repitamos una vez mis la existencia de estructuras de pecado en nuestro país. Son pecado porque producen los frutos del pecado: la muerte de los salvadoreños, la muerte rápida de la represión o la muerte lenta, pero no menos real, de la opresión estructural. Por ello hemos denunciado la idolatrización que se hace en nuestro país de la riqueza, de la propiedad privada absolutizada en el sistema capitalista, del poder político en los regímenes de seguridad nacional en cuyo nombre se institucionaliza la inseguridad de los individuos (IV Carta Pastoral, nn. 43 - 48).

Por trágico que parezca, la Iglesia ha aprendido en su inserción en el mundo real socio-político a conocer y profundizar en la esencia del pecado. En ese mundo se desvela la más profunda esencia del pecado como la muerte de los salvadoreños.

b) Mayor claridad sobre la encarnación y la redención

En segundo lugar sabemos ahora mejor qué significa la encarnación, qué significa que y Jesús tomó carne realmente humana y que se hizo solidario de sus hermanos en el sufrimiento, en los llantos y quejidos, en la entrega. Sabemos que no se trata directamente de una encarnación universal, que es imposible, sino de una encarnación preferencial y parcial; una encarnación en el mundo de los pobres. Desde ellos podrá la Iglesia ser para todos, podrá también prestar un servicio a los poderosos a través de una pastoral de conversión; pero no a la inversa, como tantas veces ha ocurrido.

El mundo de los pobres con característcas sociales y políticas bien concretas, nos enseña dónde debe encarnarse la Iglesia para evitar la falsa universalización que termina siempre en connivencia con los poderosos. El mundo de los pobres nos enseña cómo ha de ser el amor cristiano, que busca ciertamente la paz, pero desenmascara el falso pacifismo, la resignación y la inactividad; que debe ser ciertamente gratuito pero debe buscar la eficacia histórica. El mundo de los pobres nos enseña que la sublimidad del amor cristiano debe pasar por la imperante necesidad de la justicia para las mayorías y no debe rehuir la lucha honrada. El mundo de los pobres nos enseña que la liberación llegará no sólo cuando los pobres sean puros destinatarios de los beneficios de gobiernos o de la misma Iglesia, sino actores y protagonistas ellos mismos de su lucha y de su liberación desenmascarando así la raíz última de falsos paternalismos aun eclesiales.

Y también el mundo real de los pobres nos enseña de qué se trata en la esperanza cristiana. La Iglesia predica el nuevo cielo y la nueva tierra; sabe además que ninguna configuración socio-política se puede intercambiar con la plenitud final que Dios concede. Pero ha aprendido también que la esperanza trascendente debe mantenerse con los signos de esperanza histórica, aunque sean signos aparentemente tan sencillos como los que proclama el tercer Isaías cuando dice que "construirán su casa y que la habitarán, plantarán viñas y comerán de sus frutos" (Is 65, 21). Que en esto haya una auténtica esperanza cristiana, que no se esté rebajando la esperanza a lo temporal y humano, como se dice a veces despreciativamente, se aprende en el contacto cotidiano de quienes no tienen casa ni viña, de quienes construyeron para que otros habiten y trabajan para que otros coman los frutos.

c) Fe más profunda en Dios y en su Cristo

En tercer lugar la encarnación en lo socio político es el lugar de profundizar en la fe en Dios y su Cristo. Creemos en Jesús que vino a traer vida en plenitud y creemos en un Dios viviente que da vida a los hombres y quiere que los hombres vivan en verdad. Estas radicales verdades de la fe se hacen realmente verdades y verdades radicales cuando la Iglesia se inserta en medio de la vida y de la muerte de su pueblo. Ahí se le presenta a la Iglesia, como a todo hombre, la opción más fundamental para su fe: estar en favor de la vida o de la muerte. Con gran claridad vemos que en esto no hay posible neutralidad. O servimos a la vida de los salvadoreños o somos cómplices de su muerte. Y aquí se da la mediación histórica de lo más fundamental de la fe: o creemos en un Dios de vida o servimos a los falsos de la muerte.

En nombre de Jesús queremos y trabajamos naturalmente para una vida en plenitud que no se agota en la satisfacción de las necesidades materiales primarias ni se reduce al ámbito de lo socio-político . Sabemos muy bien que la plenitud de vida se realiza históricamente en el honrado servicio a ese reino y en la entrega total al Padre. Pero vemos con igual claridad que en nombre de Jesús sería una pura ilusión, una ironía y, en el fondo, la más profunda blasfemia, olvidar e ignorar los niveles primarios de la vida, la vida que comienza con el pan, el techo, el trabajo.

Creemos con el apóstol Juan que Jesús es "la palabra de la Vida". (1 Jn 1,1) y que donde hay Vida ahí se manifiesta Dios. Donde el pobre comienza a vivir, donde el pobre comienza a liberarse, donde los hombres son capaces de sentarse alrededor de una mesa común para compartir, allí está el Dios de vida. Por ello cuando la Iglesia se inserta en el mundo socio-político para cooperar a que de él surja vida para los pobres no está alejándose de su misión ni haciendo algo subsidiario, sino que está dando testimonio de su fe en Dios, está siendo instrumento del Espíritu, Señor y dador de vida.

Esta fe en el Dios es lo que explica lo más profundo del misterio cristiano. Para dar vida a los pobres hay que dar de la propia vida y aún la propia vida. La mayor muestra de la fe en un Dios de vida es el testimonio de quien está dispuesto a dar su vida. "Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por el hermano" (Jn 15,13). Y esto es lo que vemos a diario en nuestro país.

Muchos salvadoreños y muchos cristianos están dispuestas a dar su vida para que haya vida para los pobres. Ahí están siguiendo a Jesús y mostrando su fe en él. Insertos como Jesús en el mundo real, amenazados y acusados como él, dando la vida como él están testimoniando la Palabra de la Vida.

Nuestra historia es, pues, antigua. Es la historia de Jesús que intentamos proseguir modestamente. Como Iglesia no somos expertos en política ni queremos manejar la política desde sus mecanismos propios. Pero la inserción en el mundo socio-político, en el mundo en que se juega la vida y la muerte de las mayorías, es necesaria y urgente para que podamos mantener de verdad y no sólo de palabra la fe en un Dios de vida y el seguimiento de Jesús.

Conclusión: Opción por los pobres: orientación de nuestra fe en medio de la política

Para terminar quisiera resumir lo central de lo expuesto hasta ahora. En la vida eclesial de nuestra Arquidiócesis la dimensión política de la fe, o si se quiere, la relación ente fe y política, no se ha ido descubriendo a partir de reflexiones puramente teóricas y previas a la misma vida eclesial. Naturalmente que tales reflexiones son importantes, pero no decisivas. Estas reflexiones se hacen importantes y decisivas cuando recogen de verdad la vida real de la Iglesia. Hoy, el honor de expresar en este ambiente universitario mi experiencia pastoral me ha obligado a hacer esta reflexión teológica. La dimensión política de la fe se descubre y se la descubre correctamente más bien en una práctica concreta al servicio de los pobres. En esa práctica se descubre su mutua relación y su diferenciación. La fe es la que impulsa en un primer momento a encarnarse en el mundo socio-político de los pobres y a animar los procesos liberadores, que son también socio-políticos. Y esa encarnación y esa praxis a su vez concretizan los elementos fundamentales de la fe.

En lo que hemos expuesto aquí hemos delineado sólo los grandes rasgos de ese doble movimiento. Quedan naturalmente muchos temas por tratar. Se podría haber hablado de la relación de la fe con las ideologías políticas, en concreto con el marxismo. Se podría haber mencionado el tema candente entre nosotros de la violencia y su legitimidad. Esos tomas son objeto constante de reflexión ente nosotros, y los enfrentamos en la medida en que se van haciendo problemas reales, y aprendemos a dar una solución dentro del mismo proceso.

En el breve tiempo que me ha tocado estar dirigiendo la Arquidiócesis han pasado ya cuatro gobiernos diferentes con diversos proyectos políticos. También las otras fuerzas políticas, revolucionarias y democráticas han crecido y evolucionado en estos años. La Iglesia por lo tanto ha tenido que ir juzgando de lo político desde dentro de un proceso cambiante. En el momento actual el panorama es ambiguo, pues por una parte están fracasando todos los proyectos provenientes del Gobierno. mientras Que está creciendo la posibilidad de una liberación popular.

Pero en lugar de detallarles todos los vaivenes de la política en mi país he preferido explicarles las raíces profundas de la actuación de la Iglesia en este mundo explosivo de lo socio-político. Y he pretendido esclarecerles el último criterio, que es teológico e histórico, para la actuación de la Iglesia en este campo: el mundo de los pobres. Según les vaya a ellos, al pueblo pobre, la Iglesia irá apoyando desde su especificidad uno u otro proyecto político.

Creemos que ésta es la forma de mantener la identidad y la misma trascendencia de la Iglesia. Insertarnos en el proceso socio-político real de nuestro pueblo, juzgar de él desde el pueblo pobre e impulsar todos los movimientos de liberación que conduzcan realmente a la justicia de las mayorías y a la paz para las mayorías. Y creemos que ésta es la forma de mantener la trascendencia e identidad de la Iglesia porque de esta forma mantenemos la fe en Dios.

Los antiguos cristianos decían: "Gloria Dei, vivens homo", (la gloria de Dios es el hombre que viva). Nosotros podríamos concretar esto diciendo: "Gloria Dei, vivens pauper". (La gloria de Dios es el pobre que viva). Creemos que desde la trascendencia del evangelio podemos juzgar en qué consiste en verdad la vida de los pobres; y creemos también que poniéndose del lado del pobre e intentando darle vida sabremos en qué consiste, la eterna verdad del evangelio.



(Discurso de Mons. Oscar Arnulfo Romero al recibir el doctorado honoris causa por la Universidad de Lovaina, pronunciado el 2 de febrero de 1980, 50 días antes de su asesinato. Considerado como su testamento teológico y político, este texto nos da lo esencial de su lectura del Evangelio y de su vida de fe).


FUNDAMENTOS...


Debes amar la arcilla que va en tus manos, debes amar la arena hasta la locura.
Y si no, no la emprendas, que será en vano.


Sólo el amor alumbra lo que perdura,
sólo el amor convierte en milagro el barro.


Debes amar el tiempo de los intentos.
Debes amar la hora que nunca brilla.
Y si no, no pretendas tocar los yertos.



Sólo el amor engendra la maravilla,
sólo el amor consigue encender lo muerto.


                                              José Martí




ALGO DE NUTRICION

COMPOSICIÓN  DE  LOS  ALIMENTOS  

Y CLASIFICACIÓN  FUNCIONAL  DE  LOS  MISMOS

Todo alimento se compone de sustancias nutritivas, de seis clases:

Proteínas
Hidratos de carbono
Lípidos (grasas)
Minerales
Vitaminas

Agua


Todas ellas son los llamados “principios inmediatos”.


En cada alimento, predomina uno (o dos) de estos elementos, siendo esto lo que da (o quita) valor al alimento y le hace cumplir, fundamentalmente, una cierta función.

Carnes: predominan las proteínas.
Pescados: predominan las proteínas.
Huevos: predominan las proteínas.
Leche: predominan proteínas y calcio.
Queso: predominan proteínas y calcio.
Verduras: predominan las vitaminas.
Frutas: predominan las vitaminas.
Pan, harina, arroz: predominan los hidratos de carbono.
Aceite, mantequilla, tocino: predominan las grasas.
Legumbres: tienen un poco de todo.


La función principal de cada sustancia nutritiva es:

Proteínas: forman los músculos, el armazón de los huesos y, en general, todas las células del cuerpo.
Lípidos (grasas): proporcionan energía, forman el tejido adiposo.
Hidratos de carbono: proporcionan energía (calorías).
Minerales: forman parte de los huesos (calcio), de la hemoglobina de la sangre (hierro), etc.
Vitaminas: forman parte de fermentos, que regulan la utilización de las demás sustancias útiles.

De esto, se desprende que las sustancias nutritivas pueden ser (fundamentalmente):

Plásticas o formadoras:  Proteínas  +  Minerales
Energéticas: Hidratos de carbono + grasas
Reguladoras: Vitaminas (y algunos minerales y, en cierto modo, también las proteínas).
Por tanto, el alimento (natural) en que predominen las proteínas lo clasificamos como plástico; aquél en que predominen los hidratos de carbono o las grasas, será energético, y aquellos que son ricos sobre todo en vitaminas, serán reguladores.



Ejemplos de alimentos, según la función principal que cumplen:

Alimentos plásticos o formadores:
Leche.
Queso.
Carne.
Pescados.
Huevos.
Leguminosas (parcialmente).

Alimentos energéticos:
Cereales (pan, harinas, arroz, etc.).
Grasas (tocino, mantequilla, aceite, etc.).
Las leguminosas (parcialmente).

Alimentos reguladores:
Frutas.
Verduras.
Leguminosas y los alimentos formadores (parcialmente).

LOS PRINCIPIOS INMEDIATOS


Los hidratos de carbono son  sustancias compuestas por carbono, oxígeno e hidrógeno, estando el oxígeno y el hidrógeno en la misma proporción que en el agua (H2O). Al digerirse, acaban degradándose a glucosa, que luego penetra en las células, dónde es oxidada (quemada) y produce energía (calorías). La función principal de los alimentos ricos en hidratos de carbono es, pues,  proporcionar energía (calorías). Pero la glucosa que no se quema, se transforma en grasa (por eso el pan o el azúcar engordan).

Las grasas (o lípidos), igualmente están formadas por carbono, oxígeno e hidrógeno, y su función principal es proporcionar energía (calorías).
Pero, además, forman parte de las células del cuerpo, cumpliendo una función “plástica”. Y son las portadoras de algunas vitaminas (“liposolubles”) y de ciertos ácidos grasos indispensables. Por ello son también necesarias en la dieta.

Las proteínas son el más Importante de los principios inmediatos. Sin ellas la vida es imposible, ya que forman las estructuras de las células, los fermentos, etc.  Están formadas no sólo por carbono, oxígeno e hidrógeno, sino también por nitrógeno. Cada proteína está formada por la unión de una serie de aminoácidos.







miércoles, 1 de diciembre de 2010

CELEBRAR LA VIDA

Durante el año tenemos ocasiones que son muy propicias para hacer regalos a nuestras amistades y familiares; momentos perfectos para demostrar nuestro afecto y cariño.


Y, tantas veces, lo que hacemos es dirigirnos a unos grandes almacenes y comprar cualquier cosa por cumplir, algo que acaso no sirven para mada...


Pero...

Si creemos que...
las fiestas son una ocasión para demostrar nuestro cariño...

Si pensamos que...
es mejor prevenir que curar...

Si sabemos que...
los remedios naturales son más sanos que los tantos medicamentos-fármacos que nos dan habitualmente...  


 


 ¿Por qué no regalar y regalarnos SALUD NATURAL?

Y así demostramos, a nuestros seres queridos,  que SI que nos importan.


Ahora estamos en un buen momento
para demostrar cariño.

S A L U D A B L E . . .

N A T U R A L M E N T E . . .