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miércoles, 20 de noviembre de 2013

RÁBANOS

 
 
PROPIEDADES SALUDABLES
DE LOS RÁBANOS.

Esa planta herbácea de flores blancas que tienen una raíz ensanchada en un bulbo de forma esférica y tallo ramificado… esa raíz acumula en sí todas las sustancias nutritivas de la planta. Su pulpa es ligeramente picante… Muchas veces la comemos acompañando ensaladas o pescado frito…
 

La incluimos, coloquialmente, en nuestro vocabulario (decimos “me importa un rábano”) para expresar nuestra rotunda indiferencia por alguna cosa a la que, quizás, consideramos de muy poco interés.

 

Bien. Pues es posible que tras leer todo lo que viene a continuación,  más de una persona se plantee dejar de utilizar dicha expresión. Y, aunque si bien el rábano es una hortaliza muy económica y con valores moderados en cuanto a su aporte nutricional,  también hoy se sabe que este miembro de la familia de las Brasicáceas (o Crucíferas) tiene un importantísimo valor terapéutico y se le reconocen propiedades medicinales que no tienen otros alimentos “mejor considerados”.

 


 
CARACTERÍSTICAS DE LOS RÁBANOS:

 
El rábano (Rhapanus sativus) pertenece a la familia de hortalizas llamadas Crucíferas, a la que pertenecen plantas tan importantes en la  alimentación como las coles (Brassica oleracea L) y otras hierbas  muy comunes, como la rabaniza blanca (Dipotaxalis erucoides).             

 
Está ampliamente cultivado, existiendo numerosas variedades de esta verdura, pero sus propiedades son semejantes y sabor es siempre ligeramente picante. Están los blancos, los rojos o los negros,  siendo estos dos últimos los que parecen presentar más propiedades para el organismo.

 
Se cree que procede del sur de Asia y fue muy utilizado en la antigüedad, tal como se sabe por las continuas referencias que de él tenemos tanto en la cultura egipcia como en la romana. 



 
Los egipcios, desde hace 4.000 años, la utilizaban abundantemente en su alimentación y era dieta obligada en los constructores de las pirámides, junto a otros alimentos como  el ajo, la cebolla o los pepinos, porque les daba fuerza y impedía que cayeran enfermos.

 
Se sabe que ha sido cultivado, desde hace cientos de años, en China, Japón, Grecia y Roma, quizás porque el gran secreto de este alimento reside en que contiene compuestos de azufre considerados como potentes antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento y bastantes enfermedades.

 
Los romanos lo introdujeron en España y lo expandieron por toda Europa. Una de las primeras  referencias escritas al empleo medicinal del rábano la encontramos en el Libro de las Medicinas Simples (escrito en el siglo XII de nuestra era) del médico italiano Matthaeus Platearius en el que se puede leer que “cuando se come rábano negro cocido es eficaz contra la tos provocada por  grandes humores”. Ya a mediados del siglo pasado Pío Font Quer (botánico, farmacéutico y químico español) dejaba escrito que “el rábano, y sobre todo el rábano negro, se tiene por un buen diurético y se utiliza contra  las afecciones catarrales por las vías digestivas así como contra las enfermedades biliares”.
 

Desde entonces los conocimientos acerca de las propiedades nutricionales y  medicinales de este alimento no han hecho sino confirmar lo acertado del conocimiento de nuestros antepasados.

  


EL RÁBANO:
UN ALIMENTO CON MUCHAS PROPIEDADES

 

Junto a otras raíces muy nutritivas, como la zanahoria y la remolacha,  el rábano ocupa un lugar predominante entre los alimentos considerados terapéuticos por su reconocida capacidad  para favorecer el drenaje del hígado y la vesícula biliar, estimular la  producción de bilis, eliminar del organismo desechos y toxinas, regular las funciones del colon o tratar trastornos digestivos además de fiebre, infecciones intestinales, úlceras, resfriados, reumatismos o gota, por  mencionar sólo algunas dolencias.

 

Además varios de sus principios activos (que comparte con otros miembros de la familia de las Brasicáceas o Crucíferas) le confieren importantes propiedades antimicrobianas,  antioxidantes, expectorantes (*), diuréticas, inmuno-estimulantes, depurativas y anti-cancerígenas. Sin duda, una más que sugerente carta de presentación.

 
 

Es de aclarar que las Brasicáceas (familia botánica que comprende más de 380 géneros y unas 3.000 especies vegetales) alcanzan los primeros puestos de la lista de verduras anti-cancerígenas. Ya que los glucosinolatos, isotiocianatos (entre ellos el sulforafano), indoles y otros fitoquímicos además de las vitaminas,  minerales y fibra contenidos en el brécol, las coles, las coles de bruselas, el repollo, la lombarda, la coliflor, el nabo y el rábano los convierten en alimentos imprescindibles para mantener la salud dadas sus propiedades anticancerígenas, antimicrobianas, antioxidantes, diuréticas, depurativas,  antiinflamatorias, hepatoprotectoras, inmuno-estimulantes, coleréticas, colagogas, digestivas y expectorantes.

 


PROPIEDADES ALIMENTICIAS DE LOS RÁBANOS:

El principal componente del rábano son la fibra e hidratos de carbono. Un alimento con bajo aporte calórico ya que contiene mucha agua. En su contenido vitamínico destaca la vitamina C, la cual tiene acción antioxidante, interviene en la formación de colágeno, dientes y huesos, en la producción de glóbulos rojos y blancos, favorece además una buena absorción del hierro y calcio. La vitamina C es además preventiva y ayuda a eliminar todas las enfermedades infecciosas ya que fortalece el sistema inmunológico.

 

El rábano contiene abundantes minerales en su composición como el potasio y el yodo, que aparece en gran cantidad. Contiene también calcio y fósforo, y magnesio en menor proporción. El potasio es un mineral indispensable para la transmisión y generación de impulsos nerviosos, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de humedad dentro y fuera de la célula. El yodo es un mineral indispensable para el correcto funcionamiento de la glándula tiroides, la cual regula el metabolismo e interviene en los procesos de crecimiento.


El magnesio tiene que ver con el buen funcionamiento del intestino ya que posee un suave y natural efecto laxante, está presente en los nervios y los músculos, y forma parte del sistema óseo. Los aceites en las raíces del rábano picante producen un penetrante efecto que promueve la solvencia de mucosidades o flemas.

 


Los rábanos contienen una considerable cantidad de azufre, el cual es un mineral de acción antioxidante.
 
El rábano es de esos productos estacionales de los que, afortunadamente,  podemos disponer todo el año. Y aunque lo común es que sólo se aproveche la raíz también hay personas que utilizan sus hojas como  si fueran espinacas o para hacer infusiones. Por lo demás, lo habitual es consumirlo crudo (por parte de quienes aprecian los sabores       picantes) formando parte de ensaladas pero también se puede hervir, freír,  licuar junto a otras hortalizas, usar para hacer salsas, etc. Si se quiere       eliminar su sabor picante,  bastará con pelar el rábano pues es su piel la que contiene la mayor parte de las sustancias que le confieren esa cualidad.
 

Consumir rábanos en ensaladas o en jugos es muy sano; aunque tampoco debe abusarse de este alimento o que se trate de consumir con alguna otra verdura, pues para algunas personas tiene efecto irritante.

 
A parte de esto, no se conocen efectos tóxicos derivados de su consumo excesivo, pero sí se sabe que no se debe ingerir crudo si se padece gastritis o úlcera gastroduodenal.  Además puede provocar flatulencia por  su contenido en fibra y compuestos de azufre, especialmente entre quienes tienen problemas para digerir las verduras. En tales casos se deberá consumir con moderación y preferentemente hervido.

 

 
 

PROPIEDADES CURATIVAS - TERAPÉUTICAS
DE LOS RÁBANOS

 
Por su contenido en sustancias antioxidantes, al rábano se le considera un  alimento inmuno-stimulador que actúa frente a la potencial nocividad de  los radicales libres. Además sus isotiocianatos ayudan a las enzimas de  detoxificación del cuerpo -primera línea de defensa del organismo frente a  las enfermedades- a neutralizar las sustancias dañinas que entran en él a  través de diferentes vías (dieta, contaminación del ambiente, etc.). Por  eso se considera que contribuye a prevenir el desarrollo de numerosas dolencias degenerativas al evitar el daño celular. También se le considera un potente antimicrobiano (gracias a su contenido en una sustancia  denominada peróxido difenil glioxal) y se sabe que sus principios activos neutralizan patógenos –especialmente bacterias, virus y hongos- que se  albergan en la mucosa de los riñones, la vejiga, las vías urinarias, el estómago y las vías respiratorias. De ahí que (especialmente en otoño e invierno) nuestras abuelas recomendaban tomar zumo de rábano para prevenir o aliviar los síntomas de dolencias respiratorias como resfriados, gripes, bronquitis, etc.

          



Se dice que los rábanos constituyen el mayor remedio antiescorbútico, la razón se encuentra en la gran cantidad de  vitamina C, que , como sabemos, constituye un antioxidante fundamental, encargado de eliminar los residuos que se acumulan en el organismo por ingestión de preparados envasados comercialmente,  ricos en conservantes y colorantes que producen nitrosaminas muy perjudiciales para la salud.
 

Necesaria también para la formación del colágeno, que es la base  para los huesos, nervios o tendones, o la absorción del hierro y cuya deficiencia provoca problemas de cicatrización, mal estado de  los dientes o falta de energía en general.
 

Asimismo, sus glucosinolatos e isotiocianatos son reconocidos como potentes antioxidantes de acción fundamental frente a los radicales libres  lo que también contribuye a reducir el riesgo cardiovascular  y cerebrovascular. Por todo ello se considera al rábano un alimento con actividad cardioprotectora.
 

Junto con las cebollas y los ajos los rábanos parecen tener una importancia muy grande en la curación del cáncer o en la inhibición  de las células cancerosas. Se ha comprobado que la ingestión de este  tipo de alimentos ayuda a prevenir algunos tipos de cánceres, como el cáncer de colon. La razón se encuentra en la presencia en todos ellos de componentes azufrados volátiles, que en el caso de los rábanos se denomina metanetiol.
 

El uso de estos alimentos de una manera habitual en las comidas puede ayudar a evitar esta enfermedad. Se ha utilizado las semillas de esta planta para la elaboración de una tisana con propiedades anti-cancerígenas. Igualmente la pulpa de rábano machacada y aplicada sobre ulceraciones cancerosas parece ayudar en el tratamiento de esta enfermedad.
 

El rábano es considerado uno de los alimentos más útiles para el hígado y también, sin duda, es considerado muy beneficioso para el aparato digestivo: además de abrir  el apetito, estimular la producción de jugos gástricos, facilitar la digestión o aumentar los movimientos naturales del intestino el rábano regula las funciones del colon.
            

Esta planta, pues, constituye una bendición para el aparato digestivo. Por su capacidad para aumentar la flora intestinal resulta muy adecuado para aquellas personas con un intestino poco " trabajador " de  manera que su ingestión favorecerá la digestión de alimentos incrementando aquellas bacterias que son necesarias en el tracto digestivo. Igualmente es capaz de neutralizar el resto de bacterias  perjudiciales para la salud y cuya presencia en los intestinos es responsable de gases, podredumbres y pesadez intestinal en general.
 

Resultará igualmente un excelente remedio para las personas que presenten estreñimiento crónico como en otras con síntomas totalmente contrarios, como colitis o diarrea. Por otra parte, además de las propiedades antibacterianas, hay que destacar su importancia como estimulante biliar por lo que ayudan a realizar la digestión y refuerzan el hígado. A todo ello hay que añadir su riqueza en fibras  que arrastra residuos intestinales, previniendo infecciones y  evitando el estreñimiento.
   

Los rábanos, como la mayoría de los miembros de la familia de las crucíferas (coles, coles de Bruselas, repollos, coliflores, etc.) poseen isotiocianatos, unos componentes que ayudan a disminuir la  producción de hormonas por parte de la tiroides, lo que puede utilizarse como un recurso natural para controlar el hipertiroidismo.
 

Pero, además, el rábano es rico en folatos por lo que se le considera adecuado para las mujeres  embarazadas ya que una deficiencia de estas vitaminas durante las primeras  semanas de gestación puede provocar anencefalia o defectos como la espina bífida en el bebé.
 

Para la gripe, las infecciones, las inflamaciones o una limpieza general de tu organismo, consiste en beber, por las mañanas y en ayunas (varios días seguidos o alternativamente), el jugo de 2 limones con el jugo de 2 rábanos. Puede licuarse y agregársele un poco de miel.
 


Además, por su riqueza en fibras y su nivel bajo de calorías, unido todo ello a su riqueza en potasio, resulta muy interesante como diurético, ayudando a eliminar líquidos del cuerpo al aumentar la micción.
 

Y, el mayor volumen de orina que se expulsa al consumir esta hortaliza, ayuda  a rebajar la tensión arterial y a aumentar la diuresis eliminando del cuerpo sustancias que podrían dar lugar a complicaciones cardio-vasculares.
 

Además la fibra que contiene disminuye la absorción intestinal de colesterol. Por otra parte, el potasio y otras de las sustancias que contiene son indispensables para una buena circulación sanguínea.
 
 
También hay que decir que al no contener grasas se le considera un buen colaborador para mantenerse delgados o para  integrarlo en una dieta de adelgazamiento. En general, les será muy interesante comer esta hortaliza a las personas obesas,  artríticas o hipertensas o a los que necesiten eliminar piedras o arenilla de los riñones o de la vesícula. Un remedio fácil de  realizar consiste en triturar un par de rábanos con la licuadora y beberlos directamente. Si nos bebemos un par de tazas de este líquido al día nos ayudarán a aumentar la orina y a deshacer las piedrecitas.
 

 
Favorece la expectoración en caso de dolencia respiratoria. Aliviando mucho la tos (más información en: http://jose-maria-naturalmente.blogspot.com.es/2012/05/para-la-tos.html).


Por su riqueza en vitaminas y minerales ayuda en caso de anemia.

Tiene propiedades relajantes y facilita el sueño.
 

Por ser antibacteriano y favorecer la depuración de la sangre ayuda a mejorar dolencias como el acné.
 

Por su capacidad antiséptica y antimicrobiana ayuda a mejorar el estado de la piel en los casos de eczemas, heridas, laceraciones, quemaduras,  etc. El jugo del rábano exprimido utilizado externamente (lavando con su jugo las lesiones o usándolo en forma de cataplasma) ayuda a curar las heridas de la  piel y favorece la cicatrización en casos de quemaduras o congelaciones; ayuda a cicatrizar las heridas y elimina el dolor. Este mismo líquido, en forma de loción, es muy válido para combatir la ciática o los cólicos de riñón.
 

En fin, los rábanos son una excelente alternativa natural para mantener la salud y ayudar al organismo a prevenir numerosas dolencias.

 

                  

(Informaciones recopiladas de varias fuentes, como son los libros “Alimentos Curativos” de Adolfo Pérez, “Vitaminas, Minerales y Plantas Medicinales” de Readers´s Digest, “El pequeño doctor” de A. Vogel,  la Revista “Discóvery Dsalud” y el blog “Salud Natural”).

 

 


 

 

 

 

viernes, 15 de noviembre de 2013

¿LEY DE VIDA?


Pero ¿es que la vida tiene leyes...? Y, si es así,
¿cuál rige nuestra vida?

 


Como yo digo en el prólogo – introducción de mi último libro “GRANDES REGALOS”,  en diversas ocasiones, a lo largo de mi vida, he trabajado en la docencia (unas como profesor remunerado, otras haciendo tareas de voluntariado en diversas circunstancias y hemisferios), y, siempre, me ha gustado trabajar, sobre todo, con la juventud pues es en los jóvenes (chicas y chicos) en quienes mejor he encontrado esa actitud de escuchar, de abrir la mente y el corazón a saber más y a arriesgar otros intereses por, decididamente, lograr ese “algo más” que deseaban.

Pues bien, hoy quiero traer aquí una experiencia vivida, ya hace años (pero que puede tener mucha actualidad), con un grupo juvenil con inquietudes y preocupación respecto de los Derechos Humanos, que me invitaron a acompañarles y trabajar, durante unas cuantas horas, en una jornada de estudio sobre la realidad que habían planteado.


Pues bien: mirando a nuestra realidad, a modo de “lluvia de ideas”, fueron saliendo “cosas” que no les gustaban. Y, a partir de ahí,  se plantearon distintas “opciones” o alternativas posibles para dar solución al problema de nuestra desestructurada sociedad.

Éstas eran: el progreso de las empresas o de la economía (si el desarrollo del mercado es adecuado, puede haber trabajo para todos y todo el mundo podría vivir más dignamente), la política (si el poder de gobernar está en manos de gente honesta y preparada, todo puede funcionar adecuadamente), la cultura (mejorando la educación y formación de las personas, el nivel de la sociedad mejorará efectivamente) y el amor y la solidaridad (la preocupación por las demás personas, la implicación en la   cuestión social como camino de fraternización de las personas). 
 


Pues bien, todas las opiniones de los jóvenes se centraron frente a las dos únicas opciones del desarrollo cultural del pueblo y del amor solidario.

La política, de la que tanto se habla como responsable del bienestar de nuestras sociedades; así como el asunto del desarrollo económico, que parece que es lo que, hoy por hoy, centra la atención de la mayor parte de la gente, se quedaron casi sin partidarios.
 

Parece increíble, pero es real: la juventud (por lo menos este grupo en cuestión) vio la solución a los problemas del mundo en el progreso cultural de los pueblos y, sobre todo, en el establecimiento de la praxis del Amor.

 
¿Nos parece algo curioso? Puede ser que no. Yo, sinceramente, también pienso que la gente, el hombre de la calle o de la empresa, la mujer de la casa o la oficina, quienes trabajan en el comercio, y también la gente más sencilla y hasta todas esas personas que pasan necesidad con un trabajo precario o con una mala vivienda en el más abandonado suburbio… ¡esperan de la Solidaridad, del Amor a fin de cuentas, más que de otras cosas! Y si es que no esperan del Amor… es que ya no esperan nada: es que han dejado de esperar alguna solución, han dejado de soñar y esperar algo en la vida.

La gente, aun los más jóvenes, sabe que toda búsqueda de soluciones para “salvar” los problemas que aquejan al mundo de hoy, todas son utópicas; pero que si alguna puede ser válida, habrá de ser el Amor: ¿de qué sirven el progreso técnico, económico, político-social y hasta cultural de las personas, si no viven inmersas en el amor?, ¿es que, en algún lugar de la tierra, ha vivido, alguna vez, alguien que haya logrado ser feliz sin haber encontrado el amor?, ¿pero es que nos merece la pena vivir sin aprender a amar y sin nunca haber sentido que alguien nos haya amado alguna vez…? En todo caso, a lo que se llegaría sería a “vegetar” lujosamente, pero no más; como la flor que crece en una maceta de porcelana o una golondrina que viviese enjaulada entre elegantes barrotillos de plata…

No es ninguna tontería. Porque la vida está hecha para ser entregada, como los granos de trigo, como tantas madres.

Sí. Lo han dicho mucha  gente, a través de los miles de años de la existencia de la humanidad sobre el globo terráqueo y (de una u otra manera, con unas u otras palabras) en las más diversas civilizaciones… Pero no parece sino que, aun estando tanta gente de acuerdo en ello, a tan sólo unos locos se les ocurrió vivir según la ley del Amor.


Pero sí. Aunque nos parezca algo utópico e inalcanzable, es la solución. Porque, en el fondo, el único y fundamental problema que el mundo tiene es: la falta de Amor.

La clave es única: si hubiese más Amor, la fraternidad universal sería una realidad, las enfermedades psicológicas y psíquicas (que son la causa de una gran mayoría de dolencias y quizás sea lo más grave que está en el fondo de toda enfermedad) no existirían.

El mundo sería mejor. Los hombres y mujeres se respetarían, se ayudarían, se amarían. No habría graves problemas de ninguna índole. El mundo sería como “un paraíso terrenal”.

Si queremos ser sinceros, profundamente, hemos de reconocer que sólo en el Amor creemos. Es en el amor en lo que esperamos. Sólo la fuerza del Amor, tiene la suficiente energía como para salvar al mundo.

Aunque,  sin embargo…, en lo cotidiano de nuestras vidas, en lo que llamamos nuestro vivir de cada día… ¿qué nos pasa?, ¿por quién optamos?, ¿damos, de verdad, nuestro voto de confianza al Amor?
 

Bueno, hoy puede ser el primer día del resto de nuestra vida ¿o no?

Ánimo. Vivir es transmitir vida: vamos a ser felices si nos atrevemos a compartir motivos de gozo, a soñar, confiadamente,  junto a los demás, con un Mundo Mejor.

¿Nos atrevemos a sacar nuestro corazón del cascarón que lo aprisiona y no lo deja expandirse a cabalidad?

 

 

 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

LAS CANTERAS



 
Sobre la arena tostada

tras de haber sido acariciada

por la límpida agua oceánica

cientos y miles de turisbañistas

esperan al calor del sol

que ya en pleno otoño

y que, aún cuando llegue el invierno,

adorna la gran playa atlántica.
 
 

Hoy no brilla mucho el sol.

A ratos sí. A ratos no.

Se siente el calor en la brisa

pero sus rayos

sólo pueden verse, allá

en el mismo Teide,

asomándose  entre las nubes grises.

La montaña está compuesta

de no sé cuantos colores. Incluso

más de los que tiene el arco iris.

 


La arena está caliente.

El mar rasga sus ímpetus de océano

en el rompeolas,

un poco más adentro

de donde llegan

los visitantes más atletas.

Las nubes pasan. Caen

unas pocas gotas.

De nuevo, brilla el sol.

Las casitas blancas, en la montaña;

los hoteles y bungalowes

en el paseo… lucen

ahora mejor.
 
 
Las gaviotas voletean.

Unos juegan a la pelota.

Otros saltan en la lona.

Otros practican remo.

Los más, se bañan.

A lo lejos, una motora

que cruza el mar

más sutil que las mismas gaviotas.

 

Jóvenes chavalas lucen

su piel morena:

su cuerpo joven dorado

por el sol y la brisa marinera.

Mientras las olas, orilleando,

vestidas de espuma blanca,

juegan a hacerse encajes

en la arena.

Luego,

llega la tarde.

La marea se hace baja.

Aparecen algunas rocas

donde antes sólo se veía agua azul

y acaso verde.

  


El sol,

se esconde entre la montaña

y las nubes.

Hay nubes blancas, rojas, amarillas.

El cielo se ve azul, verde,

gris y hasta color de plata.

La playa se ha quedado vacía

de agua y de gentes.

Allá más lejos,

donde el rompeolas,

el agua se alborota

jubilosa.



El sol nos despide

con sus últimos rayos,

con su última sonrisa de la tarde.

Ya, casi es

de noche.

El silencio se hace total

en la playa. Sobre la arena.

Algunas parejas pasean

diciéndose cosas:

cosas

que acaso nunca olvidarán.

  


La tarde es hermosa. Alegremente

hermosa, como una jovencita

dieciochoañera.

Un poco más,

y ya es de noche.

El rumor del agua, es aún

más intenso.

Brillan algunas luces.

Las casitas de la subcosta

se reflejan en el mar;

también la de algunos hoteles.

La noche pide una oración:

hay tantos seres

que nunca podrán gozar

de este placer

que yo ahora ¡tengo en mis manos!...

 

                                    (JMF – “HORAS”)