RE-CONOCER
SEVILLA
Pasear,
conocer, reconocer Sevilla… es grata aventura de la que nadie debe privarse. Porque,
efectivamente, conocer, reconocer Sevilla... es más que leer un libro o aprender
unas palabras, unas fechas, el nombre de unos arquitectos insignes y los
estilos que usaron en el arte de la
construcción.
Re-conocer
Sevilla es ir bebiendo del inagotable
manantial de la historia. Historia que está viva y vibrante por los lugares
donde su gente... camina o espera, canta
o piensa en silencio, ríe o llora, espera o hasta desespera, teme o cree, añora o reza, quiere, olvida,
sueña, recuerda...
Son
miles de calles y avenidas, plazas, plazuelas, callejuelas, callejones, rondas,
parques y jardines, paseos y alamedas, glorietas...
La mejor forma de conocerla, de re-conocerla, es andarla, corretearla, rebuscarla...: edificios históricos, admirables templos, casonas y palacios, conventos, patios íntimos, corrales de vecinos, increíbles su Alcázar mudéjar y su Catedral cristiana, murallas romanas y árabes, y sus puentes... sobre el río. El río, gran río de Andalucía; aunque a su paso se queda inmóvil quizá dudando... qué hacer (si seguir o quedarse...) porque...
Hay
barrios bien antiguos, arrabales y collaciones,
nuevas barriadas, polígonos: Sevilla está viva y crece y se renueva... sin
dejar nunca de ser.
Ciudad escogida por tantos y diversos pueblos, lugar donde conviven las edificaciones hechas de piedra y de ladrillo, con las de ladrillos y azulejos, o con las de hierro y vidrio...
Fisonomía
única de ciudad mora y judía y cristiana... que grita al Cielo con sus torres y campanarios y espadañas..., porque
es tierra de gente creyente que siempre ha sabido estar pendiente de lo Alto.
Sevilla también tiene sus puertas. Pero son puertas abiertas; que las llaves, desde que el Rey Fernando Santo las rescató, ya nada cierran: ya no son signo de tesoro que se esconda; si no ofrenda a toda la humanidad del patrimonio universal aquí asentado que se abre a los cuatro vientos. Todas las puertas son invitaciones a la comunicación: puerta de Córdoba, puerta a Jerez, puerta de Triana, de la Macarena, del Sol y la Real. Puertas... sin llaves ¡hasta del Cielo!
Nacida a las riberas del gran río, reina de Andalucía, Híspalis, Isvilia, Sevilla..., desde siempre es como un crisol privilegiado donde, a lo largo de los siglos, se han fundido millares de millares de gentes y culturas. Quizá fue pensada por el Hacedor del Cosmos para que siempre sea el inconmensurable destino de los encuentros donde poder fundir la riqueza de las gentes.
Así,
a Sevilla, siempre llegaron extranjeros, fundamentalmente en son de paz,
buscando establecer lazos: fenicios, griegos, romanos, cartagineses, árabes,
judíos...
Y
sigue siendo, ahora, irrenunciable lugar de cita y encuentros de inagotables
viajeros de toda procedencia: de los ricos países del Norte y de los
empobrecidos pueblos del Sur del mundo...
Incomprensiblemente siempre hay espacio espaciado y tiempo intemporal para sus coches de caballos o para dejar paso a un estremecedor desfile procesional o unas anacrónicas carretas de bueyes...
Siglos
de esplendor no impiden seguir
observando el silencioso murmullo de la lluvia, o emocionarse por los recuerdos
que siguen presentes en aquella esquina, o la azotea de la giralda... y mirar las
palomas, las múltiples palmeras o las macetas de gitanillas que
cuelgan... O pasear sin más destino que
ir oyendo el sonido del agua de las fuentes, o dejarse ir gozando del aroma y el
color renovado en los jardines, o saboreando el olor incomparable, siempre
nuevo, de los naranjos en flor, en primavera.
Ojalá
que siempre tengamos la vida por lo esencial y lo más sublime de lo que hemos
de gozar en todo trance... Si la ciudad es hermosa, es... ¡para disfrutarla!
José –
María Fedriani
¡Gracias por brindarme un paseo por esta bella y queridísima ciudad!
ResponderEliminarGracias a ti... por pasear por Sevilla y ¡por otras tantas cosas!
EliminarHola Jose-Maria, que buen reportaje fotográfico sobre Sevilla, me has hecho recordarla muy gratamente, preciosa y señorial, muchas gracias por compartirlo con nosotr@s, BFDS.
ResponderEliminargracias por tu reportaje Jose Maria, he vuelto a vivir muchas cosas de mi pasado,me ha hecho reir y llorar, pero estoy contenta de tenerlo a mi alcance y verlo de vez en cuando.GRACIAS
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