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martes, 11 de mayo de 2021

SER ÚTILES A LA SOCIEDAD

 

TRABAJO Y DIGNIDAD

¿Qué es el trabajo?, ¿un castigo divino? ¿O mejor habría que entenderlo como una invitación a participar en la construcción de un Mundo Mejor?


                        

Yo soy de los que piensan que el trabajo es esencial para la vida de las personas porque nos realiza como seres humanos, a la vez que ayuda a construir nuestra humanidad. A través del trabajo, potenciamos, desarrollamos y expandimos nuestras capacidades y cualidades personales; pero también para la construcción de una sociedad cuyo sentido y función sirvan al bien común.

Seguramente es necesario repensar el sentido del trabajo humano que, muchas veces queda devaluado en nuestra sociedad; pues se buscan demasiadas veces sólo unos “resultados” económicos sin darle otro sentido que no sea el de la eficacia lucrativa para los dirigentes (tanto sin son empleos públicos como privados).

                     

Paralelamente (quizás demasiadas veces) hay quienes se dejan arrastrar tanto por lo laboral que se olvidan de atender otras áreas importantes de la vida toda persona: familia y amistades, desarrollo de actividades de ocio y educación del espíritu, etc. ¡Gran error el de vivir sólo para trabajar y trabajar para vivir!, pudiéndonos convertir como en “máquinas de producción”.


                          

Y, aquí me quiero parar, es también fundamental la manera de trabajar: el trabajo ha de ser una contribución para la sociedad, pero también para las personas que lo realizan.



Aprovecho para comentar esto desde mi experiencia personal:

En una primera etapa de mi vida laboral, yo iba siempre pensando en realizar la tarea que se me había encomendado y ya. A veces, ello me llevaba a la satisfacción del trabajo bien hecho, otras no tanto. Luego,  siempre esperaba mi retribución económica, como es lógico y natural. Además, si eso contribuía a mejorar la situación de otras personas (algo muy concreto cuando desarrollé mi labor de profesor), mejor que mejor.

Pero luego, felizmente, alguien me hizo caer en la cuenta de que el trabajo era algo más: fue una compañera jefa que me hizo comprender que el trabajo no sólo es para realizar tareas concretas y útiles para cumplir con los fines de la empresa o institución dónde se esté ejerciendo el empleo; sino que también es para convivir con una serie de camaradas o compañeros y, así, llegar a desarrollar “equipos de personas”…


Esta idea me hizo cambiar algunos aspectos, creo que importantes, en mi vida laboral: desde ahí me interesé en saber quienes eran esas personas con las que trabajaba, cuales eran sus realidades familiares (antes, por ejemplo, ni me preocupé en saber su estado civil ¿qué más me daba a mí saber si tenían pareja o hijos, si les gustaba hacer deporte o eran aficionados a la lectura…?).

Y esto, hoy pienso que es fundamental: no podemos pretender que la sociedad mejore, que nuestras aportaciones al mundo con nuestro trabajo sirvan de verdad si cada uno de nosotros, personalmente, no mejora también, individualmente: se hace mejor, cada día, trabajando.





Después de todo esto (sin negar que habrá circunstancias en las que haya quienes puedan así compaginar mejor sus circunstancias personales con las laborales), viene mi pregunta: ahora que se plantea tanto trabajo “online”, desde las casas… ¿es esto un avance o un grave deterioro de nuestro mundo laboral?

Yo no lo tengo claro. ¿Quién se atreve a opinar, al respecto?



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