VIVIR LA AMISTAD: UNA AVENTURA
Quizá que pueda parecer un tema demasiado trillado, algo de lo que hemos hablado ya demasiadas veces...
Ya hablábamos de amistad cuando éramos adolescentes, y hemos seguido haciéndolo con las compañeras y los compañeros de estudio y luego con los del trabajo...
Pero..., es que, si de verdad queremos
hacer de nuestras vidas una realidad rica y completa, tenemos que seguir viendo cómo poder ser
seres capaces de estar abiertos a ampliar y mejorar en nuestras amistades.
En muchas ocasiones, decimos amigas o amigos... cuando sólo deberíamos hablar de conocidos, de camaradas o compañeros...
No todos los teléfonos de nuestras agendas corresponden al domicilio de un verdadero amigo, de una verdadera amiga.
En realidad, nuestra sociedad, nuestro
mundo está muy falto de AMISTAD.
Se dice que ES UN TESORO. Y no es un tesoro escondido... es un tesoro disponible, pero... es que la Amistad hay que construirla, no aparece como el viento, o la lluvia... no vale sólo esperarla... hay que hacerla.
Construir la Amistad es una aventura de dolores y gozos.
Alguien dijo una vez que “La mayoría
de los humanos mueren sin haber vivido la incomparable experiencia de la
Amistad”.
El problema es que se nos ha enseñado a “comprar cosas”, a “adquirir propiedades”. Pero la Amistad no se compra con dineros...
Quizá el mayor sufrimiento de una gran parte de la humanidad sea el de la soledad. Exactamente: de no tener a nadie...
Ya en la antigüedad, Aristóteles dijo
que “la amistad es lo más necesario para la vida”. Y hoy sigue siéndolo:
vivimos en “muchedumbres solitarias”. Nadie conoce a nadie...
Es algo que todos podemos constatar; pues, muy posiblemente, lo hemos escuchados de boca de alguna persona más de una vez: “no tengo a nadie”, “mi vida no tiene sentido”... ¡Triste realidad!
Ya Cicerón afirmó. “No sé si, exceptuando la sabiduría, existe otra cosa mejor que la amistad”.
Algo más sobre el mejor sentimiento…
Nada está jamás perdido para quien logró vivir un gran amor o una gran amistad.
La Amistad, como todas las grandes cosas de la vida exigen dedicación y esfuerzo. Y hasta sacrificios y riesgos.
Y de ello, de nuevo, quiero invitar a procurar
vivir ¡la ventura, del gozo de HACER LA AMISTAD!
La verdadera amistad es un bien escaso. En España… ¿aún más escaso?
Eugenio D´Ors, Unamuno, Ortega y
Gaset, Laín Entralgo... lo dijeron en diversas ocasiones: El pueblo español
padece una especial incapacidad específica para el ejercicio de la amistad.
Quizá por un mal orientado pudor físico, fruto de una educación asustadiza ante
el sexo, las relaciones humanas siempre “se cuidaron” de unas maneras muy
extrañas... Hemos sido educadas y educados (muchas veces) en el recelo, en el
prejuicio, en el alarmismo frecuente a la amistad.
La relaciones de amistad la dificultan
los prejuicios en que vivimos, el cual ve a hombre y mujeres sin opción,
solamente atraídos interesadamente por la libido, como si fueran eternos
pre-adolescentes, sin capacidad de
distinguir lo sexual de lo afectivo. Cuando la amistad heterosexual,
entre personas de distinto sexo, es, precisamente, la más enriquecedora,
educativa y realizadora.
No podemos olvidar una cosa: el hombre
y la mujer son complementarios, y no sólo a nivel de genitalidad sino a nivel
psicológico. Por lo que todo encuentro auténtico es enriquecedor y
equilibrador.
El matrimonio no es excluyente. ¿Qué mejor para una pareja que ser verdaderos compañeros y amigos en esa aventura de hacer la vida en total y permanente convivencia?
Sin embargo, en el Matrimonio, según datos ofrecidos (hace unos años) por el tribunal de la Rota en Madrid, un 75 % son un desastre, el 20% de toleran y ¡sólo el 5% habían logrado la armonía de la amistad!
LA
AMISTAD GENERA CONFIANZA
Una de las características de una auténtica amistad es la confianza en el trato mutuo.
Ser alguien para los demás: esa es la más profunda causa de nuestra felicidad.
La amistad es darse y para ello hay que poseerse.
La amistad es amarse en reciprocidad,
y amar es morir a sí mismo. Olvido de sí.
La amistad será siempre una aventura.
La amistad reclama fidelidad, lo cual
no siempre es fácil.
Una amistad ha llegado a la madurez
cuando se está en la actitud de “disponible a correr riesgos” por la amiga, por
el amigo.
INVITACIÓN
A LA EXPERIENCIA DE LA AMISTAD
En esta ocasión quiero dar unas “pistas” para mejorar..., para avanzar en el íntimo deseo de todo ser humano de ser felices. Pues bien: la Amistad es una buena fórmula.
Tomando algunas frases del librito “Elogio de la amistad” (de K. Dotterweich y J. Perry), vamos a apuntaros que:
-
Un
amigo te acepta tal como eres.
-
Cultiva
tu amistad. Con respeto, verdad y compasión.
-
No
importa el tamaño o la forma de tu amistad.
-
Concedes
a tu amistad la graciosa libertad.
-
Ser
un buen amigo te enriquece. Es tan gratificante...
- Para
poder atesorar la esencia de otra persona en tu corazón, antes tienes que saber
atesorar la preciosa esencia que eres tú.
-
No
necesitas jurar amistad eterna, simplemente sé amigo.
-
Da
a tu amigo sin esperar nada a cambio.
-
Pasa
tiempo con tu amigo. Tiempo dulce, tiempo agridulce...
-
Escucha
gozosamente la risa del otro; tu corazón experimentará alegría abundante.
-
Escucha
con dulzura los sollozos de la otra persona.
-
Comparte
algún tiempo especial con tu amigo. Para saborear el vínculo que hay entre
vosotros.
-
La
amistad abraza todas las situaciones de la vida misma.
-
Acepta a tu amiga o amigo, luchando por
conoceros realmente.
-
Sé
sincero con tu amigo. La verdad y el amor van juntos.
-
Sé
humilde con tu amigo. El te necesita sin todas las respuestas...
-
No
temas el enfado, que es parte natural de la amistad.
-
Permite
que tu amigo te ame. Sólo puedes dar lo que has recibido.
-
Toca
a tu amigo: con el contacto conectaréis el cuerpo y el espíritu.
-
Respeta
tu propia intimidad, así como la de tu amigo.
-
Permanece
abierto a descubrir nuevos aspectos de tu verdadero ser en tu amistad. En los ojos de tu amigo, te descubres como
una nueva e interesante creación.
-
Vuestra
amistad puede conduciros hacia orillas jamás soñadas.
-
Acoge
la magia y la jovialidad en tu amistad. Cuando dos personas comparten su ser
profundo, pueden acontecer cosas maravillosas.
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