TRABAJO Y DIGNIDAD
¿Qué es el
trabajo?, ¿un castigo divino? ¿O mejor habría que entenderlo como una
invitación a participar en la construcción de un Mundo Mejor?
Yo soy de
los que piensan que el trabajo es esencial para la vida de las personas porque
nos realiza como seres humanos, a la vez que ayuda a construir nuestra
humanidad. A través del trabajo, potenciamos, desarrollamos y expandimos
nuestras capacidades y cualidades personales; pero también para la construcción
de una sociedad cuyo sentido y función sirvan al bien común.
Seguramente es necesario repensar el sentido del trabajo humano que, muchas veces queda devaluado en nuestra sociedad; pues se buscan demasiadas veces sólo unos “resultados” económicos sin darle otro sentido que no sea el de la eficacia lucrativa para los dirigentes (tanto sin son empleos públicos como privados).
Paralelamente
(quizás demasiadas veces) hay quienes se dejan arrastrar tanto por lo laboral
que se olvidan de atender otras áreas importantes de la vida toda persona:
familia y amistades, desarrollo de actividades de ocio y educación del
espíritu, etc. ¡Gran error el de vivir sólo para trabajar y trabajar para
vivir!, pudiéndonos convertir como en “máquinas de producción”.
En una
primera etapa de mi vida laboral, yo iba siempre pensando en realizar la tarea
que se me había encomendado y ya. A veces, ello me llevaba a la satisfacción
del trabajo bien hecho, otras no tanto. Luego,
siempre esperaba mi retribución económica, como es lógico y natural.
Además, si eso contribuía a mejorar la situación de otras personas (algo muy
concreto cuando desarrollé mi labor de profesor), mejor que mejor.
Pero luego,
felizmente, alguien me hizo caer en la cuenta de que el trabajo era algo más:
fue una compañera jefa que me hizo comprender que el trabajo no sólo es para
realizar tareas concretas y útiles para cumplir con los fines de la empresa o
institución dónde se esté ejerciendo el empleo; sino que también es para
convivir con una serie de camaradas o compañeros y, así, llegar a desarrollar
“equipos de personas”…
Esta idea
me hizo cambiar algunos aspectos, creo que importantes, en mi vida laboral:
desde ahí me interesé en saber quienes eran esas personas con las que
trabajaba, cuales eran sus realidades familiares (antes, por ejemplo, ni me
preocupé en saber su estado civil ¿qué más me daba a mí saber si tenían pareja
o hijos, si les gustaba hacer deporte o eran aficionados a la lectura…?).
Y esto,
hoy pienso que es fundamental: no podemos pretender que la sociedad mejore, que
nuestras aportaciones al mundo con nuestro trabajo sirvan de verdad si cada uno
de nosotros, personalmente, no mejora también, individualmente: se hace mejor,
cada día, trabajando.
Yo no lo
tengo claro. ¿Quién se atreve a opinar, al respecto?
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