No es noticia que estamos rodeados de gente sin escrúpulos que hacen negocio de cualquier cosa. Tampoco es noticia (sin pretender ofender a nadie) que estamos en tierra de pícaros. Y como, por miles de motivos, el áloe está siendo, cada vez más, reconocido como una familia de plantas con multitud de “propiedades”; tanto que hoy cualquier persona un poco de cultura e informada de lo que pasa en el mundo, sabe de sus extraordinarias propiedades..., la tentación de sacar beneficio está servida.
El fraile franciscano P. Romano Zago, estando de misionero en Brasil por los años ochenta, descubrió entre los indígenas una receta popular, antigua como el mundo, contra diversas enfermedades, incluso el cáncer. Durante los años que vivió allí, el Padre Zago asistió a numerosas curaciones realizadas con la utilización del Áloe Arborescens Miller, miel y alcohol y, de esta manera, comenzó a aconsejar el empleo de este preparado. No es algo “milagroso”; simplemente: al reforzar el organismo, ayuda a la prevención y mejoría de tantas enfermedades de nuestra época.
Respecto a la denuncia de Facua, creo que es algo que hemos de agradecer. Pero ello no quiere decir ni que el áloe: ni el áloe barbadensis (más conocido como vera) ni otros tan importantes como él para la salud (como es el caso del arborescens, sobre el que ha caído la denuncia), haya que ponerlos en tela de juicio. Lo que si es importante que, siempre que consumamos algo, más si es algo que está poniendo en juego nuestra salud, busquemos todas las garantías de que lo que se nos ofrece es DE VERDAD.
José-María Fedriani
Más sobre áloes en mi entrada:
http://jose-maria-naturalmente.blogspot.com/2011/09/aloaceas.html
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