EDUCACIÓN
EN CIUDADANÍA
Se supone que vivimos
en un país desarrollado, contando con una gran mayoría de habitantes que
cuentan con un cierto nivel cultural. Pero, cuando se ven ciertos
comportamientos, pareciera que estamos en la “edad de piedra” o invadidos por una
nueva generación de bárbaros, sin educación ninguna.
Para mí que ser “ciudadanos”
es saber vivir compartiendo un “espacio común de convivencia” con otras
personas.
Y hacer esto tiene que
ser cumpliendo unas normas que convengan a todos quienes participan de esta
“vida en sociedad”; pues la libertad de cada quien (todo el mundo lo sabe)
llega hasta la libertad de los demás. Y no se puede ir por la vida avasallando
los espacios y los derechos de los otros ciudadanos. No, si vivimos en
sociedad.
El pasado gobierno
socialista, con un Real Decreto (1631/2006) llevó a los institutos la
asignatura de “Educación para la Ciudadanía”, con el supuesto objetivo de
favorecer el desarrollo de personas libres e íntegras a través de la
consolidación de la autoestima, la dignidad personal, la libertad y la
responsabilidad y la formación de futuros ciudadanos con criterio propio,
respetuosos, participativos y solidarios, que conozcan sus derechos, asuman sus
deberes y desarrollen hábitos cívicos para que puedan ejercer la ciudadanía de
forma eficaz y responsable. Pero creo que nadie se enteró del contenido de la
asignatura…
Al menos es lo que
parece. Más bien, hoy por hoy, queda patente que la generación actual, en gran
parte, carece de “educación ciudadana” que va dejando patente en el poco
cuidado que tiene de lo público. Y no me refiero ya a lo que algunos
sindicalistas o políticos se guardan de una importante parte de un dinero que
no es suyo, para beneficiar a su gente o dedicarlo a un fin distinto del que
correspondía.
Que también es un
ejemplo más de lo que es saber que lo público es de todos y que nadie puede (o
debe) cogerlo como suyo; sino que me quiero referir al poco respeto que (por
parte de mucha gente) se tiene (y queda patente) en el incivismo que se
demuestra por parte de tanta (demasiada) gente que arroja papeles, bolsas,
chicles, colillas al suelo…, como pretendiendo que alguien venga detrás a
corregir su mala educación y falta de respeto al resto de la ciudadanía.
Así nos encontramos
las ciudades sucias, los monumentos deteriorados o pintorreados, los suelos
manchados de chicles pegados, las payas llenas de colillas…
Es muy triste ver
tanto “vandalismo urbano”, la falta de civismo o de cultura de amor a lo
público, manifiesto en tantos destrozos y abandono patente en nuestras
ciudades, igual que también en muchos espacios naturales.
No perderemos la
esperanza, pero seamos conscientes de que la educación más válida es la que se
recibe en el hogar. Así, quienes ya somos adultos, arrostremos nuestra
responsabilidad: es dando ejemplo como las nuevas generaciones aprenderán a ser
personas educadas y capaces para vivir como ciudadanas y ciudadanos,
cabalmente. Haciendo de los lugares públicos, espacios “convivenciales” de
bienestar y armonía.
Sí es una pena la falta de respeto al mundo y a los demás. Por fortuna yo no me sumo a esas hordas. Me gusta la limpieza y el respeto en todos los sentidos, hacia todos y hacia todo.
ResponderEliminarUn aplauso a tu entrada, haciendo conciencia.
Un abrazo.
Gracias, Sara.
EliminarHay en este, por otra parte buen reportaje, un error importante en el planteamiento de partida: "Se supone que vivimos en un país desarrollado, contando con una gran mayoría de habitantes que cuentan con un cierto nivel cultural". Ja ja, esa es una suposición totalmente gratuita que no tiene ni el más mínimo apoyo en la realidad social sea cual sea el método de observación de esa realidad que se aplique y tus fotos no son más que una prueba.
ResponderEliminarEl otro gran error es pensar que la asignatura de "Educación para la Ciudadanía" era precisamente para eso; esa asignatura no es otra cosa que un remedo de la "Formación del Espíritu Nacional" que se impartía en los años 50 y 60 del siglo pasado. La buena educación, la urbanidad, los principios morales, etc. no son cosa que se imparta en los centros de enseñanza, ni deba impartirse en ellos salvo que asumamos el riesgo del adoctrinamiento, son valores que hay que mamarlos en casa, en la familia.
Disculpa esta diatriba, pero en el fondo lo que hago es darte toda la razón porque la tienes.
Un abrazo,
Gracias, Miguel. Tu aportación completa lo que he escrito. Sí, decimos estar en una "civilización culta", pero nos falta mucho, en muchos aspectos. Y, ciertamente, los "adoctrinamientos" se siguen dando y no siempre es lo mejor.
EliminarLamentablemente así es la educación del ser humano...creo que es el ser más animal.
ResponderEliminarsaludos.
É um prazer estar aqui nesta bem elaborada e sensível pagina. Ninguém estima o que é de todos. Sinto saudades dos anos 70 onde nem sequer pisávamos a relva.
ResponderEliminarAbraço
Certamente falta muita cultura na rua... Nossas cidades estariam mais bonitas se a cidadania inteira preocupasse e ele/ela ocupado levando ao cuidado disto.
ResponderEliminar¿Acaso ser fumador o masticador de chicle, lleva a la gente a ser guarra? Yo creo que no necesariamente. Lo que es necesario es que todo el mundo se conciencie que el mundo no es solo para ellos, para su propio y único disfrute. Pues si vivimos en sociedad, tenemos que ser respetuosos con lo que es para el uso de todos.
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