Puede suceder (puede
sucedernos) que haya personas que nunca han pensado sobre el sentido de sus
vidas. Y viven (o vegetan) haciendo lo que quienes les rodean les dicen que han
de hacer, que deben hacer, que no tiene más remedio que hacer…, que esa es su
obligación, su deber, la tarea que han de desarrollar a lo largo de toda su
vida…
Es consecuencia de no tener
clara su misión, el verdadero sentido de su existencia.
La verdad es que no es fácil
saber lo que se quiere; empezando porque, desde nuestra infancia se nos ha ido “educando”
de una manera instructiva…; o lo que es lo mismo llevándonos a “saber
comportarnos” correctamente en sociedad (en la sociedad que nos ha tocado
vivir).
Y si resultamos “personas educadas”,
es decir que sabemos qué es lo que hemos de hacer en cada momento, según “las
reglas del juego” que nos ha correspondido…
Así, podemos llegar a ser
personas bien aceptadas y valoradas en nuestra sociedad, de acuerdo a “esos
valores” para los que se nos ha preparado adecuadamente.
Pero…, si somos capaces de
pararnos y pensar (serenamente) en esto ¿de verdad hacemos, siempre, lo que
creemos que deberíamos hacer? Es más ¿sabemos por qué hacemos lo que hacemos?
Y si no es así ¿a qué tenemos
miedo?, ¿por qué no pensar, con profunda sinceridad, cuál es el sentido de
nuestra existencia?
Nunca es tarde… para darle
más sentido a lo que hacemos; pero hemos de saber definir qué es lo que
queremos lograr, no sólo llegar a saber lo que no queremos, sino lo que de
verdad nos proponemos lograr en la vida.
Cuando lo logremos, será
cuando podremos disfrutar de ¡UNA VIDA CON
MUCHO SENTIDO!
Muy buena entrada....la disfruté de principio a fin...Un abrazo!
ResponderEliminarMe alegro Marita. Mi abrazo.
EliminarYo no lo pienso lo escribo y me pasa
ResponderEliminarun abrazo
¡Cómo tiene que ser! Enhorabuena.
EliminarInteresante y bonitas reflexiones que todos debemos hacernos. Un saludo
ResponderEliminarUna reflexion profunda que todos debemos hacernos, me ha gustado visitarte Jose Maria
ResponderEliminarUn abrazo
todo dicen que hay que hacerlo, tomar un sentido a la vida, dejar de ser un autómata
ResponderEliminarpero tristemente las cuentas, y el hambre se paga con dinero, quizás estoy domesticado, burguerizado dirian otros; pero de revoluciones o de sueños no se llena la olla
no sabes cuanto anhelo de encontrar un real sentido...
saludos!