LOS ABUELOS
La misión de los abuelos (abuelas y
abuelos) no es sólo “malcriar” a los nietos (nietas y nietos), dándoles el
cariño a espuertas que, acaso, les falta en su casa, por las muchas ocupaciones
de sus progenitores (madre y padre) que los dejan sin mucho tiempo válido para
dedicarles…
También está la tarea de educarlos en
valores y costumbres: los abuelos (ellas y ellos) son canales indispensables
para la transmisión cultural.
Vía para hacer a los nietos depositarios del potencial de conocimientos y experiencias que poseen ellos, los abuelos.
La actitud de los abuelos suele estar llena de compresión y de paciencia; factores fundamentales para escuchar sin prisas, dar apoyo y amor incondicionales. A través del diálogo y la reflexión, de compartir secretos y confidencias, potenciar y estimular las motivaciones necesarias para ir descubriendo el sentido de sus incipientes vidas.
Los abuelos (ellas y ellos) tienen mucho que enseñar: poseen la experiencia de “trozos de historia” vividos personalmente que pueden transmitir sin dificultad. Un tesoro de conocimientos desde los que pueden ayudar a saber afrontar las dificultades o las grandes alegrías de la vida.
Con gestos de ternura emocionada, saber escuchar en silencio, sin prisas ni agobios por tener tantas obligaciones como les sucede a los padres.
Mientras los padres trabajan, teniendo que lograr medios para buscar el sustento y cubrir las diferentes necesidades de la familia, aún siendo los primeros responsables de la educación de sus hijos, no siempre pueden dedicarles toda la atención que los menores requieren.
Ahí están esos “mal-educadores” que son los abuelos que, junto a la menor “responsabilidad directa” sobre sus nietos, poseen mayor capacidad de comprensión, cualidad que se ha ido adquiriendo con la madurez y el sentido común. Y ello les hace ser comunicadores privilegiados: son quienes siempre han tenido una gran importancia en la transmisión cultural de todos los pueblos y que, hoy más que nunca, han de transmitir experiencias vitales y salvar a las nuevas generaciones de la falta de esperanza.
¿Cómo hacerlo?
A mi (ya como abuelo), se me ocurre que una buena manera que abuelas y abuelos tenemos de dar cariño es contando cuentos a esas criaturas que, en muchos aspectos, nos cambian la vida. Fórmula que, además es una estupenda manera de dar cumplimiento al séptimo principio de los Derechos del Niño que habla de la necesaria atención que se les ha de dar a los menores de disfrutar de educación y de actividades recreativas.
Cuentos llenos de luz y de animosidad, de ternura y generosidad, de esperanza y dilección.
Así, ha resultado un libro para regalar y disfrutar compartiéndolo…, página a página. Ojalá que quienes los lean, les apetezca contarlos ¡muchas veces! Así habrá cumplido la misión de llegar a muchos oídos y, con ello, llevar alborozo a muchas personitas.
Muy certero, sensible y real, has expuesto la actualidad de la problemática de la crianza de los niños pequeños. Los abuelos son insustituibles ahora y además se nota los niños que les cuidan los abuelos y los que no. Es curioso, pero ellos al intentar decirnos las cosas, echan mano de los refranes, (verdadera filosofía popular), y es que los mayores, solemos citarlos con frecuencia para potenciar o aclarar cualquier asunto, ellos lo "copian".
ResponderEliminarCiertamente, el chavalín precisa dedicación, jugar con los abuelos, que les cuente cuentos, maravillosas historias plenas de aventuras y con moraleja al final...Es lo que yo hago con los nuestros y el resultado es óptimo.
Ah, seré una de las primeras en leer tus cuentos, deben ser la repera.
Gracias, José María.
Amistosamente.
Mari Carmen.
Muchas gracias. Y ¡felicidades!
EliminarDe acuerdo con lo que comentas Jose-Maria y que suerte tienen los niños que pueden disponer de sus abuelos, ( yo, solo de la abuela materna y menos de lo deseado). Quizás por eso ahora procuro disfrutarlos (y meleducarlos, en el buen sentido) todo lo que puedo y mas.
ResponderEliminarGracias por tu trabajo.
Unas felices Navidades y un próspero Año Nuevo.
Un saludo grande.-