TRES MOMENTOS
CONOCERTE...
De verte
y verte
he llegado a creer
que nos conocíamos.
De mirarte
y mirarte...
he llegado a desear
que fuésemos amigos.
He oído tu voz,
he sentido muy cerca
el candor de tu sonrisa...
Y he comprendido...
que el Cielo no está lejos.
La vida nos alienta,
muchas veces, a creer
que el Cielo está
tan cerca
que está entre nosotros.
Y así ha sido, preciosa,
como yo lo he visto
tan claro
que he creído
que el Cielo, efectivamente,
está
aquí
presente.
Y lo he sabido...
al verte,
al percibir tu olor
y al oírte.
Tu dulce carita
de ángel buena
me ha hecho sentir
que este suelo es
pedazo de Cielo
que hoy yo piso...
Conocerte... una suerte:
un don divino.
Y por eso, es
con una oración devota
que yo te ruego
que, por Dios,
no te alejes de mi vida.
Que sabiendo
que existes, y que
cerca tu estás,
la vida es más hermosa,
es como estar...
¡viviendo ya en el Cielo!
VEN, ACÉRCATE
Ven, acércate:
tócame,
siénteme;
percibe
mi físico
contacto,
mis besos, mis
caricias. Ven:
no tengas miedo
de sentir
cómo la vida
vibra en ti…
No hay nada;
no hay otra
cosa más
para la que
estamos hechos
sino que para
vivir.
Ven, acércate.
Vive:
vive
intensamente…
Yo te estoy
esperando;
para que
vivamos
los dos, tú y
yo, juntos.
Hemos llegado tarde...
a nuestra cita...
O tal vez fue
la historia personal de cada
uno
la que llegó tarde a la
cita...
Pero el encuentro
ha sucedido:
ahora es, nos hemos
encontrado;
en este, único, momento
y circunstancia.
¿Qué hemos de hacer...
si la vida nos ha escrito
en libros diferentes...?
¿Qué podemos pensar,
que sea posible,
de todo cuanto, en sueños,
es tremendo y hermoso...?
¿Qué es lo que tenemos
que realizar...
de cuanto la vida nos ofrece,
en este presente momento...?
Brindemos...
por la hora inconcreta
en que nos hemos conocido;
que no siempre hay que vivir
haciendo historia;
que, a veces, la vida
hay que vivirla...
(sin días, sin horas)
y es bastante.
Amémonos...
total y ciegamente,
a esta hora y momento.
Y dejemos pasar,
fuera de nuestro mundo,
la historia cruel
que no nos quiso juntos;
que es historia real
de
espacios y de tiempo;
pero que puede que, ahora,
sea
ajena a la nuestra:
a la que hagamos
tú y yo
de
la esta cita nuestra,
que se escapa feliz
del
mundo y de su historia;
para hacerse veraz
sólo en la historia
encontrada
que,
aquí, ahora, vivimos
(única
y diferente);
que
esta fuera
de
todo espacio y tiempo
que no sea
el que es sólo nuestro
y de esta historia increíble
tuya
y mía.
(De mi poemario “ÁCIDO DESOXIRRIBONUCLEICO”)
Yo tambien pienso que el cielo empieza en la tierra. Creo y espero el cielo con ansiedad de volver al creador, pero sé que Él quiere sea feliz en la tierra, y ser feliz no es tener cosas, es dar y recibir amor.
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